ALMAS GEMELAS QUE COINCIDIMOS EN EL TIEMPO, PERO CON
BILLETES A OTROS DESTINOS
Tal y como diría aquella canción: “tantos siglos, tantos
mundos, tanto espacio… y coincidir”. No hay duda, en ocasiones la casualidad
teje maravillosas oportunidades que nos hacen conocer a esas almas gemelas,
seres perfectos, que ponen luz y un sendero nuevo a nuestras vidas.
Son almas que coinciden en un mismo instante y que llegan a
compartir con nosotros un breve fragmento de tiempo, meses o incluso años
inolvidables, pero que sin embargo, al final todo se rompe y se viene a bajo
como un castillo de naipes llevado por el viento.
Era, a tu parecer, la pareja perfecta, pero por diversas
circunstancias nada de eso ha podido ser, cada uno de vosotros coincidisteis en
un mismo andén de la vida, pero llevabais billetes para destinos diferentes.
En ocasiones, el amor no es suficiente para mantener una relación, a
pesar de que esa alma sea el reflejo de la tuya. A veces hay distorsiones
inconciliables o altos costes imposibles de mantener. Hay amores imposibles que
nos hacen vivir fragmentos de tiempo perfectos, fugaces e intensos pero que
llevan desde el inicio, fecha de caducidad.
La importancia de
arriesgar y experimentar en la vida
Una vida sin riesgo y sin decisión, es una vida no vivida.
Es posible que sepas desde el principio que determinadas experiencias pueden
suponerte un alto coste, puede que seas consciente de que salir de esa zona de
confort que es tu hogar y esa seguridad cotidiana, va a traerte la
incertidumbre de “no saber”, y el riesgo de cometer no uno sino “varios
errores”.
Arriesgarse es perder el equilibrio, pero en cada paso que
damos aprendemos también a levantarnos de las caídas y a caminar otra vez con
más seguridad. Lo mismo ocurre con nuestras relaciones afectivas, ahí donde
nadie dispone del manual perfecto, ni viene a este mundo siendo un auténtico
gurú de ese amor que es inmune al sufrimiento, de ahí que valga la pena tener
en cuenta estas dimensiones.
¿Es verdad que
existen las “almas gemelas”?
Es muy posible que al leer el título de este artículo hayas
pensado que si en verdad existen las almas gemelas, éstas, jamás cogerán rumbos
diferentes, porque las almas que son iguales están predestinadas a estar
siempre juntas. No te equivoques, no hagas saltos al vacío sin paracaídas.
Los amores perfectos no existen, se trabajan día a día
afrontando costes e invirtiendo tiempo y esfuerzos. Y aún más, en ocasiones el
amor no es la única respuesta a todos los problemas, no es la respuesta a todas
las dudas ni el puente a todos los vacíos emocionales. Hay grandes amores
condenados a ofrecerse un gran sufrimiento ¿La razón? Hay muchas: falta de comprensión,
egoísmos, inmadurez, diferentes intereses…
El destino teje en ocasiones maravillosos encuentros con
personas que nos parecen “perfectas”, sin embargo, en ocasiones ese amor lleva
fecha de caducidad casi desde el principio, es un alma gemela con la que
compartir un tiempo determinado, disfrutando de cada minuto, de cada segundo…
No obstante, recuerda siempre que tu alma gemela debes ser tú mismo/a, tú ese
amor propio y cuidar cada día para seguir manteniendo el equilibrio a cada paso
que das.
La importancia de
arriesgarse en el amor
En ocasiones lo
sabemos. Hay algo en nuestro interior que nos dice que esa relación no va a
mantenerse en el tiempo, que te va a traer sufrimiento, que todo va a ser breve
y puede que hasta doloroso. ¿Cometemos entonces un error al arriesgarnos?
En absoluto, no lo
será siempre y cuando sepas muy bien dónde están los límites y recuerdes
proteger tu autoestima. El amor es una aventura que merece ser vivida, y lo más
probable es que si decides dejar escapar esa oportunidad, lamentes toda tu vida
el no haberte arriesgado, el no haber bajado corriendo de ese andén y haber
abrazado a esa persona hasta perder el aliento.
Lo que ocurra después
nadie puede saberlo, tanto si es ese amor dura toda tu vida o si al final esa
relación es tan breve como intensa y te ocasione más sufrimiento que felicidad,
todo habrá valido la pena. Es tiempo vivido, es tiempo aprendido, tiempo en el
cual has vibrado, reído y llorado.
Las penas que tengas
después, las curará el día a día, pero sin lugar a dudas, puede que sea más
doloroso lamentar el no habernos arriesgado, que el recordar un amor que no
pudo ser. Eso, es el libro de la vida, y como tal, debemos escribirlo cada día.
No existe el amor sin riesgo, quien no se aventura no vive, quien no se
esfuerza no ve la recompensa. Y a pesar de de que esa relación con nuestra
“aparente” alma gemela no durará, ten por seguro que ese amor perdurará en tu
recuerdo toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario