SI QUIERES CAMBIAR TU CUERPO, CAMBIA PRIMERO TU CONCIENCIA.
Nuestras células escuchan constantemente a nuestros
pensamientos y se ven cambiadas por ellos.
Un ataque de depresión puede causar desastres en el sistema
inmunológico; enamorarse puede fortalecerlo.
La desesperación y falta de esperanza aumenta el riesgo de
sufrir ataques cardíacos o contraer un cáncer, acortando así la vida.
El gozo y la satisfacción nos mantienen saludables y
prolongan la vida.
Esto significa que no es posible trazar con certeza la línea
entre biología y psicología.
El recuerdo de una tensión, que es sólo una brizna de
pensamiento, libera el mismo torrente de hormonas destructivas que la tensión
en sí.
Como la mente influye sobre todas las células del cuerpo, el
envejecimiento humano es fluido y cambiante; puede acelerarse, demorarse,
detenerse un tiempo y hasta revertirse.
Si uno se conociera tal como es, comprendería que es la
fuente, el curso y la meta de toda la inteligencia fluyente.
Lo que las tradiciones religiosas del mundo llaman espíritu
es la totalidad, la continuidad de la conciencia que supervisa todos los
fragmentos y las piezas de la inteligencia.
Son los vacíos en el conocimiento de nosotros mismos los que
nos hacen víctimas de la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.
Perder la conciencia es perder inteligencia; perder
inteligencia es perder el dominio sobre el producto final de ésta: el cuerpo
humano.
Por lo tanto, la lección más valiosa que puede enseñarnos
ese nuevo paradigma es ésta:
SI QUIERES CAMBIAR TU CUERPO, CAMBIA PRIMERO TU CONSCIENCIA.
DEEPAK CHOPRA.
Fuente: http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com.ar/2015/02/si-quieres-cambiar-tu-cuerpo-cambia.html
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