domingo, 30 de abril de 2017

NO ES SABIO QUIEN SABE MÁS, SINO QUIEN HABLA MENOS

Solemos confundir los conocimientos intelectuales con la experiencia, ocurre que no hay estudios ni centros de enseñanzas posibles, que impartan la experiencia de vida, que siembren las vivencias y que despierten las consciencias, lastimosamente, esto no se aprende, simplemente surge, despierta y se activa en cada ser humano.

Las habladurías, las demostraciones de saber, de conocimientos, de manejo de contenidos, no es muestra de sabiduría, se pueden llegar a tener muchos títulos, en diversas disciplinas, sin embargo, se puede pasar una vida entera sin aprender a escuchar…

Bienaventurados los que no hablan porque ellos se entienden.  Mariano José de Larra

Pretender hacer valer nuestras opiniones y criterios, no es un error, pero resulta mucho más útil aprender a escuchar las opiniones y los criterios de los demás, ahorrarnos palabras y accionar más y especialmente aprender del silencio, pues existen muchas cosas en nuestro interior, que no logran salir a flote en medio de tanto ruido.

Lamentablemente, hoy día, resulta un tanto complejo el que las personas logren desarrollar su capacidad de razonar, desarrollen su criterio y se manifieste en ellos la duda, la curiosidad y la virtud innata de expresarnos, solemos resultar arrastrados por los conocimientos impartidos e inculcados, anulando nuestra capacidad de pensar y sustituyendo nuestros razonamientos por conceptos preconcebidos.

Después de que has soltado la palabra, ésta te domina. Pero mientras no la has soltado, eres su dominador. Proverbio árabe

Pensamos muchas veces, que hablar y expresar todo lo que pasa por nuestra mente, nos hace demostrar que sabemos, incluso juzgamos a quienes mantienen el hábito de ser reservados y son partidarios del silencio, sin embargo, no nos damos cuenta de que quienes callan aprenden de los demás y de sí mismos.

No podemos juzgar la sabiduría por la habladuría, se puede tener una excelente capacidad de hablar y mantener largas conversaciones o discursos y en el fondo estar vacío, la verdadera sabiduría parte de la serenidad, del silencio que engloba la verdadera plenitud, el convencimiento de lo que se sabe sin la necesidad de demostrarlo y de que todos sepan lo que piensas o crees saber.

El silencio suele decir mucho de una persona y aunque en muchas personas despierte desconfianza, basta con ponerse a pensar en realidad lo que reflejamos a través de aquello que decimos, podemos tener mucha facilidad en la palabra, pero eso solo nos distancia del silencio, donde radica la verdadera reflexión, observación y atención de las cosas.

La vida no nos coloca límites, eso lo hacemos nosotros mismos, podemos pasar la vida llenando nuestro camino de conocimientos, de títulos, de estudios, de seguro esto enriquecerá nuestra vida y abrirá nuestras oportunidades, pero debemos tener muy claro que allí no radica la sabiduría, que hablar de aquello que conocemos no nos hace sabios, que la verdadera experiencia radica y descansa en el alma.

Vale la pena pensar en lo que realmente es importante transmitir, en aquello que debemos expresar y en lo que debemos callar, entender que no todos están dispuestos a escuchar lo que queremos decir. En lugar de llenar los espacios de un millón de palabras vacías, es mucho mejor vivir en el silencio sabio que en la palabra hueca.


Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-no-es-sabio-quien-sabe-mas-sino-quien-habla-menos-24054


jueves, 27 de abril de 2017

CADA ÓRGANO CON SU EMOCIÓN


¿Sabías que el desequilibrio de las emociones y un sistema nervioso alterado también provocan confusión, letargo, tristeza, depresión, incluso rabia e ira? ¿Sabías que las enfermedades son una tentativa de auto curación, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos?

EL HIGADO: Está a cargo de descomponer y de almacenar y reconstruir la materia. Si la vida de una persona se desmorona, y no puede llevar a cabo la tarea de reconstruir, entonces uno almacena sensaciones de hallarse sobrecargado, sobre-exigido, lo cual puede crear bronca, odio y resentimiento. Mucha gente de hecho están sobrecargadas por las circunstancias de sus vidas, pero el umbral difiere ampliamente y por supuesto muchas personas tienen distintas neurosis cuando se sienten sobrecargadas.

LOS PULMONES: Tienen dos funciones: inspiran la vida y expresan ideas a través del habla. Si tiene problemas con los pulmones, la expresión de uno está siendo sofocada, no se pueden expresar libremente, en algún área de su vida.

Cuando una palabra subyuga a un niño, el niño puede convertirse ya sea en una persona muy ruidosa y que siempre presiona a los demás para que justamente lo escuchen, lo cual es una sobre-estimulación de los pulmones, o nos rendimos, porque nos hallamos oprimidos y cerramos nuestra comunicación, y entonces tenemos los pulmones débiles.

Generalmente si ustedes tienen problemas con los pulmones, es porque tienen que hacerse oír, y aprender nuevas formas de comunicación. Y con respecto a sentirse oprimidos, recuerden que hay cierta gente que se siente oprimida en un segundo, uno se les acerca y ya se sienten oprimidos, eso es lo que quiero significar. Ellos están tan llenos sin poder desagotar, por eso toda la reducción del stress es una ayuda tan grande.

La meditación reduce al stress y si aprenden a hacerlo adecuadamente es muy útil, pero si lo hacen solamente un rato corto esto no consigue el efecto deseado.

EL ESTÓMAGO: Es la asimilación de las experiencias de nuestros ideales, y si sienten que es demasiado lo que pasa, uno no puede asimilar las cosas adecuadamente, entonces el estómago se puede descomponer, y el resultado de una preocupación crea una rajadura entre la mente y las emociones.

Recuerden nuevamente que si sienten que es demasiado lo que pasa, y para mucha gente es cierto, los que tienen muchos temas simultáneos, todo está sucediendo demasiado y todo el tiempo, siendo ellos mismos los que están creando todo eso, ya que son patrones de conducta, entonces hay que mirar.

EL PANCREAS: Tiene que ver con el azúcar y con la dulzura de la vida, pudiendo el mismo ser dañado por la amargura, en especial una mamá muy amargada, y hay mucha gente sufriendo este problema.

LOS RIÑONES: Involucran emociones y son el canal procesador de agua más importantes, ya que es ahí donde se almacena los temores resultantes de traumas, los cuales dañan a la vitalidad de la persona, bloquea su motivación y su entusiasmo. Cuando el temor se almacena en los riñones, el individuo se hallará incapacitado de manejar situaciones emocionales futuras.

EL BAZO: Retiene los fracasos, los deseos de muerte, apatía, y si una persona enfrenta más dificultades de las que puede soportar, uno se puede dar por vencido, uno puede creer que realmente fracasó, y pierde su voluntad para vivir, y su deseo de vivir. Se presentan problemas de circulación y digestión, pereza, porque los sentimientos se mueren, y uno tiene a intelectualizar todo, y uno siente este tipo de apatía y tiernamente lo soportamos, y como que la alimentamos. Es un problema del bazo.

LAS GÓNADAS: Ellos almacenan lo inconsciente, cuando uno abandona su habilidad de manejarse uno mismo, por medio de drogas, alcohol, lastimaduras, accidentes, cuando uno pierde su propio empoderamiento, energías externas a nosotros pueden posesionarse de nosotros y poseernos.

Algunas personas que han abandonado su propio gobierno en algún área de su vida, ya que a la naturaleza no le gusta el vacío y hay también agujeros en el aura, así que generalmente tienen posesiones pegadas a ellas.

CORAZÓN: Tiene que ver con el amor, y el daño ocasionado al corazón siempre es por la pérdida, cuando uno resquebraja la confianza de una persona en uno, y eso nos conduce al temor, más pérdidas y también a la posesividad, a los celos, egoísmo, todo eso es el daño y el corazón está roto.

VESÍCULA BILIAR: Es el precursor a tener problemas cardíacos, y resulta dañado por el temor a la pérdida, y todas las tensiones resultantes de una falta de confianza en la vida.

Es ansiedad con respecto al futuro y acá hay que mirar el tema de la concepción, si los padres no son positivos cuando ustedes fueron concebidos, si el alma pasó por un momento de trauma y no fueron bienvenidos a la nueva encarnación y hay una gran desilusión del alma acerca de la forma en la que los padres se ocuparán del niño, entones hay problemas en la vesícula biliar.


PECHOS: Representan el aspecto nutriente de lo femenino, como así también a la sexualidad y almacenan los sentimientos de la mujer con respecto a su sexualidad y de cómo los hombres la ven.

De forma que si hay un trauma sexual, represión, resentimientos respecto a las expectativas de su rol, entonces puede suceder un daño.

LAS PIERNAS: Nos llevan hacia delante, nos sostienen, los problemas se presentan cuando la persona no ha tenido el coraje de dar un paso nuevo. Muchas veces es porque aquellas personas no han tenido el apoyo que él o ella creyó necesitar, y entonces comienza a tener problemas con sus piernas.

LAS MANOS: Corresponden al dar y recibir, y el problema se desarrolla cuando una persona no se siente igual a otras, y no pueden encontrar el balance justo entre el dar y el recibir. Eso tiene que ver con si usa su fuerza de voluntad o la cede.
Este desequilibrio se produce por un ego superdesarrollado o una falta de autoestima.

EL CUELLO: Es la parte flexible de la columna dorsal, es el balance de su voluntad con flexibilidad. Un cuello duro es una actitud rígida, la tensión se siente en el cuello cuando la propia rigidez le hace mantener a uno conceptos rígidos y esos son desafiados.

EL PELO: Es gobernado por el hígado de modo que la pérdida de cabello se produce por aferrarse rígidamente a la bronca o enojo. Cuando alguien impone su voluntad sobre otros para probar simplemente su punto de vista, uno sigue trayendo a la vista resentimientos pasados, o sea recordándolos. Y son cabezaduras. Pueden tener problemas con el pelo.

LAS CADERAS:Son los puntos de equilibrio, son energía creativa asociada con la crianza de los niños. Es nuestra habilidad de pararnos y valernos por nosotros mismos, y la flexibilidad en las caderas, está relacionada con su sentimiento de libertad personal, y acá miramos a los adolescentes, en los cuales se producen temas acerca de su primer sentimiento de separación de los padres, de las expectativas, de sus direcciones, tenemos una entidad sexual.

Si uno se rinde al control de los padres, como adolescentes, en vez de encontrar nuestra propia dirección, entonces las caderas no se desarrollan adecuadamente. De modo que el deterioro de las caderas realmente surge de una culpabilidad sexual, de modo que si sentimos culpa y resentimiento, porque hemos permitido que otros tomen decisiones por nuestra cuenta, y no hemos expresado nuestro poder, también tenemos deterioro en las caderas.

LAS TIROIDES: Es donde almacenamos enojo, es el deseo de poder, de actitudes rígidas, cuando las tiroides no funcionan bien. Hay una calcificación anormal en los huesos, y que puede también desarrollar una artritis y de vuelta el cuerpo rígido proviene de una mente rígida.

EL TIMO: Almacena temor y gobierna nuestro sistema inmunológico de forma que el miedo hace que una persona retroceda y se achique y se puede perder la integridad en una situación, y cuando esto sucede el cuerpo permite la entrada de virus.

Cuando uno tiene un virus, hay que mirar por dónde surgió el temor en su vida, dónde uno se achicó frente a una situación, tiene que volver a esa situación e imaginarla en forma diferente y cambiarla y ello ayuda a combatir el virus.

GLÁNDULAS SUPRARENALES: Almacenan pena y nos lleva al complejo de víctimas, ¿peleo o me escapo? Siempre creen que hay algo ahí afuera que se va a apoderar de ellos, y los está persiguiendo.

Cuando no están dispuestos a soportar amorosamente una experiencia emocional dolorosa, esa persona reacciona como si el mundo fuera responsable por su experiencia dolorosa, y se olvida de que cada persona es responsable de su propia creación, de su vida.

GLÁNDULA PITUITARIA: Almacena pena reprimida, porque al experimentar pena o dolor, puede ser una puerta o un portón hacia una conciencia superior, después de que los juzgamientos de las glándulas inferiores son transmutadas.

Soportando amorosamente el dolor, justamente esto permite que nosotros experimentemos la dualidad y reconciliar, y esto justo libera toda la parte del juzgamiento y ayuda a la glándula pituitaria.

La dualidad representa lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, lo positivo o lo negativo, a todo nivel.

GLÁNDULA PINEAL: Necesita luz natural, de día, necesita entusiasmo y si no hay suficiente entusiasmo en su vida, la glándula pineal no funciona adecuadamente, así que tienen que salir a la naturaleza, porque la naturaleza a fin de hallar algo de luz natural, y eso realmente va a ayudar.

COLUMNA VERTEBRAL: La columna vertebral representa su voluntad, la fuerza de voluntad, es como que cuando uno no mantiene su propia visión, al enfrentarse con la presión que viene de afuera, uno puede llegar a tener ESCOLIOSIS, la distorsión de la columna, la que se tuerce porque su fuerza de voluntad se doblega.

Cuando uno utiliza la columna vertebral para hacer trabajo espiritual, nuestra fuerza de voluntad está alineada con la voluntad divina, y algunas personas lo llaman co-creación, pero realmente se trata de la columna vertebral que se abre a la Kundalini, lo cual es simplemente la parte femenina que se halla en la columna y a medida que nosotros nos damos cuenta de ello, ella también se va dando cuenta.

LOS ÓRGANOS SEXUALES: Son reproducción, esto por supuesto es su habilidad de expresarse sexualmente. Puede haber una inhabilidad de recibir la parte femenina si los padres desearon un chico del sexo opuesto, puede ser que uno se enfrenta a la propia moralidad y está realizando un auto-castigo.


LA ESPALDA: Es lo que uno deja detrás suyo, lo que se quiere olvidar, lo que está en el fondo de nuestra mente, la parte baja de la espalda es el apoyo, y el dolor en esta parte es cuando una persona resiente al no tener el apoyo que él o ella cree que necesita, a fin de lograr algo.

LA VEJIGA: Libera agua, es la expresión de manifestar exteriormente su emoción. Si la vejiga es débil, la persona siente dificultades en expresar sus sentimientos.

INTESTINO DELGADO: Es la etapa final de la digestión, es el comienzo de la absorción, provee la base para la construcción y el crecimiento, construye su personalidad, su carácter, su fuerza de voluntad, su confianza, pero más importante que todo es que refleja los estados más importantes de nuestra vida.

De modo que puede que realmente no funcionemos cuando una persona sufrió una gran vergüenza. Esa vergüenza sufrida en la primera infancia. Son muy conscientes, muy cercanas las personas, piensan que no se están acordando o pensando en ello, pero se acuerdan del colegio, la primera vez que menstruaron, los niños con quienes jugaron, algún pariente que les hizo sentir vergüenza.

INTESTINO GRUESO: Tiene que ver con la materia sólida y esto nos muestra si somos capaces de lidiar bien con todos los temas materiales.

