"SI QUIERES OTRA REALIDAD, DEBES CONVERTIRTE EN OTRA
PERSONA"
Joe Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y
neurocientífico
La ley del cambio
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido
según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a
diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En
su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje
de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que
le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en
bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas
de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían.
Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una
ley".
Lleva años
defendiendo que podemos llegar a controlar nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se
reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera
constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la
realidad si sabemos cómo.
Pues debo de ser muy
torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las
mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su
cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas
conexiones que cambian físicamente su cerebro.
Nos pasamos la vida
aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar
lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa
experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas
nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.
Si fuera tan
sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que
solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por
una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados
(temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy
adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el
subconsciente.
¿Dónde está el
cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos
las víctimas de nuestra realidad o los creadores.
Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos
que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces
como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían
esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.
Primero crearon el
cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el
tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa,
y lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero
concentrados en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro
cuerpo y no sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos
para crear.
Absortos en la
emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus problemas
en lugar de pensar en las posibilidades.
Pero pensar en algo
no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe
responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos.
Tenemos que escoger de manera distinta de cómo hemos escogido para que pueda
suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que,
literalmente, convertirse en otra persona.
¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos
que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se
trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema
operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el
cambio.
Pongamos, por
ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el
mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona
estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.
¿Cómo salir del
bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces
conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las emociones,
empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con los
aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar), durante
la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás capaz de
cambiarlo.
¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de
ti mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué
emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres
ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más
pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el
cerebro.
Cuanto más te
observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro
y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una
emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple
pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el
subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus
reacciones inconscientes.
¿Y qué dicen sus
colegas?, ¿le tratan de esotérico, chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden
teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden
modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20130109/54358915819/la-contra-joe-dispenza.html#ixzz3SfmciKMk
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