MUY POCOS ADULTOS RESISTIRÍAMOS EL TEST DE TDAH DE LA OMS
Después de su consolidación en la infancia, el TDAH se
exporta ahora a la vida adulta. Esta es la denuncia que hace el catedrático en
Psicopatología y Técnicas de la Intervención, Marino Pérez, en su libro
«Volviendo a la normalidad» (Alianza Editorial). Para este especialista en
Psicología Clínica y profesor de la Universidad de Oviedo, el trastorno carece
de entidad clínica, pero la retórica utilizada y propagada consiste en decir
que el TDAH «es un trastorno neurobiológico de origen genético, lo que ciertamente
no está establecido, porque no hay pruebas clínicas que lo confirmen».
Pérez hace una crítica feroz al diagnóstico utilizado, que a
su juicio «no tiene otros criterios que estimaciones subjetivas acerca de
comportamientos de desatención e inquietud de los niños, cuyos comportamientos,
por cierto, pueden deberse a una variedad de circunstancias, sin necesidad de
etiquetarlos, ni a los niños ni a sus comportamientos. Por lo demás, el
supuesto TDAH tampoco tiene base neurobiológica establecida, como hemos
mostrado en nuestra última obra». Es más, denuncia, «los propios expertos que
sostienen que el TDAH es una entidad clínica o una enfermedad, poco antes o
después de decir eso en sus libros no dejan de reconocer que no se dispone de
ningún “biomarcador”. Hasta los fabricantes de medicamentos reconocen en los
prospectos que se desconoce la supuesta etiología del TDAH y que no existe
ninguna prueba específica para su diagnóstico».
En «Volviendo a la normalidad» este especialista, junto a
otros dos autores, particularmente pone en duda el sistema utilizado para
diagnosticar el TDAH en personas mayores: «El test de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), por ejemplo, diagnostica el trastorno en adultos por la
frecuencia con la que se cometen errores por falta de atención en tareas
aburridas o la dificultad para concentrarse en algo monótono o que acaso no
interesa. Muy pocos resistiríamos el test. Por más que se remita a "su
médico" para una evaluación final, éste no dispone de otras pruebas
clínicas que el reporte y la estimación. Puede encargar pruebas de neuroimagen
(TC, RM, PET, etc.) o neurofisiológicas (EEG, ERP), pero carecen de utilidad
para establecer un diagnóstico, al igual que cualquier batería de test
psicológicos. No sería más que una acumulación de "pruebas
circunstanciales", con el agravante del coste y de la parafernalia clínica
que implican», advierte.
La medicación
Capítulo aparte le merece la medicación, que para este
catedrático consiste básicamente «en estimulantes, que pueden mejorar la
atención y la concentración, pero que no quiere decir que corrijan las presuntas
causas del trastorno. Los estimulantes producen el mismo efecto con o sin TDAH,
como saben los estudiantes que toman anfetaminas para los exámenes y quienes
toman café y bebidas energéticas. Por tanto la medicación para el TDAH, tanto
para niños como adultos, no es propiamente un tratamiento específico, sino un
dopaje que, da la casualidad, se define como la administración de fármacos o
sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento».
Efectos y consecuencias a largo plazo
Especialmente grave es el hecho en niños, concluye. «Aunque
los padres y profesores refieren maravillas del niño TDAH bajo medicación y los
adultos se sientan también muy mejorados, quedan por ver dos cuestiones. Una es
si la mejora de la atención y la concentración no será a costa de disminuir el
interés, la curiosidad y la espontaneidad, en vez de una “mejora” de la
personalidad». La segunda cuestión, finaliza Marino Pérez, tiene que ver con
los efectos y consecuencias a largo plazo. «De los efectos a largo plazo en
adultos no se sabe, por estar prácticamente empezando la “campaña”. Pero a
juzgar por lo que se sabe de los efectos y consecuencias a largo plazo en
niños, derivado de estudios de 6, de 14 y hasta de 17 años de seguimiento, se
puede decir que la medicación está asociada a un peor rendimiento escolar y a
más trastornos emocionales y otros problemas conductuales, no a menos».
Fuente: http://www.abc.es/familia-educacion/20150224/abci-tdah-medicacion-adultos-201502051627.html
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