domingo, 29 de junio de 2014

Hoy, 29 de junio, fiesta grande de San Pedro, en Las Playitas, mi pueblo. Sin duda, una de las más divertidas de la isla.

 

sábado, 28 de junio de 2014


La importancia del Psoas

    En lo más profundo de nuestro cuerpo se encuentra el psoas, un pequeño músculo que conecta la parte superior e inferior del cuerpo. Aprender a relajarlo, por lo tanto, ayuda a ganar una mayor estabilidad.

    El cuerpo presenta una serie de capas o niveles: primero la piel, luego los músculos, después los órganos y, finalmente, el esqueleto. Sin embargo, hay algunas excepciones. Por ejemplo, las costillas y el cráneo: unos huesos que cubren y protegen órganos, en vez de ser su soporte central. El psoas es una excepción similar: es un músculo que se encuentra en lo más profundo del centro mismo del cuerpo humano, entre los intestinos y la columna vertebral.

    Este músculo actúa como una especie de puente colgante entre el tronco y las piernas, transfiriendo el peso de arriba abajo y transmitiendo flujos energéticos en ambas direcciones. Al mismo tiempo, un psoas sano realiza una función de estabilización de la columna vertebral.

    Por otro lado, el psoas también actúa como soporte interno del abdomen, una especie de “repisa” en diagonal sobre la que se asientan los órganos vitales de esta zona. Este músculo interno, además, actúa en armonía con el diafragma, vinculando los ritmos del movimiento del cuerpo con los ritmos respiratorios, y entre ambos realizan un continuo masaje sobre la columna vertebral, los órganos, los vasos sanguíneos y los nervios del tronco, estimulando el movimiento de los fluidos por todo el cuerpo, a modo de bomba hidráulica.

Sentirse centrado

    El psoas es, pues, el eje físico de un cuerpo equilibrado y estable. Es un músculo vital en todo movimiento que implique equilibrio, rotación del tronco y de las piernas y en definitiva, cualquier movimiento general del cuerpo. Por eso, los movimientos inadecuados y las malas posturas tienden a forzar el funcionamiento del psoas, por ejemplo en una actividad motora aparentemente tan sencilla como caminar. Muchos de nosotros pensamos erróneamente que el movimiento de las piernas empiezan en la cintura, es decir, que el tronco acaba donde empieza la cadera. Sin embargo, estructuralmente las piernas empiezan en las articulaciones del fémur con la cadera, y para que el cuerpo mantenga un equilibrio armónico es necesario que la pelvis funcione como parte del tronco y no como parte de las piernas. Si al caminar movemos la pelvis como si fuera parte de las piernas, en un contoneo excesivo o empujándola hacia delante o hacia atrás, el psoas se verá obligado a realizar una tensión antinatural para proteger y estabilizar la columna vertebral.

    El psoas puede tensarse en muchas situaciones diferentes, ya que es capaz de contraerse o relajarse de forma independiente, en cada unión vertebral.

    Pero si este músculo se usa constantemente para corregir la estabilidad interna, al cabo del tiempo puede empezar a perder flexibilidad y a acortarse de forma crónica. Y una contracción o endurecimiento crónico del psoas conlleva una serie de problemas, porque hace que otros músculos del abdomen y de la espalda se vean obligados a compensar el equilibrio y empiecen a endurecerse también. Por ejemplo: los huesos pélvicos tienden a adelantarse, disminuyendo la distancia entre las crestas ilíacas y las piernas, comprimiendo la cabeza del fémur en su articulación.

    Esta compresión hace que los muslos se desarrollen excesivamente y el fémur pierde capacidad de rotación, un movimiento que es asumido por las rodillas y la espina lumbar.

    Estos trastornos pueden provocar, a la larga, lesiones crónicas en la espalda, la cabeza del fémur o las rodillas.

El corazón de las emociones

    Con un abdomen habitualmente en tensión y comprimido, una vitalidad disminuida y una respiración alterada, es comprensible que la atrofia del psoas conlleve alteraciones emocionales.

    Puede que mucha de esa ansiedad que nos atenaza, o parte de esa apatía crónica que nos oprime esté relacionada con un psoas inhibido. Igualmente, la sensación permanente de inseguridad que algunas personas experimentan puede estar directamente conectada con el sobreesfuerzo continuo por mantener el equilibrio del esqueleto.