El Intestino Grueso tiene que ver totalmente con dejar ir y soltar todas las cosas que no nos sirven, y la incapacidad de dejar ir puede ser el resultado de un miedo a la pérdida. ¿Qué es lo que se pierde si se deja ir? Tienen que fijarse de vuelta en el momento de la concepción, qué es lo que formó la actitud de la personalidad de esa persona.
Todo empieza en tu conciencia. Todo lo que sucede en tu vida, y todo lo que ocurre en tu cuerpo, empieza con algo que sucede en tu conciencia. Tu conciencia es quién tú eres, tu experiencia de Ser. Tú eliges qué ideas aceptar y cuales rechazar. Tú decides qué pensar y también qué sentir.

Tu conciencia, tu experiencia de ser, quien tú eres realmente, es energía. De momento la llamaré “Energía de la Vida”. Esta energía no vive exactamente en tu cerebro, sino que está por todo tu cuerpo. Tu conciencia está conectada a cada célula de tu cuerpo. A través de tu conciencia puedes comunicarte con cada órgano y cada tejido, y muchas terapias se basan en la comunicación con aquellos órganos del cuerpo que están afectados por algún tipo síntoma o enfermedad.


Fuente: https://remediosparaelalma.com/cada-organo-con-su-emocion/


miércoles, 26 de abril de 2017

SI CREES QUE ES DURO PONER UN FINAL, PRUEBA A NO HACERLO

A veces nos resistimos a escribir un final a aquello que, literalmente, “nos amarga la vida”. Muchas de estas conductas, relaciones o patrones de pensamiento responden a una necesidad: la de evitar un malestar inmediato. Evitamos la confrontación con la realidad refugiándonos en el dolor, que resulta terapéutico por ser habitual.

Lo que ocurre es que esta evitación puntual del dolor, sin ver más allá, a veces nos conduce a un desastre vital. Prolongamos relaciones con personas que nos humillan a un bajo precio o estamos presos de hábitos que no pueden acercarnos a conseguir lo que queremos a largo plazo. A veces tenemos que cambiar nosotros mismos y otras simplemente poner un final. En otras ocasiones, ambas cosas.

Poner un final

Tenemos que ser conscientes de cuáles son los aspectos de nuestra vida que ya no nos están favoreciendo ni compensando, que lo único que hacen es que coleccionemos malos ratos. Para decidir si hemos alcanzado un punto de no retorno en una relación los siguientes puntos de reflexión van a ser muy útiles:

1. ¿Cuál es la frecuencia en la que una persona te hace sentir mal y te hace sentir bien? Estar inmersa en un sinfín de justificaciones y disculpas de la otra parte no es una buena señal.

2. ¿Qué tipo de hábitos te están sumergiendo en una rutina que no es idónea para alcanzar lo que deseas a corto plazo ni hacerle frente a tu mal estar actual?

3. ¿Qué patrones de pensamiento te sumergen en el neuroticismo? Pensar en lo que no tiene solución, llevar un problema personal a tu trabajo, pensar continuamente en lo que deberías de hacer, etc.

4. Dedicar tiempo que ya solo es sufrimiento a cosas y personas que no lo merecen, descuidando personas que sí valen tu pena a veces y tu alegría casi siempre.

El precio de no poner un final es alto: destruir tu autoestima. A veces es inevitable que nos hagan daño y que nos decepcionen. Eso no alcanza a tu control, pero cómo reacciones frente a ese daño y al agresor marcará la diferencia. Si continuas dando oportunidades o justificando conductas que ya no la tienen estarás minando tu autoestima. Asumes que has perdido el control, no solo de lo que te hacen sino de lo que tú te haces a ti misma una y otra vez.

Es duro poner un final, pero imagina no hacerlo

Pueden ser hábitos o relaciones tóxicas de muchos años, que has dejado que te consuman, que continuamente boicoteen tu bienestar emocional y tus sueños. Puedes seguir dentro de esa dinámica por verte incapaz de vivir de una forma que no implique ese malestar eterno.

Ha llegado la hora de ser sanamente egoísta. Corta por lo sano con lo que te hace daño y renueva el escenario de tu vida…no permitas seguir boicoteando tu dignidad. El precio de no poner final es que algún día lo tendrás que hacer de manera aún más traumática, con muchos más daños y habiendo perdido más tiempo.

Si no ponemos final a aquello que está desgastando continuamente, nuestra paz interior jamás encontrará cobijo en horas o días de nuestra vida. Ponle final a aquello que tuvo que haber terminado casi poco después de que empezara. Si pruebas a no hacerlo, se augura un desgaste emocional irreversible que ni tú ni nadie que valga la pena se merece.

“-¿Tú conoces algo que dure siempre?

—He cambiado mucho.
— ¿Tanto?
—Del todo.

Nunca he tenido el corazón tan rojo.

Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, solo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante.

He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo.

Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. Sí. Podría unir mi vida uniendo casualidades. La primera y la más importante fue la peor… “

-Los amantes del Círculo Polar-

Tu vida se merece un comienzo cada vez que sea necesario

Es importante darnos a nosotros mismos las licencias suficientes para poder comenzar de nuevo sin temor ni culpa. En la vida todo se transforma y cambia y es la manera en la que sabemos detectar estos cambios lo que marca la diferencia entre las personas que se renuevan continuamente y las que terminan viviendo eternamente en sus dramas pasados.

