jueves, 30 de abril de 2015


VACÍATE...Y RENUÉVATE

¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles creyendo que un día, quién sabe cuándo, vas a necesitarlos?

¿Tienes el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta?

¿Tienes el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas desde hace mucho tiempo?

Y dentro de ti ¿tienes el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos y demás?

No hagas eso. Va contra tu prosperidad

Es preciso que dejes un espacio, un vacío, para que cosas nuevas lleguen a tu vida.

Es preciso que te deshagas de todo lo inútil que hay en ti y en tu vida para que la prosperidad llegue.

La fuerza de ese vacío es lo que absorberá y atraerá todo lo que deseas.

Mientras estés emocional y materialmente cargando sentimientos viejos e inútiles no tendrás espacio para nuevas oportunidades.

Los bienes necesitan circular. Limpia los cajones, los armarios, el garaje. Da lo que ya no uses. La actitud de guardar cosas inútiles encadena tu vida.

No son los objetos guardados los que estancan tu vida sino el significado de la actitud de guardar.

Cuando se guarda se considera la posibilidad de falta, de carencia. Se cree que mañana podrá faltar. Que no tendrás manera de cubrir esas necesidades.

Con esa idea le estás mandando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida: Que no confías en el mañana y que piensas que lo nuevo y lo mejor NO son para ti. Por eso te alegras guardando cosas viejas e inútiles.

Deshazte de lo que ya perdió el color y el brillo, deja entrar lo nuevo a tu casa y dentro de ti mismo.




miércoles, 29 de abril de 2015


"Somos un imán. Atraemos lo que sentimos".


SACUDE TUS MIEDOS

Creo oportuno el momento de sacudirse y resurgir de las propias cenizas. Lo que haya sucedido, lo que estés viviendo, importa poco. En verdad te lo digo.

Levántate, proclama tu liberación plena y festeja que te encuentras vivo. Recuerda en todo momento que eres mucho más grande que tus problemas. Muchas veces, no son más que una tempestad en un vaso de agua. Y si no es así, aun siendo muy graves, empiezan a formar parte del pasado.

Míralo de esta manera: la vida se vive hoy. Si te esperas, la vida se pasa y dejas de saborear todo lo que tiene para ti. Toda causa de tristeza, enojo o miedo pertenece al pasado; por eso, deshazte de todo aquello que te hace tropezar y empieza a vivir lo mejor de ti mismo poniendo el corazón en tus deseos.

Alégrate, salta, grita de felicidad, contagia a los demás y hazles partícipes de que has resurgido, que hoy es otro día para respirar.

Ama y abraza a tus familiares, sonríe desde que sale el Sol, pon buena cara y actitud y juega a ser feliz.
Esta es tu hora: sal de tu cuarto, vístete cada día como para una fiesta y empieza a festejar.

Ten siempre presente cambiar esa expresión que te hace fruncir el ceño, pon luz en tu mirada, viste con tu mejor sonrisa y sal al mundo. Todos se alegrarán con tu regreso y tu presencia.


¿Estás listo para iniciar?


martes, 28 de abril de 2015


EL CÍRCULO DEL ODIO Y DEL AMOR

Un importante señor, gritó al director de su empresa, porque estaba enojado en ese momento. El director, llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado, porque había un abundante almuerzo en la mesa.

Su esposa gritó a la empleada que rompió un plato.

La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar. El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque estaba obstaculizando su salida por la puerta.

Esa señora fue a la farmacia para colocarse la vacuna y que le curaran la herida y gritó al farmacéutico, porque le dolió la vacuna al ser aplicada.

El farmacéutico, llegó a su casa, y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.

Su madre, tolerante, y un manantial de amor y perdón, acarició sus cabellos diciéndole:

– “Hijo querido, prometo que mañana haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho, estás cansado y precisas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás mejor.”

Bendijo a su hijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos.

En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ODIO, porque chocó con la TOLERANCIA, la DULZURA, el PERDÓN y el AMOR.

Si algún día entras en un círculo de estos, acuérdate que puedes romperlo con TOLERANCIA, DULZURA, PERDÓN Y AMOR. PONLO EN PRÁCTICA.


lunes, 27 de abril de 2015

"Lo que das, te lo das.
Lo que no das, te lo quitas".



10 VERDADES QUE OLVIDAMOS CUANDO PASAMOS POR UN MOMENTO DIFÍCIL

En este artículo de Marc y Angel Chernoff del popular blog inspiracional estadounidense marcandangel.com, los autores nos entregan algunas verdades poderosas que son fáciles de olvidar en la tempestad, pero que nos pueden ayudar a encontrar la fuerza necesaria para tomar decisiones sabias en esos momentos.

“Las personas más sabias, más amorosas y completas que has conocido” nos recuerdan Marc y Angel, “son probablemente las que han pasado por miseria, fracaso, corazones rotos, pérdidas de seres queridos, y que han encontrado la forma de superar las profundidades de su desesperación”.

“Uno de los regalos más grandes de la vida es el hecho de que es difícil. Porque al lidiar con las dificultades de la vida, construimos una fortaleza invaluable.”

Estas son las 10 verdades que olvidamos cuando pasamos por un momento difícil:

1. El dolor es parte de la vida y del amor, y te ayuda a crecer

Muchos de nosotros le tenemos miedo a nosotros mismos, a nuestra propia verdad, y a nuestros sentimientos sobre todas las cosas. Hablamos de lo increíbles que son los conceptos de amor y de vida, pero luego nos escondemos de ellos cada día. Nos escondemos de nuestras emociones más reales, porque la verdad es que la vida y el amor a veces duelen, y las emociones que esto trae nos perturban.

Nos enseñan desde que somos pequeños que todo el dolor es malo, y peligroso. Sin embargo, ¿cómo podremos lidiar con la vida real y el amor verdadero si tenemos miedo de sentir como en realidad se sienten? Necesitamos sentir dolor, tanto como necesitamos sentirnos vivos y amados. El dolor tiene como propósito despertarnos, y aún así, tratamos de esconderlo. El dolor es algo que debemos llevar por nuestra propia voluntad, tanto como el sentido común. Porque solo se puede aprender lo fuerte que realmente eres cuando ser fuerte es la única opción que tienes.

2. Tu mentalidad es la mitad de la batalla

La vida no es perfecta, pero definitivamente es buena. Nuestro objetivo no debiera ser crear una vida perfecta, sino vivir una vida imperfecta con una admiración radical. El levantarnos cada mañana y darle una buena mirada a todo en una forma en que nada pueda darse por sentado. Todo es extraordinario. Cada día es un regalo. Nunca trates a la vida de manera casual. Es ser asombrado de cualquier manera.

No dejes que el dolor de una situación te produzca desesperación. No dejes que la negatividad se amarre a ti. No dejes que la amargura te robe tu dulzura. A pesar de que otros estén en desacuerdo contigo, enorgullécete del hecho de que sabes que el mundo es un lugar precioso. Cambia tus pensamientos, y cambiarás la realidad.

Y tu mentalidad es especialmente poderosa cuando se trata de aceptar eso…

3. Tus miedos más grandes, no existen realmente

Cuando los tiempos son duros, puede ser difícil seguir tu corazón y dar otro paso adelante, pero es una tragedia dejar que estas mentiras producidas por el miedo te detengan. A pesar de que el miedo puede ser abrumador, y derrota a más personas que cualquier otra fuerza en el mundo, no es tan poderoso como parece. El miedo es solo tan profundo como tu mente lo permita. Aún tienes el control. ¡Así que toma el control!

