EN BUSCA DE LA FELICIDAD: EDUCANDO EMOCIONES
En la sociedad moderna, aunque ha crecido el nivel de
prosperidad y cada vez disponemos de mayor tecnología, estos medios externos
para alcanzar la felicidad resultan ineficaces si nuestra mente se siente
abatida. El bienestar físico y el bienestar de la sociedad dependen
profundamente del bienestar psicológico, el cual, a su vez, depende de nuestra
vida emocional.
Todos estamos inmersos en una búsqueda constante de la
felicidad pero, de alguna manera, no somos capaces de encontrarla y, sin duda,
esto es así porque la buscamos de forma equivocada. Nadie desea problemas y sin
embargo un gran número de los que tenemos son creados por nosotros mismos. El
origen de esta paradoja se encuentra en nuestra carencia de una visión
holística y realista.
Según el budismo, incluso la salud física está asociada a
los estados mentales. El Dhammapada afirma que:
“La mente es el
elemento creador de todo lo malo. La mente es lo principal, cualquier condición
negativa es creada por la mente. Si con una mente envilecida uno habla o actúa,
el dolor se pegará a sus talones como la rueda sigue la pezuña del buey.
La mente es el
elemento creador de todo lo bueno. La mente es lo principal, todo lo positivo
es creado por la mente. Si con una mente limpia uno habla o actúa, la felicidad
le acompañará como la sombra sigue al cuerpo”.
Para la filosofía
budista no somos más que cuerpo y mente, y la mente es el único elemento
motivador de todas nuestras acciones, la creadora de toda nuestra felicidad y
de nuestro sufrimiento. El cuerpo podría recibir buenos alimentos y cuidados y
los ojos podrían observar cosas hermosas y emitir miradas maravillosas pero es
la mente la que traduce esto en felicidad. Por el contrario, el cuerpo podría
estar enfermo y sentir dolor, y los demás podrían tratarnos mal y lanzar
imprecaciones a nuestros oídos, pero es
la mente la que traduce esto en sufrimiento. Es en la mente donde se llevan a
cabo los procesos principales que determinan nuestra alegría o tristeza,
nuestro entusiasmo o depresión y es también en la mente donde se experimentan
nuestros estados de ánimo. Sólo a través de un entendimiento completo de la
mente y de su funcionamiento podemos esperar
trascender los pensamientos y las emociones turbadoras que nos invaden.
Sorprendentemente la mayoría de nosotros tenemos un escaso
conocimiento sobre la naturaleza y los mecanismos de funcionamiento de la
mente, ignoramos cómo se generan las actitudes mentales y de qué modo afectan a
nuestras experiencias en la vida. Incluso nos cuesta discernir entre lo que son
mentes beneficiosas, que nos aportan felicidad, y mentes perjudiciales,
generadoras de sufrimiento. Tanto es así que oponemos resistencia a las
primeras y nos entregamos relajadamente a las segundas.
El budismo ha llevado a cabo un profundo estudio sobre el
modo en que funciona nuestra mente. De forma minuciosa ha observado los
acontecimientos mentales que se producen dentro de estados mentales
específicos, en las manifestaciones externas verbales y físicas que son consecuencia
de dichos acontecimientos mentales y en los modelos de pensamientos habituales
que conducen a la sabiduría y a la paz o al engaño y al sufrimiento. El proceso
analítico de la clasificación de los estados mentales en mentes de sabiduría y
mentes de engaño agudiza nuestra apreciación con relación a qué cosas debemos
desarrollar y qué cosas debemos abandonar.
Además, las enseñanzas de Tantra contienen una serie de
descripciones detalladas de los distintos acontecimientos mentales que
funcionan tanto en el nivel consciente como en el nivel inconsciente -mientras
estamos despiertos, dormidos o soñando, y durante el proceso de la muerte- y de
cómo la mente pasa de una vida a la siguiente. A través del examen sistemático
de todas esas enseñanzas, podemos diseñar una imagen completa de la mente.
Aunque los tratados budistas son herramientas poderosas que
nos permiten llegar a entender la mente y sus funciones desde todos los ángulos
posibles, el entendimiento final de la naturaleza de la mente sólo puede emerger
a través de nuestra propia experiencia. El propio Buda nos aconsejó que no nos
limitáramos a aceptar sus palabras literalmente, sino que deberíamos
examinarlas tal y como “un orfebre examinaría la calidad del oro”. Aunque los
practicantes budistas conocen la importancia que tienen las enseñanzas de Buda
y de otros grandes Maestros sobre estos temas, nunca las aceptan sin antes
llevar a cabo su propia investigación. El razonamiento y el análisis crítico
son los medios para alcanzar un profundo entendimiento de la naturaleza de la
mente.
Debemos tener presente que la mente que tenemos hoy
producirá todas nuestras mentes futuras y el modo en el que se manifiesten
depende de cómo dirijamos actualmente nuestros pensamientos. Por tanto, tenemos
el poder y la oportunidad de influir en nuestro propio futuro.
Amparo Ruiz
Cortés
Directora de
la Comunidad Thubten Dhargye Ling
No hay comentarios:
Publicar un comentario