jueves, 31 de diciembre de 2015

TERMINA CON EL PASADO PARA ENCONTRAR NUEVAS PUERTAS

¡Qué complicado es cerrar una puerta del pasado y avanzar al futuro! Si abrirnos a crear nuevas relaciones puede ser complicado, aceptar que ha llegado el momento de terminar una relación resultará difícil… Mucha gente prefiere seguir con las relaciones que le hacen daño porque teme al resultado de lo desconocido.

¿Has analizado cuáles son los riesgos de quedarte con lo que ahora te hace infeliz? Al dejarte llevar por ideas como “¿y si no encuentro a alguien más?”, “¿y si me arrepiento?”, “¿y si todo sale mal?”,  solo te quedas atascado a la mitad del camino.

Mantener varias puertas al pasado abiertas te distrae

Desprenderse de aquello que conoces y que te ha marcado de alguna forma es complicado. Sin embargo, dejar muchas puertas abiertas al pasado impide que te concentres en lo que es importante ahora.

Si pasas la vida con un pie en esa relación de pareja que ya no funciona, no podrás ver a ese chico que está mostrando interés en ti y que puede ser lo que buscas.

Lo mismo pasa en cualquier aspecto de tu vida. Cuando te concentras en pensar y llorar por aquel amigo que te falló, no disfrutarás la compañía de quienes ahora entran en tu vida. Cerrar puertas y dejar el pasado atrás te da tiempo para ir a por tus  sueños y fijarte nuevas metas.

Libérate de las cadenas del pasado y toma oportunidades

Mantener una puerta abierta porque crees que en algún momento podrás volver a tener esa vida que añoras es un gran error. Es cierto que el pasado pudo ser excelente y darte grandes emociones. Pero no debes quedarte estancado porque el futuro también te trae experiencias que vale la pena vivir.

Quedarte esperando a que quien un día fue tu mejor amiga regrese, no lo hará más real. Crece, cambia tu look, múdate a otra ciudad y toma cualquier oportunidad que se te presente. No tengas miedo y no pienses que necesitas estar ahí para quien se alejó de ti.

No puedes pasar la vida esperando a que regrese quien se fue sin dar explicaciones o que te valore quien hoy ni siquiera se vuelve para verte. Igual un día se arrepienten y te buscan, pero ¿qué sucede si esto no pasa?, ¿vivirás tu vida solo si otros te valoran o te valorarás sin importar nada?

La obsesión por el pasado que te hace infeliz

Dicen que las personas que viven en su pasado son invadidas por la depresión. Si lo piensas bien, no es difícil de creer. Cuando solo recuerdas las cosas que tuviste, te olvidas de lo que tienes y lo que podrías tener.

Por eso es tan importante cerrar puertas. No quieres vivir rodeado de nostalgia y añorando lo que fuiste. Está bien recordar de dónde vienes para mantener los pies en la tierra, pero debes prestar más atención a lo que tienes hoy.

Goza lo que tienes, ríe con quien está a tu lado y planea para el futuro. No tiene mucho sentido hacer algo distinto. Lo peor que te puede pasar es que en diez años estés triste porque no viviste con plenitud la vida que tienes hoy.

Sé realista y ve el futuro como una oportunidad

Quizás eres de los que piensa que no puede terminar una relación de amistad porque ese amigo puede ayudarte a llegar al puesto que deseas. Tal vez sea así pero, ¿has pensado si ese amigo está dispuesto a hacerlo? Tal vez ya ni siquiera te ve como un amigo real.

Además, puedes estar comprometiéndote a situaciones que no te interesan en absoluto. Mantener las puertas abiertas puede parecer una buena idea, pero solo te llena de obligaciones que con el tiempo se vuelven una carga.

Pierde la mala costumbre de dejar puertas abiertas

Hemos creado la mala costumbre de dejar abiertas las puertas al pasado. Creemos que siempre es mejor dejar una posibilidad abierta “por si acaso”. Por si acaso ese amigo nos necesita, por si acaso ese ex amor nos valora otra vez, por si acaso esa oportunidad de empleo, etc.

El caso es que no puedes ir por la vida esperando que las circunstancias se adapten a lo que deseas. Necesitas poner el punto final en las situaciones que no tengan más futuro. Esa es la clave para avanzar.




miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿TE MIENTES A TI MISMO?

¿Cuántas veces te has mentido a ti mismo? No es algo que hagamos de forma consciente porque a nadie le gusta ser engañado, ¿cierto? Es muy probable que al descubrir que alguien te ha mentido, te sientes enojado, triste y decepcionado.

Esto es bastante común y sin embargo, no es raro que terminemos siendo víctimas de nuestras propias mentiras. Sigue leyendo y descubre las razones más comunes por las que te mientes y cómo evitarlo.

