domingo, 29 de enero de 2017

DE REPENTE TODO SE VUELVE TAN SIMPLE QUE ASUSTA.

Perdemos las necesidades, se reduce el equipaje. Las opiniones de los demás, incluso cuando son sobre nosotros; no importa. Abandonamos las certezas porque ya no estamos seguros de nada. Y no nos hace falta. Vivimos de acuerdo a lo que sentimos. Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal, sino más bien la vida que eligió cada uno. Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento. Y nada más. Cuando descubrimos todo eso es cuando llega la satisfacción plena. La verdadera felicidad.


Suzanne Powell



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