jueves, 31 de julio de 2014


NO DESESTIMES TUS SUEÑOS

A lo largo de la historia de los sueños, los hombres y mujeres relacionados con la ciencia y la religión han respetado las visiones y los presagios.

En la Biblia, los patriarcas, profetas y reyes del antiguo Israel, además de Jesús y sus discípulos, son retratados como soñadores y profetas cuyas visiones y perspectivas, tanto despiertos como dormidos, guiaban a su gente.

No hace tanto tiempo, el psicólogo suizo Carl Gustav Jung concluyó que, en algunas ocasiones, el estado de sueño puede proporcionarnos acceso a información fiable sobre acontecimientos presentes y futuros de nuestro día a día o de asuntos mundanos.

Podemos tener también una visión más privilegiada sobre lo que llama las realidades arquetípicas en el inconsciente colectivo. Esto, explicaba Jung, nos llevará en su momento a formas superiores de comprensión y de descubrimiento creativo.

Aportación creativa

Resulta interesante destacar cómo muchos de los mayores descubrimientos, creaciones e inventos científicos y artísticos de la era moderna han tenido su origen en sueños y visiones.

En el siglo XVIII, James Watt, el padre de la revolución industrial, reclamaba haber obtenido la idea del motor a vapor en manos de un donante sobrenatural a través de un sueño.

Había estado trabajando en los problemas implicados en ese tipo de motor, pero no concebía cómo podía hacerlo funcionar. Contaba que se durmió en su escritorio y que le mostraron en un sueño vívido todo el modelo operativo del motor tal y como tenía que ser. Cuando se despertó, se limitó a copiar y construir lo que había «visto».

Algunos de los mayores genios creativos (artistas, músicos, novelistas y poetas) también cuentan que han recibido a través de sueños y visiones el tema, argumento y segmentos de sus obras maestras. Robert Louis Stevenson, por ejemplo, contaba que la historia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde se originó en un sueño.

Tipos de sueño

Como todos sabemos, no todos los sueños son visionarios. Los autores de las antiguas Grecia y Roma reconocían varios tipos de sueño, entre los que se encontraban los tipos no psíquicos habituales. Estos tipos de sueño podían atribuirse a causas más mundanas, como por ejemplo comer demasiado antes de acostarse, las enfermedades, etc.

Hoy en día, mucha gente que se dedica a la investigación de los sueños cree que el proceso del sueño desarrolla una función psicológica importante al procesar y asimilar nuestros impulsos emocionales. Esto sucede tanto si la persona recuerda o incluso descifra el contenido simbólico del sueño, como si no.

De hecho, todo el mundo sueña, recuerde o no los sueños.

Se calcula que pasamos soñando unos 45 minutos de una noche de unas ocho horas, los cuales se distribuyen en diferentes intervalos a lo largo del proceso de sueño.

La fase del sueño se caracteriza por el movimiento ocular rápido (MOR) debajo de los párpados cerrados. Gran parte sucede durante el final del período de sueño.

Se ha descubierto que si se priva a una persona del estado de sueño y sólo se le permite el tipo de descanso más profundo sin sueños, ésta mostrará menor capacidad para lidiar con el estrés y con las dificultades emocionales del día a día. Esto parece indicar que soñar podría desarrollar una función asimilativa emocional y psicológica.

Lenguaje secreto

En los sueños convencionales y en los sueños psíquicos o espirituales nos encontramos con el misterioso lenguaje del inconsciente.

Es nuestra decisión aprender a leer este lenguaje si queremos entendernos mejor a nosotros mismos y desarrollar nuestro potencial creativo.

Tal y como muestran los sueños y las visiones, el lenguaje de nuestras mentes inconscientes es pictográfico y emocional. Recibimos, almacenamos y transmitimos información sobre acontecimientos y objetos de nuestro alrededor, además de nuestras reflexiones internas.

Nuestras mentes reciben y almacenan dichas imágenes a lo largo del día y la noche a través de los cinco sentidos físicos y por telepatía. Nuestra reacción emocional a tal información codificada en imágenes ha de clasificarse y asimilarse en algún momento. La fase de sueño es un proceso en el que se clasifica la información cargada de emociones que está almacenada en el subconsciente.

Los sueños son símbolos

La mayoría (no todas) de las imágenes de las que tomamos conciencia en la fase del sueño son símbolos de otras realidades. Es como si nuestra mente subconsciente empleara imágenes de otras cosas  que no nos asustan tanto como las de verdad implicadas.

Estas imágenes son el lenguaje básico del inconsciente. Nuestro trabajo consiste en aprender a interpretarlas.

Hay varios niveles de simbolismo en este lenguaje del inconsciente que domina nuestros sueños y visiones.

En primer lugar, están los símbolos universales para todas las personas de cualquier cultura. Jung los llamó arquetipos. Entre estos símbolos se encuentran la madre, el padre, el hijo, el cielo, la tierra, el sol, los animales, etc.

En segundo lugar, están los símbolos tomados a partir de objetos, los papeles sociales o acciones que están condicionados por una cultura o religión específica, etc. Se incluirían símbolos como la cruz, la Estrella de David o acciones que se hayan convertido en símbolo de la devoción religiosa o del orgullo nacional.

En tercer lugar, están los símbolos personales, que serían aquellos objetos o acontecimientos que son significativos para un individuo a causa de su experiencia.