Razones por las que te mientes a ti mismo

La principal razón por la que te mientes a ti mismo es para evitar algún peligro, real o imaginario. De ahí pueden surgir otros motivos.

Esto lo puedes hacer buscando justificar tus actos y poniendo la realidad acorde a tus ideas. Puedes pensar que no necesitas dar o buscar ninguna justificación porque al final tomas tus propias decisiones en base a tu escala de valores.

Esto es cierto. Sin embargo, nuestra escala de valores no es perfecta y en más de alguna ocasión te habrás visto entre la “espada y la pared”. Esto pasa cuando te ves inmerso en dos obligaciones morales que se oponen mutuamente y eliges salir por la tangente. Cuando esto pasa, ¿eres consciente de que te mientes?, ¿cómo lo justificas?, ¿qué dice eso de ti?

Mentirte es cruel e innecesario

Te mientes a ti mismo porque buscas cierta comodidad. Pero, ¿has pensado que la comodidad está algo, o muy, sobrevalorada? Lo más probable es que te estés mintiendo para evitar lo desconocido o aquello que crees que te podrá dañar.

Muchos de nosotros vamos con cierto temor por lo que no conocemos, pero el autoengaño termina devorando tu alma y generando mucho dolor emocional. Lo irónico es que muchas de las acciones o experiencias que buscamos evitar de forma inconsciente pueden volverse las más intensas y reconfortantes de nuestra vida.

Aunque puede parecer que una mentira te hará la vida más fácil, en realidad es una paradoja. Con el tiempo, la realidad te estallará justo en la cara y todo el dolor que evitaste te atacará con mayor fuerza.

Cuando digo que mentirte es cruel e innecesario me refiero a que las mentiras que tratas de creerte te destruyen cuando no queda nada que las sustente.

Las situaciones más comunes en las que te mientes a ti mismo

Es probable que creas que no te mientes a ti mismo y que sea realmente cierto. De ser así, ¡felicidades! Seguro eres una persona auténtica y completamente libre de complejos y ataduras emocionales y sociales. Esto de verdad que es posible.

También puede darse el caso de que te hayas convencido de que tú no te mientes a ti mismo pero sí lo haces. ¿Cuáles son las situaciones más comunes? A continuación te describo las dos más comunes:

- Estar enamorado de dos personas. La situación en la que te mientes a ti mismo más común. Lo cierto es que cuando amas a una persona simplemente no hay cabida para otra de la misma forma. Sin embargo, terminar una relación de pareja que ya se ha desgastado no es tan fácil como quisiéramos. Y es en este punto cuando puede llegar otra persona que se parece más a lo que buscamos como compañero de vida. Lo mejor siempre será dar por concluida la primer relación para evitar dañar lo poco o mucho de bueno que aún queda.

- Continuar con un empleo que no te satisface. Ya sabemos que necesitas pagar facturas cada mes. Pero te mientes a ti mismo cuando no dejas ese empleo que no te gusta por la idea de que no eres bueno para nada más. Es probable que lleves tanto tiempo en esa situación que te da miedo no estar a la altura de otras opciones o no encontrar una alternativa mejor. En este caso es mejor darte la oportunidad de actualizar tus conocimientos si es lo que crees necesitar o dar el paso y atreverte a buscar otra opción. Puedes estar seguro que ningún cambio llega solo, siempre los debes buscar.

Mentirte a ti mismo no te ayuda

Date un momento para analizar tu vida y descubrir si realmente es la que deseas. Muchas veces encontramos señales que nos gritan que no estamos donde deseamos. Si no puedes ser honesto contigo mismo, ¿cómo esperas que otros lo sean?


Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/te-mientes-ti/



martes, 29 de diciembre de 2015

SI ALGO NO TE GUSTA, CAMBIA

¿Qué es lo que no te gusta de tu vida? Quizás sea algo externo, amistades, trabajo, algo que tú crees que en tu mano no está poder cambiar. Y es cierto. Pero, sí puedes cambiarlo indirectamente.

Imaginemos por un momento que no te gusta cómo está actuando una persona con la que interactúas o mantienes una amistad. El primer paso es manifestar tu descontento, pues quizás estés tratando con una persona manipuladora, o simplemente con alguien cuya personalidad no es compatible con la tuya.

Sea como fuere, no te gusta, no te encuentras bien en esa situación. No puedes cambiar a esa persona, en tal caso puedes cambiarte a ti mismo, pero en este punto en que nos encontramos no procede.

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”
-Charles Darwin-

¿Cómo debemos enfrentarnos a este momento? Cambiando la situación. Si te encuentras a disgusto con una persona, ¡aléjate! No puedes cambiar a nadie, pero sí puedes cambiar las cosas.

El cambio nos da miedo. Nos han enseñado a tenerle miedo, a aceptar el sufrimiento, a ser conformistas. Pero, ¿cuánto podemos aguantar en una situación como esta?