Puedes tener muchas historias en tu camino, sin embargo permanecer en una más tiempo del necesario entorpece la sana decisión de transitar por senderos distintos. Empeñarte en repetir una y otra vez las mismas situaciones que te causan malestar no es solo masoquismo, es dar poder sobre ti a alguien o a algo que nunca debió tenerlo.


Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/si-crees-que-es-duro-poner-un-final-prueba-a-no-hacerlo/


martes, 25 de abril de 2017

CUANDO LA EXCEPCIÓN SE GENERALIZA: INFLAMACIÓN, FIEBRE Y COLESTEROL

Inflamación

Existen muchos motivos por los que recibimos esta respuesta del cuerpo. Pongamos por ejemplo que tenemos alguna lesión, un mal giro de hombro o de tobillo. ¿Qué ocurre? La zona se inflama, nos molesta y no nos deja moverla de forma normal.

¿Qué hacemos de forma automática? Ibuprofeno a la más mínima para bajar la inflamación, porque como todos sabemos lo malo no es el daño en la articulación, lo malo es la inflamación. ¿No? Pues no.

Antes de que se inventaran los medicamentos el cuerpo humano se las ha tenido que arreglar él solito para solucionar este tipo de percances. Cuando se produce un daño el cuerpo inflama la zona, entre otras cosas, para evitar que realices movimientos que puedan interferir en su curación, no es por capricho ni ganas de amargarte la semana.

Lo último que quiere el cuerpo es que una lesión se alargue indefinidamente y perjudique su supervivencia. Si te está diciendo que no subas más de la cuenta el brazo mientras se cura, es por algo. Si bajamos la inflamación de forma artificial, nos quedamos sin esa guía, permitimos el libre movimiento e interferimos en el proceso de forma negativa. Por otra parte el entorno inflamatorio que prepara el cuerpo alrededor del daño favorece su curación. Es probable que el proceso se alargue si nos cargamos ese entorno de forma artificial.

En el caso de una lesión de tobillo por ejemplo está claro cual es el origen, pero puedes tener inflamación en cualquier parte del cuerpo y no estar tan clara. Conviene investigar.

Fiebre

Con la fiebre ocurre algo parecido que con la inflamación. Son mecanismos que tiene el cuerpo para solucionar algo que no va bien. El principal objetivo de la fiebre es el de aumentar la temperatura interna para combatir las infecciones, es un sistema de protección natural.

¿Qué hacemos nosotros? A la que tenemos unas décimas, medicamento al canto para bajar la fiebre sin tener ni idea de qué la ha causado.

Tanto en un caso como en otro nos estamos cargando los sistemas de defensa que tiene el cuerpo porque no nos gusta estar así, sin más.

Colesterol

Poco a poco ya va desapareciendo la demonización al colesterol, pero aún queda camino.

El colesterol es imprescindible para vivir, si no lo ingieres es tu propio cuerpo el que lo tiene que fabricar. Cuando ingieres colesterol, el cuerpo genera menos.

En un intento de educar a la población, o eso quiero creer, se ha puesto los apellidos de “el bueno” y “el malo” a un tipo de colesterol y a otro, el HDL y el LDL. Aunque en realidad son lipoproteínas que transportan el colesterol.

No me voy a extender mucho porque no es el cometido de este artículo, hay excelentes explicaciones por ahí, pero ni uno es malo ni otro es bueno. Cada lipoproteína hace su función y son tan necesarias unas como otras.

La mala fama viene cuando se dice que obstruyen las arterias. Pero si una arteria se está obstruyendo es por algo, algo pasa en esa arteria para que algunas lipoproteínas, las más pequeñas y densas, se estén acumulando ahí.

La solución automática, y que debería ser la excepción, es la de usar medicamentos (estatinas en este caso) para reducir el colesterol en lugar de buscar el origen del problema. Es como empezar a matar bomberos para que cuando se produzca un incendio haya menos alrededor del mismo y no taponen la calle. ¡No! Lo que hay que ver es porqué hay un incendio.

Al final se acaba haciendo más mal que bien.

Conclusión

Desde luego no estoy diciendo que nunca se tomen medicamentos para bajar la inflamación, fiebre o en casos muy excepcionales para bajar el colesterol, es tarea del profesional el recomendar su uso porque hay tantas situaciones distintas como personas. Faltaría más, y benditos sean dichos medicamentos para cuando hacen falta de verdad. Pero por lo general el uso de estos medicamentos debería ser una excepción y no la forma generalizada de proceder, que somos muy de sobre fácil.

Lo que intento hacerte ver es que muchas veces atacamos al enemigo incorrecto en lugar de buscar lo que ha provocado esa reacción. Especialmente en el caso de la inflamación y fiebre, que encima son respuestas del cuerpo para prevenir males mayores y solucionar lo antes posible el problema.


Fuente: http://estonoescomida.com/cuando-la-excepcion-se-generaliza-inflamacion-fiebre-y-colesterol/


lunes, 24 de abril de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA ESTAR EN LA VIDA?

