Playa del Viejo Rey, ideal para surferos.
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
jueves, 31 de marzo de 2016
miércoles, 30 de marzo de 2016
ESTA ES LA FORMA MÁS SENCILLA DE LLENARSE
DE FELICIDAD SEGÚN LA FILOSOFÍA SUFI
De acuerdo
con la filosofía Sufi, sentarse al lado de tu amigo o de alguien que amas es un
prerrequisito para la felicidad. Simplemente se tienen que sentar uno al lado
del otro, sin hacer nada. Quizás se miren el uno al otro y quizás no – depende
de ustedes. En cualquier caso, una persona siente una suerte de deleite interno
en esa situación porque están rodeados de alguien con el que se sienten
cómodos. Ya no tienen que encontrar algo con lo que sentirse cómodos, y ni
siquiera necesitan llenar el espacio con palabras o música. Sentarse en
silencio y sentir la presencia de tu amigo basta.
Así que ya
ves, si quieres sentirte tranquilo y feliz por un momento simplemente ve y
siéntate al lado de un amigo.
lunes, 28 de marzo de 2016
NO PUEDO CAMBIAR EL PASADO PERO EL PRESENTE
ESTÁ EN MIS MANOS
Hay personas
que se centran en el pasado y eso les impide avanzar hacia un futuro mejor. Ese
pasado puede doler pero no se puede cambiar por mucho que queramos. Es por eso
que la vida consiste en disfrutar del poder del ahora y de vivir el presente
para poder encontrar el camino de la felicidad.
La conciencia está en el aquí y ahora
Para vivir
en el momento presente tu conciencia deberá estar centrada en el aquí y ahora.
No te sentirás preocupado por el futuro ni los sentimientos negativos te
prohibirán avanzar a causa de tu pasado. El vivir en el presente implica que
estás viviendo en lo que te está pasando ahora mismo.
El pasado y
el futuro son como ilusiones, están en tu mente, sin embargo el pasado ya no
existe y el futuro aún no se ha creado. La realidad es que el mañana nunca
llega, puesto que es tan solo un concepto que tenemos para poder entender la
línea del tiempo. Un tiempo que siempre es ahora, en este preciso instante.
“La diferencia entre el
pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.”
-Albert Einstein-
Vivir en el presente podrá cambiar tu vida
Si no vives
en el presente es porque estás viviendo una ilusión. ¿Cuántas veces te has
preocupado e incluso te has sentido mal por cosas que no sabes si realmente van
a suceder? ¿Cuántas veces te has culpado por errores cometidos sin importar el
tiempo que ha pasado? Si esto lo has hecho demasiadas veces es porque en
ocasiones te sientes atrapado en las ilusiones pasadas y futuras.
Vivir en el
presente te ayudará a mejorar tu bienestar emocional, pero también podrá
mejorar tu salud física. No vivir en el presente, lo afectará gravemente. El
estrés mental a causa de vivir en la ilusiones y preocupaciones tendrá un
impacto negativo en tu salud física y emocional.
Cuando vives
en el presente y haces las paces con tu pasado y no intentas controlar tu
futuro… estarás viviendo en la aceptación. Empezarás a aceptar la vida tal y
como es ahora no cómo te hubiera gustado que hubiera sido.
Cuando vives
en la aceptación, te darás cuenta de las cosas tal y como son. Podrás
perdonarte a ti mismo por los errores cometidos en el pasado y podrás encontrar
la paz en tu corazón sabiendo que lo que deberá pasar, pasará.
Hay veces que resulta difícil vivir en el
presente
Hay personas
que sienten profunda ansiedad porque se quedan mirando atrás o porque no paran
de predecir el futuro. Pero la mayor razón por la que muchas personas les cuesta
vivir en el presente es porque no nos callamos ni dejamos de pensar.
Constantemente estamos hablando de nosotros mismos, nos cuesta escuchar otra
cosa que no sean nuestros pensamientos… y nos olvidamos de conectar con la
realidad.
A las
personas nos gusta crear historias, contarlas y escucharlas de otros para
compararlas con las nuestras. Esto no es malo y en cierto modo la vida son
historias. El problema comienza cuando sentimos la necesidad de crear historias
sobre todo y confundimos el mundo. La realidad no es un concepto, la realidad
es el ahora. Cuando nos damos cuenta de esto la paz estará en nuestro interior.
“El futuro nos tortura
y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.”