Preocupándonos “a lo tonto”

No nos han enseñado a cambiar las cosas, sino a lidiar con ellas, a enfrentarnos a ellas y, en todo caso, a “comérnoslas” aunque no nos gusten.

Nos hemos estado preocupando desde nuestra infancia por enfados, por actitudes, por situaciones… Preocupaciones que nos afectan negativamente y que no son nada beneficiosas para nosotros.

¿Eres de las personas que piensan que se preocupan demasiado? ¿alguna vez te has visto en la tesitura de preocuparte más que los demás? Si es así, es el momento de que cambies esta situación, porque probablemente no te gusta,

No preocuparse en exceso no implica que estemos libres de preocupaciones, pero sí que aprendamos a no darles tanta importancia como les estamos dando.

Muchas de las preocupaciones que nos abordan son bastante “tontas”. ¿Realmente merecen toda nuestra atención? Las demás personas no se la dan, tú tampoco deberías, empieza hoy a cambiar.

Es increíble cómo puede cambiar tu vida, cuando decides cambiar un pensamiento. Hay muchas cosas que nos han inculcado desde nuestra infancia, consideraciones que cuando nos hacemos adultos nos atormentan porque algo no está funcionando bien.

¡Cojamos el camino acertado!

El camino acertado es aquel en el que nos encontraremos bien con nosotros mismos, en el que hemos logrado el equilibrio. Pero, para ello, en ocasiones debemos cambiar.

¿Cómo podemos cambiar las cosas que no nos están gustando, sea lo que sea? Sigue estos consejos, porque te ayudarán a librarte del miedo al cambio y lograr por fin estar a gusto con todo y con todos:

- Son los que cambian los que verdaderamente lo logran: ellos también han tenido miedo, miedo a fracasar en su elección, miedo a superar el “es mejor peor por conocido que nuevo por conocer”, se han arriesgado y han salido triunfantes.

- Utiliza la incertidumbre para motivarte: porque muchas veces es la misma incertidumbre la que te desmotiva, pero piensa que lo que te espera es algo mejor. ¿De verdad vas a seguir en ese estado en el que no estás a gusto? Cambia, lo mejor aún está por llegar.

- Ocurra lo que ocurra, acéptalo: sea malo o bueno, todo cambio, toda elección tendrá sus consecuencias, pero sean las que sean ¡acéptalas! Ha sido tu elección y debes ser consecuente con esta y todas las que hagas el resto de tu vida. Pero debes estar orgulloso de haberla tomado. Es mejor mostrarse activo que pasivo ante las circunstancias. Estás vivo.

- El cambio, que sea poco a poco: obviamente la brusquedad no va a ser algo que te garantice resultados positivos, por eso los cambios deben ser progresivos, bien pensados y con calma. No sirve de nada correr demasiado.

- Es normal que tengas miedo: es tan normal que debes aceptar esto, pero no permitir que pueda contigo. Debes ser lo bastante fuerte como para superar este miedo, como para enfrentarte a él y determinar qué es lo que verdaderamente tiene peso aquí. ¿Podrá más el miedo o lo que verdaderamente quieres?

- Si tú no cambias, los cambios vendrán a por ti: porque aunque no lo quieras ver, estás continuamente cambiando. Tu familia cambia, tus amigos cambian, tu situación cambia, y a veces estos cambios no están de tu mano, ¡no los eliges! Vienen y tienes que aceptarlos.

“Cambiar de horizontes, cambiar de método de vida y de atmósfera, es provechoso a la salud y a la inteligencia”
-Gustavo Adolfo Bécquer-

El miedo es normal, pero si algo no te gusta en tu vida, en tu situación, en algo que estés viviendo, cambia. Esto te hará más feliz. Vivir en una situación que no te resulta agradable provocará que tu carácter se vaya tornando negativo.



lunes, 28 de diciembre de 2015

EL GUARDIÁN DEL MONASTERIO

Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes más ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevarLas a cabo. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de guardián.

El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo:

-“He aquí el problema. Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva.”

Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas… ¿Qué representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado de tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la flor? Eran tantas preguntas…

En un momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y … zas!! Destruyó todo de un solo golpe.

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo:

-“Alguien se ha atrevido no solo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos al nuevo Guardián del Monasterio.”


En realidad, poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema.

Si el problema, es exactamente eso: un problema, y precisa ser eliminado, no importa que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se ha esfumado. Por más hermosa que haya sido la experiencia que has vivido o lo significativa que haya sido la persona con quien has estado, si no existiera más sentido para ello en tu vida, tiene que ser eliminado.

Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida.

Limpia tu vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a aquellas personas del pasado que no tienen más sentidos que sigan ocupando un espacio en tu mente. Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás, y a los demás déjalos tranquilos sin esperar nada de ellos, así te ahorraras disgustos.

