LA FÍSICA DEMUESTRA QUE HAY VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE, PERO
"NUESTRA MENTE NO LO VE"
En la obra Biocentrism: How Life and Consciousness are the
Keys (BenBella Books), el físico norteamericano parte de la premisa de que la
vida crea al universo, y no al revés, la base misma del biocentrismo. A partir
de aquí, va deduciendo paso a paso que la mortalidad es una idea falsa, creada
por nuestra conciencia.
La mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra
conciencia. En primer lugar, sugiere que la conciencia de una persona determina
la forma y el tamaño de los objetos en el universo. Para explicarlo, utiliza
como ejemplo la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea: “Una persona
ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul, pero las
células cerebrales tienen la capacidad de variar esta percepción, pudiendo ver
el cielo de color verde o rojo”. En pocas palabras, concluye, “lo que vemos
sólo existe gracias a nuestra conciencia”.
-Si quiere saber más sobre la implicación de las teorías de
Robert Lanza respecto a la muerte, puede consultar la entrevista realizada a la
doctora en Metafísica Anji Carmelo y a la médico anestesista Luján Comas:
“Todos los que tienen una ECM cambian su vida: saben que la muerte no es el
final”
El multiverso y la
teoría de las cuerdas
Este es el motivo por el que Lanza dice que creemos en la
muerte. Al observar el universo desde el punto de vista del biocéntrismo,
erramos a la hora de concebir el espacio y el tiempo, pues lo haríamos en
función de lo que nos dicta la conciencia. En resumen, el espacio y el tiempo
son "meros instrumentos de nuestra mente”, por lo que entender la muerte
como algo terminal no tendría sentido según sus tesis.
Robert Lanza. Robert Lanza. Al concebir que las dimensiones
espacio-temporales son meras construcciones mentales, la inmortalidad sería una
realidad para Lanza. Es decir, hay vida después de la muerte (física) debido a
que habitaríamos un mundo sin fronteras lineales de espacio y tiempo, lo que
entronca con la teoría de las cuerdas.
A pesar de ello, lamenta el científico, seguimos creyendo
que “la vida es sólo un poco de carbono y una mezcla de moléculas, las cuales
dan forma a nuestra existencia durante un tiempo y luego vuelven a
descomponerse en el suelo”, explica el físico. ¿Por qué? Simplemente, “porque
se nos ha ensañado que las personas se mueren, aunque sólo existe la evidencia
de que desaparece el cuerpo en un momento dado”.
-Para profundizar sobre las nuevas teorías relativas a la
formación del universo, su expansión y contracción, puede leer el reportaje El
eterno retorno y el misterio de la energía oscura: otra visión del universo.
“Trascendemos a la
vida, pero nuestra mente nos impide verlo”
Para explicar la muerte física del cuerpo, Lanza recurre a
la teoría del multiverso o universos paralelos. Una interpretación a la que se
ha dado un fuerte pábulo debido a los datos recogidos por el satélite Planck,
que mostró una serie de anomalías supuestamente causadas por la atracción
gravitatoria de otros universos. Así, según Lanza, “todo lo que ocurre en
nuestro universo está sucediendo también en el multiverso, por lo que la vida
nunca dejaría de existir en este sentido.
“Cuando morimos, nuestra vida se convierte en una planta
perenne que vuelve a florecer una y otra vez en el multiverso”, explica
gráficamente el físico. Por tanto, la vida trascendería a la forma lineal bajo
la que se rige nuestro pensamiento. Esto es porque, como sucede con las
partículas de la luz, la materia y la energía “funcionan como las ondas”.
El estudio del fenómeno de las Experiencias Cercanas a la
Muerte (ECM) ha centrado en los últimos años la atención sobre la posibilidad
de que exista la inmortalidad. Una de cada cinco personas que sobrevive a una
parada cardíaca asegura haber tenido una ECM durante el tiempo de duración de
un coma o de muerte clínica, en el que supuestamente desaparecen todas las
señales externas de vida, pero que son capaces de narrar luego sus sensaciones
y percepciones.
-Entrevista con Crystal McVea, protagonista de una de las
Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) que más ruido han generado entre la
opinión pública norteamericana: "Me quedé dormida y me desperté en el
cielo. Allí estaba Dios".
Investigaciones
millonarias para demostrar la inmortalidad
Cada vez son más los investigadores médicos interesados en
este fenómeno, y la literatura sobre el tema llegó a su cénit con la
publicación el pasado año de “La prueba del cielo”: El viaje de un
neurocirujano a la vida después de la vida (Zenith). Un libro superventas en el
que el neurocirujano Eben Alexander narra su supuesta experiencia en el más
allá durante el tiempo que estuvo en coma.
Para intentar acabar con esta incertidumbre, la fundación John
Templeton que, con base en Filadelfia, se describe a sí misma como “un
catalizador filántropo para la investigación sobre las Grandes Cuestiones de la
vida”, financiará con cinco millones de dólares una selección de proyectos de
investigación sobre las experiencias al borde la muerte. Es lo que se ha dado
en llamar el Proyecto Inmortalidad.
Entre los elegidos en el Proyecto Inmortalidad destaca Sam
Parnia, director de investigación sobre reanimaciones en la Universidad de
Nueva York, quien tratará de determinar si las ECM son reales. Es decir, discernir
si sus causas son físicas o, por el contrario, parapsicológicas o metafísicas.
Para ello, el autor de Erasing Death: The Science That Is Rewriting the
Boundaries Between Life and Death analizará la actividad cerebral de los
pacientes que sufren un paro cardíaco. De este modo, tratará de determinar si
las conexiones neuronales son susceptibles de provocar una experiencia
subjetiva, verse a uno mismo fuera del cuerpo y en tercera persona mientras los
médicos tratan de reanimarlo.
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