-Gustave Flaubert-
Libérate del pasado y empieza a vivir ahora
Lo peor de
vivir en el pasado o pensar constantemente en el futuro es que estás
renunciando a tu poder interno. Si no vives en el ahora estarás renunciando a
tu vida, estarás vetando tu capacidad de creación y olvidando que sólo tú
tienes la oportunidad de moldear tu vida para tu bienestar emocional.
Si necesitas
hacer cambios en tu vida para estar mejor, no esperes más y hazlos ahora. Sólo
empezando a caminar encontrarás tu camino. Si estás viviendo en el pasado,
debes saber que no puedes hacer nada por cambiarlo y si sólo te preocupas por
el futuro… no puedes hacer nada para mejorarlo a no ser que lo hagas ahora, en
el presente. Si quieres vivir en paz con tu pasado y en un futuro mejor, acepta
la realidad que tienes hoy.
Parece
complicado vivir en el presente, pero sólo tendrás que romper las cadenas del
pasado y dejar de predecir lo que ocurrirá en el futuro. Trabaja en el presente
y el pasado sólo serán buenos recuerdos y el futuro el camino que estás
recorriendo.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/no-puedo-cambiar-el-pasado-pero-el-presente-esta-en-mis-manos/
sábado, 26 de marzo de 2016
O TE VAS O TE QUEDAS, PERO NO TE QUEDES EN
LA PUERTA A ESTORBAR
Hay
relaciones de pareja en las que parece que su juego favorito es “Ni contigo ni
sin ti”. Esas donde se vuelve parte de la rutina que uno de los dos aparezca y
desaparezca como por arte de magia. Es decir, llevan tiempo juntos, pero no son
capaces de mantener una cercanía por mucho tiempo, así que se separan y vuelven
a regresar. Entre ellos existen siempre situaciones inconclusas por lo que no
se pueden alejar definitivamente, ya sea porque no pueden o no son capaces de
cerrar ciclos por diferentes motivos, como la represión de un sentimiento,
insatisfacción y remordimientos.
Son personas
que no son capaces de mantener una relación sana, no pueden mantener una
cercanía por mucho tiempo, se aburren, se cansan, se estresan. Cuando están
juntos acaban mal, pero si se separan, se extrañan, se necesitan tanto que no
pueden vivir lejos, sólo piensan en volver a estar juntos y así ¡la historia se
repite! hasta que todo termina en un círculo vicioso. Es una situación que se
da a menudo cuando hay “Dependencia Emocional”. No estamos bien, algo nos
empuja a alejarnos de la otra persona, pero cuando lo hacemos, al poco tiempo
nos invade una necesidad imperiosa de volver junto a él/ella. Y al juntarnos de
nuevo, volvemos al mismo punto anterior. Una y otra vez. Nos vamos desgastando
cada vez más, pero hemos entrado en una dinámica de la que nos está siendo muy
difícil salir.
¿Por qué sucede?
La ruptura
suele tener en este caso como característica principal la confusión y al mismo
tiempo la claridad cada vez que se separan, dejando siempre la puerta abierta
para el reinicio. Las rupturas suelen darse por: rasgos de personalidad de tu
pareja que te resultan intolerables, insatisfacción, frustración, constantes
peleas, deseo de salir con otras personas.
“En las relaciones
intermitentes, cada vez que se vuelve se apuesta porque “esta vez será todo
maravilloso”. Se apuesta por una promesa, no por una realidad.”
El regreso
depende en mucho del tiempo de separación, en donde las causas de la misma, a
la distancia, no se ven tan graves o parecen más fáciles de solucionar y se
piensa que “esta vez todo será diferente”. Entre las causas más comunes para
volver están: Sentimientos románticos persistentes hacia la pareja (como cuando
la separación más que voluntaria fue vista como un mal necesario), creencias
que esa pareja es “la pareja” de tu vida o “tu media naranja”, extrañar estar en
una relación (bajo la premisa de que una mala relación es mejor que ninguna
relación, pensamiento muy común de aquellos que no pueden o no saben estar en
soledad), personas que buscan la comodidad de estar en una relación o la
aparición de posibles pretendientes para tu ex pareja, lo que la hace aún más
atractiva e incrementa el deseo de querer recuperarle.
Este tipo de
relaciones gozan y sufren los rigores de un parque de diversiones emocional: un
día, la cueva del miedo llena de fantasmas aterradores; al día siguiente, el
castillo encantado del mundo de la fantasía, en el que todo se ve color de
rosa; poco después el jardín de los horrores con sus torturas y sus bestias
salvajes; y siempre, siempre, la montaña rusa con sus subidones y sus declives,
con su vértigo y su emoción ¡y todo eso por un solo ticket y con la misma
persona!