En realidad, poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema.

Si el problema, es exactamente eso: un problema, y precisa ser eliminado, no importa que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se ha esfumado. Por más hermosa que haya sido la experiencia que has vivido o lo significativa que haya sido la persona con quien has estado, si no existiera más sentido para ello en tu vida, tiene que ser eliminado.

Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida.

Limpia tu vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a aquellas personas del pasado que no tienen más sentidos que sigan ocupando un espacio en tu mente. Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás, y a los demás déjalos tranquilos sin esperar nada de ellos, así te ahorraras disgustos.




domingo, 27 de diciembre de 2015

QUIEN MUCHO SE AUSENTA PRONTO DEJA DE HACER FALTA

En la vida hay que estar presente. Presente en presencia, mente y corazón, y ello es lo que esperamos de esas personas que consideramos como significativas en nuestro día a día.

Sin embargo, hay momentos a lo largo de nuestra vida que empezamos a percibir ciertos vacíos, vemos cómo se van rompiendo costumbres y aparecen los silencios. Las miradas esquivas, y las dudas…

No hay ausencia más dolorosa que aquella de quien a pesar de estar a nuestro lado, nos abraza con la indiferencia, con la falta de atención o la ironía. Pocas formas de soledad pueden ocasionar tanto sufrimiento.

Quien se ausenta es que no desea estar presente, y en ocasiones, se crean complejas situaciones que se alargan en el tiempo a través de las mentiras o las medias verdades. Tener la cabeza en otro sitio es dejar de prestar atención a lo que tenemos a nuestro alrededor.

Ofrecer vacíos a las personas que forman parte de nuestro presente es una forma de hacer daño y también de engañarnos a nosotros mismos. No es lo adecuado para ninguna de las dos partes. No obstante, también hay quien no lo percibe, quien no se da cuenta que el suyo, no es un vínculo satisfactorio, sano y emocionalmente seguro.

Hay personas que sencillamente, no saben amar. No saben estar presentes porque solo entienden un vínculo: el de ellos mismos. Te invitamos a reflexionar sobre ello.

El vacío del ser que se ausenta

En realidad, y aunque nos sorprenda, hay muchos tipos de ausencias. Hay quien en lugar de vivir parece que sólo pasee por la vida, sin que nada capte realmente su interés. Y hay quien tras haber establecido una relación, ya sea afectiva o de amistad, empieza a mostrar desinterés y apatía de un día para otro.

Quien empieza a estar ausente sólo es capaz de ofrecer un vínculo frágil, un abrazo helado que la mayoría de las veces precede la antesala del adiós, de esa despedida que nos llenará de incomprensión y decepción.

Son muchas las personas que hemos dejado atrás, simplemente, porque se enfriaron los lazos. Porque las miradas trasmitían cansancio, o falta de complicidad, o porque el estar ausente era la única forma de estar en equilibrio.

Son procesos normales dentro de nuestro ciclo vital. Nuestro yo de ahora acumula muchas ausencias y etapas cerradas donde dejamos en el ayer, a personas queridas de las que aprendimos, y que podemos echar de menos o no.

Ahora bien, es necesario saber discriminar estos tipos de ausencias que caracterizan a un tipo de determinado de personas. Es posible que estos casos te sean conocidos.

El padre o la madre ausente

Son muchos los niños que perciben a alguno de sus progenitores como seres emocionalmente distantes e incluso inaccesibles. Dentro de esta definición, podemos diferenciar a su vez dos tipologías:

- Progenitores tiranos: puede ser la madre o el padre. Alguno de los progenitores ejerce un tipo de educación basada en la tiranía, ahí donde no existe la comprensión, la escucha o la empatía, y aún menos esa cercanía emocional que todo niño necesita para crecer.

- Progenitores carentes de vínculo: puede ocurrir en ocasiones, que al padre o a la madre, no le interese demasiado saber cómo es, o qué hace o deja de hacer su hijo. No hay cercanía, no impone, no argumenta, no acompaña ni educa. La comunicación es escasa y se limita sólo a “abastecer”, a trabajar y mantener la familia.




viernes, 25 de diciembre de 2015

LA CAUSA DE TODAS LAS ENFERMEDADES.

Les comparto un vídeo muy interesante. ¿Será verdad? Por lo que observo en mi entorno puedo afirmar que tiene mucho de verdad. 

https://youtu.be/MZW-oM185cU





jueves, 24 de diciembre de 2015

NO MENDIGUES LA ATENCIÓN DE NADIE Y MUCHO MENOS AMOR

No mendigues amor a quien no tiene tiempo para ti, a quien solo piensa en sí mismo. No lo hagas nunca. No te merece quien te hace sentir invisible e insignificante con su indiferencia. Te merece quien con su atención te hace sentir importante y presente.

