NADIE DEBE SER TAN IMPORTANTE COMO PARA
QUITARTE LA FE EN EL AMOR
La vida
muchas veces nos muestra sus caras menos amables, pero muchas otras podemos ver
su lado más hermoso, su lado con mayor luz, con mayor color y con mayores
sonrisas… No vale la pena negarnos a enamorarnos, vestirnos con una armadura o
desconfiar de cualquier persona que se nos acerque por miedo a sufrir, a ser
traicionados o a que las cosas no resulten como quisiéramos.
Lo más
dramático de todo es que nuestra mente se encarga de crear nuestra realidad y
si vamos con miedo, con predisposición, con actitud derrotista, muy
probablemente saldremos lastimados o convencidos de que el amor no es para
nosotros.
Lo mejor que
podemos hacer es apreciar la vida con todo su contenido, la verdad es que no es
fácil, sufrimos por amor, seres queridos mueren, tenemos que trabajar fuerte
para tener la vida que queremos, enfermamos y pare de contar… no es fácil, pero
todo es cuestión de actitud. Todo esto forma parte de la vida de muchos de
nosotros, podemos lamentar nuestro recorrido por esta vida o apreciar cada una
de esas experiencias, valorándolas, porque no son más que demostraciones de que
estamos acá, de que estamos vivos… Ver el lado positivo, darle la vuelta,
agradecer y aprender, casi de forma automática nos pone en una posición de
ventaja.
Luego, ¿qué
podemos hacer luego de haber sufrido en el amor? Volver a amar. Sí, no tiene
que ser de forma inmediata, pero nos damos nuestro tiempo, nos recuperamos y
abrimos nuestro corazón a esa persona especial que llegará a nuestras vidas
para ayudarnos a sanar y para demostrarnos que no todas las personas son
iguales, que vale la pena creer en el amor, que estar enamorados es uno de los
estados de mayor bienestar posible, que sí se puede construir un buen equipo y
que no hay nada más encantador que amar y ser amados.
Nadie debe
tener la influencia suficiente en nosotros como para hacernos desconfiar, para
que nos quedemos solos, para que el amor sea para nosotros solo un recuerdo
desagradable o una herida mal sanada, podremos tener cicatrices, pero una
herida solo permanecerá abierta si nosotros lo permitimos.
Dejemos ir
lo que nos lastimó, perdonemos a quien tengamos que perdonar, principalmente a
nosotros mismos, liberémonos de la culpa, del resentimiento, del orgullo, de la
inseguridad y principalmente del miedo. El amor está allí para todos, en
cualquier parte encontraremos a alguien a quien amar y que nos ame, la vida
está llena de prosperidad, hay para todos y en abundancia, solo debemos
convencernos de ello.
Nada de
pensamientos como: el amor no es para mí, a esta edad es muy difícil encontrar
una pareja, luego de lo que viví no me vuelvo a enamorar, esto siempre me pasa
a mí, no sirvo para el amor, Cupido debe odiarme, todos los hombres son
iguales, todas las mujeres son iguales, no perderé más mi tiempo…
Si prefieres
el estado de soledad, eso está muy bien. Es muy enriquecedor, pero si te
estás forzando a vivir en soledad, sin disfrutarlo, por miedo… Pues es el
momento de aceptarlo y trabajarlo. El amor está hecho para todos, de
hecho, todos somos amor.
Ama sin medida, sin
límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin duda, sin
precio, sin cura, sin nada. No tengas miedo de amar, verterás lágrimas con amor
o sin él. – Chavela Vargas
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