INTOLERANCIA A LA INCERTIDUMBRE
Enfrentarse a la incertidumbre es una parte inevitable de la
vida diaria. Ya que no podemos ver el futuro, nunca sabemos con exactitud lo
que pasará en el día a día. Hay investigaciones que demuestran que cada persona
reacciona de forma distinta a esta situación por lo que algunas no tienen
ningún problema con altos niveles de incertidumbre en sus vidas, mientras que
otros apenas la toleran en grados mínimos.
Las personas que viven con ansiedad, especialmente aquellos
adultos que se preocupan demasiado, son muy intolerantes a la incertidumbre.
Ellos tratan de planear y prepararse para cualquier situación a fin de evitar o
eliminar situaciones fuera de su control. El problema es que hay muy pocas
cosas que podamos controlar…
“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás
de deshojar.”
- Mario Vargas Llosa –
Características de
las personas con intolerancia a la incertidumbre
Existen ciertas actitudes o acciones que nos pueden ayudan a
identificar si nuestra tolerancia a la incertidumbre es baja, alta o normal. Y
cómo dependiendo de ello, puede repercutirnos más o menos. Así, las personas
con intolerancia a la incertidumbre:
Buscan la aprobación
excesiva: estas personas preguntarán constantemente a sus amigos o familia
su opinión sobre cada decisión que tomen.
Crean de listas:
como una alternativa para eliminar la incertidumbre, algunas personas suelen
hacer largas listas con los pasos a seguir para evitar algunas situaciones o
posibilidades.
Hacen doble revisión:
puede darse el caso de que estas personas busquen asegurarse de que sus seres
queridos estén bien y les llamen varias veces para confirmarlo. Otro ejemplo
son quienes revisan varias veces los correos enviados o el trabajo hecho a fin
de identificar errores cometidos.
Se niegan a delegar
obligaciones: quienes tienen intolerancia a la incertidumbre suelen tener
dificultad para permitir que otros realicen sus tareas porque no confían en que
las hagan bien.
Procrastinan: las
personas con intolerancia a la incertidumbre suelen evitar lugares, personas o
situaciones que les hagan perder el control.
Se mantienen ocupadas:
otro aspecto clave de las personas con intolerancia a la incertidumbre es que
buscan mantenerse ocupadas con la finalidad de no dejar tiempo libre que les
haga pensar en las cosas que no pueden controlar en sus vidas.
Aprende a tolerar la
incertidumbre
La gran desventaja con la intolerancia a la incertidumbre es
que es imposible mantener un férreo control de todo lo que nos ocurre o de todo
lo que ocurre a nuestro alrededor, por lo que hay cosas que simplemente no
podemos controlar.
1. Haz una lista de
tus comportamientos. Identifica los momentos en que te sientes ansioso y
las actitudes y comportamientos que tienes cuando esto pasa. Enumerarlos te
facilitará reconocer tu comportamiento para posteriormente modificarlo.
2. Califica el nivel
de estrés. Aunque muchas situaciones te generen estrés, aprende a
analizarlas y descubrir cuánto estrés te causa cada una. Así podrás trabajar
con las que menos estrés te generen e ir avanzando poco a poco.
3. Escribe. Lleva
un diario de las situaciones que te causaron incertidumbre, lo que hiciste y lo
que dejaste de hacer. Esto te hará más consciente de tu evolución y te
permitirá descargar aquellos sentimientos y pensamientos reprimidos, que en
ocasiones te hacen tanto daño.
4. Ponte en
situaciones de incertidumbre. Puede resultarte complicado de hacer, pero
para vencer la incertidumbre debes aprender a enfrentarla. Inicia con pequeños
actos y evoluciona conforme tomes confianza. La cuestión es no estancarse y
avanzar hasta poder aceptar que poco a nada podemos llegar a controlar.
“Ella no creía en finalizar ni discusiones, ni charlas ni espectáculos
de danza. Decía que los puntos finales facilitan la vida a la gente. Los puntos
aparte y los suspensivos incrementan la inteligencia.”
- Albert Espinosa -
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