Análisis de los sueños

Para analizar un sueño o una visión de forma precisa, debemos comprender el símbolo y lo que el autor del sueño asocia a éste.

Aunque existen varias formas de trabajar los sueños, la siguiente técnica  me parece muy efectiva. La concibió el Dr. John Rossner, profesor de religión comparativa en la Universidad de Concordia.

1. Entra en estado de relajación, como en el que te encontrarías al despertarte.

2. Recuerda toda la secuencia del sueño. Escríbela o grábala.

3. Incluye todos los detalles, sin importar lo absurdos que puedan parecer a tu mente consciente (tendrán un significado en el lenguaje inconsciente o en uno de los tres niveles anteriores de símbolos del sueño).

4. Cuenta de nuevo toda la historia del sueño. Esta vez, cuéntala con otras palabras (esto te ayudará a que se te ocurran significados asociados o equivalentes de las imágenes y los sentimientos originales expresados en el sueño).

5. Cuando lo hagas, descubrirás en tu conciencia diversas asociaciones con las imágenes o escenas del sueño. Toma buena nota.

6. Ahora, revisa cada imagen principal de los acontecimientos del sueño para preguntarte:

1. ¿Este objeto o evento es universal, está condicionado por una cultura específica o es personal?

2. ¿Cuál es su simbología universal o cultural, o qué significado tiene para mí?

 7. Para encontrar la respuesta a b., haz lo siguiente:

 1. Describe el objeto, la persona o el acontecimiento según:

 Lo que hace

 Su aspecto

 Los sentimientos que evoca en la mayoría de las personas o a ti a nivel personal.

 Al hacer este procedimiento, recuerda que los acontecimientos arquetipo como las bodas, los nacimientos, los fallecimientos o los funerales suelen ser un símbolo de otra cosa y no deberían percibirse de forma literal.

Marilyn Rossner
www.iiihs.com

lunes, 28 de julio de 2014



LA SANACIÓN KÁRMICA CUÁNTICA
La física sostiene que el universo es una especie de maquina en la que las mismas causas tendrán siempre los mismos efectos. Por ello, si sabemos el estado inicial podemos predecir prácticamente todos los estados futuros.

En nuestra vida (psíquica y espiritual) las cosas con las que nos encontramos es necesario saber dónde posicionarlas dentro de este esquema.
Analizar nuestros estados de ánimo, y preguntarnos por qué a mí, más las cosas que se repiten en nuestra vida diaria, estaríamos hablando de circunstancias o también del karma, pero en realidad no sólo estamos hablando de esta ley, estamos hablando también del entrelazamiento cuántico. El autor Sir James Frazer dice: “las cosas que han estado una vez en contacto entre sí, siguen influyéndose mutuamente de lejos tras haberse  cortado el contacto físico”.

El biólogo Ruper Sheldrake, tiene una teoría científica a través de  la resonancia mórfica que explica cómo se transmiten estas causas que bajo nuestro paradigma son invisibles. Esta  teoría describe la transmisión de información en la naturaleza a través de campos morfo genéticos (la información es un campo como la gravedad), en el que la cercanía de una especie y la frecuencia de un hábito (lo que ha pasado tiene más posibilidades de volver a pasar) determinan la intensidad con las que nos vemos afectados por esta dimensión de información. Y lo que les sucede, por ejemplo, a tu madre o a tu novia te afecta más, generalmente, de lo que le sucede a un hombre en Madagascar, por el nivel de entrelazamiento cuántico que existe entre tus células y sus células. En este sentido estamos creando una estructura telepática de interconexión, a través de la cual la unidad se ensambla y se proyecta. Porque su cuerpo energético está horadado por filamentos que permanecen unidos y siguen intercambiando energía (en la mayoría de los casos drenándolo) los llamados lazos u observadores del pasado.
Para deshacer estas conexiones  se tiene que hacer lo que se llama recapitular es decir, desmadejar la red energética del pasado. ¡¡Esto es posible!!

Las relaciones afectivas que hemos tenido, quizás de alguna forma, marcan la  manera en la que el universo se relaciona con nosotros. Como si las personas fueran símbolos de la totalidad del cosmos, planetas danzantes en nuestra órbita estelar. Probablemente, en la medida en la que hemos tratado a los demás, la matriz material que compone al Universo nos recibe y nos trata a nosotros. Esta es la ley de oro, el karma, pero también entendido desde la física cuántica probablemente estemos cargando con: numerosas relaciones sin cerrar que causan entrelazamiento cuántico, transmitiendo información que no somos conscientes de que se está transmitiendo y es como un ordenador con múltiples pantallas abiertas el cual se va ralentizando. Y hace nuestro día a día más cansino y repetitivo, pues son las mismas pantallas o ventanas abiertas, mismas acciones y secuencias con distintas imágenes o personajes
Como disolver esto y tener un rumbo más acorde a lo que queremos en nuestra vida.

