miércoles, 30 de marzo de 2016

ESTA ES LA FORMA MÁS SENCILLA DE LLENARSE DE FELICIDAD SEGÚN LA FILOSOFÍA SUFI

De acuerdo con la filosofía Sufi, sentarse al lado de tu amigo o de alguien que amas es un prerrequisito para la felicidad. Simplemente se tienen que sentar uno al lado del otro, sin hacer nada. Quizás se miren el uno al otro y quizás no – depende de ustedes. En cualquier caso, una persona siente una suerte de deleite interno en esa situación porque están rodeados de alguien con el que se sienten cómodos. Ya no tienen que encontrar algo con lo que sentirse cómodos, y ni siquiera necesitan llenar el espacio con palabras o música. Sentarse en silencio y sentir la presencia de tu amigo basta.

Así que ya ves, si quieres sentirte tranquilo y feliz por un momento simplemente ve y siéntate al lado de un amigo.




lunes, 28 de marzo de 2016

NO PUEDO CAMBIAR EL PASADO PERO EL PRESENTE ESTÁ EN MIS MANOS

Hay personas que se centran en el pasado y eso les impide avanzar hacia un futuro mejor. Ese pasado puede doler pero no se puede cambiar por mucho que queramos. Es por eso que la vida consiste en disfrutar del poder del ahora y de vivir el presente para poder encontrar el camino de la felicidad.

La conciencia está en el aquí y ahora

Para vivir en el momento presente tu conciencia deberá estar centrada en el aquí y ahora. No te sentirás preocupado por el futuro ni los sentimientos negativos te prohibirán avanzar a causa de tu pasado. El vivir en el presente implica que estás viviendo en lo que te está pasando ahora mismo.

El pasado y el futuro son como ilusiones, están en tu mente, sin embargo el pasado ya no existe y el futuro aún no se ha creado. La realidad es que el mañana nunca llega, puesto que es tan solo un concepto que tenemos para poder entender la línea del tiempo. Un tiempo que siempre es ahora, en este preciso instante.

“La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.”
-Albert Einstein-

Vivir en el presente podrá cambiar tu vida

Si no vives en el presente es porque estás viviendo una ilusión. ¿Cuántas veces te has preocupado e incluso te has sentido mal por cosas que no sabes si realmente van a suceder? ¿Cuántas veces te has culpado por errores cometidos sin importar el tiempo que ha pasado? Si esto lo has hecho demasiadas veces es porque en ocasiones te sientes atrapado en las ilusiones pasadas y futuras.

Vivir en el presente te ayudará a mejorar tu bienestar emocional, pero también podrá mejorar tu salud física. No vivir en el presente, lo afectará gravemente. El estrés mental a causa de vivir en la ilusiones y preocupaciones tendrá un impacto negativo en tu salud física y emocional.

Cuando vives en el presente y haces las paces con tu pasado y no intentas controlar tu futuro… estarás viviendo en la aceptación. Empezarás a aceptar la vida tal y como es ahora no cómo te hubiera gustado que hubiera sido.

Cuando vives en la aceptación, te darás cuenta de las cosas tal y como son. Podrás perdonarte a ti mismo por los errores cometidos en el pasado y podrás encontrar la paz en tu corazón sabiendo que lo que deberá pasar, pasará.

Hay veces que resulta difícil vivir en el presente

Hay personas que sienten profunda ansiedad porque se quedan mirando atrás o porque no paran de predecir el futuro. Pero la mayor razón por la que muchas personas les cuesta vivir en el presente es porque no nos callamos ni dejamos de pensar. Constantemente estamos hablando de nosotros mismos, nos cuesta escuchar otra cosa que no sean nuestros pensamientos… y nos olvidamos de conectar con la realidad.

A las personas nos gusta crear historias, contarlas y escucharlas de otros para compararlas con las nuestras. Esto no es malo y en cierto modo la vida son historias. El problema comienza cuando sentimos la necesidad de crear historias sobre todo y confundimos el mundo. La realidad no es un concepto, la realidad es el ahora. Cuando nos damos cuenta de esto la paz estará en nuestro interior.

