lunes, 31 de marzo de 2014

domingo, 30 de marzo de 2014

Cuando una puerta se cierra, se abre otra automáticamente.
La luz se oculta detrás de cada desafío en tu vida. Cuanto mayor es la oposición, mayores son las bendiciones. Cuando tú cambias, todo cambia. La paz comienza contigo.













sábado, 29 de marzo de 2014


Este es un ensayo de Viktor Frankl,
neurólogo, psiquiatra, sobreviviente del holocausto y el fundador de la disciplina que conocemos hoy como Logoterapia.

 No eres Tú, soy Yo...

¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?...

¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un antiguo amor? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe?...

Podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil. De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.

Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres. La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.

Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad. Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones de espacio voy a omitir.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.

Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.

Un claro ejemplo de la enorme dependencia que podemos llegar a tener con otra persona es cuando hace algunos años alguien me dijo:

"Necesito que Enrique me diga que me quiere aunque yo sepa que es mentira. Sólo quiero escucharlo de su boca y que me visite de vez en cuando aunque yo sé que tiene otra familia; te lo prometo que ya con eso puedo ser feliz y me conformo, pero si no lo hace... siento que me muero".

¡Wow! Yo me quedé de a cuatro ¿Realmente ésa será la auténtica felicidad? ¿No será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo y bienestar? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente... ¿no será un calvario voluntario para nosotros?

No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.

Las frases que normalmente se dicen los enamorados como: "Mi amor, me haces tan feliz", "Sin ti me muero", "No puedo pasar la vida sin ti", son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella... ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino".


"No busques fuera. Todo lo que crees estar buscando ya está dentro de ti"
 

viernes, 28 de marzo de 2014


 
"Nunca sabes cuan fuerte eres hasta que ser fuerte es la única elección que tienes. Y cuando esto sucede, eres intocable."
 
 
- Chuck Palahniuk -

jueves, 27 de marzo de 2014


¿Para qué repetir antiguos errores, habiendo tantos errores nuevos por cometer?
 
- Bertrand Russell -

martes, 25 de marzo de 2014


UNA DORADA MEDIOCRIDAD

Pertrechado en el sofá, mientras meriendo, he decidido asumir que soy mediocre. No es que haya tomado precisamente ahora conciencia de mi mediocridad –de hecho es un ejercicio que practico con asiduidad y hasta con cierto nivel de éxito- sino que, si hasta hoy la percibía negativamente y la catalogaba como algo que convenía superar, ahora encuentro interesante aceptarla como una forma de vida deseable.

Seguiré con mis sueños y esforzándome por alcanzar lo que ilusione. Pero me he propuesto cambiar el deseo de hacer más cosas y llegar más lejos por el de mirar, desde mayor distancia, el significado de la palabra “más”.

DISMINUYE EL UMBRAL DE FUSTRACIÓN

No ha sido ajeno a mi decisión cierto miedo o, cuando menos, una sana prudencia.

Vivimos bajo la amenaza del mito de la eficiencia: ya se trate del trabajo o del ocio, de las relaciones emocionales, del consumo o del sexo… todo parece concebirse como actividades evaluables en función de la productividad, el rendimiento, el triunfo y, últimamente, ¡la excelencia!

Conceptos todos interesantes y magníficos… siempre que no superen nuestras posibilidades.

Y ahí radica el problema: en que las expectativas son cada vez mayores y generan más gente insatisfecha. Observando el tamaño de las estanterías dedicadas a los libros de autoayuda en las  librerías, ciertos programas televisivos con éxito de audiencia o las ventas de antidepresivos, no creo desatinado afirmar que cada vez hay más personas que no se aceptan como son o al menos no están contentas con la vida que llevan.

Desear más es sin duda razonable, pero cuidado: no hay que olvidar que la frustración es el sentimiento que invade a aquellas propuestas de vida en que no se cumplen las expectativas. Y los pronósticos de psicólogos y sociólogos no auguran nada bueno: cada vez las expectativas son mayores y tenemos más bajo lo que se ha dado en llamar el umbral de frustración, la tolerancia al fracaso.

DÉDALO Y HORACIO

El concepto de la “mediocridad dorada” lo acuñó el poeta Horacio -allá por el siglo I aC- y me lo recordó una amiga el otro día: proponía no subir muy alto para no lastimarse demasiado al caer o, para navegar seguro, no adentrarse en altamar ni aproximarse más de la cuenta a la costa.