La
repetición inexorable de las rupturas y las reconciliaciones se adereza con
frase como éstas: “Si no me llama hoy voy a morirme”, “¿Y si es verdad que esta
vez me deja para siempre?”.
¿Todas estas relaciones son malas o
dañinas?
Eso depende
del tipo de separación. Hay parejas que aprovechan las separaciones para
reflexionar y buscan cambiar lo negativo en cada reconciliación. Hacen de sus
rupturas una oportunidad. Pero en cambio, hay otras en que las parejas van y
vienen sin hacer muchos cambios en su manera de ser o relacionarse y sustentan
su ir y venir en esperanzas y meras expectativas fantasiosas.
Estas
situaciones pueden ser muy desgastantes, un amor inconcluso o intermitente
puede durar siglos ya que se vuelve adictiva. Generan melancolía y quitan la
energía, ya que produce interacciones negativas como discusiones, peleas,
falsas expectativas al pensar que al intentarlo de nuevo todo cambiará, causa
mucha insatisfacción por la calidad de la relación, por lo que es necesario
solucionarlas de inmediato.
Una relación
en la que no se sabe lo que se quiere, en donde es difícil el equilibrio
emocional, es de lo peor que nos puede pasar, nos estancamos, no vamos hacia
adelante ni hacia atrás, si has dicho muchas veces que será la última vez,
ahora cúmplelo, si alguien te dice “hasta nunca”, con mayor razón no lo
dejes volver a entrar a tu vida de nuevo, si dice “hasta nunca” que sea para
siempre.
“Si alguien quiere
entrar a tu vida, que entre; si alguien quiere salir, que salga; pero que no se
quede en la puerta porque estorba.”
Fuente: http://sermejorpersona.com/p-o-te-vas-o-te-quedas-pero-no-te-quedes-en-la-puerta-a-estorbar-11113
jueves, 24 de marzo de 2016
HEREDAMOS POR EL ADN LAS EXPERIENCIAS DE
NUESTROS ANTEPASADOS
Vamos a
plantear una pregunta con cierta ingenuidad: ¿cómo sabe el ADN humano dónde
colocar sus piezas para crear exactamente un ser humano particular? No hablamos
de un individuo de la especie humana sino a una persona concreta, hijo o hija
de ciertos padres, descendiente de cierta genealogía.
De primera
impresión podríamos pensar que la naturaleza trabaja sobre un cuadro básico de
ingredientes, los cuales apenas sufren modificaciones a lo largo del tiempo.
Pero según la investigación de un par de biólogos canadienses, las historias de
vida (hábitos, estados emocionales, traumas psicológicos) de nuestros
descendientes modifican y otorgan a nuestro material genético un grado extra de
precisión.
La historia
resumida comienza así:
Un neurólogo
y un biólogo entran a un bar, toman un par de tragos y hablan con ligereza de
sus respectivas líneas de investigación –al salir han creado un nuevo campo de
la genética. Aunque no lo crean, esto es lo que les ocurrió en un bar de Madrid
a Moshe Szyf (biólogo molecular y genetista de la McGill University en Montréal)
y a su amigo Michael Meaney, neurobiólogo de la misma universidad.
Desde la
década de los 70, los genetistas saben que el núcleo de las células utiliza un
componente estructural de las moléculas orgánicas, el metilo, para saber qué
piezas de información hacen qué –por decirlo así, el metilo ayuda a la célula a
decidir si será una célula del corazón, del hígado o una neurona. El grupo
metilo opera cerca del código genético, pero no es parte de él. Al campo de la
biología que estudia estas relaciones se le llama epigenética, pues a pesar de
que se estudian fenómenos genéticos, estos ocurren propiamente alrededor del
ADN.
Los
científicos creían que los cambios epigenéticos se producían sólo durante la
etapa del desarrollo fetal, pero posteriores estudios demostraron que de hecho
algunos cambios en el ADN adulto podían resultar en ciertos tipos de cáncer. En
ocasiones los grupos metilo se ajustan al ADN debido a cambios en la dieta o a
la exposición a ciertas sustancias; sin embargo, el verdadero descubrimiento
comenzó cuando Randy Jirtle de la Universidad de Duke demostró que estos
cambios podían ser transmitidos de generación en generación.
