SABIDURÍA ES TAMBIÉN IGNORAR LO QUE NO VALE
LA PENA
Si hay algo
curioso que lleva a cabo nuestro cerebro cada noche sin que se lo pidamos, es
un mecanismo esencial para ignorar información. Gracias al sistema linfático
elimina toxinas que podrían causarnos problemas neurodegenerativos. A su vez,
mientras dormimos, ejecuta un sutil “borrón” de información innecesaria,
integrando y clasificando aquella que sí juzga como relevante.
El cerebro,
como ves, se alza como una maquinaria precisa y casi perfecta que sabe eliminar
de sus estructuras y procesos internos todo aquello que no es útil, y que por
tanto, podría enfermarlo. Sin embargo, nosotros, cuando abrimos los ojos al día
y a la conciencia, no siempre somos capaces de ignorar lo que no vale la pena.
No es fácil ignorar
ciertas cosas, ciertas personas, ciertas situaciones. Las personas no siempre
sabemos percibir que algo puede hacernos daño, no tenemos un radar, ni una
señal de alarma. Nos limitamos a confiar, a dejarnos llevar. A vivir.
Si hay algo
que también deberíamos tener en cuenta es que no solo están en el exterior
muchas de las cosas que sería necesario ignorar. A veces, también está “ese
ruido” interno, esos pensamientos obsesivos, esos miedos, esas dudas, la
ansiedad… Enemigos propios que sería necesario reconocer y desactivar.
Por ello, te
invitamos a reflexionar con nosotros, a comprender que en ocasiones, puede ser
muy saludable practicar el sencillo acto de dejar atrás aquello que no
enriquece, que no motiva, y que por lo
contrario, pone muros en nuestro crecimiento personal.
Cómo aprender a ignorar aquello que no me
hace feliz
Piensa en
esta pregunta durante unos instantes: ¿Qué es lo que te hace realmente feliz?
Puede que te sorprenda, pero hay quien llega a tal extremo en su vida personal,
que ya no recuerda qué es eso llamado felicidad. Es un riesgo muy elevado.
A veces, no nos
atrevemos, otras, tememos hacer daño a otras personas: a decepcionarles. No
obstante, vale la pena tener en cuenta que ignorar es también responder con inteligencia.
Es no dar relevancia a quien no la merece, es desactivar aquello nos hace daño.
Hay épocas
de nuestra vida en que sin saber muy bien cómo, perdemos esa tranquilidad
interna que antes nos caracterizaba. Puede que sean ciertas personas, ciertas relaciones.
Puede también que se deba a determinadas
situaciones, a presiones laborales e incluso a autoexigencias.
Perdemos el
rumbo e incluso nuestras propias esencias. Mantener durante mucho tiempo esta
sensación puede hacernos caer perfectamente en un estado depresivo, en una
indefensión tan grave donde todo escapa a nuestro control. No lo permitas.
Aprende a ignorar, a desactivar, a liberar cargas para andar más ligero/a en tu
sendero personal.
Recuerda
todo aquello que es significativo para ti
No pierdas
el rumbo. No pierdas tus raíces ni aquello que te define, porque todo aquello
que te emociona, que te arranca una sonrisa y acelera tu corazón, eres tú. Y la
felicidad es lo que da sentido a nuestra vida. Así que si no la sientes, si no
percibes ilusión en tu día a día, deberás pensar en estos aspectos.
Ve
quitándote capas, una a una. Has pasado mucho tiempo llevando una vida en la
que no te indentificas, así pues, realiza un ejercicio interno y descubre qué
“piel” deberías dejar ir para volver a tu esencia.
Recuerda tus
valores. No hace mucho te definía la valentía, el coraje, el respeto por uno
mismo y por los demás. Dilos en voz alta, hazlos patentes.
La felicidad no son
cosas, son sensaciones elementales inscritas en los actos sencillos. Si no los
aprecias, será el momento de tomar decisiones.
Practica el arte de la sabiduría valiente,
la sabiduría de saber ignorar
No es fácil.
Ignorar lo que no favorece nuestro crecimiento personal requiere a veces cortar
vínculos. Y más aún reformular incluso nuestras actitudes. De ahí, que se
necesite también de un pequeño acto de valentía.
Si eres una persona
débil buscarás venganza a tus despechos, si eres fuerte serás entonces capaz de
perdonar. Ahora bien, si eres sabio te limitarás a ignorar lo que no vale la
pena para disfrutar cada día de tu vida.
Debemos
tener muy claro que ignorar no es de débiles, que no supone ni mucho menos no
hacer frente a determinadas situaciones. En ocasiones, lo más acertado es
ignorar, dejar de dar relevancia a algo que no debería tener tanta presencia en
tu vida.
Ignora los
desprecios. No eres tú, no te definen, quita relevancia de tu vida a la persona
que te los dirige. Camina ligero/a.
Ignora a
quien practique el egoísmo, a quien nunca fue como pensabas, a quien te trae tormentas
los días de sol. Ignora a quien te quite la sonrisa. Asume el adiós, y deja ir
para andar ligero/a.
Ignora los
miedos que ponen muros en tus sueños, los prejuicios y actitudes propias que te
impiden coger ese tren que siempre pasará para ti. Desactiva los pensamientos
limitantes y corre ligero/a rumbo a esos proyectos que sin duda mereces…
Atrévete. Atrévete a
ignorar lo que no vale la pena para entornar la cerradura de la felicidad.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/sabiduria-tambien-ignorar-lo-no-vale-la-pena/
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