La clave es reconocer tu miedo y abordarlo directamente. Lucha duro para que la luz de tus palabras brille sobre él. Puedes ganarle al miedo si lo enfrentas. ¡Sé valiente! Y recuerda que el coraje no significa no tener miedo; el coraje significa que no dejas que este miedo te impida seguir adelante con tu vida.

4. Estás creciendo por medio de la experiencia

A lo largo del tiempo, te darás cuenta de que la vida no es necesariamente más fácil o más difícil de lo que pensaste que sería; es solo que lo fácil y lo difícil no son exactamente como lo habías anticipado, y no siempre ocurren cuando los esperabas. Esto no es algo malo, hace que la vida sea interesante. Con una actitud positiva siempre estarás agradablemente sorprendido.

Cuando dejas de esperar que las cosas resulten de una manera determinada, puedes apreciarlas por lo que son. Finalmente, te darás cuenta de que algunos de los mejores regalos de la vida vienen envueltos en los paquetes menos esperados.

La experiencia es lo que obtienes cuando tus planes no resultan como esperabas, y la experiencia es lo más valioso que tienes, esto es lo que construye tu fortaleza.

Tienes el poder para convertir tus heridas y tus preocupaciones en sabiduría; solo tienes que hacer algo al respecto. Tienes que aceptar lo que ha pasado, y usar lo que has aprendido para dar un paso adelante.

5. No puedes cambiar las situaciones de las que no eres responsable

Sigmund Freud dijo una vez, “La mayoría de las personas no quieren realmente ser libres, porque ser libres involucra responsabilidad, y la mayoría de las personas le tienen miedo a la responsabilidad.” No dejes que esto te ocurra a ti. Cuando culpas a otros por lo que estás pasando, niegas tu responsabilidad y desechas el poder sobre esa parte de tu vida.

No cometas este error, al final, el precio de la felicidad sí es la responsabilidad. Mientras antes dejes de pasarle la responsabilidad de todo a todos, antes serás feliz. Si eres infeliz ahora, la culpa no es de nadie. Sé el héroe de tu propia vida, no la víctima.

6. Solo tienes que lidiar con el presente

La vida no se vive en un tipo de tierra distante e imaginaria en donde algún día todo será perfecto. Se vive aquí y ahora, con la realidad de la manera en que son las cosas. Sí, absolutamente puedes trabajar para lograr un mañana más idealizado. Pero para hacerlo, debes lidiar con el mundo como es ahora.

A veces evitamos experimentar exactamente donde estamos porque hemos desarrollado una convicción, basada en experiencias pasadas, que aquí no es donde queremos, o debemos estar. Pero la verdad es que, dónde estás ahora es exactamente donde necesitas estar para llegar a donde quieres llegar mañana. Así que aprecia el lugar en donde estás.

Mucho de lo que temes no existe. Mucho de lo que amas está más cerca de lo que crees. Solo estás a un pensamiento de distancia de entender la bendición que es tu vida. La felicidad es una mentalidad que solo puede ser diseñada en el presente.

7. Siempre, siempre, siempre hay algo por lo que estar agradecido

La vida es mejor cuando estás sonriendo. Ser positivo en una situación negativa no es ser ingenuo; es una señal de liderazgo y fuerza. Estás haciéndolo bien cuando tienes tantas razones para llorar y quejarte, pero prefieres sonreír y apreciar tu vida en lugar de eso.

Sé agradecido por todas las pequeñas cosas en tu vida, porque cuando las pongas todas juntas, verás qué tan significativas son. Al final del día, no es la felicidad la que nos hace agradecidos, sino la acción de gracias la que nos hace felices.

8. Las cosas grandiosas toman tiempo

Los resultados instantáneos rara vez son los mejores. Con paciencia, puedes expandir tu potencial a un gran nivel. Si tus deseos siempre fueran cumplidos de inmediato, no habría nada que esperar. Te perderías el gozo de la anticipación, y el progreso.

Recuerda, la paciencia no se trata de esperar; es la habilidad de mantener una buena actitud mientras trabajas duro por lo que crees. Es la voluntad de mantenerse enfocado, dando un paso a la vez con confianza, sabiendo que la forma de mover una montaña es una piedra a la vez. Cada piedra que muevas, sin importar lo pequeña que sea, es progreso.

9. Otras personas no pueden validarte

Cuando estamos luchando por lograr algo importante, a veces miramos a otros para que validen nuestro progreso. Pero la verdad es que, no pueden…

No estás en este mundo para cumplir las expectativas de otros, ni debieras sentir que otros están aquí para cumplir las tuyas. Construye tu propio camino. Lo que el éxito significa para cada uno individualmente es completamente diferente. El éxito al final es el pasar tu vida felizmente, a tu manera única.

No tienes que llamar la atención para ser impresionante. No tienes que ser famoso para ser significativo. No tienes que ser una celebridad para ser exitoso. No necesitas ser validado por nadie más. Ya eres valioso. Solo tienes que creer en ti mismo, y en lo que quieres lograr.

Puedes ser silenciosamente humilde y aún así ser increíblemente efectivo. Solo porque las personas no caen a tus pies y te adoran, no significa que seas un fracaso. El éxito silencioso es tan dulce como el éxito ruidoso y llamativo, y suele ser mucho más real. El éxito es como tú lo defines, no como el resto de las personas dicen que debería ser para ti.

10. No estás solo

En medio de los tiempos difíciles, es fácil mirar alrededor y ver a un montón de gente que parece estar perfectamente bien. Pero no lo están. Todos estamos luchando a nuestra propia manera. Y si solo pudiésemos ser lo suficientemente valientes para abrirnos a conversarlo con alguien más, nos daríamos cuenta de que no estamos solos en sentirnos perdidos y aislados.

Tantos de nosotros están luchando la misma batalla al lado tuyo. Todos estamos juntos en esto. Así que no importa que tan avergonzado o patético te sientas acerca de tu propia situación, ten claro que hay otros ahí que están experimentando exactamente las mismas emociones. Cuando te oigas decir, “estoy completamente solo,” es solo tu mente preocupada tratando de convencerte de una mentira. Siempre hay alguien que puede relacionarse contigo. Quizás no puedas hablar con ellos inmediatamente, pero están ahí en alguna parte.

Si te sientes desesperado ahora, escúchame: yo suelo sentirme así, y pienso así, y lucho tanto como tú. Me importan muchas de las cosas que te importan a ti, solo que a mi manera. Y a pesar de que algunas personas no nos entiendan, nosotros podemos entendernos mutuamente.

¡TÚ no estás solo!



domingo, 26 de abril de 2015

AGOTAR A LAS PERSONAS

Una persona se agota cuando la consideramos un recurso o un espejo. Se agota cuando nos aferramos, cuando compramos su libertad a cambio de amor. Se agota cuando se cansa de cargar con nuestras expectativas, cuando se harta de simular para caber en su rol, cuando ya no puede ser espontánea con nosotros porque está tratando de acomodarse.

Agotamos cuando nuestro amor o nuestro odio es intenso pero mezquino, cuando ese amor o ese odio quiere “todas las perdices”, no se contenta con la única perdiz, la necesaria y la suficiente. Pasa que abusamos de la gente, eso es agotarlos. Agotamos a una persona cuando la tenemos prisionera de un afecto, cuando especulamos, cuando usamos la lógica del comerciante, cuando llevamos una libreta donde apuntamos todas sus faltas y luego vamos, como infames recaudadores, a cobrárselas. Agotamos si celamos, pero también si descuidamos al otro.