Si esta
jerga genetista es ardua para algunos, digamos que Szyf y Meaney simplemente
desarrollaron una innovadora hipótesis mientras tomaban un par de cervezas: si
la alimentación y los químicos podían producir cambios epigenéticos, ¿era
posible que experiencias como el estrés o el abuso de drogas también pudieran
producir cambios epigenéticos en el ADN de las neuronas? Esta pregunta fue el
punto de partida para un nuevo campo en el estudio de la genética: la
epigenética conductual.
Según este
nuevo enfoque, las experiencias traumáticas de nuestro pasado así como las de
nuestros ancestros inmediatos dejan una suerte de heridas moleculares adheridas
a nuestro ADN. Cada raza y cada pueblo, así, llevaría inscrito en su código
genético la historia de su cultura: los judíos y la Shoah, los chinos y la
Revolución Cultural, los rusos y los GULAG, los inmigrantes africanos cuyos padres
fueron perseguidos en el sur de Estados Unidos, o bien una infancia de
maltratos y padres abusivos –todas las historias que podamos imaginar están
influídas por nuestros antecesores.
Desde este
punto de vista, las experiencias de nuestros ancestros modelan nuestra propia
experiencia de mundo no solamente a través de la herencia cultural sino a
través de la herencia genética. El ADN no cambia propiamente, pero las
tendencias psicológicas y de comportamiento se heredan: así, puede que no sólo
tengas los ojos de tu abuelo, sino también su mal carácter y su tendencia a la
depresión.
Así como la
magia y las terapias psicodramáticas afirman que para curar a una persona es
preciso revisar su árbol genealógico, la genética actual comienza a abrirse
paso en un nuevo campo que podría hacer que las “maldiciones familiares” sean
cosa del pasado.
domingo, 20 de marzo de 2016
LA VIDA ES UN RÍO QUE SIEMPRE ESTÁ EN
MOVIMIENTO
La vida es
un río que fluye, un río que siempre está en movimiento, en acción, en continuo
cambio y progreso. Por este motivo nunca debería parar, aunque es algo que sí
ocurre. ¿Por qué? ¿Por qué de repente ese río deja de fluir?
Debemos
destacar que solo nosotros podemos tomar el mando de nuestra vida. Es nuestra
y, por lo tanto, tenemos el poder de que esta se encuentre en movimiento o, por
el contrario, de que todo se paralice. Sin darnos cuenta, pero habiéndolo
decidido así, ese río se convierte en agua estancada.
“Lo realmente
importante es luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla, perder
con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene
miedo.”
-Charles Chaplin-
Atrapados en el agua estancada
A veces no
lo podemos evitar. Por situaciones que nos afectan, por experiencias que
vivimos, nuestra vida deja de fluir y nos encontramos paralizados, sin
expectativas de futuro. Esta situación es muy incómoda, aunque hay personas que
se acostumbran a ella. Seguro que conoces a alguien que prefiere quedarse
sentado en una piedra, aunque esté incómodo, antes que hacer el esfuerzo de
levantarse.
Bajo esta
incomodidad maquillada, lo cierto es que raramente obtenemos algo positivo de
quedarnos quietos, esposando de esta manera a la sensación de que avanzamos en
el desarrollo de nuestro potencial. Sin progreso no podremos lograr aquello que
nos refuerce y nos haga sentir mejor.
Pero, ¿por
qué nos estacamos? Quizás porque la lucha continua a veces produce un cansancio
mayor del que somos capaces de levantar, quizás porque nos sentimos superados
por las equivocaciones y los errores.
Debemos usar el tiempo
sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las
cosas bien.”
-Nelson Mandela-
Nunca es una
buena opción quedarse en este agua estancada durante mucho tiempo, tarde o
temprano deberás salir, pues la vida es un río que siempre está en movimiento.
Además, ten siempre en cuenta que eres tú quien elige si tu vida fluye o no. En
ti reside toda la responsabilidad.
Exprimir la vida al máximo
Reconocemos
el valor de vivir cada minuto como si fuera el último, pero al mismo tiempo nos
resistimos a cuestionar la certeza profunda de que nos queda suficiente tiempo
por delante. Si miramos nuestra agenda, probablemente descubriremos que la
rutina, las obligaciones y todos los problemas que nos abordan, nos acaban
sometiendo. De esta manera, dejamos de darle la importancia que debiera a
nuestra vida.