La alternativa a la búsqueda del triunfo, o al abandono al fracaso, era vivir una mediocridad dorada, buscar una existencia sin sobresaltos, sin riquezas ni penurias, a salvo tanto de la adversidad como de la envidia ajena.

Aparentemente es sencillo pero, a medida que lo pienso, voy dándome cuenta de que lograrlo puede ser una tarea heroica.

Definir la línea que separa lo necesario de los superfluo, evitar los extremos, medir las posibilidades reales antes de acometer una empresa y, sobre todo, ser capaces de disfrutar del quehacer cotidiano, conseguir que las rutinas dejen de ser anodinas y se conviertan en algo lleno de sentido, no es tarea fácil. Vivir cada momento como lo que es: un tiempo único; sentir cada abrazo como un regalo de la vida; renunciar al deseo de más para disfrutar de lo que se es y se tiene, requiere realmente un esfuerzo titánico.

ACEPTAR O CONFORMARSE

Reconozco que de pronto he sentido un temor reverencial y me he planteado seguir con la comodidad que implica continuar deseando siempre más, aspirar a ser lo que no soy, soñar con que la suerte cambie mi vida, vivir corriendo tras metas inalcanzables…

En ese momento mi hija Andrea ha venido sonriente a “compartir” mi merienda, me he sentido dichoso, he entendido la diferencia entre aceptar y conformarse, y he decidido seguir luchando por mi dorada mediocridad.

Dr. Fernando Torrijos
 
 


"¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
 
-Vincent van Gogh-


FIESTA EN EL CAMPO

Nada más hermoso que una flor en detalle, sutil, coqueta, específica añadiendo su color y perfume al mundo, volcando toda su inteligencia en su belleza. La simetría prefecta de una dalia, la discreción de la campanilla, la sofisticación de la orquídea… cada flor busca su versión de la delicadeza, sin olvidar que su objetivo último es la visibilidad: pedir un poco de atención para lo que ofrece.

La naturaleza asombra por su ingenio; detrás de cada forma hay una razón y hasta en los pétalos como papel de seda de la amapola se esconde una intención: si maravilla su naturaleza frágil y encendida es porque se dirige a los insectos que la han de mirar y polinizar. Así, se eleva entre el trigo como estandarte de la fertilidad y de la vida, como el triunfo a un mismo tiempo de la sutileza y del atrevimiento.

REFINAMIENTO NATURAL

El milagro de los campos engalanados no deja de deslumbrar en mayo, el mes florido por excelencia. Las flores traen la primavera y cada pueblo ha encontrado el modo de festejarlo: acercándose a los cerezos en Japón o Extremadura, regalando una rosa de abril en Cataluña, ofreciendo flores a las vírgenes o celebrando el “día de la Madre”. Encarna el amor, la pureza, el agradecimiento y el refinamiento espiritual; todo lo que cada cultura ha creído ver en el esfuerzo de la naturaleza por dar lo mejor de sí misma.

En todas partes, los ramos y las guirnaldas sirven para expresar sentimientos profundos y están presentes en los grandes momentos: hay flores en la habitación de un recién nacido, en el ramo del enamorado y sobre las tumbas. Tal vez quieran expresar lo que vivir tiene de bello pero también de efímero.

Lo inaprensible de las flores radica tanto en su fugacidad como en su perfume esquivo, imposible de reproducir en un laboratorio, y tal vez en sus vibraciones energéticas, que estudió el Dr. Bach para el equilibrio emocional. Las flores ejercen con su simple presencia un efecto balsámico que alegra las casas como una insinuación de la naturaleza más amable. Es posible que nuestra felicidad dependa de la importancia que concedamos a esa belleza.
 
 

domingo, 23 de marzo de 2014


 
"La Felicidad es como una mariposa. Cuánto más la persigues, más huye. Pero si posas la atención en otras cosas, viene y se posa suavemente en tu hombro".

viernes, 21 de marzo de 2014


NO LLEVARSE TRABAJO A CASA

Saber dar por acabada la jornada laboral no sólo mejora nuestra vida privada; también incremente la productividad y la satisfacción laboral

Llevarse tareas a casa agudiza la sensación de estrés y dinamita el ambiente familiar. Algunos consejos para hallar el equilibrio entre la vida laboral y la privada son:

Establecer límites horarios. Es importante fijar y respetar el horario de trabajo, no alargarlo. Si nos vemos obligados a dedicar más tiempo del que dicta la jornada laboral, conviene establecer también el límite de trabajo extra que estamos dispuestos a realizar.