Agotamos a una persona querida cuando nuestro querer está repleto de exigencias, cuando hemos hecho contratos, cuando estamos llenos de promesas incumplidas y cuando la volvemos a atar a una nueva promesa. Agotamos cuando lo que amamos en el otro es el amor que nos tiene. Una persona se agota si nosotros, como parte de su historia personal, le infringimos cautiverio, la arrinconamos a su pasado, no la dejamos ser por nuestros prejuicios, creemos saber todo de ella y la damos por sentada, despreciamos sus intentos de cambio.

Un guerrero si ama, no agota a su amado. Porque trata siempre de tener ojos nuevos para la relación, porque hace que fluya creativamente, porque hace ofrendas y no exige, ni corrige, ni tolera, ni simula, ni amenaza. Un guerrero cuando ama se da, pero no da lo que no puede, lo que es ilegítimo mantener como propio en una relación de poder: SU LIBERTAD.

Fuente: Diego Galo Ulloa
Duendes Avalon



La tensión en la espalda y sus causas por zonas


viernes, 24 de abril de 2015


PROFECÍA INDIA DE “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS”

Normalmente asociamos las profecías a pronósticos catastróficos y amenazas de grandes males, pero en este caso nos anuncian una gran esperanza y Utopía, y merece la pena conocerla.

“Cuando la oscuridad se haga más densa, cuando la Tierra clame de desesperación, cuando plantas y animales sean despreciados y pisoteados por el hombre, vendrán por el Oeste … se les verá llegar. Los Guerreros del Arcos Iris. Que traerán la Luz, el Conocimiento y el Amor al resto de sus semejantes. Enarbolando el símbolo de la Conexión y el Anclaje con el Verdadero Amor”.

Esta es la profecía completa:

Hubo alguna vez una anciana llamada Ojos de Fuego, nativa de la tribu Cree de Norteamérica. Esta mujer lanzó una profecía que hasta nuestros días hace eco…

Llegará el día en que la codicia del hombre blanco, del Yo-ne-gi, hará que los peces mueran en las corrientes de los ríos, que las aves caigan de los cielos, que las aguas ennegrezcan y los árboles ya no puedan tenerse en pie.

Y la humanidad, como la conozco, dejará de existir. Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a “los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos” para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de la humanidad, y serán conocidos como “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS“.

Llegará el día en que algunas personas despierten de su letargo para forjar un Mundo Nuevo de justicia, de paz, de libertad y de respeto por el Gran Espíritu. Los Guerreros del Arco Iris transmitirán el mensaje, para difundir sus conocimientos a los habitantes de la Tierra, a los habitantes de Elohi.

Ellos enseñarán a vivir como vive el Gran Espíritu, y mostrarán cómo ese mundo futuro se ha alejado del Gran Espíritu y por qué razón se encontrará tan enfermo. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la gente que este Ser Ancestral, el Gran Espíritu, es un ser de amor y comprensión, mostrarán cómo devolverle a la Tierra, a Elohi, toda su belleza.

Estos Guerreros del Arco Iris proporcionarán a la gente los principios y reglas para hacer una vida acorde con el mundo. Estos principios serán los mismos principios que seguían los pueblos del pasado. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y de la comprensión.

Y enseñarán por los cinco rincones de la Tierra cómo alcanzar la armonía entre las personas. Le enseñarán a la gente cómo orar al Gran Espíritu de la misma manera como lo hacían los pueblos del pasado, dejando que el amor fluya como las hermosas corrientes que descienden de las montañas, por cauces que las llevan a unirse con el océano mismo de la vida.

Y una vez más renacerá la alegría de estar en compañía, como también en la soledad. Estarán libres de envidias mezquinas, y amarán a sus semejantes como a sus hermanos, sin importar el color de su piel, su raza o su religión. Sentirán cómo la felicidad inunda sus corazones mientras se vuelven cada uno con el resto de la creación. Sus corazones serán puros e irradiarán calidez, comprensión y respeto por la humanidad, por la naturaleza y por el Gran Espíritu. Y una vez más colmarán sus mentes, sus corazones, sus almas y sus actos de los pensamientos más puros, para así aspirar a la magnificencia del Maestro de la Vida, ¡el Gran Espíritu!. Hallarán la fortaleza que se oculta en la belleza de una oración y en los momentos de soledad de la vida.

Y sus hijos nuevamente podrán correr libres y disfrutar los tesoros de la Naturaleza y de la Madre Tierra, libres de venenos y de la destrucción generada por el Yo-ne-gi y sus prácticas codiciosas.

Los ríos fluirán limpios otra vez, los bosques serán abundantes y llenos de hermosura, y otra vez habrá aves y animales sin número. Nuevamente se respetarán los poderes del planeta y de los animales, y la conservación de todas las cosas bellas se convertirá en una forma de vivir.

El pobre, el enfermo y el necesitado recibirán cuidados de sus hermanos y hermanas de toda la Tierra. Y estas prácticas serán de nueva cuenta parte de sus vidas cotidianas.

Los líderes de los pueblos volverán a ser elegidos a la vieja usanza… no por el grupo político al que pertenezcan, ni porque griten más fuerte o presuman más, tampoco por un proceso de intercambio de insultos o acusaciones mutuas; serán elegidos aquellos cuyas acciones digan más que sus palabras. Serán elegidos como líderes o Jefes aquellos que den muestras de su amor, su sabiduría y su valor, que hayan sido capaces de actuar por el bien de todos. Serán elegidos por sus cualidades, no por la cantidad de dinero que posean. Y al igual que los Jefes devotos y considerados de la antigüedad, usarán su amor para entender a la gente y para asegurarse de que sus niños y jóvenes sean educados en el amor, en el trabajo y en el conocimiento de su entorno.

Les mostrarán que los milagros pueden hacerse realidad para curar a este mundo de todos sus males, devolverle la salud y la belleza que antes tuvo.

Las tareas que les esperan a los Guerreros del Arco Iris serán muchas y mayúsculas. Habrá enormes montañas de ignorancia que será necesario vencer; se enfrentarán contra prejuicios y odio. Tendrán que ser dedicados, firmes en su fortaleza y tenaces de corazón. Porque en su camino hallarán mentes y corazones dispuestos a seguirlos en esta senda que le devolverá a la Madre Tierra toda su belleza y su plenitud.

Ese día llegará pronto, ya no está lejos. Llegará el día en que nos demos cuenta de que todo lo que somos, nuestra existencia misma, se la debemos a las gentes que han reservado su cultura y su herencia, a esas personas que han mantenido con vida los rituales, las historias, las leyendas y los mitos. Y será gracias a este conocimiento que ellos han preservado, como volveremos a estar otra vez en armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma. Y descubriremos que este conocimiento es nuestra clave para la supervivencia. Éstos serán los Guerreros del Arco iris, y ésta es la razón que me impulsa a proteger la cultura, la herencia y los conocimientos de mis antepasados. ”

“El optimismo de la acción es preferible al pesimismo del pensamiento”
Viejo proverbio Cree



jueves, 23 de abril de 2015


SEÑALES FRECUENTES DE LOS ÁNGELES

Los ángeles siempre están buscando la forma de estar en constante comunicación contigo, especialmente cuando les pides ayuda o validación en algún tema que te agobia. Sin embargo, muchas veces por estar en continua actividad no nos damos cuenta de que en la punta de nuestra nariz están las respuestas o las señales que necesitamos recibir de su parte.

Es importante considerar que sus mensajes SIEMPRE serán de manera amorosa, jamás agresiva o invasiva, frecuentemente son fuera de lo ordinario y tendrán un importante significado para ti así como que el tiempo coincide con tus oraciones o preguntas hechas.
Algunas formas que ellos utilizan para comunicarse con nosotros son:

NUBES

Para el mundo angelical es muy sencillo utilizar este recurso debido a que es su medio natural, si alguna vez sientes la necesidad de mirar al cielo hazlo, seguramente podrás ver la hermosa figura de un ángel o alguna forma que sea muy representativa para ti.