    Además, el complejo de músculos iliopsoas está íntimamente conectado con la atávica reacción de “lucha-huida” que permite a los animales defenderse en una situación de peligro, cuando deben enfrentarse a un agente externo. Tanto si nos encogemos en una posición fetal protectora, como si saltamos desde el suelo para correr, el psoas es el corazón de los músculos implicados, el primero en reaccionar. Por ello, un psoas crónicamente contraído está enviando al resto del cuerpo, lo que afecta al sistema nervioso, agota a las glándulas suprarrenales y debilita el sistema inmunitario. Si nos sentimos agresivos a menudo, y sin razón aparente, es posible que una atrofia del psoas tenga mucho que ver.

    Al relajar el psoas, debemos desarrollar la confianza en el equilibrio de nuestro esqueleto, en vez de buscar el equilibrio mediante tensiones musculares. Un cuerpo relajado sostiene su peso de manera natural sobre su propia estructura ósea: los músculos están para mover los huesos, no para apuntalar el peso del cuerpo. Cuando aprendemos a repartir el peso sobre el esqueleto y a sostenerlo sin esfuerzo, la sensación se traduce en una actitud emocional de seguridad y equilibrio. Las articulaciones devienen sutiles nodos de fluir energético, dando a todo movimiento una sensación de continuidad y armonía.

Inestabilidad pasajera

    Sin embargo, liberar el psoas, al principio puede ser problemático. Al intentar “dejar ir” los huesos y relajar la musculatura, puede invadirnos una sensación de vértigo. Acostumbrados a sostenernos mediante contrafuerzas musculares, hemos perdido la confianza en nuestra estructura ósea, y podemos creer que nos vamos a desmoronar. Los primeros ejercicios de relajación pueden dar una primera impresión de inestabilidad, que es pasajera. Asimismo, una vez que hayamos aprendido a sentir nuestros músculos iliopsoas, y empecemos a relajarlos, podremos atravesar una etapa de emociones confusas. Es normal, ya que la atrofia del psoas suele estar relacionada con problemas emocionales, y para liberar este músculo, como en cualquier tratamiento o cura, primero hay que abandonar los viejos esquemas y depurar los elementos dañinos, permitiendo que afloren. Con el tiempo, la consciencia y el cuidado de los iliopsoas nos conducirá a mejorar tanto la salud física, como la emocional.
Fuente: http://www.saludablemente.es/laimportanciadelpsoas.php

miércoles, 25 de junio de 2014


¿Qué es el masaje holístico?

La palabra "holístico" proviene de la palabra griega "holos" que significa todo. El objetivo del masaje holístico es trabajar sobre toda la persona y no sólo los síntomas físicos o problemas que pueda estar sintiendo. De este modo, el masaje holístico se centra también en factores externos como la psicología, la nutrición y el medio ambiente. El masaje holístico trata a cada persona de acuerdo a sus necesidades individuales, por lo que el cuerpo puede restablecer así su propio equilibrio natural.

El masaje holístico utiliza el tacto, el movimiento y la energía durante la terapia. También puede utilizar técnicas de relajación con música relajante, aceites esenciales, y otros métodos, junto con el masaje en sí mismo.

Beneficios del masaje holístico

El masaje holístico tiene muchos beneficios, incluyendo:

aumentar los niveles de energía

• aumentar la claridad mental

• mejorar la concentración

• reducir el estrés y la ansiedad

• aliviar la tensión muscular y rigidez

• mejorar la postura

• mejorar la movilidad y la flexibilidad

• una mejor circulación

• respiración más profunda y más eficiente

• la mejora de la elasticidad de la piel

• fortalecer el sistema inmunológico

• equilibrar el sistema digestivo

• una mejoría del sueño

• compatible con el sistema linfático

• relajación profunda

• mejora de la autoestima

• la liberación de endorfinas - el cuerpo de químicos que hacen sentir bien

• disminución de la presión arterial alta

• el alivio de la tensión ocular, dolores de cabeza y migraña

Qué esperar del Masaje Holístico

La primera vez que vaya a recibir un masaje holístico, el terapeuta debe sentarse con usted y revisar su historial médico, su historia familiar, y su estilo de vida. Esta información hará que el terapeuta sea capaz de adaptar el masaje y otros tratamientos a fin de que funcionen mejor para usted. El número de tratamientos que usted debe recibir es totalmente personal, pero el terapeuta elaborará un plan de tratamiento que crea que será mejor para usted. Este plan consiste en una serie de masajes realizados semanal o quincenalmente.