Separar espacios. Acostúmbrate a realizar las tareas sólo en el puesto de trabajo. Si trabajas en casa, restringe el espacio profesional a un despacho y no permitas que los asuntos pendientes salgan de él para aterrizar en el salón o el dormitorio.

Cambiar de ropa. Es importante tener un atuendo formal para las horas de trabajo y otro más cómodo para el tiempo libre, ya que el cuerpo identifica el cambio de ropa con las fases de obligación y las de descanso.

ADICTOS AL TRABAJO

Se han descrito las personas adictas al trabajo que extienden su labor profesional  a todas las fases y espacios de la jornada. En la mayoría de los casos, esta actitud esconde un temor al tiempo libre, a la responsabilidad sobre la propia vida privada. La solución, en estos casos, pasa por enfrentarse a ese miedo recuperando el gozo del ocio y del descanso.

Francesc Miralles
Coautor de “El Zen en la Empresa”


 
"Pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no el suficiente viviéndola"
-María Teresa de Calcuta-
 

 

jueves, 20 de marzo de 2014

miércoles, 19 de marzo de 2014

martes, 18 de marzo de 2014


BUSCAR NUEVOS RETOS

Romper con la rutina del trabajo habitual provoca sentimientos relacionados con la pérdida de la seguridad que nos aporta lo desconocido: miedo a no poder adaptarnos, a fracasar…
Se trata de emociones lógicas y normales que, al menos en un primer momento, nos suceden a todos. No obstante, tienen un claro y grave inconveniente: no son una reacción adaptativa, no obran a nuestro favor. Ni nos hacen sentirnos bien ni nos conducen adonde queremos llegar, el camino que nos haga sentirnos cómodos de nuevo.

En los casos en que perdemos el trabajo, podemos aprovechar lo aprendido y afrontar el cambio como un desafío, como una nueva oportunidad que nos ofrece la vida para enriquecernos, crecer y desarrollarnos, como personas y como profesionales.

Posiblemente no será fácil, requerirá un esfuerzo de adaptación, tendremos que afrontar obstáculos sin miedo y positivamente. Así, conseguiremos encontrar un nuevo camino, reubicarnos en una nueva situación. En el peor de los casos, si no triunfamos, tendremos la satisfacción de haberlo intentado, aprenderemos algo más y, por lo tanto, afrontaremos el futuro con mayor fortaleza.
Recuerda que en lugar de contemplar con añoranza la comodidad de lo conocido, lo que más te conviene en este momento es mirar hacia el futuro con esperanza y pasar a la acción.

Marisa Bosqued
Psicóloga del Hospital Provincial de Zaragoza

domingo, 16 de marzo de 2014


EL INSTINTO DE EXPLORAR

La historia de la evolución de la vida es una larga historia ininterrumpida de seres vivos en  movimiento: aventurándose en medios nuevos, explorándolos, adaptándose a ellos, abandonándolos de nuevo. El oso sube a la montaña a ver lo que puede ver; la semilla recorre quinientos kilómetros antes de caer en la tierra y echar raíces. Colón zarpó hacia el Nuevo Mundo, pese a que muchos pensaban que se despeñaría cuando llegase al límite de la Tierra.

Si le dice usted a un niño que le gustaría llevarlo a la selva para que viera lo que hay allí seguro que se sentiría entusiasmado de inmediato. Fíjese en que los niños cuando van de acampada, antes de que la tienda esté instalada ya están deseando lanzarse a recorrer el lugar, examinarlo, seguir ese sendero y bajar por la orilla del río y subir las laderas, llenos de entusiasmo y de ansias de  moverse y de ver.

No he conocido a nadie que no se sintiese, al menos en secreto, emocionado ante la perspectiva de vagar, vagar y explorar. Pero, por desgracia, he conocido a muchos que ahogan sus instintos de vagabundo, aferrándose a la rutina de su vida, casa y trabajo o veraneando en el mismo lugar año tras año.