No intentes “descifrar” un ángel en alguna nube, en verdad cuando hay una nube así lo vas a distinguir claramente.

PLUMAS

Puedes encontrar plumas en lugares inexplicables o en un sitio donde tenga mucho sentido para ti. Puede ser dentro de un automóvil, un elevador, en un cajón o consultorio médico.

Los ángeles recurren a esta señal cuando creen que es necesario que percibas su presencia o para darte validación de alguna pregunta que les has hecho.

Las plumas pueden ser de distintos colores o tamaños, si te “topas” con una en el camino en verdad debes sentirte afortunado, es una señal muy clara por parte del reino angelical, ya que es una manera de decirte que están plenamente comprometidos a la petición o pregunta hecha.

MÚSICA

Recientemente los científicos han descubierto que la tierra emite un tono armónico hacia el universo, este sonido es creado por los sonidos de la naturaleza y por nosotros.

Nuestros ángeles utilizan este recurso para enviarnos mensajes claros ya sea por medio de sonidos, notas musicales o canciones.

¿Te has preguntado por qué algunas veces escuchas una canción sin parar a donde quiera que vas? Cuando esto te pase tómate unos minutos y escucha que están tratando de decirte.

MONEDAS

Las monedas son otro recurso utilizado por nuestros ángeles para mostrarnos que están junto a nosotros incondicionalmente, con esta nos dan guía o señales de su compañía.

Como todas las anteriores siempre tendrán sentido para ti. Puedes encontrarlas tiradas en la calle o en lugares sin sentido o incluso donde antes “no había nada”.

Cuando encuentres una moneda o un billete, analiza si tienen algo escrito o el material o la fecha. Muchas veces ahí está la respuesta sobre algo que pediste o preguntaste.

Recuerda, siempre debe tener un significado para ti.

NÚMEROS

Algunas veces comenzarás a ver secuencias numéricas o números que se repiten constantemente en durante algunos días, ya sea al momento de ver la hora, en las placas de un auto, en carteles o en alguna nota del súper.

Presta atención a estas secuencias, ellos están tratando de decirte algo.

ARCOIRIS

Históricamente el arcoiris es reconocido como un símbolo de amor, cuidado, soporte y protección en el mundo espiritual. Es importante mencionar que este puede aparecer no solo en el cielo, si no en un reflejo en la ventana, o una pintura, o una fotografía.

Cuando pidas una señal y observes un arcoiris, puedes estar completamente seguro de que la situación está totalmente controlada y que ellos están resolviendo tu pedido de la mejor manera.

Si recibes esta señal, es un mensaje claro de que debes soltar y dejar todo el control en sus manos, deja fluir ten la seguridad de que pasará lo mejor.

OLORES

Cuando vas caminando por la calle o en tu casa sin sentido alguno percibes un olor a flores, un olor inexplicablemente delicioso o que te recuerda a un ser muy querido, ellos están ahí es una linda manera de reiterar su amor y compañía. Agradécele y disfrútalo.

Recuerda que si alguna señal no es totalmente clara para ti o quieres validación pide que se te presente de otra manera, ellos no te juzgarán al contrario, harán todo para que tu estés plenamente seguro que ellos están contigo y asegurándote que te han escuchado.

Ellos no juzgan, no se molestan porque pidas otras señales. Al contrario, les gusta demostrarte que están más cerca de lo que te imaginas.

Fuente: Doreen V. - Alas de luz



Vaya lío...


miércoles, 22 de abril de 2015


LA CONSCIENCIA DEL SISTEMA INMUNE

Neurociencia-neurocultura: Reflexiones sobre la Gestión del estrés
Dr. Tomas Álvaro
Médico patólogo y licenciado en psicología clínica, es también científico e investigador de la respuesta inmune contra el cáncer, con más de 100 publicaciones científicas. Tomás Álvaro dedica todo su esfuerzo profesional a investigar los tumores que hacen los linfocitos desde un punto de vista distinto de lo habitual y actualmente es director del Centro Médico Arjuna.

Facebook: Centro Arjuna Tortosa
Web: www.arjunatortosa.org


Preguntas atrevidas

El sistema inmune (SI) desarrolla un papel fundamental en nuestra salud física y espiritual. Constituye un auténtico cerebro periférico compuesto por linfocitos, esos pequeños vórtices energéticos transmisores de conciencia que vehiculan nuestros pensamientos hasta hacer diana en cada una de las células de nuestro cuerpo.

En este escrito, podríamos explicar que nuestro sistema inmune reside en los órganos linfoides, las amígdalas, los ganglios linfáticos o la médula ósea, pero solo diremos que es un sistema ubiquitario, vivaz y dinámico, que transita de forma permanente por el sistema circulatorio y que no deja un solo milímetro de nuestro ser descuidado desde antes de nacer y hasta la muerte.

Podríamos explicar que hablar de sistema inmune es una gran simplificación y que en realidad cuando lo hacemos estamos metiendo en el mismo saco linfocitos, mastocitos, polinucleares o macrófagos, pero solo diremos que entre todos ellos constituyen un auténtico ejército de especialistas con funciones específicas y a veces encontradas, que encarnan literalmente nuestro sexto sentido.

Podríamos explicar que solo de linfocitos tenemos circulando por la sangre y entre nuestras células más de 1000 gramos de los mismos, un auténtico órgano principal, pero solo diremos que tenemos más linfocitos que neuronas, capaces de recoger y enviar información de forma simultánea a cada rincón de nuestro cuerpo, y que no hay condición patológica sin participación inmune o inflamatoria.

También podríamos explicar que cada uno de esos elementos específicos leen su ambiente, analizan la información y luego seleccionan el programa de comportamiento adecuado, pero solo diremos que el sistema inmune está a nuestras órdenes para hacernos vivir y aprovechar las oportunidades que la vida nos da, ya sean estas dolorosas como cuando se manifiestan en forma de una infección o un tumor, o cuando son dichosas, como cuando comemos nuestro plato favorito o hacemos el amor.

Podríamos explicar que las cartas de poder del sistema inmune están representadas por las linfocinas, los productos de secreción de los linfocitos, pero solo diremos que ellas son sus mensajeros y portadores de sus órdenes de trabajo, y que sus mejores amigas y enamoradas son las hormonas del sistema endocrino, con las que siempre están abrazadas.

Podríamos explicar que no hay dos sin tres, y que sistemas inmune y endocrino se alían con el nervioso y entre los tres forman un triángulo de información en donde el sistema nervioso impone su melódico ritmo, el del día y la noche, el de la luz y la oscuridad, el del bienestar y el malestar, el del placer y el dolor, el de los períodos de sueño y el ritmo circadiano. Pero solo diremos que esa conversación nunca cesa, ni tan siquiera cuando dormimos y mucho menos cuando nos quedamos sin energía. Precisamente es en esos casos cuando nuestro sistema inmune se la lleva toda; justamente es cuando más la necesita para desempeñar su trabajo en esos momentos de enfermedad o depresión, y que es por eso que los problemas de sueño se asocian a tantas enfermedades y problemas.

Pero quizás no toque aquí y ahora hablar de este tipo de cosas: basten para esos aspectos las meras notas apuntadas. En cambio la propuesta de este escrito será una invitación atrevida a hacernos e intentar contestar otro tipo de preguntas: ¿podrá el pensamiento afectar nuestro sistema inmune?; ¿podrá la consciencia afectar la materia?, ¿podríamos utilizar deliberadamente la intención para mejorar nuestro sistema inmune?

