miércoles, 12 de febrero de 2014


Fuente: Revista Universo Holístico nº 62

NUESTRO ORGANISMO NO ENFERMA, SE DEPURA
    (parte 2)

ENFERMEDAD CRÓNICA
Imitando los mecanismos de la naturaleza, es lógico estimular las crisis depurativas. Como decía Hipócrates: “Todas las enfermedades se curan mediante alguna evacuación”.

Los drenajes siempre impulsan la tendencia al equilibrio y resultan útiles en cualquier circunstancia, por grave que sea. Además, solo basta mirar que hacen los animales.
Cuando un animal está enfermo, ayuna. De este modo favorece la degradación de los desechos y facilita su evacuación. Perros y gatos recurren a las hierbas cuando sufren una intoxicación. Según las dosis, tienen un efecto eliminador en los pulmones (expectorante), en los riñones (diurético) o en los intestinos (laxante). Los elefantes se purgan con arcilla. Otros animales se revuelcan en barro arcilloso, improvisando purificadoras cataplasmas.

También el hombre ha hecho uso de estos recursos desde la más remota antigüedad. Las virtudes desintoxicantes de la sudación se usaba en los pueblos nórdicos europeos (sauna), en Medio Oriente (baños turcos) o en las tribus indígenas americanas (inipis, temascales). Las distintas religiones y filosofías siempre han prescrito períodos de purificación mediante prácticas de ayuno. En todo el mundo se han practicado las benéficas “curas de primavera”.
En la enfermedad crónica, dado que el organismo tiene una sobrecarga tóxica importante y el Estado Óptimo Salud (E.O.S.) disminuido, las crisis no podrán restablecer el equilibrio de una sola vez, como ocurría en los trastornos agudos. Es por eso que las bronquitis, los eccemas o las crisis hepáticas se repiten periódicamente. Los esfuerzos depurativos se reiteran continuamente, pues logran la desintoxicación necesaria del Terreno.

Es por ello que le organismo necesita apoyo externo, pues su Fuerza Vital es incapaz de acabar con la toxemia mediante herramientas y técnicas sencillas para colaborar con el organismo a superar los padecimientos crónicos, mediante el alivio de la carga tóxica que agobia a la estructura corporal.

ENFERMEDAD DEGENERATIVA
Hoy día resulta normal observar a grandes sectores de la población con graves trastornos inmunológicos. Incluso los niños vienen al mundo con fuerzas inmunológicas tan disminuidas y tal sobrecarga de desechos (recordar los cientos de tóxicos presentes en el cordón umbilical), que no hay crisis depurativa que pueda revertir dicho estado. Por eso vemos niños de 3 y 4 años con cáncer y recibiendo tratamiento de quimioterapia.

Haciendo una analogía técnica, el sistema inmunológico funciona como un ordenador con naturales limitaciones físicas. Si ejecutamos un par de programas al mismo tiempo, no habrá mayores problemas. Pero si queremos ejecutar una decena de programas simultáneamente, entonces aparecerán los inconvenientes. La máquina de “ralentiza”, no responde rápidamente a las órdenes y comete errores.
Desgraciadamente, este es el estado habitual de la inmunología en nuestra población, ala ser exigida en forma desmedida y por gran cantidad de factores al mismo tiempo. Estos “ralentizamientos” son las alergias, las enfermedades autoinmunes, las afecciones virales crónicas, etc. La merma inmunológica afecta a la salud y al bienestar en todos los ámbitos, incluso el emocional. Recientemente científicos han concluido tras un estudio que “debería entenderse la depresión como una enfermedad de tipo casi autoinmune”.

En esta fase de la enfermedad, las células, en lugar de moverse en líquidos nutritivos y limpios, deben vivir en fluidos cloacales inmundos. El trabajo celular no es normal y los tejidos se desorganizan cada vez más, llegándose a la destrucción: esclerosis, cáncer, úlceras varicosas, etc. Las células ya no siguen el comando inteligente de la Fuerza Vital y el cuerpo pierde su capacidad  de defenderse como un todo organizado ante agresiones externas.
En este contexto, resulta de tal magnitud el caos orgánico que se ha generado, que ningún remedio será capaz de poner orden. De allí las dificultades que encuentran los investigadores en la lucha contra las enfermedades graves. La terapia con atajos no funciona. Mientras hay tiempo, no queda más que desandar el camino equivocado, rectificando los errores y estimulando la inmunología, a fin de recuperar la Fuerza Vital y la limpieza del Terreno. Es el único medio genuino que nos permitirá obtener una completa y total remisión.

Marcos Vélez
Naturólogo 

 

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