Si descubre que ha estado reprimiendo sus instintos nómadas, quizá porque tenga miedos irracionales a lo desconocido, o porque equipare cualquier entrega a esos instintos a irresponsabilidad, quizá está usted eliminando esa serie de instintos para los que puede que se hayan forjado todos los demás: su posibilidad de salir al mundo y de moverse en él y de descubrirlo en toda su gloria.

Puede usted viajar y explorar de diversos modos. Puede hacerlo a pie o con un equipo de bucear, con un microscopio o con un telescopio, con un libro de historia o una revista de ciencias naturales. Puede hacerlo en su propio pueblo o ciudad, en las selvas de África o en la superficie de la Luna. Pero, sea como sea, ¡hágalo! Y recuerde que explorar no significa sólo viajar: significa abrirse a todo tipo de variedades en el conjunto de la vida.

Dr. Wayne W. Dyer
 
 

viernes, 14 de marzo de 2014


REACCIONAR MEJOR

Imaginarnos a nosotros mismos actuando eficazmente en situaciones complejas nos prepara para superarlas.

Hay situaciones en la vida que no dependen de nuestra voluntad y pueden afectarnos. Se trata de sucesos, fortuitos o provocados por terceros –un robo, un accidente de tráfico…-, que pueden provocar ciertos estados de alteración que, sin llegar a ser traumáticos, pueden impedir a ciertas personas responder eficazmente. Otras, en cambio, son capaces de responder eficazmente de manera responsable y eficaz a estas mismas circunstancias.

Pero, ¿qué es lo que marca esta diferencia? Según la programación neurolingüística (PNL) se trata de la forma cómo afrontamos –codificamos y archivamos- dichas experiencias.

ACTUAR CORRECTAMENTE

Las personas que viven las experiencias negativas completamente fusionadas a ellas, demasiado “pegadas” a lo que les sucede, sienten una fuerte carga emocional. Aquellas que, por el contrario, las viven como testigos objetivos, son más capaces de buscar alternativas para responder adecuadamente.

Podemos desarrollar un método sencillo para lograr la distancia suficiente para modificar las respuestas limitantes ante estos acontecimientos.

Recuerda una situación vivida en la que, por la impresión, no pudiste responder de la forma adecuada. A continuación, borra esta imagen e imagina cómo podrías haber actuado: con serenidad, decisión, eficacia… Añade color, brillo, luz a la escena. Ahora dispones de dos cuadros: el que te limita y el que te potencia.

Piensa en la primera imagen. Coloca en su centro, como si fuera un lunar, la escena potenciadora. Seguidamente, como si aplicaras un potente zoom, has que la imagen positiva crezca y ocupe todo el espacio mental mientras la limitadora desaparece rápidamente. Repite esta secuencia siete veces seguidas o hasta que, con sólo pensar en encontrarte ante otra situación conflictiva, te veas respondiendo de forma adecuada y eficaz.

Salvador A. Carrión
Director del Instituto Español de PNL

 

jueves, 13 de marzo de 2014


CULTIVAR EL OPTIMISMO

Vemos el futuro basándonos en gran medida en cómo nos sentimos hoy. Distanciarnos de las emociones negativas del presente nos abre a mejores resultados.

Si hemos tenido un mal día –estamos abatidos y tristes- y un amigo nos propone una salida para la semana siguiente, seguramente diremos que no. Pero, ¿por qué? El investigador Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha demostrado mediante varios experimentos que las predicciones que hacemos sobre nuestro futuro están determinadas por las emociones y sentimientos presentes. En concreto, nos resulta difícil imaginar que pensaremos o sentiremos de manera diferente a como lo hacemos ahora. Esto es así tanto en lo referente a las necesidades más básicas (comer, beber…) como a aspectos más complejos (emociones, relaciones…). Nuestro cerebro imagina la situación desde el presente.

El problema surge cuando lo que imaginamos compite con lo que sentimos ahora, sobre todo si nuestra visión actual está teñida por emociones negativas. Si hoy estamos tristes, nos resultará difícil imaginarnos alegres mañana, y esto hará que probablemente renunciemos por anticipado a actividades o retos que en realidad podrían resultar benéficos para nosotros.

