ESAS MIGAJAS DE AFECTO QUE TE DA, NO SON
AMOR
Cuando nos
encontramos involucrados sentimentalmente con otra persona, muchas veces
podemos caer en el gravísimo error de no darnos el lugar que nos merecemos, y
es allí donde radica la mayoría de los problemas donde se dan los amores mal
correspondidos.
El
merecimiento es la base de nuestras relaciones, nuestro amor propio, nuestra
capacidad de no necesitar a nadie más, nuestras creencias en relación a
nosotros mismos y al amor, las situaciones que estemos presentando, son los que
determinan la forma de interrelacionarnos con nuestro entorno, incluyendo a
nuestras parejas.
Cuando
tenemos puntos que debemos reforzar en cuanto a nuestra autoestima, a la forma
que creemos debemos ser amados, es cuando estamos más propensos a relacionarnos
con personas que en definitiva no se convertirán en amores ideales, sino por el
contrario, nos relacionaremos con personas que refuercen las creencias
equivocadas que tenemos en cuanto al amor, éstas pueden ser personas
indiferentes hacia nosotros, personas que nos quieren a ratos, personas
comprometidas sentimentalmente con alguien más, personas maltratadoras en
cualquier sentido, personas para las cuales no somos prioridad…. Y una lista
sinfín en la cual podríamos extendernos.
Mientras
nuestras creencias no cambien, los esquemas de nuestras relaciones se van a
conservar, y siempre mantendrán como constante la inconformidad por parte de
nosotros, esta actitud será a nivel consciente y subconsciente, procurando
darle a nuestro exterior la forma que pueda encajar más y que proyecte mejor lo
que llevamos en nuestro interior.
Es solo a
partir de una revisión y un trabajo interno que podremos reforzar el vínculo
que tenemos con nosotros mismos y a partir de allí, desde sentirnos cómodos con
nosotros mismos y no necesitar de nadie, atraer a la persona que encaje en
nuestro saneado esquema mental.
Cuando
empezamos a querernos y a respetarnos, nos es más sencillo reconocer cuando
alguien nos ofrece solo migajas de su amor, de su tiempo, de su atención, y se
nos hace más fácil tomar las medidas necesarias que nos lleven a generar
cambios en este tipo de relaciones, bien sea transformándolas en lo que
queremos o bien dejándolas ir.
Por lo
general cuando cambiamos nuestros conceptos del amor, resulta muy frecuente
terminar relaciones que nos hicieron sentir malqueridos o sencillamente
incómodos, ya no nos afecta la soledad, sino que crecemos en ella y la
preferimos antes de vincularnos en una relación que no nos traerá satisfacción.
Abrimos nuestra mente y corazón a lo que se ajuste a nuestro nuevo esquema y
vibramos con otra energía que atrae a nosotros esa experiencia amorosa donde
nos sentiremos plenos, correspondidos, respetados y considerados.
Pero como
vemos, las personas que se relacionan a nosotros pueden ser como quieran, de
hecho lo son, no debemos intentar o pretender cambiarlas, ellas solo se cruzan
en nuestras vidas porque responden a una vibración particular. Siempre que
queremos cambios, debemos comenzar por cambiar nosotros y desde ese punto
observar como todo cambia a nuestro alrededor.
Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-esas-migajas-de-afecto-que-te-da-no-son-amor-16356
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