Hace tiempo que siento ganas de escribir acerca del significado de “estar en la vida”. La vida es una fuerza arrolladora, sublime y sabia, muy sabia. Todas las personas, las situaciones, las condiciones que componen nuestra vida, por bellas o dolorosas que puedan resultar, son todas expresiones de esta fuerza superior. Se manifiestan en nuestro día a día y hablan de la realidad de cada uno como individuo.

Es muy habitual entre conocidos escuchar frases del tipo: “no me gusta nada mi vida”, “si pudiera, cambiaría por completo mi vida”, “mi vida es un desastre…”, o incluso el pensamiento decadente y repetitivo, “no sé qué hago aquí, me quiero morir”.

Querer cambiar la vida y suplantarla por un destino más favorable y ligero, es sencillamente ponerse por encima de la vida, es faltar el respeto a un orden superior. Negando y rechazando todo lo que no nos gusta de nuestra realidad, es como perdemos la conexión con la realidad, y como nos construimos una imagen mental acerca de cómo debería ser.

Éste es el caldo de cultivo para la insatisfacción, la amargura y la frustración, porque jamás lograremos acercarnos a esa idea de perfección que nuestra mente recrea una y otra vez.

Sin embargo mirar cada elemento de mi vida con los ojos de la aceptación, diciendo sí a su expresión, aunque mi mente no pueda entenderlo, es darle la posibilidad de que avance hacia su transformación.

Estar en la vida es renunciar a luchar contra la vida, es ponerse en conexión con algo más grande y superior a mí. Es mirarla de frente, sonreírla y abrirse a lo que para mí tenga preparado. ¿Pero sonreímos a nuestra vida? ¿Qué cara le pongo a mi vida?

Nuestra existencia, que se expresa en el tiempo limitado al que llamamos vida aquí en la Tierra, es la gran oportunidad de crecer y evolucionar. Sabemos que un día vinimos a trazar nuestro camino, único, personal, auténtico, incomparable. Y sabemos también que en ese viaje, si nos lo proponemos y estamos despiertos, iremos poco a poco recordando verdaderamente quiénes somos.

Atravesar por situaciones difíciles o por situaciones favorables es tan sólo experimentar. Y sin experiencia no hay vida, no hay evolución. Nos cuesta experimentar todavía; preferimos teorizar acerca de cómo el mundo o nuestra vida podrían ser mejores. Pasamos de puntillas por nuestra realidad, pero tenemos la habilidad de ver en los demás aquello que refleja lo que quizá podríamos empezar a mirar y abrazar en nosotros.

Cuando aprendemos desde nuestro interior a iniciar un movimiento honesto de aceptación de todo tal cual es, impulsamos un cambio. Así es como nos ponemos en sintonía con algo más grande, que nos supera y a la vez nos sostiene. ¿Acaso podemos siquiera imaginar de qué se trata? Quizá un campo energético inabarcable, poblado de profundo silencio.

Solamente podemos referirnos a ello como un misterio. Entonces, ¿cómo puedo creerme con el derecho arrogante de reivindicar lo que creo que es mejor para mí?

Esto lo saben bien quienes se han visto al borde de la muerte. Aquellas personas que han recibido un diagnóstico duro por enfermedad, cuando han podido asentir desde su corazón y entregarse a algo más grande, es decir, cuando han podido aceptar que se iban a morir, paradójicamente han experimentado una mejoría en su efermedad. Se produce una comprensión a nivel profundo de todo tal cual es, sin negarlo ni evadirlo, sino acogiéndolo incondicionalmente. Y así es como nos entrenamos para “estar en la vida”, desgraciadamente, muchas veces aprendiendo a soltar la materia y el cuerpo, es decir, aprendiendo a morir.

Pero a morir también se aprende en vida, cuando nos proponemos decir adiós a las cosas, a las personas, a determinados hábitos y creencias, es decir, cuando podemos soltar sin miedo ni culpa.

La vida sabe, la vida guía, la vida habla, y yo no sé absolutamente nada ni estoy en condiciones de controlar los acontecimientos. Cualquier intento en esta dirección solamente conduce al sufrimiento. Todo cuanto he venido a hacer es entregarme a la experiencia de estar vivo.

Así pues, estar en la vida es atreverse a experimentar en primera persona, aceptando cada parte del camino, valorando y agradeciendo cada paso, acogiendo por igual mis luces y mis sombras.

En el momento en que me conecto internamente a las circunstancias de mi vida tal cual son, sin querer convertirlas en otra cosa, entonces tomo la fuerza para dinamizarme por dentro, si es que necesito dar un paso más. No es que me aguante o resista lo que me haya tocado vivir por castigo divino, karma o por avatares de la vida, lo cual me puede conducir a la inacción y la resignación, sino que me abro a concebir una realidad más amplia, que es lo que me está esperando, y empiezo a encontrar las herramientas, la energía y los recursos para seguir caminando más ligero, más alegre, más sabio, más radiante, en definitiva, más vivo, hacia delante.