El físico Jean Pierre Garnier nos da la ley universal de desdoblamiento del tiempo, con la cual podemos empezar a desmadejar esto. Ya hay varias personas trabajando con esto y han hecho muchos cambios en su vida. Trabajan desde lo real y desde este plano con una modalidad cuántica y matemática. Haciendo encontrar las preguntas que no hemos contestado de nuestro ser original (esas pantallas del ordenador abiertas), y las hacen enlazar con las respuestas que ya están en nuestro futuro, mostrando el desdoblamiento del tiempo. Pero todos estos mecanismos maravillosos y que trabajan de una manera más acorde con nuestro tiempo y utilizando esta ley y esta apertura temporal, de este tiempo del no tiempo de la que hablaban los Mayas en sus profecías. Pero sucede que algunos tienen resultados y otros no, o el resultado es muy dispar o no beneficioso. Con consecuencia dicen: no es para todos este sistema, entonces es una ley universal ¿sí o no?. Yo puedo afirmar que es una ley universal y es para todos. Lo que sucede que la intensidad  de las pantallas, ventanas, preguntas o emociones y lazos desde donde estamos sujetados al campo metamórfico es más intensa en unos que otros. Y esto lo debemos disolver o atenuar antes de realizar el trabajo del desdoblamiento del tiempo.  Esto sería la corrección kármica cuántica, ir apagando o cerrando estos lazos ventanas, que tienen tanta carga y velocidad que no nos permiten realizar el intercambio cuántico de preguntas y respuestas de nuestro ser sin carga cero. Y si no tenemos un instante cuántico de carga cero seguirá activo algún observador del pasado que nos une a esos lazos que ralentizan todo nuestro andar.
Además estas cargas son mucho más rápidas ya que las mismas se encuentran en una dimensión más veloz que nuestro físico. Entonces entran a esa velocidad no sólo interrumpiendo nuestro trabajo de desdoblamiento. Sino que reactivando en el plano metamórfico estas acciones como en el principio y recomenzamos desde donde lo habíamos dejado, siendo atrapados en la reacción kármica y pendular de un extremo a otro.

Debemos aprovechar este momento único de la humanidad y poder regresar a casa. Al  universo en nuestro sitio en el ser original, entregándole toda la experiencia acumulada en este plano físico. La metodología es sencilla y muy práctica. Silenciamos, disolvemos acciones y observadores del pasado que dan cargas a nuestra existencia haciéndonos repetir lo mismo una y otra vez. Al solucionar esto nuestro ordenador o programa de vida va siendo, no sólo más veloz sino que también mejor.
Es más fácil decidir y quitarmos cargas emocionales y mentales que arrastramos desde tiempos inmemoriales.

Esto producirá hechos de mejor nivel sin tener que pasar por experiencias difíciles o duras de dolor, dejando atrás situaciones que no queremos volver a repetir, generando mejor comunicación con los que nos rodean. Sobre todo con nuestro ser original acomodando el programa y nuestro físico para recibirlo, en este plano. Trayendo nuestra maestría nuestro conocimiento y trabajando en orden con todo el universo en el amor incondicional. En otras palabras trayendo el cielo a la tierra y a tu vida.

Daniel Testino.
www.enlaflordelavida.com
Telf. 91 2 833 688


 

sábado, 26 de julio de 2014


RELACIONES CONSCIENTES

CÓMO RELACIONARNOS SIN CONFLICTOS Y RESPETANDO AL OTRO.

Para tener relaciones sanas con el otro es evidente que es necesario conocerse a uno mismo, y para ello es importante tomar consciencia de los cuatro aspectos del ser humano: El físico, el emocional, el mental y el espiritual.

Es cierto que todos están muy entrelazados, por ejemplo el físico va muy vinculado al emocional, ya que las emociones están cristalizadas en nuestra corporeidad. El mental está muy vinculado con el emocional ya que todo lo que pensamos crea una impronta en lo emocional y físico.

Pero en principio es importe mirarlos por separado, para poder expresarnos desde todos los niveles sin confundir uno con otro, aunque todos sabemos que están completamente unidos.

EL DARSE CUENTA DEL ASPECTO FÍSICO Y EMOCIONAL

Entrar en nuestro cuerpo no es tarea fácil pues estamos o muy metidos en la emoción o en lo mental, y para ello hay que poner toda nuestra atención en el cuerpo.

No todo el mundo llega al cuerpo a través de los mismos caminos. Hay personas con mucha carga emocional, y para ellas hacer cualquier ejercicio aeróbico es muy adecuado, antes o al mismo tiempo que practicar yoga. Este tipo de ejercicio aeróbico activa nuestra respiración y nos ayuda a ser más conscientes de las emociones desde el cuerpo y no tanto desde lo mental. Pues ya sabemos que el cuerpo no engaña, mientras que la mente nos lleva a lugares muy desconectados de lo que pasa en el momento presente. Y así se crean historias con etiquetas de las que luego cuesta salir.

Para conectarnos con el cuerpo también es importante desarrollar la receptividad y la sensibilidad, para aprender a recibir y para entrar en relajación profunda. Para ello los masajes sensitivos, son una gran puerta. De vez en cuando darse un masaje es el mejor alimento para uno, y no solamente terapéuticos sino masajes sensitivos, ya que son una buena forma de dejar el cuerpo disponible para una buena escucha y sensible a la comunicación.

Con la respiración consciente podemos subir nuestro nivel energético y canalizar nuestras emociones sin drama y de forma orgánica.

A través de propuestas psico-corporales como Danza Consciente, Biodanza, Movimiento Auténtico, etc. podemos ir disolviendo nuestra coraza corporal caracterológica que nos mantiene cerrados a  los demás.

Sensibilizándonos, para abrir nuestro corazón a la vida y a una comunicación más afectiva con el otro. De esta manera ayudamos a que todo nuestro contenido interno  se exprese hacia fuera para vincular nuestros anhelos con nuestra realidad cotidiana y acercarnos al otro con nuestra percepción más amplificada.

