sábado, 1 de junio de 2019

Libro: "La bailarina de Auschwitz", de Edith Eger

"La negación es nuestro escudo. Todavía no sabemos que perpetuamos el daño al negar el pasado, al mantener nuestra conspiración de silencio. Estamos convencidos de que cuanto más encerremos el pasado, más seguros y felices estaremos"

"Cada momento es una elección. Por muy frustrante, aburrida, limitadora, dolorosa u opresora que sea nuestra experiencia, siempre podemos decidir cómo reaccionar"

Fuente: Edith Eger, "La bailarina de Auschwitz"


La negación de nuestro pasado (de nuestro dolor) es nuestro lastre. Solemos decir "el tiempo todo lo cura", pero no es así. Simplemente lo ocultamos bajo capas y capas de olvido, pensando equivocadamente que él mismo se resolverá por el simple hecho de obviarlo.

Los temas no resueltos son oportunidades para crecer como personas conscientes. Hay que llegar a la comprensión completa de los hechos que una vez decidimos ocultar porque así pensábamos que dejábamos de sufrir. En la mayoría de los casos suelen ser situaciones muy sutiles, a edades muy tempranas. Edith Eger lo resume de este modo: "... Soy innecesaria. No soy lo bastante buena, no hay sitio para mí, pienso. Así es como malinterpretamos los hechos en nuestras vidas, como asumimos cosas sin comprobarlas, como nos inventamos una historia que nos explicamos a nosotros mismos, reforzando lo que ya creemos."

La propia Edith, que sobrevivió a Auschwitz, afirma que no hay grados en el dolor entre unas personas y otras, aunque estos puedan parecer de poca relevancia. Todo dolor va minando nuestra vida y salud, relaciones personales y laborales, etc., de una forma u otra. Asumir un hecho o pensamiento doloroso como cierto o que no tiene solución, solo tendrá consecuencias similares, esto es, perpetuarlo y dejar que nos robe la libertad de ser quienes realmente somos y vivir en plenitud.

María Macías





No hay comentarios:

Publicar un comentario