Muchas
veces, exprimir la vida al máximo es sencillo, el problema es que no sabemos
cómo hacerlo. Mira a tu alrededor y sopesa con el corazón el valor que tiene
todo aquello que ves, con calma, con la misma con la que te detendrías a ver el
paisaje si te despertaras en una habitación con vistas al mar, al bosque o a la
montaña.
“La vida es un río, un
cauce que se encuentra siempre en movimiento, en acción, y que nadie excepto tú
puede detener.”
-Anónimo-
Estás vivo y tienes sueños que conquistar
Sumergirnos
en la rutina y en las responsabilidades, a veces provoca que nos acostumbremos
a tener la conciencia dormida y puesto el piloto automático. Con la anestesia
de nuestra conciencia duermen también nuestras emociones e ilusiones, estando
lejos de jugar el rol de suministradores de energía.
A veces es
necesario hacer un parón en nuestra vida, un momento para dar respuesta a las
preguntas que de alguna manera tememos, porque sentimos que nos quedan como los
zapatos de nuestros padres cuando eramos pequeños. El problema es que si no le
damos una respuesta, será la fortuna y los demás quienes las contesten por
nosotros.
No utilices
los parones para estancarte. Si detienes el barco, no es para dejarlo de
nuevo en manos de las fuerzas de la
marea, es para hacerte con un timón que sentía perdido y bloqueado. No olvides
que el movimiento es una fuente de placer.
“Vive como si fueras a
morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre.”
-Mahatma Gandhi-
Ten en
cuenta que no estás aquí para desperdiciar tu existencia, ya que solo tenemos
una. Si te encuentras atrapado, busca la manera de soltarte y continuar
experimentando. A veces, nos enjaulamos porque tenemos miedo o porque hemos
pasado por malas experiencias.
¿Sabes cómo
se identifican las personas que se encuentran enjauladas de las que no? Estas
no son felices. Es imposible encontrar la verdadera felicidad si no sales, si
no vives tu vida. Sal de tu jaula. Vive, experimenta, sufre y nunca, nunca,
renuncies a tus sueños. La vida es un río que debes mantener siempre en
movimiento.
sábado, 19 de marzo de 2016
5 MARAVILLOSOS MICRORRELATOS BUDISTAS QUE
TE HARÁN MÁS SABIO
Budismo
proviene de la palabra “budhi”, que significa despertar. Por esa razón, la
filosofía budista se considera la filosofía del “proceso de despertar”. Un
proceso por el que no solamente abrimos los ojos, sino también el resto de
sentidos y nuestro intelecto, de una forma plena a través de diferentes maneras
como los microrrelatos budistas.
Con estos
cinco microrrelatos budistas, te animamos a dejar atrás la apatía, desarrollar
una mayor comprensión y convertirte en una persona más sabia. Esperamos que los
disfrutéis y exprimáis la sabiduría que conllevan.
El budismo
enseña que, aparte de cultivar el amor y la bondad, deberíamos tratar de
desarrollar nuestra capacidad intelectual para alcanzar un claro entendimiento.
La taza de té
“El profesor
llegó a la casa del maestro zen y se presentó haciendo alarde de todos los
títulos que había conseguido en sus largos años de estudio. Después, el
profesor comentó el motivo de su visita, que no era otro que conocer los
secretos de la sabiduría zen.
En lugar de
darle explicaciones, el maestro le invitó a sentarse y le sirvió una taza de
té. Cuando la taza rebosó, el sabio, aparentemente distraído, siguió vertiendo
la infusión de manera que el líquido se derramaba por la mesa.
El profesor
no pudo evitar llamarle la atención: “la taza está llena, ya no cabe más té”,
le advirtió. El maestro dejó la tetera a un lado para afirmar: “Usted es como
esta taza, llegó colmado de opiniones y prejuicios. A menos que su taza esté
vacía, no podrá aprender nada”.”
El primero
de estos cinco microrrelatos budistas nos enseña que con una mente llena de
prejuicios es imposible aprender y tomar en consideración nuevas creencias. Es
necesario “vaciarnos” de viejos preceptos y estar abiertos a nuevas enseñanzas.
El regalo
“Buda estaba
trasmitiendo sus enseñanzas a un grupo de discípulos cuando un hombre se le
acercó e insultó, con intención de agredirlo. Ante la expectación de los allí
presentes, Buda reaccionó con absoluta tranquilidad, quedándose quieto y en
silencio.
Cuando el
hombre se fue, uno de los discípulos -indignado por tal comportamiento-,
preguntó a Buda por qué había dejado que aquel extraño lo maltratara de ese
modo.
