QUIERO PARECERME SOLO A MÍ MISMA
Me he
perdido en comparaciones, vergüenzas absurdas, querer ser quien no era. Todo
porque admiraba a los demás mientras me criticaba a mí misma. Es posible que
tuviese miedo de ser única, de destacar. Yo quería ser como el resto, sin
desentonar, anhelando todo aquello que los demás conseguían, todo en lo que los
demás se convertían. Yo quiero parecerme a…
No compitas con nadie,
no tienes que demostrarle nada a nadie. No tienes que llegar a donde otro
llegó, solo superar tus propios límites. ¡Sé la mejor versión de ti mismo!
Nos enseñan
desde pequeños a ser mejores que los demás, a compararnos constantemente, a
envidiar. Si somos muy tímidos, deseamos convertirnos en ese amigo que tanto
desparpajo tiene. Deseamos ser como otros porque admiramos la gran personalidad
que derrochan.
Todo esto
provoca que huyamos de nosotros, que no nos conozcamos, que no descubramos lo
únicos que somos. Porque no somos iguales y cada uno tiene algo especial. ¿Tú te
has encontrado? Si no es así, hoy descubrirás cómo parecerte a ti mismo, cómo
potenciar lo que te hace especial.
No me compararé, quiero parecerme a mí
Compararse
con los demás es lo peor que podemos hacer. Hacer esto provoca que dejes de
centrarte en ti, para empezar a prestar toda tu atención en la persona o
personas con las que te comparas. De repente, ellas empiezan a ser el modelo
que quieres seguir, aquello en lo que deseas convertirte. Pero, ¿sabes que el
único modelo deberías ser tú?
Seguro que cuando
te comparas con esas personas no te sientes bien. Esto es porque estás muy
lejos de poder convertirte en ellas. Quizás te deslumbre su seguridad, lo
alegres que parecen siempre, lo rápido que logran hacer amistades… Como tú no
logras lo que ellas, te sientes mal y tu autoestima decae.
Es normal
sentirse deslumbrado por la fuerte personalidad de algunas personas. Derrochan
seguridad, son únicas y eso se transmite. Deja de mirar hacia ellas y empieza a
mirar hacia ti. ¿Te sientes bien siendo como eres?, ¿qué te gustaría cambiar?
Imagina que
te da mucha vergüenza hablar en público y te gustaría ser como ese amigo que
parece no tener miedo de enfrentarse a un gran auditorio, a hablar, a
equivocarse, a recibir críticas… Lo primero, sin duda, es analizarte. ¿Qué te
da miedo?, ¿es un miedo real? Una vez respondidas estas preguntas, es el
momento de ponerse en acción. Si no te gusta esto de ti enfréntate al problema.
Como te has
podido dar cuenta, todo está centrado en ti, nunca en otra persona diferente.
Porque puedes compararte con esa persona a la que se le dan muy bien las
matemáticas, pero si tú eres más de letras es inútil que lo hagas. Cada uno
tiene habilidades diferentes, porque ¡no somos iguales! Somos únicos y
diferentes.
Explotaré mis fortalezas
Deja de
pensar un momento en los demás, de centrarte en otras personas. Las
comparaciones te hacen sentir mal, así que es el momento de que descubras lo
bueno que hay en ti. Aunque creas que no hay nada, todo es cuestión de buscar.
Mira hacia tu interior, valora aquello que has hecho. Seguro que hay muchas
cosas con las que disfrutas, que te hacen único.
Imaginemos
que sigues siendo la persona a la que le da vergüenza hablar en público. En vez
de centrarte en todas esas personas diferentes a ti, fíjate en lo que se te da
bien. Quizás las personas a las que admiras no saben dibujar, pero a ti te han
halagado en más de una ocasión por hacer dibujos espectaculares.
Siempre hay
algo en lo que destacas y si aún no lo has descubierto es el momento de
hacerlo. Prueba actividades nuevas que tengan que ver con cómo eres. No puedes
pretender realizar lo que no es innato a tu ser. Es decir, no puedes pretender
ser aquello que no eres. Imagínate que no eres una persona muy lógica, más bien
eres soñadora. ¡No puedes cambiar eso!
Es mucho más relevante
que te conozcas a ti mismo que darte a conocer a los demás.
La clave
está en aceptarse, en conocerse y en identificar aquello en lo que podemos ser
nosotros mismos en toda nuestra extensión. No a todo el mundo se le dan bien
las mismas cosas o destacan en lo mismo. En esto reside nuestra autenticidad.
¿Seguirás
queriendo parecerte a los demás o parecerte a ti mismo? La única persona con la
que te tienes que comparar eres tú, la única contra la que debes competir eres
tú. Porque tú eres el que importa, quien se tiene que superar cada día, quien
busca ser mejor que ayer.
Yo quiero
parecerme a mí misma, ¿y tú?
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/quiero-parecerme-solo-a-mi-misma/
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