LA VIDA NO SE MIDE POR LAS VECES QUE RESPIRAS SINO POR LOS
MOMENTOS QUE TE DEJAN SIN ALIENTO
Son esos momentos que te dejan helado. En los que tienes que
contener tus palabras. Que te dejan pasmado. Que vives intensamente. Que te
cortan la respiración.
Son instantes en los que te cambia la vida, en los que
cierras los ojos y sabes que tienes algo por lo que vivir. Que te ha ocurrido a
ti y que te pellizquen porque no es verdad que esto sea real.
Que no es un sueño, que lo has conseguido, que ha merecido
la pena. Me da igual que unos lo llamen suerte, otros lo llamarán
perseverancia. Pero tú siempre lo recordarás como el momento que te dejó sin
habla porque el tren de tu vida cambió de dirección en ese mismo instante.
La vida está hecha de
momentos
Es por esos momentos por los que te planteas si vivir tu
vida de manera sensata merece la pena o, por el contrario, estás atrapándote.
El andén de tu tren ya no tiene nada más que ofrecerte, no te dejes morir y
sube a tu tren.
Relájate y comete errores, no intentes ser perfecto. Tómate
las cosas con menos seriedad. Corre más riesgos, viaja más. Sube montañas, nada
ríos. Ve a lugares adonde nunca hayas ido. Vive más, preocúpate menos.
No cargues tu vida con un kit de supervivencia y aprovecha
para teñir de la mayor intensidad posible cada día de tu vida.
El Tren de la Vida
“Vivamos de manera
que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje
bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y
cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y
profundas tristezas en otros…
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros
padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado… Pero en alguna estación ellos se bajarán
dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su
amor irreemplazable…
No obstante, muchas otras personas que nos serán muy
especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida… Nuestros hermanos, amigos y, en algún
momento, el amor de nuestra vida…
Algunos tomarán el tren para realizar un simple paseo.
Otros, durante su viaje, pasarán por momentos de oscuridad y tristeza. Y
siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…
Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan
desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos…
“La vida es una obra
de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive
intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine
sin aplausos.”
Charles Chaplin
Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres
queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro. Durante todo el trayecto
están separados, sin que exista ninguna comunicación.
Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos
si existe buena voluntad de nuestra parte.
De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su
lugar.
El viaje continúa,
lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y
despedidas.
Tratemos de tener una buena relación con todos los
pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún
momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos
entenderlos, pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y
necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué
estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de
viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.
A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del
tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia…? Separarme de los amigos que hice en el viaje,
será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me
aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos
llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron
su viaje.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que
ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.
Amigos, hagamos que nuestro viaje en este tren tenga
significado, que haya valido la pena.
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