Cada masaje dura alrededor de una hora y se realiza en todo el cuerpo. Mientras que un masaje de cuerpo entero se realiza a casi en todas las sesiones, a veces un área de interés será acordado entre el cliente y el profesional, como parte del conjunto de tratamiento (en caso de un área específica de su cuerpo le este causando preocupación y problemas, por ejemplo). La primera sesión tomará más tiempo debido a la historia detallada tomada de antemano. Después del masaje, el terapeuta puede aconsejarle sobre otras cosas que usted puede hacer para ayudar a mantener el equilibrio natural de su cuerpo. Esto podría ser a través de cosas como el yoga, los cambios nutricionales, un cambio en su entorno, etc. A menudo, el terapeuta le enseñará algo de estiramientos suaves que hacer, o algunos ejercicios suaves que se pueden realizar en casa, así como consejos para mejorar o mantener el tratamiento. Esto significa que usted tiene cierto control y la responsabilidad de mejorar el estado de su salud.


A menudo, un terapeuta de masaje holístico es entrenado en una serie de disciplinas y ha pasado por un periodo de desarrollo personal en su propio viaje, dándole la posibilidad de especializarse en un área de atención de la inmunidad, deportes, salud mental, a la relajación para dar masajes.
 
 
 

sábado, 21 de junio de 2014


PSICONEUROINMUNOLOGÍA: LO QUE EL CORAZÓN QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA

Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. 

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.

 Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa) IMA SANCHÍS - 18/10/ 2004

- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

- ¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

- ¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

- ¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

- ¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

 - Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

- Más recursos....

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

- ¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

- ¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

Deme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

 - Ver lo que hay y aceptarlo.

 -Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar.

Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
 

jueves, 19 de junio de 2014


EL CORAZÓN TIENE CEREBRO

Entrevista de La Contra, de La Vanguardia, a Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia.

Tras estudiar matemáticas y la carrera de piano y órgano fue profesora en La Sorbona. Luego se instaló en India y participó en la creación de la comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Poco después fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de El poder de elegir, La libertad de ser y El maestro del corazón (Luciérnaga). Lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la conciencia, y sus planteamientos son siempre rigurosos y están documentados.

Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?

No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.

¿Es inteligente?

Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar, e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.

Primera… la comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?

Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

Segunda conexión… la información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

Tercera… la comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardíaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

Cuarta… la comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.

El campo magnético del corazón ¿Y se ordena con las emociones positivas?

 Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?

El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?

¿…?

Hay dos clases de variación de la frecuencia cardíaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.

¿Aparece con las emociones negativas?

Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardíaco; es decir que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

(…)

Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello tiene una percepción exacta de la realidad.

Parece ciencia ficción.

Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

 Pues parece que nadie lo utilice…

Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.

¿Y cómo puedo activar ese circuito?

Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje…

¿Santos las 24 horas?

Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.

¿Y cómo nos libramos de ellos?

Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.

Ya.

Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva períodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.

 

domingo, 15 de junio de 2014


Joe Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y neurocientífico
"Si quieres otra realidad, debes convertirte en otra persona"

LA LEY DEL CAMBIO

Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían. Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una ley".

Lleva años defendiendo que podemos llegar a controlar nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la realidad si sabemos cómo.

Pues debo de ser muy torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas conexiones que cambian físicamente su cerebro.

Nos pasamos la vida aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.

Si fuera tan sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados (temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el subconsciente.

¿Dónde está el cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos las víctimas de nuestra realidad o los creadores.

Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.

Primero crearon el cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero concentrados en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro cuerpo y no sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos para crear.

Absortos en la emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus problemas en lugar de pensar en las posibilidades.