Con todo esto desarrollamos una buena autoestima Corporal, Afectiva y Sexual, soltando y liberando la carga de la rabia y la tristeza del cuerpo, que nos cierra a la sensibilidad y al contacto afectivo con el otro.

EL DARSE CUENTA DEL ASPECTO EMOCIONAL Y MENTAL

A veces la gente expresa sus emociones de forma desordenada, sin saber qué pensamientos las están activando. Por otro lado, crean historias y culebrones con la mente y se expresan emociones totalmente desvinculados de su cuerpo.

El no estar conectado con nuestra corporeidad, nos lleva a una sobredimensión de nuestros problemas cotidianos, creando diagnósticos mentales alimentados con dramas, desconectándonos a su vez de lo que nos pasa en el momento presente. Por ello es importante buscar formas de canalizar nuestras emociones de forma creativa y de observar nuestros pensamientos con valentía y presencia.

Hay propuestas muy sencillas y a la vez eficaces, como EFT (técnica de liberación emocional) que de forma muy fácil nos ayuda a liberar la carga emotiva, saliendo de la sobreactuación, para después poder ver el pensamiento que la produjo.

Otra herramienta para cuestionar los pensamientos recurrentes o ideas condicionadas es “El Trabajo” (The work) de Byron Katie.

Y con la  Co-escucha (una forma de meditar en la comunicación y escucha consciente), con estas herramientas  podemos liberamos de los pensamientos condicionados.

Así podemos aprender a crear un espacio mental  para poder ver con los ojos del presente y poder mirar de verdad.

TOMA DE CONSCIENCIA DE NUESTRO ASPECTO ESPIRITUAL

Es muy importante la meditación para abrirnos al discernimiento y a una mirada más amplia. Y cuando el cuerpo está trabajado y la emoción se ha canalizado de alguna manera, entrar en la meditación es más fácil.

Para mi es importante también unir la meditación a pensamientos elevados o correctivos, lo que tradicionalmente se llama oración, pues a veces si se medita sin este apoyo, y no se ha practicado anteriormente, puede dar lugar a ideas condicionadas acerca de la meditación.

Es importante observar, darse cuenta, de las trampas en que podemos caer a la hora de infiltrarnos en nuestro desarrollo personal y espiritual. Así podremos tener realmente una comunicación clara y en la misma dirección que el receptor.

Beatriz Blázquez
16 años de experiencia en el desarrollo personal y danza consciente.
 Próximos programas de vacaciones alternativas en La Hospedería del Silencio
www.vacacionesalternativasymas.com


Costa de Cofete

jueves, 24 de julio de 2014


LESIONES POR ESFUERZOS REPETITIVOS

Según los biólogos somos animales de costumbres, nuestros hábitos hacen nuestras preferencias, gustos, personalidad y por supuesto los gestos corporales. Existen actitudes que nos llevan a provocar impactos o desgastes en nuestro cuerpo, que más tarde se convertirán en lesiones importantes.
En la Osteopatía se conoce este fenómeno como lesiones por esfuerzos repetitivos o microtraumatismos repetitivos (su nombre más técnico).

Este fenómeno es debido a la adopción de malas posturas realizadas diariamente (tanto en el ámbito profesional como en el cotidiano) que realizadas de una manera automática, sin reparar en su mala ejecución, van sobrecargando nuestros músculos, ligamentos y articulaciones, sobretodo vertebrales. Hasta convertirse en molestias permanentes. Todo este tipo de patologías o lesiones es posible abordarlas de manera efectiva con la Osteopatía, desde un punto de vista global.
Para aquellos que nos sepan muy bien que es la Osteopatía, estamos ante una terapia manual, que actúa sobre el sistema músculo-esquelético (articulaciones, músculos, ligamentos y envoltorios tendo-musculares llamados fascias), y otros sistemas como el nervioso, endocrino, digestivo etc., así como en los bloqueos somato emociónales.

Su objetivo es aliviar el dolor, incrementar la movilidad de los diferentes tejidos entre sí y restablecer la armonía global y la salud del organismo. Considera que el cuerpo humano es un conjunto complejo, anatómico, fisiológico y psicológico, en el que todos los elementos  constitutivos son interdependientes. Por ello la osteopatía es una terapia que entiende al individuo en su globalidad, a diferencia de la medicina alopática, que suele “segmentar” el cuerpo en múltiples órganos sin interrelación mutua.
Me gustaría exponeros brevemente, antes de pasar a enumerar algunos ejemplos de estas lesiones repetitivas, unas nociones básicas de anatomía de la columna vertebral.

La columna vertebral nos permite mantener la postura erguida. Da al ser humano verticalidad, movilidad y equilibrio.

Tiene forma de S doble y actúa por el principio amortiguador. La polaridad de vértebras duras y discos blandos le da flexibilidad y solidez.
Es importante saber que la columna vertebral está formada por 24 vértebras  (sin contar las vértebras del sacro y del coxis) que apiladas o encajadas unas encima de otras van a formar un canal central por el que pasa la médula espinal, el centro de regulación neurológica más importante de nuestro organismo, ya que conecta los nervios de la periferia del cuerpo con el  cerebro. La columna vertebral consta de: 7 vértebras cervicales, 12 dorsales y 5 lumbares que se distribuye en la zona alta, media y baja de la espalda respectivamente.

