REÍRSE ES COSA SERIA
“La vida es demasiado
importante como para tomársela en serio”
Oscar Wilde
A la risa la
llaman el alimento de la esperanza. Por algo será. Porque la risa y el chiste
buscan reconciliar el mundo y acortar distancias, recordándonos que nos une el
mismo anhelo: la alegría, el bienestar y la felicidad.
En realidad,
se resumen en una idea muy sencilla: nuestra vida gira en torno a nuestro
placer. Porque, si nos planteamos para qué hacemos cada cosa en nuestro día a
día, como última consecuencia siempre estará eso que llamamos “sentirnos bien”.
Para Freud,
los chistes y las risas son válvulas psicológicas de seguridad, una manera más
de manejar lo que nos causa angustia y nos reprime. No podemos contrastar muchas
de las ideas de esta gran figura, pero lo cierto es que gran parte de los
chistes más valorados responden a escenas de matrimonio, de potencia sexual y
de muerte.
La risa no es solo de alegría
“Estoy intentando hacer
amigos fuera de Facebook. Salgo a la calle y voy dando voces diciendo a la
gente lo que he comido, cómo me siento, lo que estoy haciendo y lo que haré más
tarde. Escucho conversaciones y grito “me gusta”. De momento ya tengo tres
personas que me siguen: dos policías y un psiquiatra”
Nos hacen
reír las gracias con las que nos identificamos o reconocemos a nuestra
sociedad. Quizás es una manera de proyectar nuestras inquietudes, comprender y
hacernos conscientes de la manera en la que nos relacionamos con el mundo.
De todas
formas, hay infinitas razones que nos llevan a reír. Si lo hacemos no es solo
de alegría, sino que también utilizamos la risa para aliviar tensión, por
ejemplo.
Digamos que
es una estrategia más que nos ahorra esfuerzo y ayuda a que descarguemos la
tensión emocional que vamos acumulando.
Al reírnos
jugamos con dobles sentidos, con historias cotidianas, con prejuicios. Esto nos
ayuda a descifrar emociones y realidades, haciendo que todo tenga más sentido
para nosotros.
La teoría de la superioridad
Los
argentinos hacen chistes sobre los mexicanos, los franceses hacen chistes sobre
los belgas, los ingleses sobre los irlandeses y así desde tiempos inmemoriales.
Y estas son las bromas que más triunfan. ¿Por qué?
Esta
cuestión es tan simple como que intentamos sentirnos superiores a toda costa.
Obviamente no da igual de qué hagamos chanza o chiste, pero sí que caemos en
los prejuicios y la generalización con bastante frecuencia.
Como
sociedad, generamos un blanco y buscamos la chanza. Sin embargo, no todo es de
color de rosa. Hay estudios que han demostrado que los chistes no siempre son
buenos, pues pueden mermar la autoconfianza y la actitud de un colectivo que
responde al tópico.
Por ejemplo,
cuando se examinó la inteligencia de las mujeres rubias, se percataron de que,
si previamente habían leído chistes que cuestionaban su aptitud, entonces
puntuaban por debajo de lo que les correspondía.
Podemos morir de risa
Hay, al
menos, un caso documentado de una personal que murió por fallos
cardiorrespiratorios provocados por un ataque de risa. Por lo que sí, la risa
es buena, pero con moderación.
Obviamente,
también hay que poner especial cuidado en que la risa no se convierta en burla
ni en ataques gratuitos que dañen nuestro bienestar emocional.
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando reímos?
Un borracho es detenido a las cuatro de la
mañana por un policía que le increpa:
– ¿Adónde va usted?
El borracho, completamente ebrio, le
responde:
– Me dirijo a una conferencia acerca del
abuso del alcohol y sus efectos letales en el organismo, el mal ejemplo para
los hijos y las consecuencias funestas para la familia, el problema que causa
en la economía familiar y la irresponsabilidad absoluta…
El policía lo mira incrédulo y le responde
mofándose del borracho:
– ¿En serio? ¿Y qué ilustre conferenciante
va a impartir esa charla a estas horas?
– Mi mujer, cuando llegue a casa.
¿Te ha
divertido el chiste? Si lo ha hecho, en tu cerebro se han activado tantas áreas
cerebrales como cuando resuelves problemas matemáticos. Sin embargo, si no te
ha divertido, solo se ha activado el área del aburrimiento.
Desde
Cambridge (Reino Unido), el neurocientífico Tristan Bekinschtein, nos cuenta
que, aunque no podamos reírnos por algún daño neurológico, nuestro cerebro se
ríe.
Pero, ¿cómo
nos damos cuenta de que alguien nos está contando un chiste? Lo cierto es que
no se sabe a ciencia cierta y que, incluso, hay veces que nuestro cerebro peca
de inocente o de pícaro.
Sin embargo,
se sabe que, cuando alguien nos cuenta algo gracioso, se activan las mismas
áreas que cuando tomamos una droga o comemos un suculento pastel de chocolate.
Es el área tegmental ventral, centro neurológico del placer.
Van dos y se cae el del medio
Para irritación de todo
tipo de representantes de la autoridad, los niños dedican una considerable
energía a “hacer el payaso”. Ellos no quieren apreciar la gravedad de nuestras
descomunales preocupaciones, mientras que nosotros olvidamos que, si nos
hiciéramos un poco más como los niños, puede que nuestras preocupaciones no
fueran tan descomunales”
(Conrad Hyers)
Tanto el
humor como su hija, la risa, tienen múltiples beneficios en nuestra salud
física y psicológica. Merecen, por tanto, un importante protagonismo dentro de
la psicología positiva. En palabras de Martin Seligman: “La risa produce una de
las sensaciones más placenteras de la experiencia humana y el sentido del humor
es una de las principales fortalezas de nuestra especie”.
A veces, reírse es lo más serio que podemos
hacer. La vida hay que tomársela con humor
Un sentido
del humor positivo, en su máxima expresión, permite que afrontemos nuestros
problemas y desajustes vitales, poniendo nuestra vida en perspectiva. Todas
nuestras ataduras se observan con distancia, como si estuviésemos en un gran
teatro disfrutando de un bonito espectáculo.
Reírnos nos
hace entender que nada es tan importante como nos parece, ya todo nos asusta y
nos intimida menos. Todo es ridículo e insignificante mirando la vida con las
gafas del humor. Porque, como dijo Charles Chaplin: “La vida es una tragedia en
el primer plano, pero una comedia en el plano general”.
Fuente: http://mejorconsalud.com/reirse-cosa-seria/?utm_source=facebook&utm_campaign=LMEM.ES&utm_medium=post
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