Y algunas respuestas

No vamos a entretener las respuestas para el final. Iremos directamente al grano para decir que toda esta extraordinaria maquinaria neuro-inmuno-endocrinológica está permanentemente a nuestras órdenes y que cada uno de nosotros, de forma consciente o no, la estamos movilizando en cada segundo de nuestra existencia. Y podemos añadir que tenemos buenas noticias para nuestro hemisferio izquierdo lógico e intelectual, ya que no tendremos que esperar otros 50 años para disponer del conocimiento que explica paso a paso todo el proceso. Efectivamente, es nuestro cerebro el que coordina y envía sus órdenes a través del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal y pone en marcha la secreción de una serie de hormonas que alcanzan los linfocitos, los cuales en última instancia transmiten aquellas órdenes, las del cerebro. Y también a través del sistema nervioso autónomo, simpático y parasimpático, al cual el sistema inmune presta especial atención y escucha en cada momento.

Si damos un pequeño paso atrás y contemplamos este paisaje con un poco de distancia, contemplaremos como nuestros pensamientos, actitudes y creencias crean las condiciones de nuestro cuerpo a través de los sistemas de control homeostático de nuestro organismo, los sistemas nervioso, endocrino e inmune. El estado emocional filtra y modula la percepción para que los estímulos ambientales, los factores psicosociales, los estresores que vivimos y en general todo aquello que nos importe, produzca determinado tipo de impacto sobre el cerebro. Este utiliza el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal por un lado, y el sistema nervioso vegetativo por el otro para comunicarse con el sistema inmune. Los intermediarios son las moléculas de información que corresponden a cada uno de esos tres sistemas, esto es, las hormonas del sistema endocrino, los neurotransmisores del sistema nervioso y las linfocinas del sistema inmune.

Y en sentido inverso el proceso también funciona: el sistema inmune recoge información periférica de estresores infecciosos o inflamatorios radicados en cualquier órgano o tejido del cuerpo, y a través de la secreción de linfocinas informa al cerebro de lo que ocurre, el cual, con la información adecuada, pone en marcha las correspondientes estrategias de comportamiento.

Es decir, que los efectos del comportamiento están mediados por las citocinas del sistema inmune, ya sea el estresor infeccioso-inflamatorio (en el sentido sistema inmune-sistema nervioso) o bien ambiental-psicológico (en el sentido sistema nervioso-sistema inmune), pero en ambos casos el sistema de respuesta es común: el sistema nervioso modula el sistema inmune y viceversa: el sistema inmune informa al sistema nervioso.

El Sistema Inmune, nuestro sexto sentido

El SI es nuestro cuidador, padre o madre perfecto... siempre que se le permita disponer de la información adecuada. El sistema inmune representa nuestro sexto sentido, aquel que informa de lo que no se puede ver, ni tocar, ni degustar, ni oír, ni oler. Pero sí es capaz de traducir información ambiental que no es captada por otros sentidos al cerebro, estímulos no cognitivos o premonición de enfermedad, por poner un ejemplo. Y entendemos ahora el sustrato orgánico de nuestra intuición ante un apetecido o rechazado plato de comida o la sensación de pródromos que empezamos a sentir antes de enfermar. Y vemos como el sistema nervioso, endocrino e inmune encarnan así en nuestro organismo literalmente el proceso de la consciencia, que queda impreso en nuestros tejidos a partir de nuestras vivencias. Y nos explicamos ahora como la persona puede enfermar y hasta morir a consecuencia del sufrimiento. Y entendemos ahora que no era poesía la afirmación de que darse cuenta, encontrar sentido, produce tal revolución fisiológica en el organismo a través de la tormenta del cambio de creencias. Y vislumbramos como la comprensión psicológica del mensaje que acarrea cada grave enfermedad ilumina el área cerebral que enviará sus órdenes al SI para que ponga fin al conflicto, ahora ya resuelto.

A la mayoría de las personas les resulta más natural entender que nuestro cerebro incida sobre el sistema inmune que lo contrario, pero ambas cosas ocurren por igual, y el sistema inmune afecta al cerebro y a la conducta. ¿Cómo? El sistema nervioso tiene receptores para linfocinas que son la consecuencia de la percepción de este auténtico sexto sentido cuyo efecto consiste en provocar los cambios en la fisiología y el comportamiento que acarrea la enfermedad: la fiebre, el adormilamiento, la falta de apetito y de ingesta de comida y bebida, la disminución de la actividad exploratoria o la disminución del comportamiento social y sexual, por mencionar unos cuantos significativos. Estas son las estrategias del organismo en respuesta al estímulo de las correspondientes linfocinas liberadas por los linfocitos que desarrollan su batalla en el campo de la infección o el tumor. Y es en particular la célula glial, la célula inmune del cerebro, ese macrófago modificado y portador de la energía magnética (eléctrica la neurona), la que se muestra sensible al impacto del estresor, ya sea este físico o psicológico, y pone en marcha la cascada neuro-hormonal-inmune que acabará produciendo su impacto sobre cada célula del organismo.

Así, los linfocitos constituyen auténticos órganos sensoriales unicelulares, capaces de detectar en una relación individual célula a célula el reconocimiento, por ejemplo, de una célula tumoral por una célula T o NK (natural killer, células asesinas naturales). El sistema inmune tiene capacidad de aprendizaje, memoria y evolución, y más aún, es capaz de aprender parámetros afectivos y cognitivos ligados a la experiencia y así afectar al cerebro y al comportamiento, tanto en el presente como en el futuro, al rememorar la percepción o la vivencia que ha quedado grabada literalmente en los aspectos somáticos del individuo. Es precisamente el sistema inmune el que transmite ese aprendizaje a cada célula del cuerpo, constituyéndose así en el primer embajador y especialista en relaciones públicas de nuestro organismo. Y naturalmente, como terrestre y humano que es, adquiere automáticamente la capacidad de equivocarse y de confundir el cuidado con el dominio, como un padre celoso que en su afán de cuidado se excede y cae en la trampa de la sobreprotección, que cuando nos referimos al SI conocemos como autoinmunidad.

Una capacidad de aprendizaje y de memoria que demostró Robert Ader hace ya varias décadas. Primero alimentó a ratas con azúcar junto con un producto químico inhibidor del sistema inmune. Tras repetir esto durante un tiempo, la simple ingestión de agua azucarada, ahora ya sin fármaco alguno, produjo igualmente la supresión de clones linfocíticos. El sistema inmune había aprendido una inmunosupresión condicionada ligada al comportamiento. Si esto es capaz de hacer el sistema inmune de la rata, ¿qué no será capaz de hacer el sistema inmune humano? El sistema inmune es capaz de emular el comportamiento de nuestros padres, pudiendo confundir el cuidar con el dominar, en el difícil ejercicio de equilibrio que propicia cualquier situación de comunicación excepcional y privilegiada como la de padre-hijo o SI-célula orgánica, que con tanta frecuencia da lugar a graves conflictos. Sirvan las ratas de Ader y las numerosas replicaciones del experimento de mil formas diferentes como ejemplo ilustrativo de condicionamiento clásico en donde el psiquismo modula la función inmune, comunicación que, como ahora ya sabemos, utiliza un lenguaje bioquímico a través de mediadores como hormonas, neurotransmisores y citoquinas.

