EL UNIVERSO LATE EN CADA PERSONA
Cada ser humano es como un holograma, pues de alguna manera
en él late o está representado el universo entero, desde la materia y la energía
que configuran su cuerpo a la conciencia de sí mismo y de su interrelación con
el todo.
Sin duda formamos parte integrante del cosmos, por más que
solemos pensarlo como algo separado de nuestra mente. En cada uno está inscrita
la totalidad del universo: esto implica la relación hologramática que nos
determina en cuerpo y alma. Holos,
en griego, significa “que forma un todo”. Gramma
quiere decir “inscripción”.
En cada ser humano late aquella gran red de la vida que
sostiene la armonía del universo. Si hacemos consciente el hecho de estar
incluidos dentro de un orden natural más vasto, podemos percibir en nuestro
interior pequeños reflejos de aquella armonía que interconecta todo. De ese
modo descubrimos que nuestra psique, aparentemente tan personal, puede dejar de
ser “ombligocéntrica”, para desarrollar mejor una saludable participación
ecológica.
Pablo Friedländer
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