“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.”
-Gustave Flaubert-

Libérate del pasado y empieza a vivir ahora

Lo peor de vivir en el pasado o pensar constantemente en el futuro es que estás renunciando a tu poder interno. Si no vives en el ahora estarás renunciando a tu vida, estarás vetando tu capacidad de creación y olvidando que sólo tú tienes la oportunidad de moldear tu vida para tu bienestar emocional.

Si necesitas hacer cambios en tu vida para estar mejor, no esperes más y hazlos ahora. Sólo empezando a caminar encontrarás tu camino. Si estás viviendo en el pasado, debes saber que no puedes hacer nada por cambiarlo y si sólo te preocupas por el futuro… no puedes hacer nada para mejorarlo a no ser que lo hagas ahora, en el presente. Si quieres vivir en paz con tu pasado y en un futuro mejor, acepta la realidad que tienes hoy.

Parece complicado vivir en el presente, pero sólo tendrás que romper las cadenas del pasado y dejar de predecir lo que ocurrirá en el futuro. Trabaja en el presente y el pasado sólo serán buenos recuerdos y el futuro el camino que estás recorriendo.




sábado, 26 de marzo de 2016

O TE VAS O TE QUEDAS, PERO NO TE QUEDES EN LA PUERTA A ESTORBAR

Hay relaciones de pareja en las que parece que su juego favorito es “Ni contigo ni sin ti”. Esas donde se vuelve parte de la rutina que uno de los dos aparezca y desaparezca como por arte de magia. Es decir, llevan tiempo juntos, pero no son capaces de mantener una cercanía por mucho tiempo, así que se separan y vuelven a regresar. Entre ellos existen siempre situaciones inconclusas por lo que no se pueden alejar definitivamente, ya sea porque no pueden o no son capaces de cerrar ciclos por diferentes motivos, como la represión de un sentimiento, insatisfacción y remordimientos.

Son personas que no son capaces de mantener una relación sana, no pueden mantener una cercanía por mucho tiempo, se aburren, se cansan, se estresan. Cuando están juntos acaban mal, pero si se separan, se extrañan, se necesitan tanto que no pueden vivir lejos, sólo piensan en volver a estar juntos y así ¡la historia se repite! hasta que todo termina en un círculo vicioso. Es una situación que se da a menudo cuando hay “Dependencia Emocional”. No estamos bien, algo nos empuja a alejarnos de la otra persona, pero cuando lo hacemos, al poco tiempo nos invade una necesidad imperiosa de volver junto a él/ella. Y al juntarnos de nuevo, volvemos al mismo punto anterior. Una y otra vez. Nos vamos desgastando cada vez más, pero hemos entrado en una dinámica de la que nos está siendo muy difícil salir.

¿Por qué sucede?

La ruptura suele tener en este caso como característica principal la confusión y al mismo tiempo la claridad cada vez que se separan, dejando siempre la puerta abierta para el reinicio. Las rupturas suelen darse por: rasgos de personalidad de tu pareja que te resultan intolerables, insatisfacción, frustración, constantes peleas, deseo de salir con otras personas.

“En las relaciones intermitentes, cada vez que se vuelve se apuesta porque “esta vez será todo maravilloso”. Se apuesta por una promesa, no por una realidad.”

El regreso depende en mucho del tiempo de separación, en donde las causas de la misma, a la distancia, no se ven tan graves o parecen más fáciles de solucionar y se piensa que “esta vez todo será diferente”. Entre las causas más comunes para volver están: Sentimientos románticos persistentes hacia la pareja (como cuando la separación más que voluntaria fue vista como un mal necesario), creencias que esa pareja es “la pareja” de tu vida o “tu media naranja”, extrañar estar en una relación (bajo la premisa de que una mala relación es mejor que ninguna relación, pensamiento muy común de aquellos que no pueden o no saben estar en soledad), personas que buscan la comodidad de estar en una relación o la aparición de posibles pretendientes para tu ex pareja, lo que la hace aún más atractiva e incrementa el deseo de querer recuperarle.

Este tipo de relaciones gozan y sufren los rigores de un parque de diversiones emocional: un día, la cueva del miedo llena de fantasmas aterradores; al día siguiente, el castillo encantado del mundo de la fantasía, en el que todo se ve color de rosa; poco después el jardín de los horrores con sus torturas y sus bestias salvajes; y siempre, siempre, la montaña rusa con sus subidones y sus declives, con su vértigo y su emoción ¡y todo eso por un solo ticket y con la misma persona!