Pero pensar en algo no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos. Tenemos que escoger de manera distinta de como hemos escogido para que pueda suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que, literalmente, convertirse en otra persona.

¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el cambio.

Pongamos, por ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.

¿Cómo salir del bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las emociones, empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con los aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar), durante la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás capaz de cambiarlo.

¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el cerebro.

Cuanto más te observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus reacciones inconscientes.

¿Y qué dicen sus colegas?, ¿le tratan de esotérico, chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
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jueves, 12 de junio de 2014


CLAVES DEL BIENESTAR

DEEPAK CHOPRA. Sus enseñanzas han inspirado a millones  de lectores  en todo el mundo, con títulos ya clásicos como “Salud perfecta”, “Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo” o “Las siete leyes espirituales del éxito”.

La armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu es la clave de la salud. El doctor Deepak Chopra nos ofrece su camino para alcanzar una vida plena.

Médico de origen hindú afincado en Estados Unidos, Deepak Chopra ha sido clave en la incorporación de la sabiduría oriental a la medicina occidental. Su síntesis entre  tradición y ciencia moderna lo han convertido en el máximo divulgador del concepto de salud holística, basada en el equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu. La salud, según el Doctor Chopra, no es sólo la ausencia de enfermedad, sino el desarrollo del potencial de una persona en todos los sentidos. Por eso estos consejos que pone a nuestra disposición constituyen un verdadero camino hacia el bienestar.

ESCUCHA A TU CUERPO, éste se expresa emitiendo señales indicativas de que está cómodo o incómodo. Al elegir como te comportas o actúas, pregúntate: “¿Cómo te hace sentir esto?” Si tu cuerpo responde con una señal de tensión emocional o física, vigila. Si tu cuerpo te envía una señal de comodidad y entusiasmo, prosigue.

VIVE EL PRESENTE, es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que es aquí y ahora. Busca la plenitud en cada instante. Acepta todo lo que llegue a ti de modo que puedas apreciarlo, aprender y dejarlo ir.

MEDITAR REGULARMENTE, aquietar tu diálogo interior, te permitirá contactar con tu propia conciencia. Así podrás guiarte por tu intuición más que por las interpretaciones impuestas externamente para conocer lo que es o lo que no es bueno para ti.

RENUNCIA A TU NECESIDAD de aprobación externa. Sólo tú puedes juzgar tu valía. Tu objetivo es descubrir tu infinito valor, al margen de lo que piensen los demás. Cuando lo veas así, vivirás una gran liberación.

CUANDO TE ENFADES o te opongas a algo, date cuenta de que solo luchas contra ti mismo. Las resistencias son defensas ante viejas heridas. Si renuncias a la ira, te estarás curando a ti y cooperando con el Universo.

EL MUNDO EXTERIOR refleja tu mundo interior. Lo que odias de los demás es lo que niegas de ti mismo. Lo que te gusta es lo que desearías para ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución y conocerte a fondo.

LIBÉRATE DEL PESO del juicio. Juzgar introduce el bien y el mal en situaciones que simplemente son. Todo puede ser comprendido y perdonado, pero al juzgar no puedes comprender  ni aprender a amar. Juzgar a los demás es aceptarte poco a ti mismo.

NO CONTAMINES TU CUERPO con toxinas, ya sean alimentarias o emocionales. La salud de cada célula contribuye  directamente a tu estado de bienestar general.

EL MIEDO ES PRODUCTO de la memoria, que vive en el pasado para intentar que no se repitan viejas heridas. Pero eso no elimina el miedo a ser herido. Eso sólo sucede si encuentras  la seguridad en tu ser, que es amor. Esa verdad interior puede hacer frente  a cualquier amenaza.

UNA INTELIGENCIA PROFUNDA organiza el Universo, y una porción de ésta reside en ti. Tus actos y pensamientos inciden en todo el campo de inteligencia. Vivir en equilibrio es bueno para ti y para todo el mundo.
 
 

martes, 10 de junio de 2014

lunes, 9 de junio de 2014


¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?

