viernes, 18 de diciembre de 2015

ME DESPIDO… ME SOBRAN LOS MOTIVOS PARA NO VOLVER

Cuando llegamos a un punto en el cual realizamos un balance y el resultado arroja que jugamos a pérdida, que ya no nos queda nada que aportar, que lo hemos invertido y perdido todo, lo más conveniente, lo más sano  es aceptar que no debemos hipotecar nuestro ser anclándonos a una situación que ya no tiene razón de ser…

Muchas veces por amor, por miedo, por esperanza, por resignación nos quedamos atados a un estado de vida que nos roba nuestras fuerzas, que nos hace respirar cortado, que nos hace brotar lágrimas de forma involuntaria, mientras probablemente nos cuestionamos: ¿Qué estoy haciendo todavía aquí?  Cualquier persona normal hubiese lanzado la toalla hace siglos, ¿y yo todavía estoy aquí? ¿Qué es lo que hace que yo permita para mi vida esta tortura? Llegamos a pensar inclusive que por la ley de causa y efecto, nuestras semillas de alguna forma han resultado desastrosas…

En fin, nos ahogamos en un vacío dolorosos, silencioso o no y alargamos la toma de decisión que nos liberará de toda la tortura que padecemos.

Decir adiós es crecer

Solo nosotros tenemos en nuestras manos la posibilidad de proveernos la vida que pensamos merecer, y esto es clave, puesto que someternos a situaciones de sufrimiento refleja nuestras creencias más profundas, cuáles son los conceptos que tenemos del amor, qué creemos merecer, cómo creemos que vamos a crecer como personas, cuál es el papel de la mujer en una relación, inclusive cómo fue la relación de nuestros padres, son parte de las creencias que determinan el tipo de relación que buscamos y atraemos.

A partir del momento en el cual nos demos cuenta de que nuestras relaciones buenas o malas las generamos a partir de lo que hemos construido en nuestra mente, podremos tomar decisiones que nos beneficien, empezando por alejarnos de situaciones que no nos favorecen y continuando con realizar un análisis de nuestro interior, intentando descubrir esas raíces, intentando descifrar nuestra mente y nuestros pensamientos, tratando de hacer que nuestra mente trabaje para nosotros y no en nuestra contra.

Si estamos sufriendo, si nos sentimos irrespetados, desvalorados, menospreciados, humillados, utilizados o en cualquier estado donde nuestro ser tambalee, debemos nosotros mismos darnos nuestro lugar, ¿qué lugar merecemos? Pues independientemente de lo que estemos creando, nos merecemos el mejor lugar posible, ese que nos genere paz, tranquilidad, que nos provea de amor, de caricias, de atención, de solidaridad, de espacio, de tiempo, donde crezcamos a través del amor… Eso es lo que merece cualquier persona en el mundo, nadie es la excepción.

Así que despídete de lo que te hace daño, dile adiós a eso que sabes que te hace sufrir, a lo que no alimenta tu espíritu y no te deja avanzar, a esa persona que ha dejado de apreciarte, a ese trabajo en donde te has estancado, a ese lugar al que sientes que ya no perteneces o peor aún al cual nunca perteneciste, dile adiós a todo pensamiento que vaya en tu contra, que justifique cualquier situación de dolor. Di adiós con la consciencia plena de que es lo mejor para ti y solo da vuelta para ver tu crecimiento, tu principal motivo, siempre debes ser Tú.




jueves, 17 de diciembre de 2015

NUNCA ES TARDE PARA HACER LO QUE AMAS

Los que más vetamos nuestro crecimiento personal somos nosotros mismos, ya sea por pereza o por miedo al fracaso, o a salir de nuestra zona de confort.

Hacer lo que amas te da fuerza, te define y te construye como persona, como alguien que es capaz de trazar su camino día a día, en libertad y plenitud.

Esto es algo que todos sabemos. Sin embargo, también tenemos claro que no siempre es fácil hacer lo que realmente queremos. El trabajo, las obligaciones familiares y, en ocasiones, hasta el peso de la rutina, nos ponen anclas a esos deseos internos.

En la vida hay que mantener un adecuado equilibrio. Jamás descuidaremos a los nuestros, a las personas que amamos, pero es importante recordar que también nosotros somos importantes.

Y que si dejamos de hacer aquello que nos gusta, poco a poco nos alejaremos de nuestra identidad…

¿Quién dice que es demasiado tarde para hacer lo que amas?