El amor se debe demostrar, pero nunca jamás se debe mendigar. El hecho de tener que hacerlo es el más fiel de reflejo de la injusticia emocional, del desequilibrio que vive el sentimiento que cimienta una relación.

Te merece aquel que dice menos pero hace más. No te merece quien solo te busca cuando te necesita, sino quien está a tu lado cuando le necesitas y no solo cuando su interés se lo permite. Te merece quien sin esperar nada te lleva dentro, te siente y te hace sentir importante en su vida.

Al final es simple, la persona que te merece es aquella que teniendo la libertad de elegir, se acerca a ti, te aprecia y te dedica tiempo y pensamientos.

No existe la falta de tiempo, existe la falta de interés

Dicen que no existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad.

También dicen que quien mucho se espera, se decepciona y sufre. Así que tenemos que revisar nuestras expectativas y meternos en la cabeza aquello de “no esperes nada de nadie, espéralo todo de ti”.

Porque las esperanzas y las expectativas son muchas veces (si no todas), la base de los fiascos emocionales y, por lo tanto, de percibir que como falta de interés las actitudes de los demás.

Cuando percibimos lo que los demás hacen o dicen como un fraude, realmente llegamos a sentir dolor. Un dolor emocional que a nivel cerebral se comporta de la misma forma que el dolor físico.

En este sentido cabe hacer un apunte importante y es que debemos darle al malestar psicológico la importancia que tiene. No se nos ocurriría ignorar fuertes punzadas en el estómago o un tremendo dolor de cabeza constante.

Así que, ¿por qué deberíamos ignorar el dolor emocional? No podemos dejar que el tiempo lo cure sin más, tenemos que trabajar sobre él y extraer las enseñanzas que nos brinda del mismo modo que dejaríamos de tomar chocolate si descubrimos que es el causante de nuestro malestar estomacal.

Esto es muy importante porque socialmente se tiene la falsa creencia de que el malestar psicológico es signo de debilidad y de que, al mismo tiempo, el tiempo curará las heridas sin necesidad de “desinfectarlas” ni de poner vendas o parches para evitar que sangre.

Valórate, quiérete bien

Dedícale tiempo a la gente que se lo merece y que te hace sentir bien. No mendigues la atención, la amistad ni el amor de nadie. Quien te quiere, te lo demuestra tarde o temprano.

Por eso, si vives en una situación de injusticia emocional tan alarmante, recuerda:

A quien no te llame y no conteste tus llamadas, no le llames. No busques a quien no te extrañe. No extrañes a quien no te busca. No escribas, no te sometas al castigo de la indiferencia que demuestran mensajes ignorados o silencios infundados.

No esperes a quien no te espera, valórate y deja de mendigar y de rogar amor. Porque, como hemos dicho, el amor se debe demostrar y sentir, pero jamás implorar. Tu cariño debe ser para quienes te quieren y te comprenden sin juzgarte.

Y sobre todo no te olvides del valor de tu sonrisa ante el espejo, quiérete y valórate por todo lo que eres y no por lo que alguien que no te merece te hace entender. Ámate bien y date cuenta de que el hecho de que alguien te descuide no quiere decir que tú no debas hacer lo imposible por rodearte de personas que te quieran en su vida.




miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL CAMBIO ESTÁ EN TUS MANOS

Muchas veces se nos presentan situaciones donde podemos generar oportunidades de cambio y las desaprovechamos por pensar que nuestro intento o participación será insuficiente, en vano o no valdrá la pena, sin darnos cuenta de que un espíritu de cambio individual o colectivo siempre está allí esperando a que nos empoderemos de la situación.

Si las cosas no van bien, si nos encontramos pasando por problemas, adversidades, limitaciones, que no necesariamente sean individuales, sino se hagan comunes para un colectivo, debemos abrirnos a las posibilidades de cambio, con todas las ilusiones y pensamientos positivos que esto puede traer.

Algunas veces, por las experiencias vividas, pensar las cosas de forma positiva se nos hace imposible, porque ante la repetición de resultados negativos a nuestros esfuerzos anteriores nos volvemos fatalistas. Pero sembrar la semilla de la esperanza, del cambio, de generar un punto de inflexión donde las cosas comienzan a desarrollarse de una forma adecuada, es vital para darle la vuelta a una situación que nos genera limitaciones, desgaste o que sencillamente afecta de forma directa e indirecta nuestra calidad de vida.

Cómo podemos generar un cambio individual o colectivo:

A través de nuestra participación: Expresando por medio de los recursos que tengamos disponibles nuestro sentir, nuestro pensar. Nuestra opinión es valiosa, si no la exteriorizamos, si no participamos, se pierde en el vacío.