Alejandro Jodorowsky
Hace algunos años, el director del hospital neurológico de París, a quien yo no conocía, llegó a mi casa y me pidió que visitara a su esposa que, víctima del cáncer, estaba a punto de morir. “Ella ha leído sus libros y no quiere ver a ningún sacerdote, sólo desea hablar con usted”. Accedí a su pedido. La mujer estaba en un lecho del frío hospital, acabando de ingerir un puñado de píldoras. Sin decir una palabra, la tomé con delicadeza entre mis brazos, estrechándola con ternura. Su cuerpo frágil y huesudo se apoyó con alivio en el mío. Sentí su sed de relación humana, tan ajena a la actitud de los enfermeros. Al cabo de un rato largo, me murmuró: “¿Cuál es el sentido de la vida?” Le contesté, lo más dulcemente que pude: “La vida no tiene sentido”. Suspiró con alivio: “Es eso lo que quería oír”. Se durmió para morir horas más tarde… En realidad esa no era la respuesta que yo consideraba justa. En otras circunstancias, le hubiera contestado: “La finalidad de la vida, es vivirla”… Pero viéndola al final de su camino, sin haber encontrado en toda su existencia una razón para vivir, era inútil decirle aquello… Somos seres complejos, compuestos de tres diferentes energías, con diferentes idiomas: la intelectual, la emocional y la sexual, alojadas en el cuerpo, que también tiene su propio lenguaje. El intelecto se expresa con ideas, el centro emocional con sentimientos, el centro sexual con deseos y el cuerpo con necesidades. El individuo puede vivirse en sus cuatro centros, convirtiéndolos en unidad; o vivirse en tres, lo que es como caminar con un clavo en el zapato; o en dos, lo que es avanzar cojeando; o utilizando un solo centro, lo que es estar preso en un calabozo. La pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?” surge del intelecto, centro compuesto sólo de palabras, que confundiendo el idioma con la realidad, no nos permite vivir en lo que es sino en lo que creemos que la realidad es. Por incapacidad de lograr que el mapa donde habita se convierta en el terreno real, llega a la conclusión que la vida no tiene sentido. El intelecto sirve para proponer los problemas, pero es incapaz de resolverlos. Para lograr gozar de la vida, el individuo tiene que enseñar a su mente a cesar de dialogar consigo misma, sumergiéndose en un silencio receptivo. Entonces, liberado de tratar de pensar lo impensable, se entrega a sentir la vida, primero que nada en su cuerpo, aceptando su simple animalidad y su misteriosa sabiduría orgánica conectada con la energía universal. Aprende a respirar con libertad, a gozar del movimiento, a desarrollar sus sentidos, a agradecer cada segundo de vida, comprendiendo que para que el todo sea eterno, la parte debe ser efímera. El sentido de la vida., desde el punto de vista corporal, es gozar la encarnación, viviendo la niñez, la juventud, la madurez y la vejez, como una eufórica experiencia. El sentido de la vida en el centro sexual es el placer en compañía y el éxtasis de crear. La meta vital del centro emocional, es el la unión con todo lo existente. Dijo un poeta sufí: “No hay más Dios que el Amor y la Bondad es su profeta”. Por fin, el sentido de la vida, cuando estas cuatro energías se unen, es desarrollar al más alto grado su conciencia, aquella que se integra a la Conciencia divina, energía impensable que crea incesante los universos. Dice el Talmud: “Preocúpate de lo que puedes saber y deja de lado las cosas misteriosas”. Sólo la Conciencia divina sabe cuál es la finalidad de su sagrada obra: a nosotros nos incumbe entregarnos a la danza vital. Le preguntaron a Lao Tse: “¿Qué necesita usted para ser feliz?” Respondió: “No necesito nada: mi mayor felicidad es estar vivo”.


miércoles, 4 de junio de 2014


ENTREVISTA CON CARLOS FIEL: “LA ILUMINACIÓN ES LLEVAR CONCIENCIA Y SENSIBILIDAD A TU VIDA”


“Creo que el sentido del samadhi -dice Carlos Fiel- es llevar ese rol de conciencia, responsabilidad, sensibilidad hacia lo que nos toca vivir en cada momento: relaciones, compromisos, afectos…”. Y propone: Tejamos una red de conciencia, cada uno, desde su pequeña isla. Humildemente, creo que es lo que puede hacer cada cual”. No te pierdas esta entrevista apasionada y necesaria.