Buda
respondió con serenidad: “si yo te regalo un caballo pero no lo aceptas, ¿de
quién es el caballo?”. El alumno, tras dudar un instante, respondió: “Si no lo
aceptase, seguiría siendo tuyo”.
Buda asintió
y le explicó que, aunque algunas personas decidieran gastar su tiempo
regalándonos insultos, nosotros podíamos elegir si queríamos aceptarlos o no,
como haríamos con cualquier otro regalo.”Si lo coges, lo aceptas, y si no, el
que te insulta se queda con el insulto en sus manos”.”
No podemos culpar al
que injuria porque es decisión nuestra aceptar sus palabras en lugar de
dejarlas en los mismos labios de los que salieron.
Los monjes budistas y la mujer hermosa
“Dos monjes
budistas, uno viejo y otro joven, paseaban fuera del monasterio, cerca de una
corriente de agua que había inundado los alrededores. Una hermosa mujer se
acercó a los monjes y les pidió ayuda para atravesar el aguazal.
El monje
joven estaba horrorizado ante la idea de llevarla en sus brazos, pero el viejo
con total naturalidad la tomó y llevó al otro lado. Después, los monjes
continuaron caminando.
El joven no
podía dejar de pensar en el incidente y finalmente exclamó: “¡Maestro!, usted
sabe que hemos jurado abstinencia. No nos permiten tocar a una mujer así.”
¿Cómo pudo usted tomar a la hermosa mujer en brazos, dejarle poner las manos
alrededor de su cuello, los pechos junto su pecho, y llevarla a través del
aguazal así?”. El anciano le respondió: “¡Hijo mío, usted todavía la lleva
encima!”.”
El tercero
de estos microrrelatos budistas nos ayuda a entender que a veces cargamos con
el pasado, con emociones de culpa o resentimiento, y lo hacemos más pesado de
lo que en realidad fue. Aceptando que el incidente no forma parte de nuestro
presente, podemos quitarnos un gran peso emocional de encima.
Inteligencia
“Una tarde
la gente vio a una anciana buscando algo en la calle fuera de su choza. ¿Qué
pasa, qué buscas?, le preguntaron. Perdí mi aguja – dijo ella. Todos los
presentes comenzaron a buscar la aguja con la anciana.
Al paso del
tiempo alguien comentó: La calle es larga y una aguja algo muy pequeño,
¿porqué no nos dices exactamente dónde se te cayó? Dentro de mi casa – indicó
la anciana.
¿Te has
vuelto loca? Si la aguja se te ha caído dentro de tu casa, ¿porqué la buscas
aquí fuera? – le dijeron. Porque aquí hay luz, pero dentro de la casa no,
resolvió ella.”
El cuarto de
los microrrelatos budistas nos recuerda que muchas veces, por comodidad,
buscamos en el exterior lo que reside en nuestro interior. ¿Por qué buscamos la
felicidad fuera de nosotros? ¿Acaso la hemos perdido allí?
No somos los mismos
“Nadie como
Buda desarrolló la benevolencia y la compasión en su época. Entre sus primos,
se encontraba el malvado Devadatta, que siempre se encontraba celoso del
maestro y empeñado en dejarlo en mal lugar, incluso dispuesto a asesinarlo.
Un día que
Buda estaba paseando tranquilamente, su primo Devadatta le arrojó una pesada
roca desde la cima de una colina. La roca cayó al lado del Buda y Devadatta no
consiguió terminar con su vida. Buda, aun dándose cuenta de lo sucedido,
permaneció impasible, sin ni siquiera perder la sonrisa.
Días
después, Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy
sorprendido, Devadatta preguntó: “¿No estás enfadado?”. “No, claro que no”,
aseguró Buda.
Sin salir de
su asombro, Devadatta inquirió: “¿Por qué?” Y Buda aseguró: “Porque ni tú eres
ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada”.
“Para el que sabe ver,
todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.”
– Krishnamurti –
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/5-maravillosos-microrrelatos-budistas-que-te-haran-mas-sabio/
viernes, 18 de marzo de 2016
LA ENSEÑANZA
DE UN SABIO
Era un sabio
vedantín, es decir, que creía en la unidad que se manifiesta como diversidad.
Estaba hablando a sus discípulos sobre el Ser Supremo y el ser individual,
explicándoles que son lo mismo. Declaró:
–Del mismo
modo que el Ser Supremo existe dentro de sí mismo, también existe dentro de
cada uno de nosotros.