A través de la esperanza: Pensar desde nuestros miedos o pensar desde la fe es lo que marca la diferencia entre la angustia y la esperanza, pensar que se puede tener una vida mejor, que se puede recuperar lo perdido, que se puede revertir un proceso destructivo desde el amor, la solidaridad, el sentido de pertenencia, nos hace transitar por el camino de la esperanza y automáticamente nos coloca en línea con la prosperidad del universo. El miedo nos paraliza, nos hace pensar que los resultados no serán diferentes e inclusive que no vale la pena nuestro esfuerzo.

A través del empoderamiento: Saber que nuestro esfuerzo vale, que la suma de granitos de arena forman un desierto gigante, que es nuestra responsabilidad apostarle a un mejor futuro, no solo por nosotros, sino por todas las personas que se verían beneficiadas por un cambio.

A través de la apertura de consciencia: Es importante irradiar en nuestro entorno que todos somos capaces de generar un cambio, que todos se sientan conscientes de lo importantes que son dentro de sus diferentes procesos, que cada esfuerzo vale, que cada esperanza cuenta.

A través de la defensa de la opinión: Muchas veces las intenciones de cambo se ven vulneradas por quienes tienen mayor control de la situación apagando voces, callando opiniones, presionando, intimidando, etc. Cuando sentimos una necesidad de cambio, nadie debe transgredir nuestros derechos a expresarnos ni a defender nuestros puntos de vista.

A través del esfuerzo: Una vez iniciado un proceso de cambio es necesario trabajar para llegar a donde queremos estar, todo cambio genera cierta resistencia y nos saca de nuestra inercia y de nuestra zona de confort, que a veces no tiene nada de confortable, pero es lo que conocemos, por ello es necesario el esfuerzo para avanzar, para crecer y para estar mejor.

No dejemos pasar las oportunidades que tenemos de apostar por nuestro bienestar, no seamos simples espectadores de nuestra vida, seamos partícipes, responsables y conscientes de que cada uno de nosotros tiene en sus manos la posibilidad de trabajar por lo que quiere y de llegar a donde quiera llegar. Apostar por un cambio positivo nos abre horizontes, nos reconforta, nos da esperanza, nos sitúa en posición aventajada porque nos hace conscientes de que queremos transitar un camino más amable. Decidimos a diario cómo queremos crecer si a través del amor y la unión o a través del sufrimiento. Decide las cosas trascendentales de tu vida con consciencia.

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad y la energía atómica: la voluntad
―Albert Einstein




martes, 22 de diciembre de 2015

BUSCA SER FELIZ SIN CUENTOS, NO UN CUENTO CON FINAL FELIZ

Los cuentos de princesas han hecho estragos en el inconsciente colectivo cuando hablamos de amor. No necesitamos comer perdices para ser felices ni que el cuento se acabe con un colorín, colorado. Tenemos que buscar ser felices sin cuentos, no un cuento con final feliz.

No. Lo que nosotros necesitamos es vivir felices a nuestra manera, forjar relaciones independientes, hacer nuestro el destino. No elegir príncipes azules ni princesas de mundos rosas, sino pincharnos con ellas. Con las rosas, quiero decir. Y que salga ampolla, pero que aprendamos que huelen bien pero que también pueden hacer daño.

Y es que ya son demasiadas las ilusiones que yacen (si se me permite la licencia) en “algún lugar de la Mancha”. Nos hemos caído del burro, el amor no es como Disney lo pintaba ni como los cuentos de hadas nos quisieron hacer creer.

Se te ha caído la corona, princesa

Se te ha caído la corona de tanto llorar, princesa. Los sapos no se convierten en príncipes. Nunca lo hicieron. Los príncipes ya no te llevan en volandas, ya no van a rescatarte del dragón ni te dan besos que te devuelven a la vida.

Las princesas tampoco son lo que eran o lo que “deberían ser”. Ellas ahora quieren ser ingenieras, no muñecas. Y si quieren ser muñecas, muchas quieren ser muñecas ejemplares. Fuertes, independientes, empoderadas.

Sálvate tú. Rásgate el vestido. Vuela con los pájaros y olvídate de madrastras y de carrozas encantadas. No te resignes y no aceptes tu destino, elige. Cuestiona tus perdices, no vivas de un cuento, busca ser feliz.

Cambia príncipe azul por lobo feroz

No tiene mucho sentido ser una mujer de porcelana, frágil y delicada. Volando con una escoba se ve todo mejor. Adiós a la candidez y a la inocencia, hola a la astucia, a la sagacidad y a la independencia emocional.

“Olvídate del príncipe azul, búscate un lobo feroz que te vea mejor, te escuche mejor y te coma mejor”
Raquel Sánchez Silva en “Cambio príncipe azul por lobo feroz”

Cambia los “me haces falta para respirar” por “me gusta respirar junto a ti”. No mueras hasta que venga el príncipe. Sé bruja, juega con los dragones, alimenta a los sapos y cocina en tus calderos las mejores pócimas de amor propio. Priorízate. Deshazte de las tinieblas.