ACTUAR, PESE A TODO

La proyección negativa hace que reduzcamos nuestra actividad, retroalimentando las emociones negativas y la sensación de incapacidad. Esto es muy notorio en las personas depresivas, que son incapaces de imaginarse felices en un futuro cercano. Para no caer en esta trampa de nuestra mente, es importante darse cuenta de que los sentimientos negativos actuales no tienen por qué perpetuarse en el futuro, y que actuar pese a ellos con confianza y optimismo es el primer paso para conseguir resultados positivos.

Pablo Fernández Berrocal
Profesor de psicología de la Universidad de Málaga
 
 

miércoles, 12 de marzo de 2014


ROMPER LA INERCIA EN EL TRABAJO

En cuanto el trabajo nos parezca aburrido o poco motivador, conviene poner en marcha decididas maniobras para reactivar nuestro interés

Si realizamos una y otra vez las mismas tareas, de la  misma forma, desde hace tiempo, corremos el riesgo de automatizarlas y perder la perspectiva de lo que hacemos. Cuando tengamos la impresión de funcionar por inercia, hay que detener la máquina y plantearse lo siguiente:

¿Existen otras maneras de hacerlo? Aunque hayamos encontrado una manera eficaz de trabajar, es interesante hablar con otras personas que realicen funciones similares para aprender nuevos métodos.

¿Podría asumir otros trabajos? Para evitar el aburrimiento, podemos pedir a nuestro superior que nos asigne nuevas tareas en lugar de las que realizamos hasta ahora.

¿Quiero hacer este trabajo toda la vida? Si nos sentimos incapaces de romper con la inercia, tal vez sea el momento de poner punto y final, y buscar una alternativa laboral.

PAUSA PARA MEDITAR

Las personas que realizan trabajos especialmente monótonos deben procurarse periódicamente  -por ejemplo, cada dos horas- una pausa de cinco minutos para desentumecer los músculos y refrescar la mente. Incluso sin moverse del puesto de trabajo, una breve meditación poniendo atención en el aire que entra y sale por las fosas nasales es un buen antídoto contra el estrés y la fatiga.

Francesc Millares
Coautor de “El zen de la Empresa”



martes, 11 de marzo de 2014





EL DESENCANTO

Era un hombre que nunca había tenido ocasión de contemplar el mar. Vivía en un pueblo del interior de la India. Una idea se había instalado con firmeza en su mente: no podía morir sin ver el mar. Para ahorrar algún dinero y poder viajar hasta la costa, empezó a realizar otro trabajo además de su trabajo habitual. Ahorraba todo aquello que podía y suspiraba para que llegase el día en que pudiera estar ante el océano. Fueron años difíciles. Por fin ahorró lo suficiente para llevar a cabo el viaje. Cogió el tren que lo llevó hasta las proximidades del mar. Se sentía entusiasmado y pleno. Llegó hasta la playa y observó el maravilloso espectáculo. ¡Qué olas tan bonitas! ¡Qué espuma tan blanca y hermosa! ¡Qué agua tan azulada y bella! Se acercó hasta el agua, cogió un poco en el hueco de la mano y se la llevó a los labios para degustarla. Entonces, muy desencantado y abatido, se dijo: “¡Qué pena que sepa tan mal con lo hermosa que es!”

Cuando las ideas usurpan el lugar de la experiencia, la persona no sabe acoplarse sabiamente a lo que es y crea conflicto y tensión, además de desencantarse e incluso deprimirse cuando sus expectativas se ven frustradas. Hay que aprender a asumir las cosas tal como son y tenemos que tomar los dos lados de la existencia y tratar de conciliarlos, pues la vida no es como una esfera que pueda partirse para quedarnos solo con una parte de la misma.


 

domingo, 9 de marzo de 2014


LA BRÚJULA INTERIOR

Nuestro cuerpo es capaz de informarnos de las opciones de vida que se ajustan a nuestros valores

Julia acaba de ser promocionada en el trabajo. Es el premio a sus indiscutibles logros de los últimos años. A pesar de la excelente noticia, no está tan alegre y satisfecha  como hubiera pensado y, sorprendentemente, no está segura de querer aceptar el ascenso.

En ocasiones, debemos tomar una decisión y no tenemos claro qué dirección seguir. En esos casos, normalmente hacemos un análisis lógico y racional de los pros y los contras, de qué ganamos y qué perdemos con cada opción; pero, muchas veces, entramos en la espiral de la duda y nos bloqueamos. Es entonces cuando resulta útil acceder a nuestra brújula interior, es decir, preguntarle a nuestro cuerpo su opinión usando el concepto de resonancia/disonancia.