Es muy posible que en algún momento te haya pasado lo siguiente: Querer hacer un cambio en tu vida y que alguien, casi siempre un familiar cercano o un amigo, nos diga aquello de “ya eres demasiado mayor para algo así”.

Debes recordar que la única persona con derecho a decirse qué debe hacer o qué no debe hacer en cada momento eres tú mismo. Puedes escuchar las palabras de los demás con paciencia y respeto, pero la decisión es tuya.

La mejor edad es la que tienes ahora

No lo pienses dos veces. No existe una mejor edad o una edad en la que uno pierde el derecho de iniciar cosas nuevas. Nunca es tarde para lo que nos hace feliz, y eso debemos tenerlo siempre presente.

- La peor lamentación que podemos hacernos es llegar a la ancianidad siendo conscientes de que la nuestra ha sido una “vida no vivida”.

- Dicen que cada etapa de la vida tiene sus características y sus experiencias que vivir, que descubrir. De eso no hay duda, pero no por mucha experiencia acumulada vamos a dejar de “cargar aún más la mochila”. Cuanta más experiencia, más sabiduría, y mayor aplomo para seguir viviendo, para hacer lo que amas.

Los que nos dicen que “ya es tarde”
En ocasiones, cuando nos planteamos aquello de hacer lo que de verdad queremos o siempre hemos soñado, nos encontramos con algún que otro muro social.

Los muros sociales no son más que prejuicios, pensamientos limitantes y anclas al crecimiento personal ajeno.

- Ten en cuenta que quienes intentan vetar que hagas aquello que deseas pueden ser las personas más cercanas a tu círculo social, y lo hacen porque temen perderte, temen que rompas ese vínculo que tienes con ellos para salir de su zona de control.

- Puede que sueñes con un viaje, o con estudiar esa carrera o, simplemente, priorizarte un poco más cada día apuntándote a cursos, saliendo un poco más y quedando con amigos.

- Hacer lo que amas no siempre se traduce en cambios extremos. De hecho, la mayoría de las veces son actos cotidianos que nos dan la felicidad.

- Los que nos dicen que ya es tarde, atacan nuestra autoestima. Nos hacen creer que nuestro tren ha pasado y que la vida, para nosotros, se reduce a soñar con lo que pudo haber sido y nunca fue. No lo permitas.

Hacer lo que amas sin provocar daños a otras personas

La clave es tan sencilla como esta: Puedes hacer aquello que desees, siempre y cuando tus actos no dañen a las personas que quieres.

¿Cómo se traduce esto? Debemos tener en cuenta que a veces, pequeños actos pueden traer consecuencias no deseadas. No se trata, por ejemplo, de querer dar la vuelta al mundo gastando todos los ahorros del hogar. Ni aún menos descuidar a nuestros hijos. Todo tiene su equilibrio.

Hacer lo que amas en libertad, en plenitud y con ello beneficiar a otros es lo mejor que puede haber. Piensa, por ejemplo, en las personas que, por fin, vuelven a la universidad para conseguir esa formación con la que siempre soñaron.

Algo como esto nos enriquece por dentro, nos hace sentir orgullosos. Y alguien que se siente bien consigo mismo puede hacer más felices a los demás.

Hacer lo que amas no debería ser complicado, y nadie debería ponerte muros, ni siquiera tú. Porque lo creamos o no, quienes más vetamos nuestro crecimiento personal somos nosotros mismos.

Estas son las formas en que lo hacemos:

- A través de las actitudes limitantes, pensando que somos demasiado mayores ya para ciertas cosas.

- Tener miedo al fracaso, a equivocarnos.

- Temer lo que otros puedan decir de nosotros al hacer aquello que deseamos en un momento dado.

- Pensar que no lo vamos a lograr, que no somos válidos ya para ciertas cosas…

Debemos ser valientes, tener coraje y recordar siempre que nunca es tarde para ser felices. Nunca es tarde para volver a amar, para hacer un viaje o para adquirir nuevas competencias.

Siempre que la ilusión sea fuerte, te acompañe la salud y el optimismo, nada ni nadie debe ponerte límites.




miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿EXISTE LA CASUALIDAD?

El fenómeno de la sincronicidad, denominado así por el psicólogo Carl Jung, es la explicación de muchas situaciones cotidianas que tal vez te sucedieron pero no sabías a qué atribuírselas.