Carlos Fiel intervino recientemente en el acto de celebración del 40 aniversario del Centro Sivananda con un mensaje desmitificador y poco “ortodoxo” sobre el sentido del yoga hoy día. Después le pedimos que nos hablara de ello.

 
¿Cómo interpretas hoy el sentido del yoga?
Quiero reconocer el gran trabajo de aportación de Occidente al yoga, un sentido más ecléctico, más abierto. La investigación de las neurociencias ha hecho muchísimo trabajo. Y el budismo Theravada, el Vipassana, el Zen, también han hecho aportaciones increíbles. A veces en el mundo del yoga, como en todos los gremios, hay como pequeñas peleas por las diferencias, y sin embargo lo que nos une es infinitamente mayor.


Creo que hay que abrir un poco la visión de que quizás no estamos en el camino de esa Iluminación que pedíamos, pero cada uno está intentando llevar su pequeñita luz a su relación y a su entorno. Y eso me parece infinitamente más necesario hoy en día.

Creo que la conciencia individual es esencial. Los grandes grupos, los grandes gurus, la tendencia a unificar criterios están bien, pero tenemos que abrirnos a otras muchas formas que son totalmente válidas y aportan una gran lucidez a nuestra sociedad. Hay que dejar un hueco y otorgar un respeto total a todas ellas.

 Es un momento de integrar el yoga en la vida real, que no se limite a ser algo exótico y distanciador para mucha gente, pero al mismo tiempo otorgándole el respeto que merece, ¿no?

Es el sentido del samadhi: iluminar tu realidad. Me gusta mucho el cuento zen del buey, porque al final ¿Kakuan qué hace? Volver con su hatillo y su camisa abierta al mercado. Y lo único que dice es: donde antes veía un carnicero o un borracho, ahora solo veo al Buda. Es decir, el mercado no ha cambiado, ha cambiado su visión hacia la vida.

Creo que el sentido del samadhi es llevar ese rol de conciencia, responsabilidad, sensibilidad hacia lo que nos toca vivir en cada momento: relaciones, compromisos, afectos… Todo eso es la vida. La gran enseñanza del budismo Theravada o Vipassana es la plena consciencia de las pequeñas cosas que hacemos. A veces estamos preocupados por nuestra Gran Iluminación y olvidamos que todos los días hay alguien a nuestro lado al que hay llevar el zumo de naranja o necesita que le prestemos oído o le demos un abrazo. Ese montón de pequeños gestos que podemos hacer con corazón creo que es el verdadero sentido del yoga. Darle sentido al vivir.

 Danos un consejo para vivir con más conciencia…
Hace poco escuché de una fuente científica que según pasa la edad vivimos de forma más acelerada la vida. A los 18 años es el punto 0; a los 30 ya es el 15% de aceleración; a los 40, un 20-25%; a los 50 o 60, un 35 o 40%; a los 70, la vida ya se “acelera” más de un 50%. Vivimos más aprisa porque no vivimos, porque si yo estuviera plenamente consciente del momento, de parar ese acelerón que llevamos y vivir el montón de cosas que hay que hacer con verdadera interiorización, creo que esa frecuencia de aceleración disminuiría considerablemente. Si además de eso ponemos un poco de higiene en la mente y en la alimentación, nos sentará muy bien, seguro.

 Carlos Fiel es un poco la historia del yoga en España. ¿En qué momento está tu propia historia?
Yo siempre cuento que tuve una suerte infinita: con 19 años estar en la India, encontrarme con Gerard Blitz, el fundador de la Unión Europea de Yoga, y permanecer juntos muchos años. Gracias a él conocí a Krishnamacharia, Krishnamurti, Deshimaru, un mundo que fue abriéndome sus puertas. Participé en la fundación de la UEY desde el primer congreso de Zinal, aunque luego la creación de las federaciones europeas tomaron el sentido y dejaron de interesarme… Actualmente tengo, junto con otras personas, una fundación para niños en la India que se llama Care&Share, en la que estoy muy implicado. Estoy metido en el mundo de la meditación Theravada, ahora con un monje de Birmania que traeré probablemente en abril o mayo del año que viene.

