domingo, 13 de julio de 2014

QUIERO SER FELIZ

“Cuando sea mayor, quiero ser Feliz”. (Nicolás 6 años)

Felicidad, más de 33 millones de resultados en Google. Posiblemente el deseo más compartido por los individuos de diferentes tierras, etnias y tiempos.

Ya Aristóteles nos decía que  “la búsqueda de la Felicidad es algo natural en el ser humano, y supone el fin máximo, el bien más preciado, la meta más alta, el fin de todos los fines.”

Pero, ¿en qué consiste la Felicidad? ¿Cómo se llega a ser Feliz? ¿La Felicidad es una meta o se encuentra en el hecho de recorrer el camino?
Si  entendemos la Felicidad en términos absolutos, se tiene o no se tiene, continuamente nos plantearemos objetivos que permitan “dar el salto” a esa Felicidad. Nos orientamos hacia el futuro y no disfrutamos el presente, nos identificamos en la frase “seré feliz cuando…” Posponemos la Felicidad.

Sin embargo cuando entendemos la Felicidad como un continuo, como una escalera infinita que no tiene principio ni fin y en la que unas veces nos encontramos más altos y otras más bajos, somos conscientes de vivir el presente, no posponemos la Felicidad, asumimos que unas veces tenemos más Felicidad y otras menos y su búsqueda se prolonga durante toda la vida.
La Felicidad no es un resultado, es una actitud. Se trata de vivir conscientemente el presente, disfrutando, saboreando las cosas cotidianas y aceptando lo inevitable.

Se trata de llenar nuestra vida de emociones positivas que nos generen placer, de tener una vida significativa, sentir que seguimos un camino que nos lleva a un lugar deseado que coincide con nuestros valores y expectativas futuras, de llenar nuestra vida de actividades de flujo, aquellas con las que nos sentimos totalmente involucrados y nos producen gran gratificación, actividades relacionadas con la puesta en marcha de nuestras fortalezas, de alcanzar nuestros logros manejándonos en la excelencia y no en la exigencia y de tener relaciones positivas rodearnos de “personas corcho” capaces de tirar de nosotros y hacernos flotar, comportándonos nosotros mismos, como el corcho.

Se trata de aprender a gestionar las emociones negativas como la ira, la envidia, la insatisfacción continua que nos hacen tan infelices y ser conscientes de que tenemos el control sobre ellas.

Se trata de poner en marcha fortalezas como la gratitud, la perseverancia, la humildad, el esfuerzo, el optimismo,  la paciencia…

Y tú, ¿qué quieres ser de mayor?

Itziar López
Telf. 626 413 432


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