Quizás te pasó alguna vez que un libro que acababas de abrir, un anuncio publicitario que leíste por la calle o una frase que escuchaste decir a un desconocido te dio la respuesta que estabas necesitando para una pregunta que no dejaba de rondar por tu cabeza.

También puede ser que esa persona en la que estabas pensando justo te haya llamado o enviado un mensaje, o que hayas creído encontrarte con la persona justa en el momento en que la necesitabas, como si fuera obra del destino.

Esos fenómenos que pueden pasarnos con frecuencia y sorprendernos tanto le han ocurrido también a científicos, psicólogos y otros especialistas, que han decidido investigarlos.

Por ejemplo, el psicólogo Carl G. Jung relata cómo, una vez, una paciente le estaba contando que había soñado con un escarabajo dorado, cuando un escarabajo de ese color entró por la ventana. ¿Puedes creerlo?

¿Qué es la sincronicidad?

Carl G. Jung acuñó entonces el término sincronicidad, llamando así a “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero no de manera causal”. Es decir que sincronicidad es la palabra correcta para referirse a aquellos acontecimientos que parecen unidos entre sí por fuerzas como el destino o la magia. ¿Pero cómo puede suceder algo tan inexplicable?

Según Jung, una respuesta posible es que la coincidencia de dos o más acontecimientos no relacionados entre sí causalmente, pero cuyo contenido significativo es idéntico o semejante, se da por nuestra manera de percibir los acontecimientos y atribuirles significados.

Esto equivale a decir que las cosas siempre ocurren, pero solo las percibimos cuando estamos abiertos y receptivos a ellas. Es decir que quizás muchos escarabajos pasan todos los días delante de nuestros ojos, pero solo los vemos cuando estamos pensando en que uno de ellos podría aparecer.

Más específicamente, la sincronicidad es la manera en que los fenómenos se vinculan a través de su significado: esto quiere decir que la casualidad se explicaría porque lo que une a los diferentes acontecimientos entre sí, haciendo que coincidan y parezcan increíbles, no es una relación causal, sino una relación significante que nosotros mismos le atribuimos. En otras palabras, interpretamos el mundo a partir de nuestras propias experiencias y expectativas. Por lo tanto si cambiamos cómo las observamos, posiblemente ellas se modifiquen para nosotros.

El filósofo Michel Cazenave añade que, en un "evento sincronístico" que podemos atribuir a la casualidad, lo que ocurre es que desaparece la dualidad que habitualmente sentimos como sucesos interiores y exteriores, pasando a experimentar una totalidad en la que creemos que nuestra percepción es en realidad un hecho externo y concreto.

En definitiva, hablar de casualidades o de sincronicidad son dos maneras de referirse a los mismos acontecimientos sorprendentes, pero desde diferentes perspectivas. Esta perspectiva psicológica nos permite comprender de otra manera estos fenómenos, pero también saber que, cuando tenemos nuestra energía enfocada en ciertos pensamientos, será más fácil para nosotros detectar hechos que estén relacionados, o que para nosotros signifiquen algo parecido.

Conocer nuestra mente es una manera de comenzar a aprovechar su infinito poder. Si nos concentramos en lograrlo, las maravillas que podemos generar no dejarán de multiplicarse.




martes, 15 de diciembre de 2015

ESAS PEQUEÑAS CASUALIDADES QUE NOS CAMBIAN LA VIDA

La vida es una mágica combinación de actos casuales que hay que saber aguardar. Debemos ser pacientes y mirar nuestro día con la mente abierta y el corazón encendido, porque las cosas buenas, siempre acaban llegando cuando menos las esperamos

Sabemos que cuesta, sabemos que no es fácil confiar en el destino. ¿Quién lo teje? ¿Quién hila sus trágicas fatalidades y sus grandiosas maravillas? Todos formamos parte de una totalidad inmensa donde cada acto, cuenta.

Todos somos dueños de nuestro destino, y a la vez, breves pasajeros de esta rueda vital que no deja de girar, y que sin saberlo, nos ofrece múltiples oportunidades.

¿Sabes verlas? ¿Sabes atender todas las posibilidades que se abren en tu día a día? ¿O solo te arraigas a las cosas físicas, a las preocupaciones, a los miedos y ansiedades?

Déjate llevar. Permite ofrecer libertad a tu alma, a tu mente. Solo hay que formar parte de este movimiento que fluye a nuestro alrededor para dejar paso a que esas pequeñas casualidades, sucedan. Y te aseguramos que son las mejores.

Una mente abierta que acepta nuevas posibilidades

Para comprender un poco mejor el mensaje que deseamos darte, empezaremos ofreciéndote un sencillo ejemplo. Es posible que tú mismo, o alguien muy cercano a ti, haya sufrido una depresión. Te sorprenderá saber que según datos de la OMS (Organización mundial de la salud) es el trastorno mental más frecuente, y afecta casi a 350 millones de personas en todo el mundo.

Lo llaman la enfermedad moderna, la enfermedad del alma. Ahora bien, a pesar de saber que ninguna depresión es igual y de que cada persona es única a la hora de vivir este problema, existen unos ejes comunes:

- Sensación profunda de abatimiento, perdemos la confianza en el mundo, en que las cosas buenas puedan volver a sucederse.

- Buscamos la soledad, y las lágrimas, no siempre nos ofrecen el desahogo que buscamos.

- Nos atrapa el pesimismo, percibimos que nadie puede entendernos, y que el mundo avanza en una dirección opuesta a la nuestra.

- La semioscuridad nos ofrece consuelo y alivio, ya no sentimos placer. Y nos sentimos cansados, e incluso doloridos físicamente.

- La depresión no es solo la vivencia de una tristeza profunda, es algo que va más allá. Es un cerebro emocional que está herido y que solo ve vacíos a su alrededor. Ya no confiamos en la vida, en las casualidades, ni en la magia del día a día.


Debemos “despegarnos”, liberarnos como grandes guerreros de ese abatimiento, de los pensamientos negativos y del derrotismo. Si te hundes en la desesperanza, dejas de avanzar, y la vida, las casualidades solo llegan para quien se mueve, para quién abre los ojos con ilusión y humildad al día a día.

Las casualidades existen

No vamos a hablarte de la ley de la atracción, ni del hilo rojo del destino. Queremos hablarte de ti y de esa fuerza interior que se esconde en tu mente y en tu alma para encender tu realidad, y permitir así que las cosas positivas lleguen.

– No quieras que tus sueños se cumplan de un día para otro. Tampoco construyas grandes castillos. Sé humilde siempre de actos y pensamiento, puesto que la humildad, te permitirá tener una mente más abierta, y más libre.

- Sé paciente y abierto a todo lo que te envuelve. Disfruta del “aquí y ahora” de quienes te rodean, de todo lo que te llega, no cierres tu mente bloqueándola con miedos, con desconfianza, con temores. Una mente libre, curiosa y receptiva, experimenta mejor cualquier estímulo, y a su vez, propicia el “movimiento vital”.

– Si “te apegas” al sufrimiento, a la influencia de personas tóxicas, a las preocupaciones, te estarás encallando, no darás paso a las casualidades porque lo casual está inscrito en el propio movimiento vital.

¿Un ejemplo? Tienes una pareja celosa que te marca directrices de todo lo que debes hacer. Envenena tu mente, hundiendo tu autoestima, robándote sueños. Tu felicidad está en el bolsillo de otra persona, no eres dueño de ti mismo. En estas situaciones, nadie puede avanzar ni fluir, “estamos encadenados”.

Permítete ser libre, rompe las cadenas de esos apegos insalubres que te hacen prisionero. Si abres los ojos a la ilusión, si enciendes tu corazón con esperanzas y humildad, las casualidades te traerán los regalos más hermosos. Esos por los que merece la pena esperar… Y soñar.




lunes, 14 de diciembre de 2015

NUNCA LO OLVIDES: NO TE MERECE QUIEN TE LASTIMA

Aunque no lo percibamos tan fácilmente, el maltrato psicológico es tan destructivo como el físico, por lo que debemos estar alerta y poner los medios necesarios para evitarlo.

No te merece quien te lastima, nadie que dice quererte y te causa dolor o lágrimas debe formar parte de tu vida. Esto es algo que todos nosotros sabemos, sin embargo, en ocasiones la vida nos pone en duras situaciones en las que no es tan fácil ver estos aspectos.

Hay momentos a lo largo de nuestro ciclo vital en que caemos en relaciones afectivas donde, a pesar de existir el amor, este se vuelve dañino y doloroso, sin necesidad de que exista maltrato físico.

Porque quien te lastima también puede hacerlo mediante esas técnicas indirectas que tanto vulneran nuestro equilibrio emocional y nuestra autoestima.

Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello, sobre la necesidad de poner límites y recordar siempre que amar es dar felicidad. Que el amor es alegría y no sufrimiento.

Quien te lastima tiene una idea equivocada de lo que es el amor

Hay muchas formas de amor y no todas ofrecen auténtica felicidad. Hay quien ama porque teme quedarse solo, otros se aman únicamente a sí mismos y hay quien confunde el amor con dominación y posesión.

Los amores tóxicos abundan demasiado en el día a día y debemos tener cuidado porque, aunque no nos demos cuenta, también nosotros podemos hacer daño a nuestra pareja sin querer:

1. Hay personas que cuando se sienten molestas por un aspecto que hace, dice o da a entender la pareja, en lugar de hablarlo con asertividad, ejecuta ese mismo acto a modo de “empatía dañina”.

2. Un ejemplo sería provocar que nuestra pareja sienta celos porque nosotros nos sentimos molestos por su cercanía con otra persona.

3. Cuando nuestro compañero o compañera hace algo que no vemos bien es necesario poner un límite y hablarlo en voz alta con seguridad, calma y apertura. Si copiamos sus actos, lejos de solucionar el problema, lo agravamos.

Con ello queremos decir que también nosotros somos capaces de lastimar directa o indirectamente. No obstante, lo más complejo de estos casos es siempre saber detectar que hay algo que no está bien.

La dificultad de no saber verlo o no saber reaccionar ante diversos tipos de maltrato se debe a que, en ocasiones, nos educan en la clásica idea de que para mantener una relación de pareja “hay que aguantar, hay que ceder y hay que tragar”. Esto no es cierto, y nunca debería ser así.

La comunicación y la reciprocidad son dos pilares esenciales en los que debe basarse toda relación saludable. Por ello, te invitamos a tener en cuenta todas esas situaciones en que se lleva a cabo el maltrato.

El uso de la ironía como forma de desprecio

La ironía es un arma de doble filo muy dolorosa. En ocasiones, muchas personas ejecutan un modo de comunicación donde su sentido del humor cae en la agresión, el desprecio y la humillación.

Muchos ejemplos de este comportamiento serían los siguientes: “Está claro que sin mí eres un desastre de persona”, “Mírate… Eres tan adorable como torpe, es que no tienes remedio”, “No te preocupes por arreglarte tanto, lo tuyo ya no tiene solución, pero aun así me gustas”.

Personas que cortan nuestros vínculos con los demás para controlarnos

Quien te lastima de esta forma, sin lugar a dudas, no merece estar en tu vida. Hay personas que ejecutan un hábil control en nuestro día a día, como la araña que cerca a su presa para que no se escape:

- Son personas con una baja autoestima que temen ser abandonadas. Por ello ejecutan el control y la dominación.

- Harán que vayamos perdiendo el contacto con amigos y familiares, que dejemos el trabajo, que olvidemos nuestras aficiones para no salir de esa zona de confort que es la pareja

Decir adiós a quien te lastima: una necesidad vital

Hay relaciones que debemos dejar atrás por necesidad emocional y física. No obstante, no siempre es fácil dejar atrás esa unión, porque el nivel de dependencia suele ser muy elevado.

- Lo más importante es darnos cuenta de que estás con alguien que te lastima. Y quien te ama de verdad jamás sería capaz de confundir el respeto y el cariño sincero con la agresión, el desprecio o la humillación.

- Debes tener claro que tu felicidad está lejos de esa persona que te hace daño. Es necesario volver a la persona que eras antes, a tu tranquilidad emocional de antaño.

- No dudes en pedir ayuda a familiares y amigos, e incluso a las instituciones sin percibieras algún tipo de riesgo.

- Protege tu autoestima. Eres una persona fuerte que merece ser feliz, y para recuperar tu felicidad necesitas un acto final de valentía y coraje para romper ese vínculo tan dañino.

En ocasiones, es preferible una soledad tranquila que una compañía que vulnera nuestros valores como persona, nuestra integridad y nuestra autoestima.

Quien te lastima no merece tus esfuerzos, tu tiempo ni un atisbo de tu cariño. Es algo que todos deberíamos recordar y defender para que otros no caigan tampoco en este tipo de relaciones.




domingo, 13 de diciembre de 2015

QUITA PODER A TODO LO QUE PERTURBE TU MENTE

Lo primero que debemos hacer si queremos liberarnos de los pensamientos negativos es aprender a reconocerlos y transformarlos para que, en lugar de anclarnos, nos ayuden a avanzar.

