PASIÓN: CONDIMENTO DE LA VIDA
La pasión es
un sentimiento muy intenso, que involucra el deseo y el entusiasmo por algo.
Refleja un interés particular por una causa, idea, actividad, persona u objeto.
Decimos que alguien se apasiona por algo cuando establece una relación de
afinidad muy fuerte con ese algo. Hay pasiones que enaltecen la condición
humana y constituyen el condimento que nos lleva a materializar los logros más
grandes.
La pasión es
una realidad que nos autodefine, es decir, que expresa un rasgo significativo
de nuestra identidad, de nuestra personalidad. Es importante distinguir entre
una pasión y un pasatiempo, ya que son términos que tienden a homologarse. Por
ejemplo, una cosa es ser un “trompetista”, lo cual constituye una “pasión” y
otra cosa es “interpretar la trompeta”, lo que podría tomarse simplemente como
un “pasatiempo”.
“Si la pasión, si la
locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿Qué valdría la vida?”
-Jacinto Benavente-
Las
actividades que conllevan verdadera pasión requieren cantidades enormes de
tiempo y energía. Son convicciones auténticas, frente a las que nunca nos
sentimos completamente satisfechos. Recabar información, involucrarnos en
diferentes ámbitos u horas y horas de práctica nos permiten encauzar nuestras
pasiones por el sendero de la excelencia.
Tipos de pasión
Existen
distintos tipos de pasión según la causa que las motive. Es así como unas
pueden ser positivas o armónicas y otras negativas u obsesivas. Las pasiones
positivas se caracterizan por ser de elección libre. Son placenteras, dejan
tiempo para otras actividades y no pretenden opacar a alguien, como tampoco
satisfacer los deseos de otro, en detrimento de los propios.
La segunda
modalidad, es decir, las pasiones negativas, se distinguen fundamentalmente por
ser inmanejables para las personas que las “padecen”. No las controlamos, por
el contrario, ellas nos controlan. Buscan satisfacer los deseos de otros,
generan sentimientos de culpa, pérdida de autoestima y ansiedad. Por tanto, son
muy autodestructivas y requieren orientación y tratamiento psicológico en la
mayoría de los casos.
En algunas
situaciones, la pasión positiva puede desaparecer por la interferencia de
otros. Por ejemplo, cuando los padres buscan desarrollar o afianzar los
talentos de sus hijos. Aunque bien intencionados, les recuerdan permanentemente
asumir las responsabilidades adquiridas con su tarea deportiva o artística
predilecta. Así generan una pérdida paulatina de interés en dicha actividad.
Recordemos que la pasión es de libre práctica y elección.
De otro
lado, hay costumbres que llevan a dejar de lado los compromisos adquiridos para
dedicar la mayor parte del tiempo a actividades que aportan poco. Es el caso de
los videojuegos, las redes sociales o los avances del equipo de fútbol
favorito. Este tipo de aficiones pueden resultar adversas en la calidad de
vida. Es por eso que debemos permanecer atentos para orientar y canalizar el
tiempo y la energía dispuestos, en actividades que en verdad aporten algo
positivo.
Una
estrategia que no falla es la de partir de aquello en lo cual tenemos
habilidad. Esto es fundamental a la hora de emprender cualquier proyecto.
Enfocarnos hacia ello no solo amplía nuestro horizonte, sino que nos acerca a
quienes tengan intereses similares. Esto generará un panorama en el que hay
grandes posibilidades de éxito.
Para tener en cuenta
El
conformismo es el principal enemigo de nuestras pasiones. Por eso, es mejor
asumir una actitud humilde, pero ambiciosa al mismo tiempo y tomar ejemplo de
los grandes hombres que se han jugado a fondo por sus ideales. No podemos poner
límites a nuestros sueños, muchas pasiones desaparecen cuando nuestros temores
afloran. Por tanto debemos ser tenaces y arriesgar.
Es imperioso
alejar de nosotros todo lo que sea negativo. Recuperar la actitud soñadora y
curiosa que teníamos de niños y apartar toda limitación mental que ponga
límites a lo que deseamos lograr. No podemos continuar desperdiciando nuestro
tiempo y energía en cosas que no correspondan a lo que verdaderamente nos
estremece en la vida.
Pocas cosas
son tan estimulantes como compartir nuestra pasión con otros. Nos permite
reconectarnos con nuestro interior y dar lo mejor de nosotros mismos. Pero no
solo eso, es posible que podamos despertar la pasión que dormita en otros.
Incluso es probable que nuestros destinatarios se conviertan en nuevos
estimuladores de la pasión en los demás.
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