EL RETO DE VOLVER A EMPEZAR
A lo largo de nuestra vida nos encontramos en situaciones o
momentos que nos obligan a cuestionar el camino que seguimos. A veces solo nos
queda una opción: volver a empezar.
Puede ser que una relación de mucho tiempo haya terminado,
que tus hijos hayan crecido y no estén todo el tiempo contigo o que simplemente
tienes que reencontrar tu camino en la vida.
Es entonces cuando llegan las dudas: ¿qué debo hacer? ¿cómo empiezo de
nuevo? ¿cuáles son los pasos a seguir?
Aunque la respuesta a estos interrogantes va a depender de
tu situación en particular, adoptar un enfoque positivo siempre va a hacer que
el viento se ponga a tu favor.
Aunque suene muy fácil decirlo, es probablemente uno de los
pasos más complicados ya que no es raro que te topes con momentos y personas
que te recuerden que has fracasado e intenten de esta manera sembrar la
desilusión en ti.
La negatividad te lastima y evita que vivas realmente. Da
igual que fuese el azar, otra persona o tú mismo quien te hizo caer la vez
anterior, es el momento de avanzar y no quedarnos parados.
Lo contrario destruirá aspectos positivos de tu vida que han
sobrevivido al fallo anterior. Las pérdidas por un error siempre pueden ser más
grandes de lo que son en la actualidad. Así, otro de tus primeros pasos debe
ser intentar que este daño sea del menor grado posible.
Otro de tus primeros pasos tiene que ser esforzarte por
reunir apoyos. Aunque muchas personas te estén esperando para pasarte factura
por haberte caído una, dos, tres… a veces seguro que hay otras que estarán
encantadas de brindarte su apoyo de nuevo, que no van a abandonar al igual que
no lo has hecho tú.
No dejes que la desconfianza que siembran las personas que te han
retirado su apoyo te impida ayudarte de las personas que siguen dispuestas a
ofrecértelo. Recuerda que solo se llega a pocos sitios y si se llega suele ser
más tarde y con peor camino.
Encuentra un
propósito y deja ir lo que no te sirva
Aunque no lo creas en el momento, todos tenemos un propósito
en la vida. Encontrar el tuyo es uno de los pasos más importantes para volver a
empezar.
Deja de pensar en lo que ya no tienes y busca algo nuevo que te
apasione, con lo que te sientas satisfecho y que disfrutes. Levanta el ancla y
no intentes avanzar tirando de ella.
Puede que en los primeros días pienses que no hay nada más
para ti en la vida y está bien, es parte del proceso. Lo que no debes
permitirte es permanecer en esa posición por mucho tiempo, al justa para el
duelo.
Para tener un vida pacífica y feliz a veces tendrás que
enfrentar ciertas características propias de tu personalidad. Por ejemplo, si
eres una persona que guarda rencor deberías aprender a disminuir esa
característica o tú mismo llegarás a ser una traba infranqueable. Recuerda que
vuelves a empezar y algunos cambios necesarios los vas a tener que realizar en
ti.
Utiliza un espejo que te diga la verdad. No uno que sea complaciente y
te diga lo que quieres oír.
Busca nuevas
emociones y sorpresas
Una de las mejores formas de coger impulso para empezar es
hacer pequeñas cosas nuevas y tener la sensación de que estas salen bien y te
acercan, al mismo tiempo, al objetivo que pretendes.
Si quieres obtener resultados distintos no hagas las cosas de la misma
manera
Sé que es el camino fácil, quizá en el que te sientes seguro
pero no olvides que también es el que te ha hundido. A veces no es suficiente
con unos pequeños reajustes y el cambio tiene que ser radical.
No pongas tiritas
allí donde tienes que operar
Si no lo haces ahora, lo tendrás que hacer más tarde y la
operación será aún más radical y con una recuperación peor. No permitas que la
pereza te venza ni que el miedo a arriesgar, potenciado por el fallo anterior,
haga que te tiemble la mano a la hora de afrontar cambios que interiormente
entiendes como necesarios.
No te sientes solo a esperar a ver qué pasa o qué sorpresas
te depara la vida, busca esas nuevas oportunidades e imponte nuevas metas.
Procura cumplir cada día un objetivo, utiliza un pequeño cuadernito en el que
al principio del día apuntes donde quieres haber llegado al final.
Un objetivo grande, que necesite mucho esfuerzo y dedicación, no es lo
mejor para estos momentos.
Necesitas motivación, volver a recuperar la sensación de
control, sentir que la corriente se ha puesto de nuevo a tu favor antes de lanzarte
al mar abierto. Así, establece pequeños objetivos por los que puedas obtener la
recompensa de de haberlos realizado en un corto espacio de tiempo.
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