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martes, 21 de abril de 2015
“NO ESPERES A QUE TE CUREN, HAZLO TÚ”...
Maria Àngels Mestre ofrece su experiencia para superar
enfermedades crónicas liberando la mente y cambiando hábitos. “Aprendí a dejar
de agradar, a no ser obediente y perfecta, causas de mi fibromialgia” Dos años
después de que le diagnosticaran fibromialgia, con un cargamento de pastillas a
cuestas cada día y con unos dolores que sólo empeoraban, María Àngels Mestre
decidió rebelarse. Postrada en la cama durante tres días por una contractura en
la pelvis, incapaz de moverse, esta arquitecta barcelonesa que entonces tenía
54 años explica que tomó las riendas de su vida y de su salud. “Decidí que iba
a dirigir yo misma mi proceso de curación, que iba a autogestionar mi
enfermedad. No volví al hospital, fui abandonando las pastillas, opté por la
medicina holística”, explica. Y se curó.
Maria Àngels Mestre ha puesto su experiencia, el camino que
ella recorrió, al alcance de todos aquellos que padecen alguna enfermedad
crónica. Método Mestre es su cuarto libro, una síntesis de los anteriores que
parten de su proceso de superación de la fibromialgia, de sus recomendaciones
sobre alimentación para afrontar el cáncer y que ofrece gratuitamente. No
quiere sustituir al médico, sino dar unas pautas “para que el enfermo deje de
ser paciente y se convierta en el responsable activo de su salud”. Desde una
perspectiva global, integrando todo los aspectos del ser humano y su relación
con el entorno.
Su anhelo de curarse, explica, es lo que le movió a abrir la
mente y cambiar la forma de pensar, sentir y actuar. Había perdido las ganas de
vivir, tenía la autoestima por el suelo. “El cuerpo -señala- obedece y
enferma”. Por ello indica que para curar el cuerpo hay que cuidar el alma y
entender la salud como una globalidad con cinco pilares: espiritual, mental,
emocional, bioenergético y físico. La alimentación se convierte en la principal
medicina.
Maria Àngels aprendió a perdonar, perdonarse, y a ser
antipática. El orgullo perfeccionista, el hacer siempre lo que se esperaba de
ella para agradar, la ira contenida… todo fue lanzado por la ventana. Considera
que la fibromialgia es una enfermedad que afecta sobre todo a las mujeres
debido a una sociedad de patrones machistas represiva para ellas, obligadas a
esconder las emociones. “Aprendí a dejar de ser sumisa y obediente, y a decir
que no sin que me importase”, explica. ¿Y la familia? “Al principio estaban
trastornados, pero también han aprendido”. ¿Cómo pienso? ¿Qué siento? ¿Cómo me
relaciono con el entorno y conmigo misma? ¿Con el medio en el que vivo? ¿En qué
me equivoco? La meditación le ayudó a digerir las emociones y a calmar la
mente, probó la acupuntura, el shiatsu y llegó a la alimentación macrobiótica.
Fue importante, subraya, “aprender a desaprender” y romper
prejuicios. Ella era arquitecta y no podía mover la mano, ni sentarse en una
silla. Había ido perdiendo la energía, lo que define como el puente entre el
espíritu y la materia, el motor de la acción. Años de mucho trabajo, recuerda,
en los que se había apartado de la naturaleza, de sus fuentes de energía que
“son medicinas”. El sol, el aire (respiración, ejercicio), el agua, el sueño y
la alimentación.
Mestre es hija, sobrina y hermana de médicos, pero decidió
hacer su camino en un proceso en el que considera que la alimentación es una
cuestión fundamental. Optó por la macrobiótica suprimiendo los alimentos
acidificantes, oxidantes, inflamatorios y tóxicos. Entre otras cosas dejó de
consumir azúcar, carnes procesadas, conservas y precocinados, lácteos y huevos.
Llenó la despensa de cereales integrales, legumbres, algas marinas, pescado
pequeño y salvaje, verduras de raíz. La sopa de miso fue uno de sus principales
aliados y cada mañana bebe agua de mar. Siete meses después se encontraba
perfectamente y fue entonces cuando decidió cambiar de profesión. Dejó la
arquitectura y su puso a escribir su experiencia y a dar charlas.
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lunes, 20 de abril de 2015
"SI QUIERES OTRA REALIDAD, DEBES CONVERTIRTE EN OTRA
PERSONA"
Joe Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y
neurocientífico
La ley del cambio
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido
según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a
diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En
su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje
de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que
le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en
bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas
de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían.
Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una
ley".
Lleva años
defendiendo que podemos llegar a controlar nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se
reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera
constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la
realidad si sabemos cómo.
Pues debo de ser muy
torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las
mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su
cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas
conexiones que cambian físicamente su cerebro.
