domingo, 9 de agosto de 2015

MEGAREXIA: PERSONAS OBESAS QUE SE VEN DELGADAS

“Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo”

(Benjamin Franklin)

Todos conocemos trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la anorexia o la bulimia, pero existen otros trastornos pertenecientes este grupo de enfermedades que todavía -incluso en nombre- son grandes desconocidos para la sociedad. En este caso nos referimos a la megarexia.

Cuando hablamos de megarexia, estamos hablando de un trastorno completamente opuesto a la anorexia nerviosa y que produce graves y terribles consecuencias para el organismo.

El término “megarexia” es un neologismo creado por el nutricionista Jaime Brugos, quien lo utilizó por primera vez en su libro “Dieta Isoproteica” en el año 1992. Este término define a personas que creen ser delgadas y sanas, aunque en realidad se trata de personas obesas. Por lo general, los enfermos de megarexia, no aceptan críticas en relación al tipo de vida que llevan, ni a la dieta que siguen, llegando a mostrarse hostiles

Así, alimentan un odio irracional tanto hacia ellos mismos como a las personas que les rodean cuando éstas hacen algún tipo de crítica respecto a su alimentación.

¿Cuáles son los síntomas que presentan los enfermos de megarexia?

Alteración o distorsión de la propia imagen corporal:  Sufren una grave distorsión de su esquema corporal, algo muy común en los trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia. Un enfermo de megarexia no percibe la realidad al mirarse al espejo, aunque tienen algunos momentos de lucidez donde son conscientes de su problema, sin llegar a aceptarlo.

Ven la realidad en las fotografías, es por esto que no suelen dejar que se les fotografíe, ya que luego no se identifican con la imagen tomada. No suelen ir de compras, ya que al probarse ropa de su talla se sienten confusos, tristes y frustrados.

Síntomas de desnutrición: aunque pueda parecer extraño, los enfermos de megarexia presentan síntomas de desnutrición como mareos, falta de energía o incluso anemia. No realizan ningún tipo de dieta, ya que no consideran que la necesiten, y por el contrario llevan hábitos de vida nada saludables.

Comida rápida, bollería industrial, fritos, frutos secos, y cualquier alimento rico en “calorías vacías”  son la base de su alimentación, lo que provoca una importante falta de nutrientes esenciales en el organismo (vitaminas, minerales y aminoácidos) que les lleva a la desnutrición.

¿Qué provoca la megarexia y qué consecuencias puede tener para el organismo?

La falta de nutrientes esenciales que caracteriza a los pacientes afectados de megarexia, provoca una alteración en el cerebro a nivel bioquímico. Ésto origina la característica distorsión de la auto-imagen y, por tanto, la no aceptación de la enfermedad.

Al llevar una dieta hipercalórica, fundamentalmente rica en grasas e hidratos de carbono, los enfermos de megarexia suelen desarrollar otras enfermedades como pueden ser: anemia, apneas, enfermedades cardiovasculares, diabetes, presión arterial alta, etc. En los casos más graves, puede provocar incluso la muerte.

¿Cómo tratar a un enfermo de megarexia?

En primer lugar, como en toda enfermedad de este tipo, es imprescindible la aceptación de la enfermedad por parte de la persona que la padece. El enfermo debe aceptar que tiene un problema, o en este caso dos, la obesidad y un trastorno psicológico que no le permite ver la realidad.

Aquí el papel que juega el entorno más cercano del paciente es fundamental. La confrontación con la realidad debe realizarse con mucho tacto y recordando siempre que se trata de un enfermedad y no de una persona que se ha abandonado voluntariamente.

Una vez que la persona ha aceptado que tiene un problema, hay que ponerse en manos de un especialista en trastornos alimentarios. Él será el encargado de evaluar la situación particular y de elaborar un plan de acción específico para la persona que sufre la enfermedad.

En principio, no es necesario un tratamiento con medicamentos, ya que una vida sana acompañada de una dieta saludable proporcionarán al cerebro los nutrientes necesarios para que funcione correctamente. Aun así, la persona afectada por este trastorno, necesita un seguimiento constante por parte de médicos y familiares, que serán su gran apoyo durante el tiempo que dure su recuperación.

Como todos los trastornos alimentarios, se puede prevenir en gran medida estableciendo desde la infancia unos hábitos de vida saludables. Rutinas en las que el deporte, una dieta equilibrada y la salud emocional sean la base.

Aunque actualmente la megarexia es una gran desconocida, las estadísticas dicen que existen 10 enfermos de megarexia por cada 1 de anorexia, en total unos cinco millones de enfermos sin diagnosticar, solamente en España.




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