INDICACIONES
TRADICIONALES DEL MASAJE TERAPÉUTICO
A continuación encontramos un esquema con las alteraciones
en las que se ha utilizado el masaje como método de tratamiento de manera
tradicional. La finalidad del masaje no es curativa en todos los casos, sino
que en muchas ocasiones tiene como objetivo la prevención o el alivio de los
síntomas desagradables que producen estas disfunciones.
Lesiones no traumáticas
del aparato locomotor: contracturas musculares (de origen muscular o
nervioso), calambres, espasmos y atrofias musculares, tendinitis y
tenosinovitis, reumatismos crónicos como la artritis y artrosis, cervicalgias,
lumbalgias, dorsalgias, escoliosis, mialgias, adherencias, dolores articulares,
preparación precompetición y postcompetición del aparato locomotor, dolores de cabeza y vértigos de
origen tensional.
Lesiones traumáticas del aparato locomotor: esguinces,
distensiones de tejidos y contusiones. Nunca se tratarán en período agudo, es
decir, recién ocurrido el traumatismo, sino que ayudarán en la recuperación
posterior a la lesión.
Alteraciones circulatorias o vasculares: edemas, linfedemas,
arterioesclerosis, mejora de la circulación periférica y hematomas.
Piel y estética: celulitis, cicatrices, obesidad, tono bajo
en la piel y la musculatura, y retención hídrica.
Posturales: desviación de la columna vertebral como la
escoliosis y cifosis, pies planos, valgos o cavos o anomalías en la actitud de
la postura normal. Actualmente sabemos que el masaje no tiene efecto corrector,
pero se usa para eliminar las contracturas musculares y dolores que pueden
causar las sobrecargas por la alteración estructural normal.
Aparato digestivo: alteraciones leves del tránsito digestivo
como estreñimiento, gases, cólicos y espasmos.
Sistema nervioso: neuralgias como la ciática, relajación del
tono muscular en lesiones del sistema nervioso central, insomnio, agitación,
agotamiento y dolor de origen central.
También se ha usado para la estimulación sexual y
revitalización general.
Flebitis, afecciones de la piel, hemorragias, procesos
infecciosos, enfermedades contagiosas por vía cutánea, fiebre, brotes
reumáticos agudos, úlceras, inflamaciones agudas, roturas musculares agudas,
tumores, problemas cardiacos, traumatismos recientes, calcificaciones de
partes blandas, varices con riesgo de
trombosis y nervios comprimidos.
Fuente: ABC de los Masajes Terapéuticos
José M. Sanz de Mengíbar
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