Uno de los
discípulos replicó:
–Pero,
maestro, ¿cómo nosotros podemos ser como el Ser Supremo, cuando Él es tan
inmenso y poderoso? Infinitos
universos moran dentro de Él. Nosotros somos partículas a su lado.
El sabio le
pidió al discípulo que se aproximase al Ganges y cogiese agua. Así lo hizo el
discípulo.
Cogió un
tazón de agua y se lo presentó al sabio; pero éste protestó:
–Te he
pedido agua del Ganges. Ésta no
puede ser agua de ese río.
–Claro que
lo es -dijo el discípulo consternado.
–Pero en el
Ganges hay peces y tortugas, las vacas acuden a beber a sus orillas, y la gente
se baña en él. Esta agua no puede ser del Ganges.
–Claro que
lo es -insistió el discípulo-, pero en tan poca cantidad que no puede contener
ni peces, ni tortugas, ni vacas, ni devotos.
-Tienes
razón -afirmó el sabio-. Ahora
devuelve el agua al río.
Así lo hizo
el discípulo y regresó después junto al sabio, que le explicó:
–¿Acaso no
existen ahora todas esas cosas en el agua? El ser individual es como el agua en
el tazón. Es una con el Ser Supremo, pero existe en forma limitada y por eso
parece diferente. Al devolver el agua del tazón al río, volvió a contar con
peces, tortugas, vacas y devotos. Si meditas adecuadamente, comprenderás que tú
eres el Ser Supremo y que estás en todo, como Él.
El Maestro dice: Hasta
en una brizna de hierba habita el Alma Universal.
miércoles, 16 de marzo de 2016
SOLO CON VERTE, MI DÍA SE ALEGRA
Hay personas
que cautivan y que embelesan nuestra alma. Sus rostros poseen ese magnetismo
emocional que, como la superficie de un lago transparente, son capaces de
reflejar la nobleza de un buen corazón y la empatía inscrita en sus miradas.
Personas que hacen que pienses: “Solo con verte, mi día se alegra“.
Tal y como
nos señala el catedrático de psiquiatría Enrique Rojas, la personalidad siempre
se asoma en nuestros rostros, porque “en la cara reside la esencia de la persona”.
Además, nuestro cerebro, nutrido en los cimientos de las sociabilidad y las
emociones, intuye y queda influido por esas facciones severas o esa sonrisa
amable que envuelve y tranquiliza.
Hay miradas apagadas
donde se lee el resentimiento y la amargura, hay rostros que ofrecen
desconfianza, pero tu cara, tu presencia, alegra mis días con la sencillez de
tus expresiones ajenas al artificio, y colmadas siempre de reciprocidad.
La
comunicación más pura, la más sincera y significativa no se transmite con
palabras, sino con gestos. Cada movimiento facial se gesta desde lo más hondo
de nuestro ser, desde ese mundo emocional capaz de conectar con quienes nos
rodean mientras nosotros, en ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ello.
Te invitamos a reflexionar sobre este tema.
La emoción la transmiten los gestos, no los
rostros
Si bien es
cierto que estamos acostumbrados a escuchar que “el rostro es el espejo del
alma“, es necesario matizar algunos aspectos más que te resultarán no solo
interesantes, sino también útiles. Paul Ekman, psicólogo pionero en el estudio
de las expresiones faciales de las emociones, nos explica en uno de sus
estudios que las caras pueden mentir, porque la verdadera emoción se transmite
en los gestos.
Según Ekman,
las personas somos capaces de expresar hasta 18 tipos diferentes de sonrisas.
La más genuina es la llamada “sonrisa Duchenne” (se contraen los músculos de la
boca, se eleva mucho la comisura de los labios, hay una contracción en las
mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos).
Las sonrisas
actúan como “engrasantes” sociales. Sin embargo, no todas nos parecen sinceras
ni todos los rostros, por muy atractivos que sean, nos ofrecen confianza.
Seguro que tú mismo lo habrás experimentado alguna vez: hay pequeños
microgestos que, casi de forma instintiva, nos producen incomodidad y
desconfianza.
Otro aspecto
curioso a tener en cuenta, es que las personas tenemos también nuestro propia
“experiencia gestual” almacenada. Expresiones de nuestros padres, amigos o
exparejas quedan guardadas en nuestro cerebro junto a un componente emocional
de agrado o desagrado.
Todo ello
determinará, casi de forma instintiva, el modo en que algunas personas y sus
rostros nos produzcan un tipo de sensación u otra. Nuestra cara es todo un
libro de complejos gestos, que otros interpretarán también de acuerdo a sus
propias experiencias.
