domingo, 2 de marzo de 2014


AUTOCONOCIMIENTO

Un niño de la India fue enviado a estudiar a un colegio de otro país. Transcurrieron algunas semanas y un día el jovencito se enteró de que en el colegio había otro niño indio y se sintió feliz. Indagó sobre ese niño y supo que era del mismo pueblo que él y experimentó una gran alegría. Más adelante le llegaron noticias de que el niño tenía su misma edad lo cual le produjo una enorme satisfacción. Pasaron unas semanas más y comprobó finalmente que le niño era como él y tenía su mismo nombre. Entonces, a decir verdad, su felicidad fue inconmensurable.

El autoconocimiento se torna autorrealización. Conocerse es también ser y serse. A través de la auto observación y la auto vigilancia, uno va desenmascarándose y liberándose de falsos ropajes y vestimentas para encontrar el propio centro. No hay dicha mayor que conocer la propia naturaleza real, que es como desplazarse de la periferia al punto de origen, de la burda máscara de la personalidad a la resplandeciente esencia. El trayecto está sembrado de dificultades, porque hay que atravesar el terreno sombrío de caos y confusión que hay en nuestra psiquis y cuyos velos ocultan el resplandor del ser.

Ramiro Calle, de su libro “Los Mejores Cuentos Espirituales de Oriente"
 

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