sábado, 3 de mayo de 2014


LA FRESA SALVAJE

Un hombre estaba paseando por el campo y de repente se dio cuenta de que un león lo seguía. Empezó a correr  y, al llegar a un precipicio, comenzó a bajar por la pared del acantilado aprovechando una larga liana. Cuando estaba a medio camino, miró hacia abajo y vio que otro león lo estaba esperando. Un león pues arriba, y un león abajo. Y en ese momento, de un agujero en la roca, salieron dos ratones y comenzaron a roer la liana. El hombre se percató de que frente a él, brotaba de la pared del acantilado una ramita en la que destacaba una fresa silvestre. Agarrado con una mano a la liana, con la otra cogió la deliciosa fresa y la introdujo en su boca. ¡Qué sabor tan dulce y agradable! ¡Qué momento de plenitud al saborear el dulce néctar de la flor!

Si no vives lo que es, dejas de vivir. Si tu mente está en el león del pasado o en el león del futuro, te pierdes cada momento de la vida, aunque a veces el néctar de la fresa sea amargo en lugar de dulce. En lo que es a cada momento, está la vida que fluye y el aprendizaje que no deja de celebrarse si la actitud es la adecuada.

Ramiro Calle, “Los mejores cuentos espirituales de Oriente”
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario