APRENDIENDO A VIVIR EN PLENITUD
• Alimentación lo más natural posible: la mayoría de las
comidas industrializadas están llenas de químicos o productos dañinos. En la medida de tus posibilidades, trata de
que ellos sean la menor cantidad y retorna a los cereales, verduras y
frutas. Toma al menos un litro de agua
por día.
• Salud: el cuerpo estará contigo por el resto de tu vida…
¿es obvio, sí? Sin embargo, hoy lo
tratas como si no fuera a pagar las
consecuencias de tus desatinos el día de mañana. Llegarán y no serán buenas. Cuídalo, busca recetas alternativas, que lo respeten
y no sean invasivas, agradécele cada día que esté sano, fuerte y sensible.
• Vive también el cuerpo: pareciera una tontería esta
afirmación pero tú vives en tu mente.
Realizas todo automáticamente, mientras piensas en lo que hiciste o vas
a hacer o te criticas o te atemorizas.
Mientras tanto, te pierdes del presente, que es lo único real que
tienes. Así que… respira, siente tu
cuerpo: si está cómodo, si necesita un descanso, si no le gusta una situación o
un ambiente, si reclama tu atención a algún tema con un síntoma o una
enfermedad, si precisa contacto con la Naturaleza, con el sol…
• Presencia total: Deja de volar inútilmente y vive en el
aquí y ahora, aprecia las posibilidades que hay en este momento. Si crees que el mañana te traerá lo que
necesitas, toma nota de que hoy era el mañana de ayer.
•Conexión con tu Alma: tu Alma intenta comunicarse contigo
todo el tiempo, a través de lo que vives en lo habitual. Pregúntate: “¿por qué/para qué sucedió esto?,
¿qué puedo transformar?, ¿cómo responder más sabia, serena, amorosamente?, ¿qué
aporta mi conducta a Todo Lo Que Es?”
Cada momento de tu vida es una constante oportunidad de aprendizaje.
• Silencio: la estresante y febril actividad de nuestra
sociedad es, en el fondo, un escape superficial del Ego a los reclamos de la
Esencia. Procura hacer silencio y
escucharla, porque en la calma está la conexión. Si necesitas meditar o rezar o caminar o
mirar el fuego, hazlo. En algún momento,
este enlace debería ser cotidiano, natural y simple, tan parte de ti como
comer. De hecho, es tu verdadera
nutrición
El cuerpo humano es depositario de la inteligencia divina,
es parte integral de la conciencia. Todo
está relacionado y negar eso a esta altura del conocimiento es necedad.
El cuerpo sufre los resultados de la falta de conciencia y,
a la vez, contiene los recursos que necesitamos para despertarla. Es más sencillo de lo que pensamos, aunque
requiere continuidad y paciencia en el darse cuenta y en la transformación…
pero las consecuencias son la plenitud, la paz y el valor de ser uno mismo.
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