La repetición inexorable de las rupturas y las reconciliaciones se adereza con frase como éstas: “Si no me llama hoy voy a morirme”, “¿Y si es verdad que esta vez me deja para siempre?”.

¿Todas estas relaciones son malas o dañinas?

Eso depende del tipo de separación. Hay parejas que aprovechan las separaciones para reflexionar y buscan cambiar lo negativo en cada reconciliación. Hacen de sus rupturas una oportunidad. Pero en cambio, hay otras en que las parejas van y vienen sin hacer muchos cambios en su manera de ser o relacionarse y sustentan su ir y venir en esperanzas y meras expectativas fantasiosas.

Estas situaciones pueden ser muy desgastantes, un amor inconcluso o intermitente puede durar siglos ya que se vuelve adictiva. Generan melancolía y quitan la energía, ya que produce interacciones negativas como discusiones, peleas, falsas expectativas al pensar que al intentarlo de nuevo todo cambiará, causa mucha insatisfacción por la calidad de la relación, por lo que es necesario solucionarlas de inmediato.

Una relación en la que no se sabe lo que se quiere, en donde es difícil el equilibrio emocional, es de lo peor que nos puede pasar, nos estancamos, no vamos hacia adelante ni hacia atrás, si has dicho muchas veces que será la última vez, ahora cúmplelo, si alguien te dice “hasta nunca”, con mayor razón no lo dejes volver a entrar a tu vida de nuevo, si dice “hasta nunca” que sea para siempre.

“Si alguien quiere entrar a tu vida, que entre; si alguien quiere salir, que salga; pero que no se quede en la puerta porque estorba.”




jueves, 24 de marzo de 2016

HEREDAMOS POR EL ADN LAS EXPERIENCIAS DE NUESTROS ANTEPASADOS

Vamos a plantear una pregunta con cierta ingenuidad: ¿cómo sabe el ADN humano dónde colocar sus piezas para crear exactamente un ser humano particular? No hablamos de un individuo de la especie humana sino a una persona concreta, hijo o hija de ciertos padres, descendiente de cierta genealogía.

De primera impresión podríamos pensar que la naturaleza trabaja sobre un cuadro básico de ingredientes, los cuales apenas sufren modificaciones a lo largo del tiempo. Pero según la investigación de un par de biólogos canadienses, las historias de vida (hábitos, estados emocionales, traumas psicológicos) de nuestros descendientes modifican y otorgan a nuestro material genético un grado extra de precisión.

La historia resumida comienza así:

Un neurólogo y un biólogo entran a un bar, toman un par de tragos y hablan con ligereza de sus respectivas líneas de investigación –al salir han creado un nuevo campo de la genética. Aunque no lo crean, esto es lo que les ocurrió en un bar de Madrid a Moshe Szyf (biólogo molecular y genetista de la McGill University en Montréal) y a su amigo Michael Meaney, neurobiólogo de la misma universidad.

Desde la década de los 70, los genetistas saben que el núcleo de las células utiliza un componente estructural de las moléculas orgánicas, el metilo, para saber qué piezas de información hacen qué –por decirlo así, el metilo ayuda a la célula a decidir si será una célula del corazón, del hígado o una neurona. El grupo metilo opera cerca del código genético, pero no es parte de él. Al campo de la biología que estudia estas relaciones se le llama epigenética, pues a pesar de que se estudian fenómenos genéticos, estos ocurren propiamente alrededor del ADN.

Los científicos creían que los cambios epigenéticos se producían sólo durante la etapa del desarrollo fetal, pero posteriores estudios demostraron que de hecho algunos cambios en el ADN adulto podían resultar en ciertos tipos de cáncer. En ocasiones los grupos metilo se ajustan al ADN debido a cambios en la dieta o a la exposición a ciertas sustancias; sin embargo, el verdadero descubrimiento comenzó cuando Randy Jirtle de la Universidad de Duke demostró que estos cambios podían ser transmitidos de generación en generación.

Si esta jerga genetista es ardua para algunos, digamos que Szyf y Meaney simplemente desarrollaron una innovadora hipótesis mientras tomaban un par de cervezas: si la alimentación y los químicos podían producir cambios epigenéticos, ¿era posible que experiencias como el estrés o el abuso de drogas también pudieran producir cambios epigenéticos en el ADN de las neuronas? Esta pregunta fue el punto de partida para un nuevo campo en el estudio de la genética: la epigenética conductual.

Según este nuevo enfoque, las experiencias traumáticas de nuestro pasado así como las de nuestros ancestros inmediatos dejan una suerte de heridas moleculares adheridas a nuestro ADN. Cada raza y cada pueblo, así, llevaría inscrito en su código genético la historia de su cultura: los judíos y la Shoah, los chinos y la Revolución Cultural, los rusos y los GULAG, los inmigrantes africanos cuyos padres fueron perseguidos en el sur de Estados Unidos, o bien una infancia de maltratos y padres abusivos –todas las historias que podamos imaginar están influídas por nuestros antecesores.

Desde este punto de vista, las experiencias de nuestros ancestros modelan nuestra propia experiencia de mundo no solamente a través de la herencia cultural sino a través de la herencia genética. El ADN no cambia propiamente, pero las tendencias psicológicas y de comportamiento se heredan: así, puede que no sólo tengas los ojos de tu abuelo, sino también su mal carácter y su tendencia a la depresión.

Así como la magia y las terapias psicodramáticas afirman que para curar a una persona es preciso revisar su árbol genealógico, la genética actual comienza a abrirse paso en un nuevo campo que podría hacer que las “maldiciones familiares” sean cosa del pasado.




domingo, 20 de marzo de 2016

LA VIDA ES UN RÍO QUE SIEMPRE ESTÁ EN MOVIMIENTO

La vida es un río que fluye, un río que siempre está en movimiento, en acción, en continuo cambio y progreso. Por este motivo nunca debería parar, aunque es algo que sí ocurre. ¿Por qué? ¿Por qué de repente ese río deja de fluir?

Debemos destacar que solo nosotros podemos tomar el mando de nuestra vida. Es nuestra y, por lo tanto, tenemos el poder de que esta se encuentre en movimiento o, por el contrario, de que todo se paralice. Sin darnos cuenta, pero habiéndolo decidido así, ese río se convierte en agua estancada.

“Lo realmente importante es luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla, perder con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene miedo.”
-Charles Chaplin-

Atrapados en el agua estancada

A veces no lo podemos evitar. Por situaciones que nos afectan, por experiencias que vivimos, nuestra vida deja de fluir y nos encontramos paralizados, sin expectativas de futuro. Esta situación es muy incómoda, aunque hay personas que se acostumbran a ella. Seguro que conoces a alguien que prefiere quedarse sentado en una piedra, aunque esté incómodo, antes que hacer el esfuerzo de levantarse.

Bajo esta incomodidad maquillada, lo cierto es que raramente obtenemos algo positivo de quedarnos quietos, esposando de esta manera a la sensación de que avanzamos en el desarrollo de nuestro potencial. Sin progreso no podremos lograr aquello que nos refuerce y nos haga sentir mejor.

Pero, ¿por qué nos estacamos? Quizás porque la lucha continua a veces produce un cansancio mayor del que somos capaces de levantar, quizás porque nos sentimos superados por las equivocaciones y los errores.

Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien.”
-Nelson Mandela-

Nunca es una buena opción quedarse en este agua estancada durante mucho tiempo, tarde o temprano deberás salir, pues la vida es un río que siempre está en movimiento. Además, ten siempre en cuenta que eres tú quien elige si tu vida fluye o no. En ti reside toda la responsabilidad.

Exprimir la vida al máximo

Reconocemos el valor de vivir cada minuto como si fuera el último, pero al mismo tiempo nos resistimos a cuestionar la certeza profunda de que nos queda suficiente tiempo por delante. Si miramos nuestra agenda, probablemente descubriremos que la rutina, las obligaciones y todos los problemas que nos abordan, nos acaban sometiendo. De esta manera, dejamos de darle la importancia que debiera a nuestra vida.

Muchas veces, exprimir la vida al máximo es sencillo, el problema es que no sabemos cómo hacerlo. Mira a tu alrededor y sopesa con el corazón el valor que tiene todo aquello que ves, con calma, con la misma con la que te detendrías a ver el paisaje si te despertaras en una habitación con vistas al mar, al bosque o a la montaña.

“La vida es un río, un cauce que se encuentra siempre en movimiento, en acción, y que nadie excepto tú puede detener.”
-Anónimo-

Estás vivo y tienes sueños que conquistar

Sumergirnos en la rutina y en las responsabilidades, a veces provoca que nos acostumbremos a tener la conciencia dormida y puesto el piloto automático. Con la anestesia de nuestra conciencia duermen también nuestras emociones e ilusiones, estando lejos de jugar el rol de suministradores de energía.

A veces es necesario hacer un parón en nuestra vida, un momento para dar respuesta a las preguntas que de alguna manera tememos, porque sentimos que nos quedan como los zapatos de nuestros padres cuando eramos pequeños. El problema es que si no le damos una respuesta, será la fortuna y los demás quienes las contesten por nosotros.

No utilices los parones para estancarte. Si detienes el barco, no es para dejarlo de nuevo  en manos de las fuerzas de la marea, es para hacerte con un timón que sentía perdido y bloqueado. No olvides que el movimiento es una fuente de placer.

“Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre.”
-Mahatma Gandhi-

Ten en cuenta que no estás aquí para desperdiciar tu existencia, ya que solo tenemos una. Si te encuentras atrapado, busca la manera de soltarte y continuar experimentando. A veces, nos enjaulamos porque tenemos miedo o porque hemos pasado por malas experiencias.

¿Sabes cómo se identifican las personas que se encuentran enjauladas de las que no? Estas no son felices. Es imposible encontrar la verdadera felicidad si no sales, si no vives tu vida. Sal de tu jaula. Vive, experimenta, sufre y nunca, nunca, renuncies a tus sueños. La vida es un río que debes mantener siempre en movimiento.




sábado, 19 de marzo de 2016

5 MARAVILLOSOS MICRORRELATOS BUDISTAS QUE TE HARÁN MÁS SABIO

Budismo proviene de la palabra “budhi”, que significa despertar. Por esa razón, la filosofía budista se considera la filosofía del “proceso de despertar”. Un proceso por el que no solamente abrimos los ojos, sino también el resto de sentidos y nuestro intelecto, de una forma plena a través de diferentes maneras como los microrrelatos budistas.

Con estos cinco microrrelatos budistas, te animamos a dejar atrás la apatía, desarrollar una mayor comprensión y convertirte en una persona más sabia. Esperamos que los disfrutéis y exprimáis la sabiduría que conllevan.

El budismo enseña que, aparte de cultivar el amor y la bondad, deberíamos tratar de desarrollar nuestra capacidad intelectual para alcanzar un claro entendimiento.

La taza de té

“El profesor llegó a la casa del maestro zen y se presentó haciendo alarde de todos los títulos que había conseguido en sus largos años de estudio. Después, el profesor comentó el motivo de su visita, que no era otro que conocer los secretos de la sabiduría zen.

En lugar de darle explicaciones, el maestro le invitó a sentarse y le sirvió una taza de té. Cuando la taza rebosó, el sabio, aparentemente distraído, siguió vertiendo la infusión de manera que el líquido se derramaba por la mesa.

El profesor no pudo evitar llamarle la atención: “la taza está llena, ya no cabe más té”, le advirtió. El maestro dejó la tetera a un lado para afirmar: “Usted es como esta taza, llegó colmado de opiniones y prejuicios. A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada”.”

El primero de estos cinco microrrelatos budistas nos enseña que con una mente llena de prejuicios es imposible aprender y tomar en consideración nuevas creencias. Es necesario “vaciarnos” de viejos preceptos y estar abiertos a nuevas enseñanzas.

El regalo

“Buda estaba trasmitiendo sus enseñanzas a un grupo de discípulos cuando un hombre se le acercó e insultó, con intención de agredirlo. Ante la expectación de los allí presentes, Buda reaccionó con absoluta tranquilidad, quedándose quieto y en silencio.

Cuando el hombre se fue, uno de los discípulos -indignado por tal comportamiento-, preguntó a Buda por qué había dejado que aquel extraño lo maltratara de ese modo.

Buda respondió con serenidad: “si yo te regalo un caballo pero no lo aceptas, ¿de quién es el caballo?”. El alumno, tras dudar un instante, respondió: “Si no lo aceptase, seguiría siendo tuyo”.

Buda asintió y le explicó que, aunque algunas personas decidieran gastar su tiempo regalándonos insultos, nosotros podíamos elegir si queríamos aceptarlos o no, como haríamos con cualquier otro regalo.”Si lo coges, lo aceptas, y si no, el que te insulta se queda con el insulto en sus manos”.”

No podemos culpar al que injuria porque es decisión nuestra aceptar sus palabras en lugar de dejarlas en los mismos labios de los que salieron.

Los monjes budistas y la mujer hermosa

“Dos monjes budistas, uno viejo y otro joven, paseaban fuera del monasterio, cerca de una corriente de agua que había inundado los alrededores. Una hermosa mujer se acercó a los monjes y les pidió ayuda para atravesar el aguazal.

El monje joven estaba horrorizado ante la idea de llevarla en sus brazos, pero el viejo con total naturalidad la tomó y llevó al otro lado. Después, los monjes continuaron caminando.

El joven no podía dejar de pensar en el incidente y finalmente exclamó: “¡Maestro!, usted sabe que hemos jurado abstinencia. No nos permiten tocar a una mujer así.” ¿Cómo pudo usted tomar a la hermosa mujer en brazos, dejarle poner las manos alrededor de su cuello, los pechos junto su pecho, y llevarla a través del aguazal así?”. El anciano le respondió: “¡Hijo mío, usted todavía la lleva encima!”.”

El tercero de estos microrrelatos budistas nos ayuda a entender que a veces cargamos con el pasado, con emociones de culpa o resentimiento, y lo hacemos más pesado de lo que en realidad fue. Aceptando que el incidente no forma parte de nuestro presente, podemos quitarnos un gran peso emocional de encima.

Inteligencia

“Una tarde la gente vio a una anciana buscando algo en la calle fuera de su choza. ¿Qué pasa, qué buscas?, le preguntaron. Perdí mi aguja – dijo ella. Todos los presentes comenzaron a buscar la aguja con la anciana.

Al paso del tiempo alguien comentó: La calle es larga y una aguja algo muy pequeño, ¿porqué no nos dices exactamente dónde se te cayó? Dentro de mi casa – indicó la anciana.

¿Te has vuelto loca? Si la aguja se te ha caído dentro de tu casa, ¿porqué la buscas aquí fuera? – le dijeron. Porque aquí hay luz, pero dentro de la casa no, resolvió ella.”

El cuarto de los microrrelatos budistas nos recuerda que muchas veces, por comodidad, buscamos en el exterior lo que reside en nuestro interior. ¿Por qué buscamos la felicidad fuera de nosotros? ¿Acaso la hemos perdido allí?

No somos los mismos

“Nadie como Buda desarrolló la benevolencia y la compasión en su época. Entre sus primos, se encontraba el malvado Devadatta, que siempre se encontraba celoso del maestro y empeñado en dejarlo en mal lugar, incluso dispuesto a asesinarlo.

Un día que Buda estaba paseando tranquilamente, su primo Devadatta le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina. La roca cayó al lado del Buda y Devadatta no consiguió terminar con su vida. Buda, aun dándose cuenta de lo sucedido, permaneció impasible, sin ni siquiera perder la sonrisa.

Días después, Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Devadatta preguntó: “¿No estás enfadado?”. “No, claro que no”, aseguró Buda.

Sin salir de su asombro, Devadatta inquirió: “¿Por qué?” Y Buda aseguró: “Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada”.

“Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.”
– Krishnamurti –




viernes, 18 de marzo de 2016

LA ENSEÑANZA DE UN SABIO

Era un sabio vedantín, es decir, que creía en la unidad que se manifiesta como diversidad. Estaba hablando a sus discípulos sobre el Ser Supremo y el ser individual, explicándoles que son lo mismo. Declaró:

–Del mismo modo que el Ser Supremo existe dentro de sí mismo, también existe dentro de cada uno de nosotros.

Uno de los discípulos replicó:

–Pero, maestro, ¿cómo nosotros podemos ser como el Ser Supremo, cuando Él es tan inmenso y poderoso? Infinitos universos moran dentro de Él. Nosotros somos partículas a su lado.

El sabio le pidió al discípulo que se aproximase al Ganges y cogiese agua. Así lo hizo el discípulo.

Cogió un tazón de agua y se lo presentó al sabio; pero éste protestó:

–Te he pedido agua del Ganges. Ésta no puede ser agua de ese río.

–Claro que lo es -dijo el discípulo consternado.

–Pero en el Ganges hay peces y tortugas, las vacas acuden a beber a sus orillas, y la gente se baña en él. Esta agua no puede ser del Ganges.

–Claro que lo es -insistió el discípulo-, pero en tan poca cantidad que no puede contener ni peces, ni tortugas, ni vacas, ni devotos.

-Tienes razón -afirmó el sabio-. Ahora devuelve el agua al río.

Así lo hizo el discípulo y regresó después junto al sabio, que le explicó:

–¿Acaso no existen ahora todas esas cosas en el agua? El ser individual es como el agua en el tazón. Es una con el Ser Supremo, pero existe en forma limitada y por eso parece diferente. Al devolver el agua del tazón al río, volvió a contar con peces, tortugas, vacas y devotos. Si meditas adecuadamente, comprenderás que tú eres el Ser Supremo y que estás en todo, como Él.

El Maestro dice: Hasta en una brizna de hierba habita el Alma Universal.




miércoles, 16 de marzo de 2016

SOLO CON VERTE, MI DÍA SE ALEGRA

Hay personas que cautivan y que embelesan nuestra alma. Sus rostros poseen ese magnetismo emocional que, como la superficie de un lago transparente, son capaces de reflejar la nobleza de un buen corazón y la empatía inscrita en sus miradas. Personas que hacen que pienses: “Solo con verte, mi día se alegra“.

Tal y como nos señala el catedrático de psiquiatría Enrique Rojas, la personalidad siempre se asoma en nuestros rostros, porque “en la cara reside la esencia de la persona”. Además, nuestro cerebro, nutrido en los cimientos de las sociabilidad y las emociones, intuye y queda influido por esas facciones severas o esa sonrisa amable que envuelve y tranquiliza.

Hay miradas apagadas donde se lee el resentimiento y la amargura, hay rostros que ofrecen desconfianza, pero tu cara, tu presencia, alegra mis días con la sencillez de tus expresiones ajenas al artificio, y colmadas siempre de reciprocidad.

La comunicación más pura, la más sincera y significativa no se transmite con palabras, sino con gestos. Cada movimiento facial se gesta desde lo más hondo de nuestro ser, desde ese mundo emocional capaz de conectar con quienes nos rodean mientras nosotros, en ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ello. Te invitamos a reflexionar sobre este tema.

La emoción la transmiten los gestos, no los rostros

Si bien es cierto que estamos acostumbrados a escuchar que “el rostro es el espejo del alma“, es necesario matizar algunos aspectos más que te resultarán no solo interesantes, sino también útiles. Paul Ekman, psicólogo pionero en el estudio de las expresiones faciales de las emociones, nos explica en uno de sus estudios que las caras pueden mentir, porque la verdadera emoción se transmite en los gestos.

Según Ekman, las personas somos capaces de expresar hasta 18 tipos diferentes de sonrisas. La más genuina es la llamada “sonrisa Duchenne” (se contraen los músculos de la boca, se eleva mucho la comisura de los labios, hay una contracción en las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos).

Las sonrisas actúan como “engrasantes” sociales. Sin embargo, no todas nos parecen sinceras ni todos los rostros, por muy atractivos que sean, nos ofrecen confianza. Seguro que tú mismo lo habrás experimentado alguna vez: hay pequeños microgestos que, casi de forma instintiva, nos producen incomodidad y desconfianza.

Otro aspecto curioso a tener en cuenta, es que las personas tenemos también nuestro propia “experiencia gestual” almacenada. Expresiones de nuestros padres, amigos o exparejas quedan guardadas en nuestro cerebro junto a un componente emocional de agrado o desagrado.


Todo ello determinará, casi de forma instintiva, el modo en que algunas personas y sus rostros nos produzcan un tipo de sensación u otra. Nuestra cara es todo un libro de complejos gestos, que otros interpretarán también de acuerdo a sus propias experiencias.