Tu paz interior no es negociable. Por ello, es necesario que empecemos a “economizar” y a dejar que en nuestra vida habite lo que es importante. Es preciso debilitar y restar poder a todo aquello que hace daño y perturba nuestra mente.

Tal y como suele decirse, en ocasiones, no hay peor enemigo que uno mismo, y no existen peores torturadores que nuestros propios pensamientos.

Esos que nos recuerdan una y otra vez los errores del ayer, los que traen la sombra de los miedos y vetan nuestro crecimiento personal.

En la vida hay que andar ligeros. Cuantas menos cargas tengas en tu mente y corazón, mejor avanzarás por tu ciclo vital. Porque todo lo que te enfada o preocupa te hace prisionero.

Por ello, hoy queremos enseñarte 3 modos en que puedes quitar poder a todo lo que perturba tu mente.

Aprender a ser consciente de los pensamientos perturbadores

La mente humana puede llegar a ser un espacio tan complejo como desconocido. En ella, habitan nuestras experiencias y la atribución que hayamos hecho de ellas.

En ocasiones, esas atribuciones no son demasiado acertadas (si una pareja me deja me atribuyo a mí la culpa, porque no soy lo bastante atractivo o interesante).

Hemos de valorar con minuciosidad qué hay detrás de esos pensamientos que cada día limitan nuestra paz interior y nuestro equilibrio. Para ello, debemos tener en cuenta estos consejos:

1. Ofrécete cada día un par de horas para ti mismo, para descansar y pensar.

2. Coge una hoja en blanco y a través de varias palabras, intenta describir cómo te sientes: enfadado, molesto, siento rabia, soledad, me siento amenazado, siento miedo…

3. Una vez sacadas al exterior estas emociones, es momento de ver qué hay detrás de ellas:
    . ¿Por qué siento rabia? Porque esta persona me ha traicionado.
    . ¿Por qué siento miedo? Porque temo que me dejen de lado.

4. Ahora es momento de dar respuesta a esos pensamientos y decidir qué puedes hacer para resolverlos.

La mente necesita estar libre de emociones negativas

Una mente tranquila es reflejo de salud. Esto es algo que debemos tener claro desde el principio, porque si caemos en el lado de la preocupación continua, la rabia o la tristeza, enfermaremos.

Aprende a perdonar y a dejar ir

La necesidad de perdonar es vital en nuestro día a día por una sola razón: nos permite liberarnos. Sabemos que cuesta, sabemos que duele, pero una vez perdonas y dejas ir, tu interior se calma.

Transforma los pensamientos negativos en positivos

En ocasiones nuestros pensamientos recurrentes tienen un claro componente negativo: no puedo, no me lo merezco, a mí no me va a pasar, ya es demasiado tarde.

Vale la pena hacer el esfuerzo de transformar cada pensamiento negativo en positivo: yo sí puedo, yo me lo merezco.

Desactiva los pensamientos obsesivos por nuevas ilusiones

- Hay veces en que un miedo interno se convierte en algo obsesivo. Pensemos, por ejemplo, en las personas que tienden a obsesionarse con que sus parejas no les quieren lo suficiente.

- Este tipo de obsesiones nos llevan a desarrollar nuevos miedos y a hacernos infelices a nosotros mismos y a los demás.

- Vale la pena desviar esas obsesiones hacia otros focos de interés: centrarnos en ser felices, en cuidarnos a nosotros mismos. Si tú eres feliz, harás felices a los demás.

En ocasiones, los pesos de la mente se resuelven introduciendo cambios

Piensa en tu mente como en una habitación. Hay épocas de nuestra vida en que, por las razones que sean, cerramos todas las ventanas de esa sala quedándonos a oscuras, sin que entre el aire.

Día a día la atmósfera se irá intoxicando y, con ella, nosotros. No vemos nuevas perspectivas, no entra la brisa fresca, esa que nos ofrece oxígeno y fragancias purificadoras.

Es necesario “abrir la mente” y, para ello, para librarnos de esa oscuridad que cubre nuestra mente, es necesario hacer cambios. Hacer que esa habitación se convierta en un palacio de paz lleno de múltiples puertas y ventanas.

Si te encuentras limitado, ya sea por otras personas o por una situación determinada, atrévete a cambiar, a salir de esa realidad.

- Uno de los peores enemigos de la mente es la rutina. El hacer todos los días lo mismo. Intenta que cada día haya algo diferente y nuevo.

