NO SE PIERDE LO QUE NO TUVISTE
Ciertamente,
no podemos perder algo que no tuvimos… Sin caer en medio de la controversial
hipótesis de que nada poseemos realmente, cuando de amor se trata muchos
sentimos la pérdida de un ser querido a través de la llegada del desamor.
Es de
utilidad darnos cuenta que si el amor solo ha estado emanando de nuestra
persona, hacia la otra, que las atenciones son unidireccionales, que los
pensamientos probablemente solo se dan en nuestra mente y solo se acelera
nuestro corazón al escuchar una llamada, leer un mensaje o sencillamente traer a nuestra memoria algún
recuerdo… Cuando solo se siente de un lado, no estamos jugando el mismo
juego… Estamos solos en el camino del amor y esto es por demás
devastador.
No podemos
obligar a nadie a amarnos, solo podemos dar lo mejor de nosotros para tratar de
conquistar terreno de algún corazón, podemos mostrar nuestras mejores
cualidades, podemos amar y esperar ser correspondidos… Las historias de amor,
muchas veces no son como las deseamos, como las soñamos, ese cuento de algún
color donde formamos un equipo, somos compañeros, somos amigos, cómplices y
excelentes amantes, muchas veces resulta utópico.
Si nuestra
historia de amor es forzada, si no somos correspondidos, si nos sentimos
incómodos por recibir menos de lo que damos, si sentimos que la persona en
quien depositamos nuestro amor no se siente a gusto, está buscando otras
opciones, nos trata con indiferencia o desamor, es un buen momento para
replantearnos nuestra intención en esa relación y la posibilidad de valorarnos
lo suficiente como para aspirar a un amor bien correspondido.
Chequea esta
lista y en función de lo que resulte intenta hacer un esfuerzo adicional en la
cruzada del amor o soltar esa relación:
Se da más de
lo que se recibe.
Se ha
escuchado la verbalización de un: “no te amo” en condiciones de calma y fuera
de impulsividad y presión.
Existe una
infidelidad en curso.
Se ha hecho
un esfuerzo considerable para mantener vivo el amor, en una o ambas partes.
El maltrato
se ha hecho presente y forma parte de la relación.
La
comunicación se muestra poco alcanzable.
Los momentos
de intimidad son escasos o nulos, o es lo único que comparten.
La otra
persona prefiere invertir su tiempo en algo o alguien más.
Las llamadas
o mensajes no son respondidos de acuerdo a la normalidad.
De forma
explícita la otra persona ha manifestado su necesidad de no continuar la
relación.
No hay
proyectos de futuro juntos.
No comparten
los mismos intereses.
Si bien es
cierto que las parejas pasan por altibajos a lo largo de la relación, que
enfrentan y superan crisis, también es cierto que algunas parejas solo
funcionan bajo el absoluto sacrificio de una de las dos partes, esas parejas
probablemente nunca debieron unirse, pero contra todo pronóstico se establecen
y la mayoría de las veces resultan con un alto grado de sufrimiento, despersonalización,
resentimiento y culpabilidad para una de las partes.
Evidentemente
esa clase de amores no son saludables y la mejor decisión es soltar, no
aferrarse a algo que nos lastima, que no nos llena o nos hace sentir
desvalorados, dependientes, masoquistas… Es preferible asumir una derrota
inclusive si ha pasado mucho tiempo que consideramos valioso, antes de
terminarnos de apagar y sucumbir ante el desamor.
Es mejor retirarse y
dejar un bonito recuerdo, que insistir y convertirse en molestias, no se pierde
lo que no tuviste… no se mantiene lo que no es tuyo y no puedes aferrarte a
alguien que no se quiere quedar… Si lo que quieres no te corresponde, déjalo ir…
continúa… recuerda que lo que unos desprecian, otros se mueren por tenerlo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario