ENFERMEDADES RELACIONADAS CON EL CONSUMO DE LECHE DE VACA
(Datos científicos)
Ángeles Castell
Recientemente, Estudiosos de la Universidad de Harvard reconocieron algo que se venía
diciendo hace tiempo: la leche no es un alimento… Por eso son cada vez más las voces que alertan
de la posible relación -más o menos directa- entre el consumo de leche de vaca
y muchas de las dolencias que se relacionan a continuación:
MIGRAÑA. Se ha comprobado experimentalmente que cuando se
suprime la leche de la dieta de pacientes afectos de migraña se reducen
significativamente sus síntomas.
OÍDOS, GARGANTA Y SINUSITIS. En 1994 la revista Natural
Health publicaba una serie de hallazgos que relacionan a la leche con el
aumento de las infecciones de los oídos y la garganta. Los estudios demostraron
que las amígdalas y las adenoides reducían su tamaño cuando se limitaba el
consumo de leche.
REACCIONES ALÉRGICAS. La alergia a las proteínas de la leche
de vaca se ha definido como “cualquier reacción adversa mediada por los
mecanismos inmunológicos a una o más de las proteínas de la leche (caseína, alfa
lacto-albúmina, betalactoglobulina)”. Actualmente muchos estudios médicos
reconocen la relación entre la leche y las reacciones alérgicas estableciéndose
su prevalencia entre un 2 y un 5% de la población mundial. La reacción alérgica
puede ser inmediata -es decir, en menos de 45 minutos- o tardía -presentándose
horas o días más tarde.
SANGRADO GASTROINTESTINAL. El sangrado gastrointestinal
secundario a la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca en niños ha
sido adecuadamente documentado. Tan serio es el sangrado que se le coloca como
una de las causas más comunes de anemia en niños.
SÍNDROME DE MALA ABSORCIÓN. Investigadores de la Universidad
de Helsinki (Finlandia) han comprobado la relación entre las proteínas de la
leche y el daño a la mucosa intestinal. Este daño es el responsable del
síndrome de mala absorción que se caracteriza por diarreas crónicas, vómitos y
retardo del crecimiento.
TRASTORNOS DEL SUEÑO. Estudios realizados en la Universidad
Free de Bruselas entre los años 1986 y 1988 confirmaron la relación entre el
consumo de leche y los trastornos del sueño en los niños. Éste y otros estudios
han hallado relación entre la alergia a la leche y los problemas para dormir.
Todos los síntomas mejoraban cuando se excluía la leche de la dieta y
empeoraban cuando era reintroducida. El tiempo promedio para notar la mejoría
era de cinco semanas. La agitación que manifestaban esos niños también mejoró.
ÚLCERAS PÉPTICAS. En el pasado se aconsejaba tomar leche a
las personas que padecían problemas estomacales, en especial en caso de
úlceras. En la actualidad esa práctica se desaconseja por considerarse
peligrosa y porque se sabe que la leche y sus derivados agravan todos los
síntomas. El alivio temporal que sentían esos pacientes se podía deber simplemente
al hecho de que normalmente la leche se tomaba fría y era la temperatura del
líquido lo que hacía mejorar la situación transitoriamente.
Otras reacciones provocadas por la leche. Además de las
expuestas existen otras situaciones y dolencias que se relacionan con la
ingesta de leche. Por ejemplo la acidosis láctica severa asociada a la alergia
a la leche de vaca, el aumento del riesgo de preeclampsia en mujeres sensibles,
la dificultad de aprendizaje en niños o algunos casos de infertilidad femenina.
Por último es importante señalar que las madres que toman leche de vaca durante
el período de la lactancia exponen a sus hijos a los riesgos asociados a este
alimento.
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