- Conoce gente diferente, deja que el mundo se abra a ti a través de nuevos enfoques, pensamientos, sensaciones…

- Evita estar en casa durante mucho tiempo. Sal a andar, apúntate a cursillos, queda con amistades…

- Ilusiónate cada día por cosas nuevas.

- Sé crítico, obtén tu propia opinión sobre las cosas y nunca te canses de aprender, de leer, de experimentar.

La mente necesita ser libre y abrir sus ventanas para que todo lo tóxico se vaya, y con ello, las preocupaciones. Tu salud física y emocional lo notará si pones en práctica estos consejos.




sábado, 12 de diciembre de 2015

LUNA NUEVA EN SAGITARIO: LAS ACCIONES HABLAN MÁS ALTO QUE LAS PALABRAS

La Luna ya se encuentra haciendo un tour por Sagitario, guiada por el amable centauro que la entretiene y le va contando chistes y anécdotas para romper el hielo ya que sabe que lo que viene de aquí en adelante es serio… muy serio.

La Luna es la encargada de entregarnos el mensaje de que se acabaron los plazos para sintonizar con la nueva energía. Los que aceptaron la invitación a formar parte de la Nueva Humanidad se encuentran viviendo en estado de gozo y quienes dudaron, rechazaron y hasta desprestigiaron este convite universal están ahora preguntándose ¿Por qué a los locos que siguieron adelante se les ve tan felices? Y no vale la pena contarles porque sencillamente no comprenderán… Los que se quedan atrás difícilmente podrán entender a los que se adelantaron porque ascender en vibración –vivir en alegría, aceptación, gratitud, creatividad, serenidad, confianza, simplicidad, desapego, claridad, conexión, unidad, consciencia– es un viaje de no retorno. Quienes vibran en tonos más bajos no comprenden “esta locura” de los que ya habitan cielos de luz… Como dijo Nietzsche: “Los sordos creen que los que bailan están locos”.Y es que solo quienes vibran más alto son capaces de percibir esta música que nos envuelve, nos abraza y arrastra para celebrar segundo a segundo, la vida.

Son tiempos especiales, maravillosos, imperdibles… La energía está cada día más nítida y no queda espacio para lo confuso y nada claro.

En todas partes se derrumban imperios basados en la manipulación y el engaño. La nueva energía no tolera nada que desequilibre las fuerzas luminosas y es así como desde todas partes vemos caer a algunas personas, conocidas y reconocidas por hacer de la necesidad de orientación y búsqueda espiritual de los demás un negocio, y  ya no logran vender sus cursillos online ni uno de esos audios que antes salían como pan caliente… en medio de la desesperación cambian de imagen porque siempre resultó con la vieja energía… pero ahora no hay quien caiga… y es que la humanidad está tan despierta que es capaz de discernir entre lo ilusorio y lo real… 
Muchos falsos gurúes están viendo desmoronarse “su negocio” solo porque la gente ahora es capaz de ver que sus palabras no sintonizaban con sus acciones… 

Solo la verdad puede hacernos libres y cualquier tipo de mentira, engaño o manipulación queda al descubierto cuando la luz es tan potente que llega hasta a los más recónditos lugares del planeta. Todo queda al descubierto. Caen máscaras, se intuyen las intenciones, se percibe lo confuso, se muestra la verdad…

La Luna se pasea por Sagitario impregnándose de esa energía de veracidad y expansión. Se cierra para siempre el telón de la obra llamada: “No todo lo que brilla es oro y no todo lo que es oro reluce” producida, dirigida y patrocinada por la energía de Piscis… Ahora nos preparamos para vivir sin representar y si hubiera que salir al escenario a actuar la obra sería “Lo que somos, somos”… porque los disfraces y maquillajes ya no sirven… es la hora de la verdad, algo que le encanta a Sagitario, la verdad pura, descarnada, real… sin adornos ni suavizantes…

Entonces amigos lectores… es hora de darnos permiso de ser lo que somos en realidad… Sintonicemos mente, corazón, palabra y acción para que de nosotros pueda salir la verdad y no digamos cosas que no sentimos ni pensamos porque los corazones de los demás se han vuelto expertos radares para detectar lo falso de lo real.

Tiempos Sagitarianos… Tiempos de mucho crecimiento y de realidad real…

¡Feliz Luna Nueva!

En Amor y Conciencia.

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