Además de mantener nuestra postura erguida, como expresé anteriormente, otra función vital es facilitar que la corriente nerviosa procedente del cerebro nutra nuestros músculos, huesos, piel, órganos y vísceras, para su correcto funcionamiento.
Seguidamente pasaré a exponeros cuatro casos donde este tipo de lesiones tiene lugar:

CASO 1 - El síndrome del trabajo administrativo
Por trabajo administrativo, hago referencia a todos aquellos que se ganan la vida o realizan actividades diarias que suponen  muchas horas sentados frente a un ordenador, independientemente de su cualificación profesional. El desconocimiento de la posición más adecuada que le conviene de acuerdo a su morfología, a fin de que el mobiliario de la oficina se ajuste a su postura (teclado, altura de la silla y mesa, etc.), va a crear tensiones diarias repetitivas. La diferencia de altura en el mobiliario, es decir entre la mesa y la silla, creará un ángulo de visión horizontal inadecuado, que provocará una postura de encorvamiento en la espalda, produciendo una tensión crónica a nivel cervical, ya que la cabeza se inclina hacia delante excesivamente sobre el monitor del ordenador. También inclinar la cabeza sobre el hombro sujetando el teléfono con la oreja, a largo plazo puede dar lugar a torticolis repetitivas, cervicalgias matutinas, o al final del día, que no remiten ya ni con antiinflamatorios. También se puede producir hernias discales sobre todo a nivel de las cervicales bajas: C4, C5, C6. Ya que se produce una pérdida de la curvatura fisiológica del cuello que se conoce como rectificación cervical. La tensión repetitiva de los gestos inadecuados también producirá una falta de vascularización arterial o venosa, que dará lugar a la artrosis, algo muy corriente en consulta.

A veces todas estas molestias van acompañadas de entumecimiento de los brazos, hormigueos o pérdida de sensibilidad en dedos: es lo que se conoce por neuralgia cervicobraquial. También suele coexistir un punto o varios puntos dolorosos entre las escápulas u omoplatos a nivel dorsal medio.
Hay problemas dorsales cuyo origen son cervicales, en este tipo de síndromes. Tuve un paciente que refería un dolor constante entre las escápulas, al final resultó ser una hernia discal a nivel cervical bajo, el tratamiento combinado de Osteopatía y Reeducación Postural produjo una mejoría considerable y por tanto evitar la cirugía, que era su último recurso.

CASO 2 - Las lesiones  repetitivas a nivel lumbar
Actualmente el uso del vehículo se ha convertido en algo muy común, no sólo a nivel privado sino también profesional. Esto hace que haya un gran número de personas al volante, con gestos corporales repetitivos que crean una tensión crónica a nivel muscular y fijaciones articulares que darán lugar a molestias permanentes, sobre todo a nivel lumbar. Gestos o esfuerzos como pisar el acelerador, con un ligero giro del pie hacia la derecha, constantemente todos los días puede generar una ciática y una lumbalgia repetitiva. He observado que la mayoría de las ciáticas en consulta son del lado derecho, en especial de conductores profesionales: taxistas, comerciales, camioneros, policías, etc.

Esto es debido a una pérdida de flexibilidad de las cadenas musculares que van desde el pie hasta el occipital, de aquí que estas molestias cursen a veces con dolores de cabeza. Estas lesiones repetitivas en conductores van a generar una deshidratación y un aplastamiento de los discos intervertebrales, origen de las archiconocidas protrusiones o hernias discales entre la primera vértebra sacra y la última lumbar (L5/S1).
Las amas de casa, así como las mujeres de la limpieza, debido a gestos o esfuerzos repetitivos, como estar siempre dobladas hacia delante, fregando, planchando, etc. Aquí el gesto produce un sobreestiramiento de las musculaturas de la zona lumbar.

En las mujeres, si añadimos el estrés familiar ya que tienden a responsabilizarse de todo y más, tendremos un añadido emocional que dará lugar a una falta de atención en sus gestos corporales, plantando la semilla de molestias recurrentes.
Actualmente muchas mujeres tienen dos trabajos: el de fuera y el de casa, como me expresó una paciente.

CASO 3 - Lesiones por esfuerzos repetidos en deportistas
El deporte cuando se practica a niveles exagerados, lejos de ser una panacea, provoca lesiones crónicas, debido a  gestos o esfuerzos repetitivos, que exigen al cuerpo ir más allá de sus posibilidades. La columna vertebral suele ser una de las zonas más castigadas, al punto que jóvenes deportistas tienen desgastes articulares de personas mayores.

Esto lo he visto  numerosas veces en consulta, la cuestión es que el deporte excesivo, echa mano de los recursos del cuerpo humano (vitaminas, sales minerales, etc.) y esto provoca carencias, que afectan a la calidad muscular y ósea de nuestro sistema musculo esquelético. He sido deportista toda mi vida y sé perfectamente de lo que hablo.
Los deportistas ocasionales o de fin de semana y vacaciones, también suelen estar expuestos a estas lesiones por esfuerzos repetitivos. Ya que aparte de poca o ninguna cultura deportiva, suelen hacer esfuerzos sin llevar a cabo calentamientos previos, haciendo que sus movimientos sean torpes y forzados, lo que les crea microtraumatismos a nivel de la columna vertebral y en las articulaciones de los miembros: codo, rodillas, hombros, etc.

Las agujetas, tortícolis y lumbalgias, en las mañanas de los lunes o a los dos días de vacaciones suele ser lo más corriente.
Ejemplo: una vez tuve una paciente que cuando tenía muchos días libres en su trabajo, su ansiedad por disfrutar y ponerse en forma le provocaba lumbalgias.