Al igual que un gong vibra largo tiempo cuando se le aplica un toque certero, nuestro cuerpo resuena y vibra cuando está frente a una opción coherente con nuestros valores. Tal y como el gong deja de vibrar o emitir un sonido sordo cuando algo se interpone en su transmisión, nuestro cuerpo emite una disonancia y no vibra si percibe algo no deseable o contrario a nuestros valores.

ORIENTACIÓN Y ENERGÍA

Para sentir la resonancia o la disonancia interna con los propios valores, solo tenemos que escuchar el cuerpo, llevar la atención al interior en un momento de tranquilidad y preguntarse sinceramente:

¿Cómo me siento ante una u otra opción? ¿Emocionado o abatido? ¿Realizado o triste?

¿Qué pasa con mi energía? ¿Es alta y viva o baja y pesada?

¿Hacia dónde apunta mi brújula interior: a un cambio completo o a poner más empeño en lo que tengo ahora?

Al principio, tal vez nos resulte difícil percibir esos mensajes de nuestro cuerpo; pero con el tiempo y la práctica, cada vez nos llegarán más claros. El curso a seguir será algo más natural, algo más satisfactorio y en línea con nuestros deseos.

Conchita Rodríguez Franco
Autora de “Coaching para mujeres”



 



sábado, 8 de marzo de 2014

viernes, 7 de marzo de 2014

"Cuando mueres, sólo cambias de conciencia", esto es lo que explica en esta entrevista el cardiólogo holandés Pim van Lommel. Muy interesante.

Yo tuve una experiencia parecida a los siete años. Pero hasta muchos años después, cuando vi un documental, no supe lo que era. Puedo decir que "he visto el túnel luminoso y que alguien me llevaba...". Afortunadamente, no me "llevó" muy lejos.



http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120605/54303448302/pim-van-lommel.HTML


jueves, 6 de marzo de 2014

miércoles, 5 de marzo de 2014


Espectacular imagen aérea de Playa la Barca, al sur de Fuerteventura.


ABRAZAR LA DUDA

Si te cuestionas tu forma de vida y tus creencias te parecen limitadas, es señal de cambio, de ruptura interior. Sientes incertidumbre, incluso tristeza, has perdido tu punto de apoyo y sientes un vacío. Sabes que tienes que soltar, pero no encuentras donde agarrarte.

No obstante, no te alarmes, esta ruptura interior es buena. La vida es energía en cambio constante, nada permanece fijo: nacemos y morimos varias veces en nuestro interior. Hemos de estar dispuestos a dejar morir y renacer lo que ya no sirve.

Valora lo que te ha servido hasta ahora y, cuando no lo necesites, déjalo ir. Crearás, así, un espacio para abrazar lo nuevo. Tómalo como una oportunidad para revisar tus sueños: ¿qué es lo que tu alma anhela alcanzar? Piensa que tu capacidad creativa es extraordinaria, confía en ti y cultiva tus recursos internos para alcanzar tus propósitos.

La creatividad, la flexibilidad y la confianza son la clave para vivir esa ruptura con lo viejo, el pasado, y aceptar lo nuevo.

Creatividad para visualizar y alcanzar tus metas, acercándote a tu ideal de forma novedosa. Flexibilidad para adaptarte a los cambios. Confianza en que todo irá bien, en que conocerás otras facetas de ti mismo, en tu potencial… Encontrarás nuevos apoyos, tendrás otras oportunidades y vislumbrarás nuevos horizontes que regenerarán tu entusiasmo y motivación.

Miriam Subirana
Profesora de meditación

 

martes, 4 de marzo de 2014

 
Anochece en la Playa del Viejo Rey, Fuerteventura

 
"Y justo cuando la Oruga pensó que era su final, se transformó en Mariposa"


LA SABIDURÍA COMO ACTITUD

La sabiduría tiene tres aspectos. En primer lugar es una manera de conocer, o habilidad cognitiva. En segundo, es una forma especial de actuar que es socialmente deseable, o una virtud. Y finalmente, es un bien personal, porque su práctica lleva al bienestar y al disfrute internos.