Lo que alegra mi corazón: el secreto de las relaciones positivas

Tu hijo, con su sonrisa sonora y desdentada, alegra tu corazón casi al instante. Tus amigos te ofrecen bienestar, complicidad y lealtad: solo con cruzarte de modo casual con ellos tu cara se ilumina. Hay rostros que nos producen emociones positivas porque el vínculo con ellos nos es enriquecedor y positivo.

Una respuesta honesta es señal de amistad verdadera, una mirada sincera es la llave que conecta por siempre en nuestro corazón.

A pesar de que los rostros están diseñados evolutivamente para transmitir emociones positivas, con el fin de socializar y conectar, dentro de nuestro círculo personal más cercano solo unas pocas personas consiguen establecer una conexión especial con nosotros.

Pilares que edifican las auténticas relaciones positivas

Toma nota ahora de la forma en que se construyen esos vínculos con dichas relaciones que nos son más significativas:

La apertura emocional es el primer paso con el que establecer una adecuada “conexión” con la persona que queremos. Dentro de esta dimensión estaría la capacidad de establecer una confianza sólida, ofrecer reconocimiento y una correcta expresión de las emociones para poder afianzar lazos y construir.

La empatía es el arte de la comprensión y la cercanía, facilita la comunicación, el consuelo y la resolución de problemas. Es una dimensión esencial que no se transmite solo mediante palabras. La mirada que sabe entender e intuir es un modo maravilloso de abrazar a la otra persona para transmitirle un “te entiendo, estoy aquí, contigo”.

Un apego basado en la confianza mutua y el respeto es el mejor modo de construir relaciones positivas. Son vínculos donde no existe la necesidad de controlar, de robar espacios propios o de demandar una atención continua y obsesiva.

Para concluir, y a modo de curiosidad, te diremos que el escritor Joe Navarro, asesor psicológico del FBI, nos explica que cuando amas o aprecias a una persona siempre buscas su mirada. Es ese espejo en el que te reflejas porque te sientes igual de valorado y querido, te alegra. Los ojos son la parte de nuestro cuerpo sobre la que no tenemos control: son el reflejo de la sinceridad.




martes, 15 de marzo de 2016

“AL DIABLO CON TUS MIGAJAS DE AMOR”

Porque  para dar amor, hay que darlo completo, un amor a medias es un amor mediocre y quien se conforme, tendrá que asumir las consecuencias de  vivir infeliz por el resto de su vida, o hasta que el poco amor se gaste  y se evapore.

Por supuesto que el cometido de la vida es ser feliz, pero tantas veces pasa que por miedo a quedarnos solos, nos estancamos en una relación insana, nos conformamos con migajas, con rodajas de un amor cítrico, un amor ácido, un amor tóxico.

Seguro que habrá momentos de insoportable soledad, fechas de rosas y corazones,  de globos, de canciones. Odiaremos por estar solos, los catorce de febrero y el cumpleaños feliz, por no tener con quien compartir besos en las madrugadas.

Dejemos la melancolía, la tristeza, la apatía, dejemos de ser víctimas, es muy cierto que uno atrae lo que proyecta y no queremos un amor víctima, queremos un amor mágico, merecemos un amor cálido, explosivo, fantástico…

El problema está en enfocar tu alegría en la compañía de alguien más, aprende a ser feliz tan solo para ti, los momentos de soledad… un buen libro, un baño tibio, un café en el balcón, un cielo con estrellas, un otoño de hojas secas, una primavera con sol.

Cuando ames o se presente el amor, busca un amor completo, uno que sea sincero, no permitas menos de eso.

Es verdad que para ganar  primero hay que perder, pero debemos comprender que hay cosas que de lejos se ven, un amor incompleto que ni siquiera podría llamarse amor, o un amor confuso que no sabe querer,  que no puede querer.

Has caído algunas veces, y caerás algunas más, proponte que no sean tantas, y levántate con dignidad, siempre con la frente en alto sin nada que avergonzar, siempre un poquito más fuerte y más inteligente.

Levántate consiente de lo que mereces, a alguien que sume y no reste felicidad a tu vida, y si acaso actúa con apatía, recuerda muy bien lo que dirás:

“Al diablo con tus  migajas de amor”