¿QUÉ GANAS AL NO PERDONAR?
Cuando una
persona nos agrede, nos lastima, nos traiciona, nos humilla o sencillamente nos
hace pasar un mal rato, nos sentimos en consecuencia en situación de desagrado,
de molestia, de rabia, de tristeza e inclusive con alguna necesidad de hacer
que esa persona se haga responsable de ese mal que afrontamos.
Es muy
humano sentir todos esto, es muy humano inclusive planear una venganza para
aleccionar a nuestro victimario, pero la realidad es que para el que recibe el
agravio es mucho más doloroso, menos sanador, menos saludable quedarse
enganchado de esas emociones, es muy lógico sobre todo cuando las acciones son
recientes sentirse mal, pero extender esto en el tiempo, revivir aquello que
nos hizo sufrir no es en lo absoluto sano.
Luego… ¿Qué ganamos cuando no perdonamos?
Alimentar
nuestro ego: Darle fuerza a esa parte de nosotros que si lo permitimos termina
controlando hasta nuestros sentimientos, no perdonar es muy característico de
nuestro ego, que es el que realmente se siente herido, el que realmente sufre
con las acciones de otro, el que todo lo toma personal y no es ni remotamente
capaz de pensar que todos estamos acá en proceso de crecimiento y evolución, y
una de las formas por las cuales podemos aprender es a través del error.
Hacernos
daño emocionalmente: Nuestro estado natural de calma y sosiego, se ve
profundamente alterado cuando de forma consciente o inconsciente mantenemos una
herida sin sanar y un perdón sin otorgar, vamos albergando e incrementando la
rabia, el resentimiento, la frustración, el rencor y nos vamos ahogando entre
tanta energía negativa.
Dejar de
prestarle atención al presente: Cuando no perdonamos, daremos paso a
pensamientos que nos harán revivir aquello que nos hirió, que nos hizo sufrir,
y mientras lo revivimos volvemos a sentir todo aquello que nos ha lastimado y
no permitimos que la herida sane… Nuestros pensamientos también podrán viajar
al futuro, contemplando en nuestra imaginación todo aquello que podría resarcir
nuestro dolor o malestar a través de una venganza y así perderemos la
oportunidad de vivir cosas más placenteras en nuestro presente o de ocupar la
mente con otro tipo de pensamientos de mayor beneficio.
Darle el
arma a quien nos hizo daño: El victimario aún sin saberlo, ni quererlo tendrá
la capacidad de hacernos daño una, otra y otra vez, cada vez que nuestras energías se drenen, esa
persona nos lastimará nuevamente y nosotros seremos los únicos responsables de
permitirlo, generarlo y soportarlo.
Privarnos de
algunas experiencias: Cualquier cosa que tenga relación con aquello que no
perdonamos será evitada por nosotros, aun cuando no exista un peligro o una
amenaza real, si alguien por ejemplo nos fue infiel, pues nos veremos en el
riesgo latente de pasar por esa situación y no nos sentiremos seguros en
ninguna relación.
Por todas
las cosas que ganas al NO PERDONAR, es que consideramos que en tus manos está
la posibilidad de hacer un reinicio y liberarte de aquello que te hace daño,
que te lastima y te aún te tortura, el
perdón es una necesidad para vivir bien.
Son
incontables las consecuencias de no sanar nuestras relaciones, a nivel
inconsciente llevar esa carga nos produce muchísimos problemas. Por eso
comienza a trabajar en el perdón a cada una de las personas que creas que lo
merece, comienza por ti mismo, perdónate amorosamente toda acción hacia ti o
hacia un tercero y corta con el ciclo energético que trae una mala acción,
haciéndola permanente en el tiempo y dañándonos una y otra vez. Perdona y
siente como sanan tus relaciones, cómo cambia tu vida para bien y cómo
comienzas a ser otro, sin sentir desde el dolor y con el corazón abierto a
todas las bellas oportunidades de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario