Si piensas que el silencio no es una respuesta… aún te falta
mucho por aprender.
Es muy común quejarnos y conocer de quejas, que tienen que
ver directamente con el silencio como respuesta, generalmente causa un rechazo
hacia los demás el no tener una respuesta clara y de alguna manera el silencio
suele confundir de una manera impresionante.
Quizás sea esto lo que más molestia causa en las personas,
que al tener silencio como respuesta, no podemos descifrar lo que estamos
recibiendo, no comprendemos si realmente estamos recibiendo una respuesta, si
debemos reaccionar, en muchas oportunidades desata furias, en otras confusión,
en otras desesperación, el caso es que desde muchos ángulos, el silencio como
respuesta queda descartado.
Ocurre que si no entendemos que el silencio es una respuesta
directa, aún nos falta mucho por aprender en la vida. Guardar silencio es una
manera de expresión tan atrayente, que en muchas personas remueve sus pasiones
más ocultas y las interpretaciones más
descabelladas, pero es evidente que no sabemos aún que palabras poner en
ese silencio que recibimos y curiosamente cuando llenamos ese silencio de
palabras, nunca es a nuestro favor, para nuestro bienestar, por el contrario,
asumimos de alguna manera que todos los pensamientos negativos que hemos
tenido, respecto a esa situación, se hacen realidad y el silencio los evidencia.
Guardar silencio es una manera de responder, aunque tenga
muchos matices, puede significar sensatez, calma, represión, mentira,
desinterés o total atención, el silencio suele detener actos terribles, puede
apaciguar ánimos de manera inmediata, puede reflejar madurez y capacidad de
escuchar, no siempre tenemos que tener respuestas representadas en acciones
verbales, en gestos, gritos y actos desenfrenados, si podemos reaccionar ante
una lágrima, la entendemos, nos llega y nos activa, por qué nos cuesta tanto
entender el silencio como respuesta?
De manera directa, podemos pensar que tiene que ver con
nuestras interpretaciones, nos agobia el silencio porque ello significa que la
respuesta la pondremos nosotros, según nuestros pensamientos e interpretaciones,
cada palabra no dicha quedará a nuestra imaginación, esto se debe a la
creciente e inagotable necesidad de siempre generar una reacción en los demás,
de que sea una comunicación de toma y dame, cuando las mejores charlas parten
del silencio, de las miradas, de las sensaciones, de esos espacios donde
podemos decir lo que pensamos y dejar que el silencio actúe, sin
interpretaciones, especialmente cuando ellas van orientadas hacia el
sufrimiento.
Aprender a recibir el silencio como respuesta, no solo te
ayudará enormemente a calmar tus reacciones y enfocarte en tus acciones, a dar
paso a la serenidad, a dejar esos espacios breves del pensamiento, donde se
barre con toda intención y se escucha más allá de lo que se piensa que es, más
allá de la interpretación, consiste en escuchar con la mente vacía, es
descifrar si esa respuesta es una petición de calma, de espacio, de momento o
si simplemente es una mera agonía por dar término a todo aquello que suponemos
y que generalmente nos lastima.
Respuestas en la vida, muchas, pues el silencio es una de
las más valiosas que quizás aprendamos a recibir y especialmente a dar…