Será fácil comprender ahora como diversos factores psicosociales, el estrés, nuestro tipo de personalidad, la preocupación, nuestro modo de afrontamiento, el apoyo social, el duelo, el conflicto de pareja, la depresión, la ansiedad, un desastre natural o un conflicto bélico producen un patrón de impacto específico sobre el SI que a la postre elabora el patrón de respuesta inmune propio de cada individuo, una forma de encarnar la experiencia en el organismo de la que, junto a la suma de otros factores como la edad, la dieta y otros, dependerá su estado de salud o enfermedad, y en caso de esta última, qué tipo de enfermedad y qué órgano se afectará, según comandará la glía receptora del impacto físico y/o emocional.

Las expresiones afecto-cognitivas son específicas respecto a células o péptidos de comunicación. Sabemos que al disminuir la ansiedad aumentan de manera específica los linfocitos CD4, que la asertividad produce un aumento de linfocitos CD8 y NK, que confesar secretos de culpabilidad produce un aumento del número de linfocitos o que las hormonas del estrés disminuyen los elementos NK circulantes. Para nosotros estos detalles son irrelevantes en este momento. Lo que queremos ilustrar es el concepto de bioinformación, la suma de cognición y biología. Que toda memoria es biocognitiva y que la mente se encuentra en todo el cuerpo. Y que el hecho de que el SI posea la capacidad de aprender parámetros afectivos y cognitivos nos explica porqué el recuerdo reproduce respuestas fisiológicas. Las impresiones que vivimos conforman nuestra realidad personal y constituyen un campo de bioinformación holográfico que se expresa a través de portales manifiestos como son el campo biológico y el campo mental. Y entendemos así la patología como una indefensión crónica en un tejido de mente, cuerpo e historia personal donde existen tantos tipos de respuesta inmune como condiciones patológicas.

¿Para qué sirve todo esto?

De esta interacción neuro-inmunológica nace el uso terapéutico de la estimulación cortical en la enfermedad, pero también del estímulo intencional y guiado mediante la percepción y el pensamiento. Se trata de utilizar el sistema de recompensa cerebral, que produce un refuerzo positivo del SI dependiendo del estado emocional (capaz, como ya se dijo, de alterar la percepción), a través del circuito límbico-hipotalámico, es decir, lo mismo que produce en condiciones normales el agua, la comida o el sexo en su cotidiana caricia de nuestro SI.

El impacto del estrés psicológico sobre el SI humano ha sido ampliamente explorado y estudiado. En estos momentos conocemos el efecto específico de los estresores agudos, los estresores naturales breves o los estresores crónicos y como sus efectos dependen del tipo y la secuencia de eventos. Especialmente es el estrés crónico el que disminuye la función inmune, el número y la función de células NK, las poblaciones linfocitarias, la proliferación linfocitaria, la producción de Ac y la reactivación de infecciones virales latentes. Pero para nosotros lo interesante en este momento es comprender que el SI no es autónomo, sino que responde a gran número de señales internas y externas y a otros sistemas, el endocrino y el nervioso, constituyendo así un auténtico eslabón entre la consciencia y la materia o, si se quiere decir así, donde radica el puente entre la ciencia y el espíritu. Y por tanto que no es la situación en sí o el hecho vivido, sino la manera en que el individuo afronta una situación emocional la que es capaz de producir variaciones significativas en la respuesta inmune. Que no es lo que te pasa, sino como lo vives lo que se encarna en ti. Y eso va a depender de tu estado emocional, de tu nivel de recursos defensivos, tanto individuales como del apoyo del grupo, de si decides compartir el dolor o vivirlo en soledad, buscar ayuda o reprimir la experiencia, expresar el conflicto emocional o enquistar el problema. A todo ello irá respondiendo puntualmente el sistema neuro-hormonal-inmune, guiado por la consciencia del individuo, y encarnado fielmente en cada célula del organismo.

Y el rompecabezas entero empieza a cuadrar. La respuesta selectiva ante estímulos agradables o desagradables. Los correlatos entre las emociones y los estados fisiológicos. Los patrones específicos de respuesta inmune para cada tipo de enfermedad, de tumor, de órgano o de tipo celular afecto. La influencia en la salud del estatus socioeconómico o las variables sociales, capaces naturalmente de elevar el riesgo de enfermedades inflamatorias, regular la expresión génica de los linfocitos o producir un aumento estadístico de morbilidad y mortalidad. Y empezamos a vislumbrar los mecanismos epigenéticos por los que tanto el estrés como la depresión se asocian a defectos en la reparación del ADN y a alteraciones de la apoptosis. Y como la manera de afrontar el estrés y también la intervención psicológica inciden de forma directa sobre la evolución y la supervivencia de enfermos de SIDA, cáncer de mama o enfermedad cardiovascular.

Y empezamos a entender nuestro secuestro de energía en el momento en que enfermamos. Las linfocinas del foco inflamatorio o tumoral informan a nuestro cerebro, el cual afecta el comportamiento dando fatiga, adormilamiento o disminución del comportamiento social y locomotor. Pero es que esa es la estrategia de la que el organismo dispone para ahorrar energía, ahora requerida para activar el sistema nervioso vegetativo, el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal y el sistema inmune. Y no es preciso que estemos enfermos para que el sistema entre en funcionamiento: hasta el estado civil lleva parejo determinado estado fisiológico que determina el grado y tipo específico de funcionamiento de los sistemas cardiovascular, endocrino e inmune. Y construimos así nuestro patrón individual y específico de respuesta inmune, auténtico carné identificativo encarnado en cada una de nuestras células, memoria y recuerdo de nuestras experiencias vividas, contenedor de futuros momentos de gloria y ásperos escollos de sufrimiento y enfermedad. Todo eso contiene nuestro SI y algunas cosas más. Y ahora, por primera vez, aún considerando los microbios o los contaminantes como agentes que las provocan, se vislumbran las verdaderas causas de la enfermedad como individuales y sociales. Y con Lewontin, podemos considerar el organismo como constructor activo de su propio ambiente, en contra del determinismo genético y a favor de una participación activa en la construcción del estado de salud y enfermedad.

Las edades del Sistema Inmune

El estrés prenatal disminuye el peso fetal y se asocia a parto prematuro y bajo peso al nacer. También afecta al sistema inmune a lo largo de todas las etapas de la vida: en la adolescencia disminuye la respuesta vacunal, en el adulto aumentan los niveles de cortisol y en el anciano se asocia a un incremento de alteraciones metabólicas y cardiovasculares. Es decir, que el estrés prenatal y en la vida temprana produce un importante impacto sobre la fisiología y función inmunes. Y esto ocurre debido a que las experiencias estresantes durante el desarrollo fetal y primeras etapas de la vida alteran la respuesta del sistema nervioso, el sistema endocrino y el SI. Encontramos así sentido a tantas técnicas transpersonales de inducción de estados no ordinarios de conciencia y trabajo sobre matrices perinatales. Es preciso regresar al momento en que el flujo quedó bloqueado, fue en aquel campo de batalla donde se perdió la llave que abrirá la puerta a sucesivos y más elevados estados de desarrollo y evolución personal.

En el otro extremo de la vida sabemos que el envejecimiento se asocia a alteraciones endocrinas, cognitivas y autoinmunes que, naturalmente, se asocian a cambios inmunológicos y respuestas inflamatorias de las que dependen el incremento en infecciones, tumores, enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y metabólicas propias de esta etapa de la vida. Pero también encontramos ancianos sanos, con un buen estado de bienestar y capacidad cognitiva conservada. Cuando se estudia en ellos el SI es posible comprobar como su función se encuentra conservada. ¿Cómo es eso posible sabiendo que a partir de los 50 años el timo ve reducida su habilidad de producir nuevas células T y a partir de los 60 años es incapaz de hacerlo? Pues bien, lo que comparten estos ancianos es el disfrute de un buen apoyo social. Lo que sucede en la sociedad occidental es que normalmente este disminuye considerablemente con la edad, y se ha comprobado que es la soledad la que se asocia directamente con la disminución de la función inmune que acarrea todos los problemas mencionados. Esto es, igual que ya sabíamos que en el recién nacido su tallo cerebral codifica de igual manera un episodio de hipoxia y la deprivación afectiva, en el anciano el estrés y el envejecimiento también desarrollan el mismo papel nocivo sobre la función inmune.

