viernes, 21 de noviembre de 2014

DEFINICIÓN DE MASAJE

Desde que somos muy pequeños, nuestra reacción natural cuando nos hacemos daño es frotar la zona afectada para aliviar el dolor. Instintivamente somos conscientes del poder curativo del tacto. El masaje nos enseña a usarlo con fines terapéuticos: para relajar y aliviar el cuerpo, y también la mente. Como muchos de los actuales problemas de salud  provienen del estrés, el masaje puede tener un efecto profundo y positivo en su bienestar.

El masaje, que solía  considerarse un lujo innecesario, en la actualidad se valora no sólo por ser uno de los medios más efectivos para combatir el estrés e inducir la relajación, sino también por muchas ventajas físicas y mentales, entre las que se incluyen la eliminación de toxinas , el alivio de las  molestias musculares, la mejora de la flexibilidad, el alivio del dolor crónico, la reducción de los dolores de cabeza provocados por la tensión, la potenciación del sistema inmunológico, el favorecimiento de un sueño reparador y la mejora de la concentración.

¿CÓMO FUNCIONA EL MASAJE?

El cuerpo humano está compuesto por varios sistemas, entre ellos el muscular, el nervioso, el óseo, el linfático, el cardiovascular y el digestivo. Cada sistema se ve afectado, directa o indirectamente, por el masaje.

Después de un masaje puede esperar que sus músculos se relajen, que sus sentidos estén más despiertos, que su esqueleto se realinee, que su sistema linfático se limpie, que su circulación mejore y que su aparato digestivo funcione mejor (problemas como el estreñimiento pueden aliviarse con masajes).

El primer efecto del masaje que se puede notar sobre el cuerpo es un ligero enrojecimiento de la piel en la zona masajeada: esto indica que hay un aumento del flujo sanguíneo  en dicha zona. Una mejor circulación ayuda a aliviar muchos problemas musculares. Cuando un músculo está tenso y duro como resultado del estrés o de una lesión, se contrae. Esto hace que parte de la sangre sea “exprimida” y salga del músculo, reduciendo el aporte sanguíneo que le llega y provocando que las fibras musculares se enganchen entre ellas y se sequen, como cuando olvidamos unos espaguetis cocidos y no les ponemos su salsa. En los casos graves, las sustancias de desecho y las toxinas se acumulan en las fibras musculares, desarrollándose puntos tensos o “nudos”, que son como piedrecillas duras alojadas en profundidad en el músculo. Si no se tratan, el cuerpo empieza a confundir estos nudos con hueso, y comienza a formar depósitos de calcio sobre ellos. Los resultados pueden ser extremadamente dolorosos.

Al masajear un músculo tenso y contraído, aumenta el flujo sanguíneo, lo que ayuda a separar las fibras musculares. Piense en ello como en poner salsa a unos espaguetis. Como resultado, las toxinas y las sustancias de desechos son eliminadas de las células y del cuerpo a través de la orina, la defecación y el sudor.

Cuando un sistema corporal se ve afectado negativamente, otros también lo son. Los músculos tensos y contraídos afectan al sistema esquelético tirando de los huesos y haciendo que queden desalineados, lo que acaba provocando más dolor y reduciendo la movilidad. El masaje relaja y también puede ayudar a alargar los músculos, lo que, a su vez, vuelve a alienar el esqueleto. Tras un buen masaje, una persona normalmente estará de pie más recta y parecerá más alta.

Los beneficios físicos del masaje están inextricablemente unidos a una mejora del estado mental. Los niveles de ansiedad descienden, y las personas tienden a dormir mejor después de un masaje. Una persona bien descansada padece menos cansancio y fatiga y se enfrenta mucho mejor al estrés. La capacidad de concentración mejora y la persona tiende a sufrir menos dolores de cabeza por tensión.



En la parte delantera del cuerpo: unos abdominales débiles pueden provocar  dolor en la parte inferior de la espalda, y unos pectorales tensos, en los hombros.
En la parte posterior del cuerpo: unos músculos del cuello tensos pueden provocar dolores de cabeza.

LOS MÚSCULOS


El masaje consiste en una manipulación del tejido muscular, así que para ser un buen masajista debe conocer la situación de los distintos músculos en el cuerpo. Un masaje puede dar la extraña sensación de ser incompleto si sólo se atiende una parte del músculo. Puede aprender mucho sobre la salud de los músculos (y el estado de las fibras musculares) simplemente tocándolos. A medida que sus manos se vuelvan más sensibles, se dará cuenta de que un músculo sano tiene un tacto flotante y de que ofrece  una menor resistencia, mientras que un músculo tenso es más denso y de tacto más duro.



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