Los especialistas que carecen de sabiduría pueden actuar siguiendo su conocimiento, pero sus actos estarán presumiblemente sesgados a causa de su perspectiva limitada. Los actos de una persona sabia probablemente serán más armoniosos; en lugar de estar basados en una visión estrecha, están dirigidos a una comprensión más amplia del bien común. En ese sentido, la sabiduría es directamente proporcional al tamaño del grupo cuyo bienestar tiene en cuenta.

El tercer aspecto de la sabiduría es que, dicho brevemente, sienta bien. Los antiguos griegos no fueron los únicos en creer, como Sófocles, que “la sabiduría es la parte suprema de la felicidad”. Dos mil años después Montaigne escribiría: “La señal más manifiesta de la sabiduría es una alegría continua”. En toda cultura se ha considerado al sabio como alguien que está en la envidiable posición de ser serenamente feliz. Cuando alguien invierte su energía psíquica en las metas más universales y, en vez de afanarse en busca de su beneficio personal, apunta a una armonía más amplia, puede incluir objetivos más allá del marco limitado y mortal del cuerpo y es menos vulnerable a la desgracia.

El sabio disfruta de formar parte de las poderosas fuerzas que soplan a través del universo y que se manifiestan temporalmente en la realidad que conocemos, en el cuerpo que poseemos durante unos pocos años. Siendo consciente de que el Yo es una ilusión, aprende a no tomárselo demasiado en serio. Disfruta de estar vivo, pero percibe que la vida es más que la pequeña parte que nos es revelada y a la que la mayoría de seres se aferra con desesperación. La fluidez es la condición usual de su existencia; y no es extraño que el resto de la humanidad envidie su felicidad.

Mihaly Csikszentmihalyi, texto extraído de su libro “El Yo evolutivo”

lunes, 3 de marzo de 2014


AYUNO PARA RESISTIR LA QUIMIOTERAPIA

Realizar ayuno durante unos días antes del tratamiento puede reducir los efectos secundarios incómodos y peligrosos de la quimioterapia contra el cáncer, según Walter Longo, de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos). Los experimentos realizados con ratones demostraron que las células sanas que carecían de nutrientes resistían mejor que las bien alimentadas y que las cancerosas a la acción de la quimioterapia.

En teoría, esto abre la puerta a nuevos enfoques terapéuticos que permitirán utilizar  dosis mayores de quimioterapia. Longo y sus colegas indicaron que los animales alimentados con dietas bajas en calorías viven en general más, en parte porque sus células pueden resistir mejor el estrés. También observaron que las células en ayunas pasan a una especie de  modo de hibernación, mientras que las células cancerosas forman tumores porque carecen de esa posición de “apagado” y crecen descontroladamente. Se recomienda a los pacientes que no tomen la decisión de ayunar por su cuenta y que consulten esta posibilidad con sus médicos.

Revista Cuerpo Mente
 

domingo, 2 de marzo de 2014


Bonita imagen de Fuerteventura, al norte de la isla. Tierra, cielo y mar en perfecta armonía.


AUTOCONOCIMIENTO

Un niño de la India fue enviado a estudiar a un colegio de otro país. Transcurrieron algunas semanas y un día el jovencito se enteró de que en el colegio había otro niño indio y se sintió feliz. Indagó sobre ese niño y supo que era del mismo pueblo que él y experimentó una gran alegría. Más adelante le llegaron noticias de que el niño tenía su misma edad lo cual le produjo una enorme satisfacción. Pasaron unas semanas más y comprobó finalmente que le niño era como él y tenía su mismo nombre. Entonces, a decir verdad, su felicidad fue inconmensurable.

El autoconocimiento se torna autorrealización. Conocerse es también ser y serse. A través de la auto observación y la auto vigilancia, uno va desenmascarándose y liberándose de falsos ropajes y vestimentas para encontrar el propio centro. No hay dicha mayor que conocer la propia naturaleza real, que es como desplazarse de la periferia al punto de origen, de la burda máscara de la personalidad a la resplandeciente esencia. El trayecto está sembrado de dificultades, porque hay que atravesar el terreno sombrío de caos y confusión que hay en nuestra psiquis y cuyos velos ocultan el resplandor del ser.

Ramiro Calle, de su libro “Los Mejores Cuentos Espirituales de Oriente"