Y tú, príncipe, deshazte de tu capa y de tu espada. No te hace falta pelear con el dragón ni rescatar a la princesa. No estás encantado, solo estás enamorado. Y también lloras, ríes y cantas. No eres de acero, eres de carne y hueso.

No, no tienes que salvar el mundo de los demás antes que el tuyo propio. También tienes derecho a detalles, a cuidados y a las emociones. Conviértete en lobo feroz y no reniegues de tus sentimientos. Las armaduras pesan, tú lo sabes bien.

No tienes que ir protegiéndote por la vida, permítete sentir y explorar. Rescátate tú y no te sientas obligado a ir de castillo en castillo, ni a cruzar los siete mares en busca de un casamiento y del beneplácito de reyes sobreprotectores.

No busquemos castillos encantados con mazmorras para los malos. No busquemos murallas ni llanuras coloreadas. Busquemos ojos que nos hagan sentir vértigo, que den la vuelta al corazón y que nos enamoren las sonrisas. Pero las sonrisas que nos crean.

Que los cuentos de hadas siempre tienen un final y no es eso lo que queremos, no queremos amores eternos enfundados en destinos mágicos ni en banquetes ni en perdices. Que lo que realmente nos hace felices es vivir a nuestro aire, llenos de libertad y con locura.

Por eso, no tenemos que buscar un cuento con final feliz, sino ser felices sin cuentos. Sin expectativas. Sin magos. Sin coronas. Sin sapos. Y que el único hechizo que conozcamos sea el del amor propio, porque solo así podremos exigirnos un camino de estrellas.




lunes, 21 de diciembre de 2015

QUIEN BIEN TE QUIERE TE HARÁ FELIZ

“Quien bien te quiere te hará llorar”. Es muy posible que a lo largo de tu vida hayas escuchado esta frase en reiteradas ocasiones. Y si bien es cierto que el refranero popular suele acertar la mayoría de las veces, en esta ocasión cabe la necesidad de reformular la expresión.

“Quien bien te quiere te hará feliz”. ¿Por qué razón deberíamos ofrecer sufrimiento y lágrimas a la persona que amamos? Esta idea, construida en realidad por el amor romántico, nos trae una vez más el concepto casi inevitable, de que amar es sinónimo de padecer.

Suele decirse que el amor es el sentimiento más irracional que existe: es pasión, locura y obsesión…Y como tal, el sufrimiento es parte inevitable de esta emoción tan humana y cegadora.
Teniendo en cuenta estas visiones tan clásicas sobre el concepto del amor y las relaciones afectivas, nos encontramos ante la prioridad de enfocar esta idea por nuestro bien, por nuestro equilibrio personal y emocional.

El amor nunca debe ser ciego, jamás deberemos lanzarnos a una relación con el corazón abierto, una venda en los ojos y con la autoestima en el bolsillo de la otra persona.

Es necesario construir un amor consciente, maduro y responsable. E importante no olvidar nunca que quien te ama no te hace daño. Quien te quiere con integridad y respeto, buscará hacerte feliz en cada momento.

El amor que sabe construirse día a día nos hace feliz

Piensa en el amor como una pequeña llama que encuentras… que te encuentra. Es un fuego que nos ilumina y reconforta, pero al cual,  hay que avivar cada día para que se mantenga, para que nos envuelva con más intensidad y perfección con su luz, con su calor, para que nos haga aún más feliz.

El amor debe darse con la madurez de dos personas que se sienten completas, que no ven sacrificios en sus renuncias sino actos sinceros que fortalecen el vínculo, que desplazan al ego para priorizar al conjunto: a la pareja.

Ten en cuenta que si aceptamos la idea de que amar implica tener que sufrir, seremos mucho más permisivos desde el principio a ciertas cosas, a ciertas renuncias, límites, manipulaciones y egoísmos.

Podemos preocuparnos por la otra persona, y sufrir por su bienestar si se da la circunstancia. No obstante, este tipo de sufrimiento no tiene nada que ver con el que por ejemplo, nos puede infringir nuestra pareja de modo voluntario.

Quien dice amarte hoy y mañana te deja para volver al cabo de los días, no te ama: te lastima.
El amor no son excusas, no son reproches ni ironías que buscan hacer daño con las palabras.
Nada de esto nos hace feliz, y nada de esto vendría de un corazón que sabe del respeto, que sabe lo que es el amor auténtico, maduro y responsable.

Amar es alegrarnos porque la otra persona exista. Querer a alguien es sentir alegría en el interior y buscar cada día la manera de hacer feliz al otro.

Me opongo a sufrir más en el amor

Sabemos que son muchos los que han decidido cerrar las puertas al amor porque están cansados de sufrir. Porque tienen el corazón lleno de heridas de la decepción, de huellas del desengaño y vacíos del desencanto.