Luego estoy muy dedicado a la formación en Sadhana, poniendo un poco lo mejor de mí en desarrollar el concepto de la sensibilidad hacia el cuerpo, hacia esa higiene luminosa de uno mismo. Y en cuanto a la salud y la medicina, pues también sigo muy dedicado a atender a la gente día a día, procurando que el proceso personal de cada uno vaya adelante. Y cada vez estoy más interesado en lo personal y en desarrollar un nivel de conciencia de lo cotidiano, esa percepción consciente y lúcida de cada día…

 ¿En el Mindfulness?
Sí, al fin y al cabo es eso, la pura presencia. Mindfulness viene de todo el mundo Theravada y Vipassana. Es una aplicación muy lógica, muy práctica y además muy útil. Necesitamos mucho esa cualidad de presencia. Para mí, es lo que va a marcar la diferencia; lo que nos va a transformar es desarrollar esa sensibilidad que permitirá salir de esta gran crisis de forma creativa.

 Sin necesidad de desapegarnos mucho de la realidad, ¿no?
No creo que haya que dejar de ser quienes somos, pero nunca vamos a seguir siendo quieres éramos. No es una cuestión de moral sino de consciencia. Como proyectamos nuestra visión y nuestra actuación cotidiana y diaria en el mundo, tenemos una responsabilidad total en él. Tejamos una red de conciencia, cada uno, desde su pequeña isla. Humildemente, creo que es lo que puede hacer cada cual.

 Como formador de formadores de yoga desde hace muchos años y a quien todo el mundo respeta, ¿qué opinas sobre la formación de profesores de yoga en España?
Creo que la formación es un invento tremendamente relativo; cuatro años de formación, o tres, como se quiere ahora, no significa gran cosa. Esta estructura a la que está obligando el Gobierno y el Estado me parece de una ignorancia y una inutilidad grande. Porque el sentido del yoga no se puede transmitir a través de una estructura así. Primero hay que conocerlo a fondo, ver cómo se ha transmitido y cómo de ahí surge la necesidad de que los formadores tengan una preparación válida.

Lo que hay que estimular no es el tener un título, sino al interés por el yoga y la formación. Si yo quiero ser médico, no me interesa la titulitis, sino que mi formación tenga la calidad que requiere la medicina (o el proceso del yoga). Y luego lo que hay que saber, como decía siempre sabiamente Krisnamacharia, es si cuando hablamos del yoga hablamos de lo mismo. Porque si tú necesitas la titulitis para dar clase de yoga en un gimnasio, igual es que estamos hablando de una salud cultural muy simple.

Si preguntas en Estados Unidos qué es el yoga, el 97% de la gente te dirá que posturas. Y, sin embargo, hasta el año 1000 no tenía nada que ver con eso, sino con una serie de actitudes, de intenciones, que por cierto a todos nos cuesta mucho llevar adelante. Ojalá pudiéramos decir todos que los Yamas y Niyamas los llevamos bien; ya me conformaría yo.

En resumen, pienso que la titulitis que hay ahora es una fiebre de inconsciencia, porque en realidad lo que nos hace falta es la pasión por la práctica. Me acuerdo que cuando empezamos en nuestra comunidad (Arco Iris) éramos locos y apasionados. Teníamos que ahorrar todo el año para irnos a la India en un autobús a tomar una clase. Te hablo del año 69… Y ahora, si la escuela de yoga que te interesa te pilla dos calles más allá, no vas.

 ¿Y qué se debería entender cuando hablamos de yoga?
El yoga se relaciona con la maduración y el crecimiento personal, que te hacen ir conectando con diversos elementos de la vida que crees que sin ellos el corazón no se cura, no se alimenta. Con el tiempo nos vamos dando cuenta de nuestros errores, de esos egos de los que en el yoga se habla tanto y sin embargo abundan tanto. Todos somos un poco responsables de ellos y tenemos que ir con una gran humildad.

