LA MEDITACIÓN AFECTA A TUS CÉLULAS
Un nuevo estudio publicado en la revista Cancer y firmado
por Linda Carlson del Tom Baker Cancer Center en Alberta, Canadá, ha encontrado
que algunos pacientes de cáncer de mama que practicaron regularmente técnicas
de reducción de estrés, incluyendo mindfulness y yoga, llegaron a cambiar
físicamente sus células, a pesar de no estar recibiendo tratamiento.
El grupo estaba constituido por 88 pacientes con una media
de edad de 55 años, que habían superado el cáncer hacía más o menos un año,
pero que aún sufrían diversos problemas emocionales derivados del largo proceso
del cáncer. El total de participantes se separó al azar en tres grupos, y se
les tomó una muestra de sangre antes y después de 12 semanas que fue lo que
duró el experimento.
Uno de los grupos fue designado para asistir 90 minutos a la
semana a unas clases de meditación mindfulness y Hatha Yoga, y además se les
pidió que practicasen también en casa durante al menos 45 minutos todos los
días. El segundo grupo acudía a una reunión semanal de 90 minutos donde
hablaban sobre cómo se sentían. Finalmente, había un grupo de control que
acudió a una reunión de 6 horas sobre técnicas para sobrellevar el estrés.
El análisis de las muestras de sangre al finalizar las 12
semanas de estudio mostró resultados llamativos en cuanto a la longitud de los
telómeros de sus células. Los telómeros son la parte final de los cromosomas, y
actúan como protectores de la integridad de nuestro ADN. En cada replicación
celular se acortan un poco, por lo que son una medida del envejecimiento
celular. Cuando los telómeros desaparecen, la célula empieza a perder parte del
ADN, y finalmente muere.
Los dos grupos que tenían reuniones semanales en las que se
practicaba meditación o se realizaba terapia de soporte a través de la
expresión de sentimientos, mostraron unos telómeros de igual longitud a los que
tenían al comenzar el estudio. Sin embargo, el grupo al que tan sólo se le dio
una clase teórica de control de estrés, sí que mostró un acortamiento de los
telómeros de sus células.
Es obvio que cuerpo y mente están profundamente conectados,
pero es difícil demostrarlo. Estos resultados son un paso más, aunque aún queda
mucho por hacer, porque realmente no sabemos cómo la meditación –o el deporte-
llegan a evitar que se acorten los telómeros. En un paper publicado hace un
tiempo, se vio que la meditación aumentaba la actividad de la telomerasa, que
es el enzima encargado de reparar los telómeros. Quizá todo se reduzca a que
una eliminación del estrés y las emociones negativas provoca que se reduzca la
liberación de las hormonas implicadas en estos procesos, lo que al final lleva
a una mayor activación —o evitación de la desactivación— de la telomerasa.
Esperemos que nuevos estudios nos resuelvan estas interesantes cuestiones...
Referencias
Mindfulness-based cancer recovery and supportive-expressive
therapy maintain telomere length relative to controls in distressed breast
cancer survivors. Carlson LE, Beattie TL, Giese-Davis J, Faris P, Tamagawa R,
Fick LJ, Degelman ES, Speca M., Cancer. 2014 Nov 3. doi: 10.1002/cncr.29063
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