RECONOCER
LOS ERRORES NO NOS HACE MENOS, NOS HACE SABIOS
Una de las acciones más difíciles para el ser
humano, es reconocer los errores cometidos, probablemente porque esto implica
tener que retractarnos, aceptar las consecuencias y en muchos casos admitir
nuestra equivocación ante quienes no deseamos, el caso es que el ego no nos
permite vislumbrar el beneficio de admitir y reconocer los errores cometidos,
que de todo lo que nos hace, lo principal es que nos hace humanos.
Reconocer nuestros errores habla de nuestra
madurez como seres humanos, puede que ello no sea muy sencillo que digamos,
pero si lo pones en práctica, con el tiempo descubrirás que es la mejor manera
de aprender de la vida, de tu vida.
Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de
equivocarme.
Charles Chaplin
Aunque no lo parezca, es más liberador que
difícil reconocer que nos equivocamos, entonces hagamos el sano ejercicio de
pronunciar dos palabras: ¡Me equivoqué! Nadie está exento de equivocarse: El
caminar tiene sus tropiezos y caídas, pero esto no significa que haya que dejar
de dar pasos.
Equivocarse trae muchas ventajas, si
aprendemos a mirar lo que sucede con ojos de sabiduría, los errores son
importantes para nuestro bienestar así pueda sonar algo confuso, pero para que
estos no pasen en vano por nuestras vidas, es importante registrarles y
resarcirles. Duele equivocarnos, pero a veces nos duele más reconocerlo, pues
implica aceptación y de seguro tener que enmendar algunas cosas, pero lo más
importante y que no solemos apreciar, es que en esta acción hay humildad,
bondad, sabiduría y quizás la mayor valentía conocida.
La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer muchos otros.
Jean de la Fontaine
Pasamos entonces a tener una mezcla de
sentimientos revueltos y aunque deseemos reconocer que nos equivocamos, nos
rendimos ante la facilidad del no hacerlo. No nos gusta desacomodarnos, siempre
es mejor seguir teniendo la razón así cueste, el orgullo no permite que nos
movamos de nuestra posición “privilegiada” y allí nos enredamos y nos
desgastamos intentando creer que no nos hemos equivocado, o que si lo hicimos,
fue de una minúscula forma: es como si eligiéramos entre la ceguera y el
astigmatismo avanzado, vemos tan borroso, que preferimos creer que no hay nada
de mancha en el horizonte.
Reconocer nuestros errores no nos hace menos,
somos nosotros mismos quienes nos colocamos en situaciones de desventaja frente
a los errores y aunque muchas veces traen consecuencias irreparables, tener la
tranquilidad de haber dado el paso de aceptación y reconocimiento, no tiene
precio alguno.
Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender.
Charles Dickens
Todo suele suceder por una razón, aunque
muchas veces lo entendemos con el pasar del tiempo, las consecuencias y los
efectos de las causas, no tardan en manifestarse, es la ley de la vida, es la
naturaleza humana y queda en cada uno de nosotros asumir o fingir que nada
ocurre para no doblegarnos.
Reconocer los errores te brinda oportunidades
y aunque quizás puedas sentirte juzgado, recuerda siempre que tu único juez
siempre será la conciencia…
Por: Marvi Martínez
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