Noelia Román Barrero
Profesora de Yoga titulada por la AEPY y la UEY
Maestra de Registros Akáshicos
Numerología Kármica Personal


Fuente: https://www.espaciohumano.com/index.php/component/content/article/98-menu-top/contenidos/sentir/1463-que-significa-estar-en-la-vida


martes, 18 de abril de 2017

LA MALA COSTUMBRE

La mayoría de nosotros vive pensando que esto será eterno. Que somos inmortales y que las desgracias solo le pasan al de al lado. Vivimos inmersos en una ignorancia que nos hace débiles y solo lamentamos lo ocurrido cuando ya es demasiado tarde.

Y es que…

Tenemos la mala costumbre de dejar para luego, de reír poco y de querer hacerlo mañana. Tenemos la mala costumbre de echar de menos, en lugar de hacerlo de más. La mala costumbre de usar los luegos y no los ahoras. Luego te llamo, luego te escribo, luego te contesto, luego nos vemos. Y obviamente nunca llamó, nunca escribió, nunca contestó y nunca fue visto. Tenemos la mala costumbre de querer tarde. De valorar tarde. De pedir perdón demasiado pronto. Debería haber un número máximo de perdones. Perdonar nos hace grandes, de acuerdo, pero cuando tienes que perdonar todos los días, al final un lo siento se convierte en el comodín de cualquier pretexto injustificado, innecesario e inmerecido.

Tenemos la mala costumbre de defender al malo y descuidar al bueno. De contar mentiras tra la rá y de tener que hacer un máster para descubrir verdades. Mantenemos en nuestra vida “amigos” porque sí y llenamos nuestras agendas de compromisos a los que realmente no queremos ir. Tenemos la mala costumbre de sentirnos mal por decir no y de creernos mejores por decir si.

Tenemos la mala costumbre de esperar a un cáncer, a una mala noticia o a una llamada de que alguien querido se nos fue, para tomar las riendas de nuestra vida y empezar a apreciar cada puesta de sol, cada mañana que te levantas de la cama y cada luna que abrazas en tu almohada. Tenemos la mala costumbre de usar el descuido a diario, olvidando que los pequeños detalles importan, que los pequeños detalles construyen grandes caminos y que cada lunes, puede ser el mejor día de la semana. Tenemos la mala costumbre de quejarnos por todo, de culpar siempre al otro porque claro, tú eres un ser perfecto y nunca, nunca, haces nada. Siempre es la parte contraria. Decimos muy pocos te quieros y hacerlo por primera vez es como “buf que va, no vaya a ser que se asuste”. ¿Asustarse de qué? ¿Cómo una persona puede asustarse porque alguien le quiera?.

Asústate si algún día te vas a la cama sin sentir que quieres a otra persona.

Asústate el día que te vayas a dormir sin decirle a esa persona lo importante que es para ti.

Asústate cuando no le des besos a tu madre y a tu padre.

Asústate cuando seas incapaz de abrazar a alguien y sentir esa sensación tan extraordinaria que producen los abrazos.

Asústate cuando las defensas de tu cuerpo se hayan vuelto inmunes al dolor ajeno.

Y cuando veas una injusticia y no hagas absolutamente nada para remediarlo.

Asústate cuando pases un solo día sin ayudar a alguien.

Asústate de verdad, porque créeme. Estás muerto.

Y es que…

Tenemos la mala costumbre de trabajar demasiado, de cargar con una mochila llena de cosas innecesarias y de comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. Tenemos la mala costumbre de creernos mejores que los demás, de bailar poco, fumar mucho y respirar a medias. Tenemos la mala costumbre de ir caminando por las calles de nuestra ciudad mirando al suelo, o a nuestro teléfono móvil. ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo bonitos que son los edificios de esas calles por las que pasas a diario? Por no hablar de la luz de las estrellas.

Tenemos la mala costumbre de empezar el gimnasio la semana que viene. De cuidarnos cuando ya es demasiado tarde y de tomar vitaminas cuando estamos enfermos. Tenemos la mala costumbre de creer que el pelo de aquella es mejor que el nuestro. Que su suerte es nuestra desdicha y de compararnos como si fuésemos presa de alguien que busca en comparadores de Internet. Tenemos la mala costumbre de medirnos por nuestros estudios o por nuestra altura. De confundir la belleza con la delgadez y de creernos que no somos capaces de conseguirlo, porque alguien una vez así, nos lo hizo creer. Y no fue nadie más que tú mismo.

Tenemos la mala costumbre de apuntarnos a clases de idiomas, cuando ni siquiera dominamos el nuestro. De querer conocer mundo y viajar lo más lejos posible cuando aún, nos quedan lugares maravillosos por descubrir en nuestra propia tierra. Tenemos la mala costumbre de comer animales, de contaminar el mundo y de lavar la ropa en vez de nuestras conciencias. Tenemos la mala costumbre de escuchar poco y hablar demasiado. De dar consejos y juicios de valor sin ser conscientes del poder que pueden llegar a tener nuestras palabras. Dejamos demasiado pronto y tenemos muy poca paciencia. Objetos de usar y tirar, sin importarnos lo más mínimo su destino. Tenemos la mala costumbre de creernos que lo sabemos todo. Cuando realmente, no tenemos idea de nada.

Wasapeamos mucho,

dormimos demasiado

y follamos poco.

Nos pasamos media vida o vida entera, soñando esa vida perfecta que nos gustaría tener. Cuando somos ajenos a que realmente la vida perfecta es ahora. Es cada momento, cada instante de los segundos que marca el reloj de tus días. Es cada oportunidad, cada sonrisa, cada beso y cada vez que te enamoras. ¡ENAMORÉMONOS TODOS LOS DÍAS DE NUESTRA VIDA! No pongas barreras a tu corazón y deja los prejuicios para aquellos que llevan el cartel de cobarde escrito en tinta permanente. Ni con disolvente se va.

Empieza a acostumbrarte a esta vida que a veces es dura. Terriblemente dura. Pero no te lamentes ni te vayas nunca a la cama habiendo hecho daño alguien. Habiendo dejado para luego esos ahoras que nunca llegaron. No habiendo cumplido ese sueño que tanto querías, no habiendo hecho unos kilómetros de más ese día porque tu cuerpo estaba cansado. No permitas que alguien fallezca para luego recordarlo y decirle mirando su foto, cuánto le querías. No dejes que la rutina o la sensación de eternidad descuide lo verdaderamente importante de tu vida.

En definitiva, no dejes que la mala costumbre sea la invitada de honor en los días que te quedan por vivir a partir de hoy.

Quiere ahora, no mañana.


Fuente: https://elrincondefloricienta.com/2014/03/21/la-mala-costumbre/


lunes, 3 de abril de 2017

LOS PENSAMIENTOS CURAN MÁS QUE LOS MEDICAMENTOS

Bruce Lipton reclama una nueva medicina, la que tenga en cuenta la energía por su capacidad para curar. Desde Kenko reiki & terapias nos hacemos eco de una noticia publicada por el Diario del Sol, en la que un reputado científico, Bruce Lipton, pionero en la investigación con células madre, reclama un nuevo paradigma para la medicina contemporánea, una medicina que tenga más en cuenta la capacidad sanadora de la medicina energética y que esté menos basada en el poder de los compuestos químicos, por su alta toxicidad y en algunos casos escasa o nula efectividad. Al mismo tiempo que reclama a la comunidad científica una mayor unión entre ciencia y espíritu.

Según el artículo, Bruce es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células madre. Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus descubrimientos (que iban en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes) y el estudio de la física cuántica le han llevado a criticar duramente la medicina convencional. Es autor de libros como La biología de la creencia y La biología de la transformación.

Usted asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son los medicamentos que nos recetan?

Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Porque esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados “efectos secundarios”. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Y esas personas son muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales. Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda. Tiene que aprender cómo funcionan las células.

¿Y qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?

Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y mueren. Si un médico las mirara, diría: “¿Qué medicina hay que darles?” ¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad. ¡El humano es un plato petri cubierto de piel!

¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?

Dentro de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa. Por ello, si pongo al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.

En un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?

No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.

¿Está diciendo que el efecto placebo –creer que algo nos sanará– es más curativo que un medicamento? Pero no hay casi investigaciones sobre eso.

Sí, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer energía sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. Deberíamos poder decir que la ciencia está separada de la industria farmacéutica, pero no es así, porque con el dinero de esta se paga el desarrollo de la ciencia, y ese dinero solo va esos estudios que dicen que las drogas funcionan. El dinero controla la ciencia.

Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.

He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.
Si pones al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana.

Eso significa que el estrés nos hace enfermar, ¿no?

Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema  inmunitario, proliferan. Es como el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas. El 90 por ciento de la gente que va al médico es debido al estrés, y también el cáncer funciona igual.

Explíquenos qué es la medicina cuántica o medicina de la energía.

Como decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química.

Si todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?

La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede matar. Uno se llama placebo y el otro nocevo. En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que tú interpretas.

Y eso enlaza con la física cuántica.

Totalmente. Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.

Usted ha explicado que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?

Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.

Pero no lo podemos controlar.

Lo puedes reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.
Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño.

Es decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se ‘programa’ su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!

La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable. Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Sería algo así como conducir un coche: si te enseñaron a conducir mal y has automatizado esa forma de conducir, pues lo más probable es que tengas accidentes. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.

¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?

Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también filtra esa informacion, pero no es así. La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la consciente, pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi mente consciente dice: “Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico”, pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: “¿Por que sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?”. Los pensamientos positivos, el conocimiento… solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente. Técnicas de psicología basadas en la energía como la hipnosis o el Psych-K son una manera de cambiar el subconsciente, es como un aprendizaje rápido.

Con su investigación, ha aunado ciencia y creencia, un binomio que evita la mayoría de los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?

Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista biológico. Si cojo mis celulas y las tralado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de dentro sino de fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la transmisión. Así que cojo otra, la enciendo, conecto el canal y vuelvo a ver el programa de Bruce, pero en otra tele, o lo que es lo mismo, en otro ser. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto explica la reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir, pero la transmisión siempre está ahí.

¿Eso le hizo creer que tenemos espíritu?

Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate?  Solo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.


Fuente: https://kenkoreikiterapias.com/2014/02/08/pensamiento-cura-mas-que-medicina/