La salud: un sentido claro del Yo

La salud es integridad en busca de sentido. Y para conocer la integridad primero es preciso contar con la capacidad de autorreconocimiento. El timo, ese pequeño y discreto órgano, representa en nuestro organismo el sistema de autoreconocimiento celular, en diálogo permanente con otra glándula todavía más pequeña y fundamental, la pineal, el principal y más importante activador central del SI.

Es en el seno de la glándula tímica donde se produce el maravilloso proceso del autoreconocimiento. Sus células nodrizas epiteliales reciben en audiencia a los linfocitos T y a través del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) se produce un proceso de selección negativa que conduce nada menos que a un 95 % de obediente autosuicidio celular a través del mecanismo de apoptosis. En condiciones normales apenas un 5 % de linfocitos T sobrevivirán a la entrevista y dejarán atrás el timo en su largo viaje para iniciar su importante función: establecer los límites entre el yo y lo ajeno, ese papel primordial del SI mediado por los receptores de identidad o receptores de histocompatibilidad, herramientas que el SI utiliza para distinguir lo propio de lo ajeno.

De una manera muy sencilla podríamos decir que en condiciones normales las células del SI en su continua ronda de vigilancia por el organismo van interactuando con todos y cada uno de sus elementos formes. En su proceso de reconocimiento de las células normales, a través fundamentalmente de moléculas MHC, tras un saludo cordial cada cual sigue su camino. También formando parte del proceso fisiológico de funcionamiento, cuando una célula somática es portadora de una anomalía, tal vez una mutación que no ha podido ser reparada o tal vez la lesión por un virus, entonces la célula correspondiente del SI detecta principalmente la ausencia de moléculas de clase I de MHC en dicho elemento, y tras un saludo inicial inicia su proceso de destrucción. Este rito se autoperpetúa en nuestra economía desde antes de nuestro nacimiento y hasta la muerte, en una noria continua de muerte y renacimiento celular cuya velocidad va disminuyendo con los procesos de estrés y envejecimiento, como ya hemos visto.

Pero, ¿cómo, entonces, es posible que se produzcan esas auténticas fobias del SI a las que llamamos alergias? ¿Y qué sucede cuando nuestro organismo desarrolla tumores que amenazan su integridad? Pues es aquí cuando empezamos a confundir amigos con enemigos en nosotros mismos y a esa pérdida de autorreconocimiento le llamamos autoinmunidad; o cuando nuestra consciencia se queda dormida y no se entera de que algo se está pudriendo en nuestro interior, confundiendo ahora a enemigos con amigos, ordenando a nuestro SI que sea tolerante y permita el crecimiento de la clona tumoral que pondrá a prueba nuestra integridad si no somos capaces de descifrar su mensaje. El SI posee la capacidad de erradicar el cáncer, y de hecho en eso consiste buena parte de su trabajo normal. Pero el SI percibe a la mayoría de tumores como «self», como sí mismo o como algo propio. Y por tanto, calla. Cuando nos asomamos al microscopio podemos ver escenificada la batalla de la pérdida del autorreconocimiento conformando el infiltrado inflamatorio exagerado y destructor del parénquima tiroideo en la tiroiditis autoinmune, o la inocente respuesta inmune antitumoral que se muestra ineficaz ante el avance contundente de un cáncer de mama, ya que el SI recibió la orden de callar en un proceso equivocado de anergia obligado a interpretar que el tumor le pertenece.

El Sistema Inmune, un sistema caótico manejado por la Consciencia

Y seguimos añadiendo piezas al rompecabezas. Y entendemos ahora como los rasgos de la personalidad o el apoyo social afectan a parámetros biológicos, afectivos, cognitivos y de comportamiento. Y por primera vez nos encontramos en disposición de predecir de forma eficaz qué pacientes, con qué tipo de personalidad o forma de afrontamiento, con qué enfermedad o tipo de tumor u órgano afecto, se beneficiarán de qué tipo de intervención psicosocial, de apoyo, expresiva o existencial. Porque ahora sabemos que podemos poner en marcha una respuesta psicológica capaz de modular el eje sistema nervioso-sistema endocrino-sistema inmune, y dirigir un auténtico tsunami de citocinas, neurotransmisores y hormonas que utilizarán miles de proteínas y reguladores tisulares de crecimiento celular que determinarán a nivel corporal la presencia de enfermedad o no, y la progresión o curación de la misma.

Y vislumbramos ahora la auténtica dimensión de nuestro SI. Aún a sabiendas de su tremendo poder, es capaz de mostrar su mayor rasgo de grandeza al mostrarse sumiso a otros mecanismos que le controlan a él: el comportamiento, la actitud y la intención, herramientas disponibles en manos de nuestra Consciencia. Y descubrimos maravillados el potencial que reside en nosotros para afectar una enfermedad física desde la mente. Y encontramos certeza en el papel de la psicoterapia y el apoyo al paciente oncológico como pieza fundamental en el proceso de cambio de creencias que lleva desde el cambio mental hasta el cambio tumoral movilizando todas esas herramientas que el organismo le brinda.

Y comenzamos a entender el milagro de las regresiones espontáneas de tumores avanzados, y la continua catarata de casos y más casos clínicos de curaciones imposibles de tumores avanzados, de enfermedades autoinmunes curadas cuyos antiguos diagnósticos ahora se cuestionan, de enfermedades genéticas cuyos genes y su expresión fueron controlados por la fuerza epigenética de la Consciencia.

Y nuestra inquietud intelectual encuentra consuelo al conocer la relevancia de las leyes del caos y el efecto mariposa sobre el SI. Ya sabíamos que los sistemas biológicos manifiestan muchas de las características y leyes de las Teorías del Caos, así es que recibimos con gozo la sorpresa de comprobar estructuras fractales y atractores capaces de determinar el comportamiento clínico o la respuesta inmune en la interacción con el tumor. Y entendemos el efecto curativo literal de aquella mirada, aquel abrazo o aquel acto de comprensión amorosa y de perdón que hizo verdad que dadas unas condiciones iniciales, la más mínima variación en ellas pueda provocar que el sistema evolucione en formas totalmente diferentes. Fue aquella pequeña perturbación inicial la que, mediante un proceso de amplificación, pudo generar un efecto tan grande que estableció la activación de respuesta inmune que finalmente supuso la curación.

El poder del Sistema Inmune

Los estímulos agradables, placenteros y felices que la vida nos brinda se convierten en potentes inmunoestimuladores y mejoran el estado de ánimo. A nuestro sistema inmune le gusta que le cuiden y hasta que le mimen y, por supuesto, evitar aquellas cosas que no le sientan bien, y muy especialmente las más venenosas, como los pensamientos de rabia, ira, pesimismo o desilusión.

Es posible influir en el SI a través de imágenes mentales y pensamientos positivos. Y esta comprobación ha hecho prestar especial atención al efecto de la psicoterapia y la intervención psicosocial. El tiempo de poner en práctica una terapia psico-neuro-inmunológica ha llegado. Los niveles de cortisol, prolactina, células NK, CD4 o CD8 pueden y deben ser modulados sin recurrir a drogas ni trasplantes; los efectos psicológicos, el comportamiento de salud y los efectos biológicos e inmunológicos son abordables desde el diálogo y la tierna caricia de nuestro triángulo de paz, amor y libertad, esto es nuestros sistemas nervioso, endocrino e inmune.