Para amar de forma consciente y segura primero hemos de saber amarnos a nosotros mismos. Y aunque siempre valdrá la pena una soledad digna que una compañía de carencias, un nuevo  “te quiero” con otra voz más sincera valdrá la pena para curar los desengaños del ayer.
Todos tenemos nuestras espinas, nuestros pesares del pasado. No obstante, el amor es una aventura que siempre merecerá la pena en cualquier momento de nuestra vida. Para ello, es necesario que tengamos en cuenta estos aspectos:

- Debemos tener claro que en ocasiones el amor no es eterno. Por ello, cuida de no darlo todo a cambio de nada, atiende tu crecimiento personal, no relegues trabajos, sueños y amigos… No dejes atrás lo que te define, o en un momento dado, puedes perderlo todo.

- Ama sin depender: depende de ti mismo pero nunca dejes de construir el amor en cada detalle, de alentarlo en cada gesto, en cada palabra. Crea pero alienta tu autoestima, tu identidad…
- Ofrécete en libertad y con integridad, sin miedos, sin rencores del ayer, sin inseguridades que otros deban resolver por ti. Sé valiente y muestra coraje por aquello que quieres, y lo que quieres es ser feliz, no ser lastimado/a.

- No busques un amor perfecto o una relación ideal. No existe: la relación se edifica cada día, encajando tus esquinas con mis vacíos, tus asperezas con mis suavidades, mis sombras con tus luces…

- Amar de verdad implica crecer juntos en las dificultades, es querer y comprender, es sobrevivir con la amistad, disfrutar de la pasión y construir una complicidad sencilla, sin artificios ni falsedades.

Quien te ama no te lastima, ni se complace con tus lágrimas: porque quien bien te quiere te hará feliz.




sábado, 19 de diciembre de 2015

¿CUÁNDO DEBEMOS DEJAR MARCHAR A LAS PERSONAS QUE YA NO NOS APORTAN NADA?

Hay relaciones humanas que sus características están condenadas al fracaso. Da igual que hayan perdurado durante un largo tiempo, si de verdad creemos que esa persona no nos va a aportar nada en nuestra vida, lo mejor para ambas partes es dejarla ir. Esto no hay que tomarlo como un fracaso, sino como una forma de pasar página y mirar hacia delante con optimismo. Nadie nos va a quitar lo que ya hemos compartido y mantener la relación sí nos puede alejar de muchas cosas positivas en el futuro.

¿Les gustaría saber qué personas son ya ‘inútiles’ en sus vidas? A través del siguiente artículo les daremos una serie de consejos para identificarlas:

Ya nada es lo mismo

En muchas ocasiones, cuando conocemos a alguien resulta ser que tenemos todo tipo de conexiones y gustos parecidos. Sin embargo, con el paso del tiempo, puede ocurrir que ambas partes busquen cosas completamente diferentes. Esto no es que sea algo negativo; es una parte de más de nuestras vidas y de nada sirve agarrarse a algo que ya no tienen sentido mantener. Especialmente si la otra parte ya ha decidido marcharse.

No existe confianza ni lealtad

Cuando de verdad creemos en nuestro interior que ya no podemos confiar en la otra persona. ¿De qué nos sirve mantener la relación? Una de los pilares básicos de la amistad o el amor es la confianza y la sinceridad. Sin estos dos ‘ingredientes’ cualquier relación está destinada al fracaso y cuanto antes nos demos cuenta de ello pues mejor será tanto para nuestra autoestima como nuestra salud mental.

¿Qué busca cada una de las partes?

De nada sirve mantener una relación si cada una de las partes busca y quiere cosas distintas. Esto se puede extrapolar muy bien al ámbito de las relaciones. Si por ejemplo tú buscas una relación seria ya que estás enamorado/a pero la otra quiere una relación abierta sin ataduras, pues ya les digo que la relación está destinada al fracaso. De lo contrario, solo encontrarás dolor y decepción.

Nunca existe ningún tipo de acuerdo

Hay muchas relaciones (sobre todo de pareja) donde se las gastan casi todo el tiempo discutiendo. Si esto se convierte en algo completamente cotidiano, sería interesante hacerse la siguiente pregunta. ¿De verdad nos merece la pena estar en una continua confrontación? Esto solo nos servirá para malgastar nuestra energía en una persona que nos aporta más cosas negativas y positivas.

Eres el único que lucha para que funcione

Está muy bien eso de luchar por lo que uno realmente quiere, pero solo sirve si en verdad las dos partes están implicadas. Si vemos que somos nosotros los únicos que estamos luchando para que la relación funcione, habremos malgastado nuestro tiempo y ganas en alguien que ya no se merece estar con nosotros. Por esta razón, lo mejor es pasar página que seguro que vendrán personas mejores a nuestra vida.