Nos pasamos la vida
aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar
lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa
experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas
nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.
Si fuera tan
sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que
solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por
una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados
(temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy
adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el
subconsciente.
¿Dónde está el
cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos
las víctimas de nuestra realidad o los creadores.
Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos
que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces
como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían
esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.
Primero crearon el
cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el
tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa,
y lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero
concentrados en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro
cuerpo y no sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos
para crear.
Absortos en la
emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus problemas
en lugar de pensar en las posibilidades.
Pero pensar en algo
no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe
responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos.
Tenemos que escoger de manera distinta de cómo hemos escogido para que pueda
suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que,
literalmente, convertirse en otra persona.
¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos
que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se
trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema
operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el
cambio.
Pongamos, por
ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el
mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona
estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.
¿Cómo salir del
bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces
conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las emociones,
empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con los
aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar), durante
la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás capaz de
cambiarlo.
¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de
ti mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué
emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres
ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más
pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el
cerebro.
Cuanto más te
observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro
y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una
emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple
pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el
subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus
reacciones inconscientes.
¿Y qué dicen sus
colegas?, ¿le tratan de esotérico, chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden
teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden
modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20130109/54358915819/la-contra-joe-dispenza.html#ixzz3SfmciKMk
domingo, 19 de abril de 2015
DANZEMOS CON LA VIDA…
La danza es un experimento; un experimento para armonizar el
cuerpo, la mente y el alma.
La danza es uno de los fenómenos más rítmicos.
Si danzas en serio, no hay otra actividad que genere tanta
unidad.
El alma sólo puede entrar en tu existencia cuando tu cuerpo
y tu mente han hecho las paces; cuando el cuerpo y la mente cooperan y están
tan profundamente enamorados que se arriman el uno al otro.
OSHO
sábado, 18 de abril de 2015
VÉRTIGO O MAREO
El vértigo consiste en una falsa sensación de movimiento o
de giro, o la impresión de que los objetos se mueven o giran, y esta situación
habitualmente se acompaña de náuseas y pérdida del equilibrio.
Algunos utilizan la palabra mareo para describir un dolor de
cabeza moderado, o bien cualquier vaga y esporádica sensación de desmayo, o
incluso debilidad. Sin embargo, sólo el mareo verdadero, vértigo, causa una
sensación de movimiento o giro. Puede ser momentánea o durar horas o incluso
días. La persona con vértigo suele sentirse mejor si se acuesta y permanece
inmóvil; sin embargo, el vértigo puede continuar incluso cuando no se mueve en
absoluto.
El cuerpo percibe el sentido de la postura y controla el equilibrio a través de los órganos del equilibrio (situados en el oído interno). Estos órganos tienen conexiones nerviosas con áreas específicas del cerebro. La causa del vértigo puede ser consecuencia de anormalidades en el oído, en la conexión nerviosa del oído al cerebro o en el propio cerebro. También puede estar asociado con problemas visuales o cambios repentinos en la presión arterial.
Son muchos los trastornos que suelen afectar al oído interno
y causar vértigo. Puede tratarse de trastornos producidos por infecciones
víricas o bacterianas, tumores, presión arterial anormal, inflamación de los
nervios o sustancias tóxicas.
El mareo producido por el movimiento es una de las causas
más frecuentes de vértigo, pudiéndose desarrollar en personas cuyo oído interno
es sensible a ciertos movimientos, como los vaivenes o las paradas o arrancadas
bruscas. Estas personas pueden sentirse especialmente mareadas al viajar en
coche o en barco.
La enfermedad de Ménière produce crisis de vértigo
repentinas y episódicas, junto con zumbidos en los oídos (tinnitus) y sordera
progresiva. Es habitual que los episodios tengan una duración de varios minutos
a varias horas y que a menudo estén acompañados de náuseas y vómitos intensos.
Se desconoce la causa.
Las infecciones víricas que afectan al oído interno
(laberintitis) pueden causar vértigos que habitualmente se inician de repente y
empeoran en el transcurso de varias horas. La enfermedad desaparece sin
tratamiento al cabo de unos días.
El oído interno está comunicado con el cerebro por medio de
nervios y el control del equilibrio está localizado en la parte posterior del
cerebro. Cuando el flujo sanguíneo a esta zona del cerebro es inadecuado
(enfermedad conocida como insuficiencia vertebrobasilar), la persona puede
manifestar varios síntomas neurológicos, entre ellos vértigo.
Habitualmente cuando hay cefaleas, lenguaje ininteligible,
visión doble, debilidad en una de las extremidades y movimientos incoordinados,
éstas suelen ser síntomas de que el vértigo pueda estar causado por un
trastorno neurológico del cerebro, más que por un problema limitado al oído.