CASO 4 - Lesiones por esfuerzos repetitivos en trabajadores manuales
Existe un sector de la población que utiliza como medio para ganarse la vida sus manos: peluqueros, músicos, dentistas, masajistas, carpinteros, electricistas, etc.

Todos ellos tienen en común posturas que les hacen mantener falsos equilibrios, torsiones corporales a veces excesivas, inclinaciones forzadas, es decir actividades que fuerzan y desgastan los discos intervertebrales, perdiendo su papel amortiguador.
Ejemplo: tuve en consulta un masajista bastante fuerte y corpulento, que confiaba en sus potentes músculos para realizar su trabajo, adoptando posturas que le suponían un esfuerzo extra. El resultado: protrusiones discales lumbares y cervicales.

Un gesto tan banal como tener los brazos en suspensión realizando tareas en una peluquería puede dar lugar a una sobrecarga de los trapecios que a la larga , por este esfuerzo mantenido repetitivo, provocará primero problemas de hombro con hormigueos en dedos y más tarde  una hernia discal cervical. Esto es muy corriente en la consulta diaria.
Espero que este artículo te haya servido para darte un poco de luz acerca de cómo nuestros gestos o actitudes corporales diarias realizadas de forma forzada y no consciente puede dar lugar a lesiones repetitivas.

La Osteopatía practicada con una visión global puede ayudarte a prevenir, curar y hacerte consciente de tu relación con tu cuerpo-mente.
Eutiquiano Endje
Osteópata, Terapeuta Craneosacral, Reeducación Postural
www.cuerpozen.com
info@cuerpozen.com
Telf. 91 6396932 – 609 889557


martes, 22 de julio de 2014


EL LABERINTO DE LOS PROBLEMAS
¿Por qué una misma situación puede ser normal para unos y un conflicto para otros?

Cualquier dilema requiere abandonar prejuicios y ser creativos para encontrar soluciones
Raimón Samsó 16 MAR 2014

Una persona se encuentra a un amigo y le confiesa: “Soy muy desgraciado, tengo muchos problemas”, a lo que su amigo responde: “¡Hombre, pues no los tengas!”. Cuando una persona atraviesa por un momento así, seguro que esta contestación no le hace ninguna gracia, pero si se parase a reflexionar, descubriría que las complicaciones acaban convirtiéndose en una “posesión”, que, según decía el psicólogo Sigmund Freud, algunos de sus pacientes se resistían a soltar o mejorar debido a las “ventajas ocultas” que todo problema conlleva. Veamos cómo se crean, se resuelven y se deja de tener tantos conflictos cotidianos…

Los humanos parecemos destinados a afrontar toda clase de contratiempos en una sucesión inacabable de dificultades. Cuando una parece resolverse, aparece otra y otra más. Incluso, a veces, parece que todas se presentan de golpe en nuestra vida. Surgen en tantos aspectos de la vida, y en formas tan variadas, que hacen sentir impotencia a quien los padece.

Cada una de esas dificultades suele tener una apariencia distinta, en un ámbito de la vida diferente. Muchas parecen estar causadas por factores externos al margen de lo que uno pueda hacer o dejar de hacer; una sucesión de golpes de mala suerte. Vistas las cosas así, no es extraño que la ansiedad sea la patología crónica de nuestros tiempos.

La gente siempre ha tratado de cambiar a los demás para resolver sus problemas, pero eso nunca ha funcionado” Byron Katie

Todos deseamos una vida libre de obs­táculos, llena de paz interior y serenidad… y, sin embargo, parece que hacemos todo lo posible para lograr exactamente lo opuesto. Cuántas veces nos descubrimos encaminados, de manera inconsciente, por supuesto, hacia lo contrario a lo que sabemos deberíamos elegir para ser más felices.

Pero ¿y si usáramos la palabra “problema” con excesiva alegría? ¿Y si confundiéramos acontecimientos, realidades, sucesos naturales… con conflictos? Por ejemplo, ¿el hecho de que llueva es un inconveniente?, ¿lo es hacerse mayor?, ¿la vida es un dilema a resolver? El uso y abuso del concepto problema puede confundirnos entre lo que realmente es y valoraciones subjetivas. Es bien cierto aquel aforismo de que aquello que se cree un problema, acabará siéndolo; y aquello que no se considera como tal, no lo será.

La creatividad e inventiva humana para elaborar complicaciones es infinita. La conclusión a la que se puede llegar es que hace falta antes que nada reconocer cuál es el verdadero dilema antes de que pueda ser resuelto. Esto es, ¿y si un supuesto “problema” se pudiera resolver con apenas identificar su grado de realidad? O mejor: ¿de verdad lo es?

“El mundo es un espejo: lo que sientes por dentro te contempla desde fuera. Y por eso no puedes mejorar tu trabajando sobre los aspectos exteriores. Si la gente de la calle te parece hostil, el cambiar de calle no resuelve nada. Si no se te respeta debidamente en tu trabajo, el cambiar de empleo tampoco es la solución. Muchos lo hemos aprendido al revés: ‘Si no te gusta tu empleo, búscate otro’, nos han dicho. ‘Si no te gusta tu esposo, cambia de esposo’. A veces, cambiar de empleo o de pareja es oportuno, pero si no cambias tú también, cuando vuelvas a empezar probablemente será lo mismo”.