Hay que preguntarse: ¿a mí qué me interesa del yoga, qué me aporta? Y la respuesta es: la práctica por mi propia higiene, por mi propio bien, y para que lo que yo genere en mi vida tenga lucidez y dé flores alrededor. ¿Qué hay que estar en la sociedad? Sí. ¿Que quien enseña yoga tiene que saber lo que se hace? Por supuesto. Pero todos sabemos que cuatro años no es nada; simplemente te valen para abrir los ojos. Pero el compromiso con la práctica es mucho más a largo plazo e implica toda una estructura distinta y un compromiso distinto de las propias formaciones y escuelas.

¿Qué pueden hacer los formadores de yoga, que son en alguna medida responsables del fenómeno “titulitis”, por mejorar la situación?
Tenemos que entonar nuestro mea culpa y estudiar qué podemos hacer para transmitir lo que es esencial dentro del yoga. Y saber que la propuesta de la Administración garantiza unos mínimos, pero que existe un contenido que hay que trabajar profundamente.

Y después, que haya diversidad, que es muy sana. El que no conoce el yoga puede poner a sus alumnos a trabajar asanas y a hacerse nudos, pero para mí la asana es un medio, una consecuencia. Para mí es esencial la sensibilidad y la conciencia que tengo sobre cómo hablo o sobre cómo hago un micromovimiento y estoy ahí, con toda mi atención puesta en lo que hace mi cuerpo.

 ¿Qué tenemos que trabajar todos, la Administración y las personas para que el yoga sea de verdad útil y transformador?
La Administración debería de ser un poquito más consciente de cómo dar cabida a todo eso para que no se pierda el potencial maravilloso del yoga, tan útil a nivel social como a nivel educativo. Pienso que para la vida laboral es importantísimo: en Italia hay empresas grandes de 15.000 empleados donde todos tienen su espacio para practicarlo.

El yoga tiene cabida en el mundo, y el mundo está lleno de profesores de yoga. Ahora bien, ¿cuántos hay que practiquen yoga? Esta es la gran pregunta. Practicantes que dediquen su tiempo a indagar, a investigar, a ponerse en cuestión, a repensar su mundo de relaciones, de realidades, de compromisos, de meteduras de pata y de aceptar tus puntos negros… Porque eso también somos nosotros.

Lo tonto es decirle a alguien que haga yoga para ser perfecto. No; yo hago yoga para aceptarme como soy, porque tener esa visión clara de cómo soy es lo que me va a permitir cambiar algo. Todo lo que esconda o niegue de mí, no es. Carlos Fiel tendrá un aparte luminosa y una parte oscura, como la tenemos todos, pero yo no lo puedo rechazar ésta, es mi realidad. Yo tengo que admitirme a mí para luego admitir a todos los demás, sin excluir a nadie, y dando cabida en nuestro corazón.

Creo que toda nuestra vida es material de crecimiento, y no sobra nada. Eso es lo que tenemos que trabajar, ese respeto profundo a lo que es el otro.

 
 
Honestidad, finalmente.
Claro, yo no podría ser quien soy si no me reconozco con mis luces y con mis sombras. Ese es el primer paso. Hasta que yo no esté relajado conmigo mismo y me acepte y me reconozca a mí mismo como alguien interesante en mi vida, acabaremos proyectando en otras personas la responsabilidad de nuestra evolución. Y no, la responsabilidad no es de un guru, ni de un profesor, ni de una escuela de yoga. Ante la única persona hacia la que tengo que inclinar la cabeza es ante esa realidad profunda que hay dentro de mí como dentro de cada ser. Ahí es donde está el compromiso, la sinceridad o el aprender de tu deshonestidad.


Uno que no peca no va al cielo, no puede ir. Uno que no reconozca que ha sido orgulloso, violento, avaricioso, quien no se reconozca en tantas cosas que hacemos, ¿cómo va a ir más allá de eso? Eso que decimos de “más allá del ego”, ¿qué significa? ¿Negar una parte de ti? No. Es comprenderlo y decir esto que me gusta y con lo que me identifico, y esto que no me gusta y que rechazo, todo esto soy yo.

El yoga pretende trascender esa dualidad para ir a esa otra parte que es bellísima: la esencia hay en el corazón de todos los seres, la bondad. Si yo quiero ser libre en la vida, la esencia de la libertad es la felicidad, pero también es el coraje y las ganas de decir “yo puedo transformarme, aunque meta mil veces la pata en mi vida”.