Tales trastornos cerebrales pueden ser la esclerosis múltiple, fracturas de
cráneo, convulsiones, infecciones y tumores (especialmente los que crecen en la
base del cerebro o cerca de éste). Dado que la capacidad del cuerpo para
mantener el equilibrio está relacionada con la información visual, puede
producirse una pérdida de equilibrio a causa de una visión deficiente,
especialmente en caso de visión doble.
Las personas mayores o las que toman fármacos para controlar
una enfermedad cardíaca o una hiper-tensión pueden sentir mareo o desmayarse
cuando se ponen de pie bruscamente. Esta clase de mareos son consecuencia de
una breve bajada de la presión arterial (hipotensión ortostática), cuya
duración es momentánea, y a veces se puede prevenir incorporándose lentamente o
usando medias de compresión.
CAUSAS DEL VÉRTIGO
Entre las causas del vértigo, que podemos encontrar de
manera común, se debe señalar que estas son muy habituales y todo dependerá del
tipo de grado y habitualidad que se tenga. También algo para señalar es que las
personas que tienen las defensas bajas, pueden ser más propensas a padecer
vértigo o mareos.
Hiperventilación: Este problema sucede con las personas que
tienen una actividad física en exceso y cuando nuestro cuerpo no recibe un
enfriamiento necesario, es entonces que se ven propensas a sufrir este
problema. Cabe resaltar que es necesaria la hidratación de manera inmediata para
controlar el vértigo y no padecer algún derrame cerebral o paro cardiaco.
Fatiga: Las personas que tienen un cansancio excesivo, se
encuentran expuestas a recibir una respuesta de su cuerpo para dejar de hacer
cualquier actividad física. Cabe resaltar que en estos casos, es simplemente un
problema común y es un indicador de que nuestro cuerpo necesita descansar antes
de enfermarse.
Vómito: Las personas que vomitan más de 2 veces, se
encuentran expuestas a sufrir este problema; esto se debe a que su cuerpo sufre
un desequilibrio y por lo mismo, se necesita tratar de equilibrarlo ingiriendo
algunos líquidos y reposando. Se debe señalar que este problema, puede aparecer
ante cualquier problema estomacal.
REMEDIOS CASEROS PARA EL VÉRTIGO
Hablando de los remedios caseros para el vértigo,
encontramos una serie de tratamientos que pueden ayudar a nuestro organismo. Ya
sea para tranquilizarlo o incluso para eliminarlo en su totalidad. Hay que
indicar que para controlar el vértigo, también se necesita que la persona se
recueste y quede quieta por algunos minutos.
- Un paño de alcohol en la frente: Si tenemos vértigo en
cualquier momento para intentar estabilizar nuestro organismo, se necesita
poner sobre nuestra frente un trapo con alcohol y dejarlo por unos minutos. El
olor que tiene el alcohol, provocara que el cuerpo se estabilice de manera
inmediata, se recomienda seguir utilizando por un lapso de 10 minutos durante
una hora para evitar nuevamente este problema.
- Apretar la mano: Se dice que apretar con fuerza nuestra mano
izquierda, principalmente su centro y también los nudillos. Esto se debe hacer
por 2 minutos para tratar de estabilizar a la persona y empiece nuevamente a
fluir la sangre desde nuestro cerebro a todo nuestro organismo. Un punto para
señalar es que este remedio forma parte de la acupuntura y es muy recurrido en
la actualidad, debido a que estabiliza a las personas inmediatamente.
- Vinagre: Colocar un poco de vinagre sobre la frente y las
sienes, es una gran manera para equilibrar nuestro cuerpo. De igual forma, si
el vértigo persiste, debemos frotar un poco de vinagre sobre la nariz.
- Esencias florales de Bach.
- Manzanas: Cocemos una manzana hasta que esté blanda, y
luego la exprimimos para obtener su jugo. Tomaremos entonces una cucharadita de
este zumo cada hora hasta que sintamos que el vértigo desaparece.
- Acupresión: Apretamos con fuerza con la mano derecha el
centro de la palma de la mano izquierda. Pellizcar o dar masajes circulares en
el espacio entre las cejas también puede mejorar la sintomatología.
- Jengibre: Tomar una taza al día de infusión de jengibre
nos puede ayudar a combatir los síntomas del vértigo. Para prepararla echaremos
una cucharadita de jengibre molido en una taza de agua hirviendo. También
podemos utilizar otras infusiones, como Ginkgo biloba (especialmente indicado
si el vértigo se debe a la falta de riego cerebral), manzanilla, lavanda,
romero o albahaca.
- Tomar alimentos ricos en vitamina B: La levadura de
cerveza o los cereales son ricos en vitaminas del grupo B, por lo que deberemos
incluirlos en nuestra dieta para ayudar a controlar el vértigo.
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