Existen diferentes tamaños de dilemas según su grado de dificultad. En muchos casos, estas aparentes diferencias provienen de la persona que los padece en función de su grado de apego al mismo o del vínculo emocional que establece con él. Pero el tamaño no es una propiedad inherente, sino una valoración personal de quien lo sufre. Es algo que comprobamos cuando una misma situación es calificada de complicada o sencilla por personas diferentes.

Pensar que el problema son los demás es en sí mismo un conflicto. Aunque otras personas pueden crear una situación o participar en ella, en realidad quien la percibe como un inconveniente es quien tiene la llave para resolverla.

Se ha dicho que los conflictos consisten en las “historias” que nos contamos acerca de cómo suceden las cosas. Y que cuando las personas cuestionan sus relatos o referencias –lo que se cuentan y sus creencias– pueden llegar a una percepción de los hechos diferente. ¿Y si la naturaleza de los dilemas dependiese de lo que nos repetimos una y otra vez?, ¿y si el efecto repetitivo convierte en “verdad” lo que solo es una interpretación?

Tal vez sea más conveniente abandonar la discusión con la realidad –acerca de cómo son las cosas o cómo deberían de ser– antes que tratar de solucionarla.

En las antiguas tradiciones de sabiduría de Oriente se dice que los sucesos mundanos no tienen más sentido que el que las personas les dan, porque los acontecimientos son carentes de un significado concreto. Ellos lo llaman “vacuidad”. Lo cual no significa que todo carezca de significado. Según ellos, la interpretación establece el significado. O lo que es lo mismo: la valoración de una situación como problemática es lo que la convierte en tal.

Se podría decir que un problema es como la pantalla en blanco de un cine. Es neutra, y solo la proyección del significado que se le asigne lo define como tal. Así, un mismo suceso, por ejemplo, cómo hablar en público, puede ser un inconveniente para unos, pero no para otros. Hablar en público puede ser un gozo o una tortura en función de quién vive la situación.

¿Qué es más verdad: tenemos muchos problemas o tenemos las soluciones, pero que no nos gustan?

Ningún dilema se puede resolver desde dentro del conflicto, como dijo Einstein. Ya que en esta situación es muy difícil encontrar respuestas porque la densidad de las emociones impide la claridad de ideas. Como hacen los científicos, lo innovador es buscar la solución en otro nivel de pensamiento, donde el problema se resuelve. A veces, incluso, en ese nuevo nivel el problema ni siquiera existe. O dicho de otro modo: se resuelve para siempre.

La primera regla para solucionar un problema es cuestionar todo lo que sabemos acerca del mismo porque toda creencia previa puede ser “parte del problema”. Se trata de “ser nuevo” ante la situación que denominamos con este nombre. Como si fuera la primera vez y nadie nos hubiese dicho que es un inconveniente que nos generará inquietud. Este planteamiento busca la solución no tanto en lo que ocurre, sino en lo que pensamos que ocurre. Al no asumir que ya sabemos lo que está pasando, si es bueno o malo, nos abrimos a otras formas de contemplar la situación. Solo los juicios acerca de un problema hacen que este sea difícil de resolver.

Preguntarse cuál es su verdadero sentido y no dar nada por hecho o sabido conduce a un nivel de pensamiento nuevo que puede proporcionar una solución muy creativa. Dicho de otra forma: si me digo que ya sé lo que está pasando, me veo obligado aplicar las viejas recetas de siempre. Pero si lo que busco es una solución definitiva, tal vez debería preguntarme cuál es el verdadero problema o qué cambio necesito para que esto no lo sea nunca más.

“Ningún problema puede ser resuelto en el ­mismo nivel de conciencia en el que se creó” Albert Einstein

No es posible escapar de los conflictos a menos que se examinen y se cuestione el sistema de pensamiento que los mantiene activos, ya que no hacerlo así solo es un modo de protegerlos y mantenerlos sin solución.

Otro camino hacia la salida del laberinto de los problemas es dejar a un lado lo que Sigmund Freud llamó “resistencia”. Hay una parte inconsciente en nosotros que se identifica con sus vivencias, aunque estas sean dolorosas. Es lo que se conoce como ego. Estas historias personales proveen de identidad al ego, que es un constructo mental de lo que creemos ser: nuestras experiencias pasadas. Y el gran psicólogo se dio cuenta de que a pesar de su trabajo, sus pacientes no mejoraban. Llamó al deseo oculto de no mejorar de sus pacientes: “resistencia”. Y entendió que el ego reacciona con resistencia por miedo a perder esa identidad forjada, aunque esté marcada por el sufrimiento.

Lo que es seguro es que el mero entendimiento intelectual del problema y de sus causas no es suficiente para resolverlo. Es además necesario descubrir dónde está la resistencia a solucionarlo, o, como se suele decir, a soltar y dejar a un lado lo que nos inquieta.

Para acabar, y saliendo del laberinto de los conflictos, vale la pena recordar aquel viejo adagio que dice: “No hay problemas, solo hay soluciones que no gustan”, porque en ocasiones es una gran verdad.
 

domingo, 20 de julio de 2014

sábado, 19 de julio de 2014


MENTE Y FELICIDAD

Según el budismo, no somos más que cuerpo y mente, siendo la mente el único elemento motivador de todas nuestras acciones y la creadora de toda nuestra felicidad y de nuestro sufrimiento. Es tanta la importancia que le da  el budismo a la mente que con frecuencia es considerado una filosofía o una ciencia de la mente más que una religión.