Lo que alegra mi corazón: el secreto de las
relaciones positivas
Tu hijo, con
su sonrisa sonora y desdentada, alegra tu corazón casi al instante. Tus amigos
te ofrecen bienestar, complicidad y lealtad: solo con cruzarte de modo casual
con ellos tu cara se ilumina. Hay rostros que nos producen emociones positivas
porque el vínculo con ellos nos es enriquecedor y positivo.
Una
respuesta honesta es señal de amistad verdadera, una mirada sincera es la llave
que conecta por siempre en nuestro corazón.
A pesar de
que los rostros están diseñados evolutivamente para transmitir emociones
positivas, con el fin de socializar y conectar, dentro de nuestro círculo
personal más cercano solo unas pocas personas consiguen establecer una conexión
especial con nosotros.
Pilares que edifican las auténticas
relaciones positivas
Toma nota
ahora de la forma en que se construyen esos vínculos con dichas relaciones que
nos son más significativas:
La apertura
emocional es el primer paso con el que establecer una adecuada “conexión” con
la persona que queremos. Dentro de esta dimensión estaría la capacidad de
establecer una confianza sólida, ofrecer reconocimiento y una correcta
expresión de las emociones para poder afianzar lazos y construir.
La empatía
es el arte de la comprensión y la cercanía, facilita la comunicación, el
consuelo y la resolución de problemas. Es una dimensión esencial que no se
transmite solo mediante palabras. La mirada que sabe entender e intuir es un
modo maravilloso de abrazar a la otra persona para transmitirle un “te
entiendo, estoy aquí, contigo”.
Un apego
basado en la confianza mutua y el respeto es el mejor modo de construir
relaciones positivas. Son vínculos donde no existe la necesidad de controlar,
de robar espacios propios o de demandar una atención continua y obsesiva.
Para
concluir, y a modo de curiosidad, te diremos que el escritor Joe Navarro,
asesor psicológico del FBI, nos explica que cuando amas o aprecias a una persona
siempre buscas su mirada. Es ese espejo en el que te reflejas porque te sientes
igual de valorado y querido, te alegra. Los ojos son la parte de nuestro cuerpo
sobre la que no tenemos control: son el reflejo de la sinceridad.
martes, 15 de marzo de 2016
“AL DIABLO CON TUS MIGAJAS DE AMOR”
Porque para dar amor, hay que darlo completo, un
amor a medias es un amor mediocre y quien se conforme, tendrá que asumir las
consecuencias de vivir infeliz por el
resto de su vida, o hasta que el poco amor se gaste y se evapore.
Por supuesto
que el cometido de la vida es ser feliz, pero tantas veces pasa que por miedo a
quedarnos solos, nos estancamos en una relación insana, nos conformamos con
migajas, con rodajas de un amor cítrico, un amor ácido, un amor tóxico.
Seguro que
habrá momentos de insoportable soledad, fechas de rosas y corazones, de globos, de canciones. Odiaremos por estar
solos, los catorce de febrero y el cumpleaños feliz, por no tener con quien
compartir besos en las madrugadas.
Dejemos la melancolía,
la tristeza, la apatía, dejemos de ser víctimas, es muy cierto que uno atrae lo
que proyecta y no queremos un amor víctima, queremos un amor mágico, merecemos
un amor cálido, explosivo, fantástico…
El problema
está en enfocar tu alegría en la compañía de alguien más, aprende a ser feliz
tan solo para ti, los momentos de soledad… un buen libro, un baño tibio, un café
en el balcón, un cielo con estrellas, un otoño de hojas secas, una primavera
con sol.
Cuando ames
o se presente el amor, busca un amor completo, uno que sea sincero, no permitas
menos de eso.
Es verdad
que para ganar primero hay que perder,
pero debemos comprender que hay cosas que de lejos se ven, un amor incompleto
que ni siquiera podría llamarse amor, o un amor confuso que no sabe querer, que no puede querer.
Has caído
algunas veces, y caerás algunas más, proponte que no sean tantas, y levántate
con dignidad, siempre con la frente en alto sin nada que avergonzar, siempre un
poquito más fuerte y más inteligente.
Levántate
consiente de lo que mereces, a alguien que sume y no reste felicidad a tu vida,
y si acaso actúa con apatía, recuerda muy bien lo que dirás:
“Al diablo con tus migajas de amor”
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