He aquí la farmacopea que alimenta y aviva nuestro SI: encontrar el significado de la vida, una sexualidad plena y sin complejos, el sueño en apropiada cantidad y calidad, una visión positiva de la vida, una buena autoestima, cuidar la dieta, hacer ejercicios de relajación, actividad física moderada, una expresión emotiva donde campen el juego, la risa, el amor y la felicidad, contar con apoyo social y hacer meditación todos los días.

Todos ellos han sido estudiados y de todos ellos el lector interesado podrá encontrar abundante bibliografía científica especializada. Un solo y breve ejemplo, la contrapartida de la respuesta de estrés, esto es, la respuesta de relajación. Con ella no sólo disminuye el consumo de oxígeno y aumenta el óxido nítrico exhalado; sino que también disminuye el distress psicológico y es posible producir cambios genómicos en el metabolismo celular. Y entendemos ahora el auténtico poder curativo de la meditación, la oración, el yoga, el tai-chi, los ejercicios respiratorios, la relajación muscular progresiva, el biofeedback, la visualización guiada, o el qigong... potentes herramientas del laboratorio molecular que no utiliza sondas ni probetas, solo la potente herramienta de la respuesta de relajación.

Expresión emotiva

Las personas optimistas viven más que las pesimistas. Por intuición, ¿verdad que nadie necesita verificar a través de un trabajo científico que el optimismo fortalece el SI o que el pesimismo se asocia estadísticamente con mortalidad? Pero ello ha sido probado, y ¿verdad que a estas alturas ya no nos sorprende saber que el mecanismo es a través de la modulación del SI?

Ahora bien, añadamos aquí una nota de atención: el optimismo no siempre ejerce un efecto protector sobre el SI; sí ante estresores sencillos, pero no ante estresores difíciles. Es decir, que no podemos dejar de tener los pies en el suelo, que unos gramos de realismo nos van a ayudar a nosotros y a nuestro SI, y que la disponibilidad de recursos y no esconder la cabeza bajo el ala será la manera de salir del atolladero.

El rasgo inmune, ese típico estado inmune de un individuo que varía a lo largo del tiempo y en diferentes contextos, va a perfilar las experiencias, las enfermedades y su evolución. Y a través de la historia del individuo, va a personificar, va a hacer tomar forma corporal, va a encarnar literalmente y servir de filtro entre la vida y nuestro organismo a través de ese maravilloso eslabón de la Consciencia representado por el SI.

Meditación e inmunidad

No podíamos acabar este artículo sin hacer siquiera una breve referencia específica al ejercicio de la meditación. Aunque solo fuera porque las evidencias experimentales indican que las personas más eficaces son aquellas que han adiestrado sus mentes, lo cual por cierto resulta de una lógica aplastante. ¿Qué haría usted si pretende ser un virtuoso del piano? ¿O un atleta de competición? Pues de la misma manera si lo que desea es trabajar las zonas del cerebro asociadas a la atención o tener una consciencia plena de las sensaciones, quizás sea una buena idea empezar a trabajar con la herramienta que ofrezca esos beneficios: la meditación.

La meditación tiene efectos «dosis dependientes», produce aumentos en el grosor de la corteza cerebral y deja su huella de forma permanente en la estructura cerebral, remodelando determinadas partes del cerebro. Eso sirve para integrar procesos emocionales y cognitivos, lo cual ya es mucho, pero sobre todo permite el acceso a áreas más allá del intelecto y de la razón y produce cambios significativos en las personas sanas, en su fisiología, en sus emociones, en su pensamiento y en su nivel de Consciencia. Quizás este pudiera ser el tema de un próximo artículo, el de la revisión de los cientos de estudios disponibles sobre el efecto de la meditación sobre diferentes enfermedades y patologías. De momento quede aquí constancia del poderoso efecto de la meditación sobre la función inmune y los cambios físicos cerebrales sobre corteza parietal y frontal, amígdala e hipotálamo, artífices de su eficacia.

Conclusiones: ¿cómo cuidar y mejorar nuestro Sistema Inmune?

El SI es el órgano con el que percibimos el Yo; constituye un rasgo personal que prolonga nuestra personalidad. En este artículo apenas si hemos apuntado las notas más elementales sobre anatomía, histología, fisiología y patología que corresponden a los niveles de materia y energía del SI innato y adaptativo. Hemos señalado hacia los niveles más sutiles de información del SI reflejados en sus receptores y Ac, moduladores de sus funciones de memoria, aprendizaje y relación. Y hemos revisado el nexo de la Consciencia con el SI a través de la prolongación de nuestra personalidad o en forma de estrés, estado civil, pensamiento o terapia psicológica, por citar unos cuantos elementos de la ecuación, capaces de poner en marcha neuropéptidos, hormonas y linfocinas que, como moléculas de la información, reciben el encargo de poner el dedo de la Consciencia en cada célula de nuestro organismo.

Bajo condiciones adversas, cada tipo de estrés físico o psicológico produce un patrón específico de impacto que recibe el órgano más próximo según el sistema propio de creencias. Los genes son regulados por señales ambientales y las células leen su ambiente, analizan la información y luego seleccionan el programa de comportamiento adecuado para mantener su supervivencia y su función. El sistema nervioso en forma de emociones y pensamientos, creencias y conductas, envía sus mensajeros a través del sistema endocrino que informa y alienta al sistema inmune, mientras que este a su vez actúa como un sexto sentido, traduciendo el campo de bioinformación holográfico y expresándolo a través de los portales físico, mental y espiritual de la persona a través de cada linfocito que, como neuronas ambulantes, como pequeños cerebros periféricos actúan como órganos de los sentidos para informar al cerebro de lo que está pasando en cada rincón del organismo. Ese es el SI, auténtico eslabón de enlace entre la Consciencia y la materia.

En este artículo hemos desgranado la idea de salud como una condición genérica, presente estructuralmente, que se expresa diferencialmente en una persona y en una sociedad concretas. La salud, así entendida, consiste en tener un sentido claro del Yo, y es el Sistema Inmune su órgano perceptor, como un auténtico sexto sentido en acción. El rasgo inmune personal representa un muy particular carné de identidad, del que depende la respuesta vital, donde están inscritos puntos flacos y de excelencia que a la larga determinarán el trayecto vital de la persona.

Y nos hemos atrevido a formular esa gran pregunta, tratando de mantenernos a la vez con la cabeza y la imaginación en el cielo y con los pies y la prudencia en la tierra: ¿podrá nuestro pensamiento afectar nuestro sistema inmune; podrá la consciencia afectar la materia; podríamos utilizar deliberadamente la intención para mejorar nuestro sistema inmune? Y hemos visto como el efecto de la Consciencia, el estímulo mediante la percepción, el pensamiento y la intención disponible en la punta de nuestros dedos y de nuestras neuronas, es capaz de influir sobre el SI de mil maneras extensamente exploradas: a través de imágenes mentales, de la expresión emotiva, el amor, la risa, el juego o la felicidad..., todos ellos y muchos más grandes moduladores del SI, auténticas fuerzas terapéuticas y elementos esenciales para la estabilidad y el desarrollo humanos.


Sirva como despedida la invitación a que difundas estos conocimientos a quien los pudiera aprovechar, pero sobre todo a que los pongas en práctica de forma personal, para que esa dichosa mezcla de amor, meditación y consciencia hagan florecer tu alma, te hagan fluir en todo momento como el agua fresca y pongan una gran sonrisa sobre tu faz.