Dentro de las múltiples clasificaciones de la mente que hace el  budismo se distinguen dos tipos de mente. La primera es la consciencia básica, o mente primaria, que no es más que nuestra capacidad de experiencia subjetiva. Los textos filosóficos definen a esta mente como claridad y conocimiento.  Ahora bien, como la mente no es estática sino que es una constante sucesión de momentos de experiencia se alude a estas distintas situaciones como mentes principales y factores mentales asociados. Así pues, podemos hablar de mentes, refiriéndonos a  los múltiples acontecimientos mentales que suceden constantemente (emociones, pensamientos) y de mente, aludiendo a la base fundamental sobre la cual tienen lugar esos acontecimientos.

También se distinguen en el budismo distintos tipos de mente, según el grado de dependencia de ésta respecto del cuerpo físico. Y así se alude a la mente burda, en cuyo nivel se desarrollan los acontecimientos mentales ordinarios, de los que somos conscientes y que están íntimamente vinculados a la percepción sensorial; la mente sutil, con un  vínculo menor con el cuerpo físico y en el seno de la cual se experimentan acontecimientos inconscientes (estas son la mente del sueño y de las emociones perturbadoras, en la que se desarrollan procesos mentales difíciles de detectar pero que influyen notablemente en los acontecimientos mentales ordinarios); y la mente muy sutil, la que va de vida en vida, que se manifiesta en el momento de la muerte cuando la unión de  cuerpo y mente está llegando a su fin y la dependencia de ésta respecto del cuerpo es ya muy pequeña.

Nuestra sensación general de bienestar depende profundamente del bienestar psicológico, el cual, a su vez, depende de nuestra vida emocional. Todos sabemos que existen emociones que nos benefician, de las que se deriva una actitud de apertura hacia los demás, son una fuente de energía que brota de nuestro interior produciendo alegría y paz. Por contra, también hay emociones que nos perjudican, que  avivando energías oscuras, que como el fuego queman cuanto sale a su paso, producen dolor y gran agitación mental. Los obstáculos a nuestra felicidad son el apego, la ira o aversión y la ignorancia: las tres mentes venenosas principales que lideran a todas las demás aflicciones o pesares, tanto mentales como físicos.

La naturaleza de la mente es neutra. Una persona puede sentirse inclinada por temperamento a la aversión, pero aun así no siempre estará llena de enfado y odio. Puede experimentar momentos de benevolencia e incluso de compasión. La benevolencia y la compasión son estados mentales totalmente opuestos al odio; no pueden coexistir en una persona al mismo tiempo. El que una persona que tienda a la aversión no se muestre abiertamente odiosa todo el tiempo y tenga momentos esporádicos de compasión demuestra que las aflicciones no forman parte de la naturaleza de la mente, que son adventicias. La aparición de aflicciones y de estados mentales opuestos a estas aflicciones es posible gracias a la neutralidad de la naturaleza última de la mente.

La plasticidad es la cualidad de la mente que posibilita que ésta pueda cambiar sus tendencias y hábitos. Es una muestra de madurez personal el tratar de adiestrar nuestras emociones, favoreciendo el surgimiento de las positivas y la contención y reducción de las negativas. Para que podamos abordar esta tarea es necesario conocer lo más minuciosamente posible cuál es nuestro estado mental, solo así podremos influir en  su modificación.

Con un profundo entendimiento de la mente y de sus funciones se pueden superar los pensamientos y las emociones que nos preocupan. A través del estudio de la mente encontraremos algunas maneras cruciales de observar y de entender la ira y la aversión, así como de desarrollar nuestra ecuanimidad, nuestra paciencia y nuestro amor.

Su Santidad Dalai Lama XIV aconseja una sencilla práctica para transformar nuestra mente en la dirección deseada: “Cada día, desde el momento en que te despiertes, utiliza un rincón de tu mente para observar tu propia mente y su comportamiento”.

A fin de llevar a cabo una práctica –como la de observar constantemente la mente-, debemos adoptar una resolución, comprometernos, nada más despertar por la mañana: “Ahora, y durante el resto de este día, trataré de poner en práctica, en la medida en que me sea posible, aquello en lo que creo”. Es muy importante que, al empezar el día, concretemos lo que sucederá más adelante. Luego, al final de cada jornada, debemos comprobar  qué sucedió, revisar lo ocurrido durante el día. Y si a lo largo de toda la jornada hemos puesto en práctica nuestra decisión matinal, entonces hemos de alegrarnos y reforzar nuestra motivación para continuar en la misma línea. No obstante, si al llevar a cabo el repaso, descubrimos que a lo largo del día hicimos cosas contrarias a nuestros valores y creencias deberemos reconocerlo y cultivar una profunda sensación de arrepentimiento, reforzando nuestra  resolución de no entregarnos a esas acciones en el futuro. Si continuamos practicando de este modo, es seguro que con el tiempo tendrá lugar un verdadero cambio dentro de nuestra mente, una transformación auténtica. Esta es la manera de mejorar, es imposible cambiar de verdad tras una sola sesión de plegarias. Pero la mejora definitiva puede llegar gracias a la observación constante de nuestras mentes y a llevar a cabo las prácticas en las que creemos día a día, año tras año y década tras década”.

Amparo Ruiz Cortés
Directora de la Comunidad Thubten Dhargye Ling
www.budismotibetanomadrid.org