Video: Playa El Viejo Rey
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viernes, 18 de julio de 2014
jueves, 17 de julio de 2014
MEDICINA TRADICIONAL TIBETANA: CONSCIENCIA DE SALUD
Vivimos en una sociedad donde la higiene y el cuidado de la
salud se valoran como logros importantes, pero, ¿estamos completamente sanos?
El cuidado físico, la mejora alimenticia, la calidad de
vida, el cuidado personal, son elementos que nos aportan un equilibrio a los
elementos externos a los que cada día nos enfrentamos. Sin embargo, desde la
perspectiva de la Medicina Tradicional Tibetana, sólo actuar con esos
parámetros no es suficiente para estar sanos y mantener el equilibrio.
La clave está en la
mente, en ser consciente y aplicar la atención a nosotros mismos para lograr la
salud.
La Medicina Tradicional Tibetana considera al ser humano una
integración de mente y cuerpo, donde la primera se transforma en el elemento
diferenciador entre un estado saludable y un estado desequilibrado de salud.
Desde hace más de 2.500 años, y ligada a la filosofía
Budista, esta medicina ha sido la clave para un pueblo que ha aprendido la
ciencia de la mente y su fuerte influencia en la vida y la salud. Esta
disciplina médica muy extendida en Asia, cobra cada día más importancia en
Occidente, donde se brindan oportunidades para aprender y profundizar en una
ciencia médica cuyo objetivo es buscar la causa raíz de la enfermedad y
mediante adaptaciones alimentarias, de comportamiento y el apoyo en terapias
herbales y externas (masaje, horme, moxa, etc.) reequilibrar integralmente al
individuo.
Para la Medicina Tradicional Tibetana todo en el universo
está formado por cinco elementos, presentes en el ser humano, la tierra como el
elemento que da la base y sustento, el agua que lubrica y da fluidez, el fuego,
el calor para poder desarrollar y madurar, el aire como elemento de
crecimiento, y el espacio, como el medio y la potencialidad de la vida.
Estos elementos además, combinados, dan lugar a las tres
energías fundamentales que rigen los procesos mentales y fisiológicos en el
cuerpo: la energía de viento (rlung), cuya naturaleza viene determinada por el
elemento aire, la energía bilis (tripa), cuya naturaleza viene dada por el
elemento fuego, y la energía flema (bedkan), cuya naturaleza procede de los
elementos agua y tierra. El espacio está presente en el cuerpo en los
intersticios y zonas huecas, para permitir el movimiento.
Estas energías cuando
están en equilibrio definen el estado de salud de la persona.
La energía viento es responsable de los procesos cognitivos,
sensoriales, de la capacidad del movimiento del cuerpo, y los procesos más
importantes a nivel vital, como la respiración, la digestión, o la expulsión de
residuos.
La energía bilis da el calor al cuerpo, y la complexión
sana, además es responsable de la determinación y fuerza de la persona.
La energía flema determina la estabilidad emocional y
estructural del cuerpo, y los procesos de sueño y descanso, y determina nuestra
tenacidad y paciencia.
Desde un punto de vista psicológico, el origen de estas
energías está en los venenos mentales, procedentes de la ignorancia propia del
ser humano, a su vez originada por el apego al yo. Esos venenos, apego, ira y
engaño, son los responsables de la generación de las tres energías y los
canales por los que se mueven.
De esta forma, el ser humano no es únicamente un cuerpo y su
funcionamiento, sino también una mente que debe mantener una relación de
equilibrio con el cuerpo.
En nuestra vida diaria vivimos ignorantes de la realidad de
los fenómenos y de nosotros mismos. Esta idea errónea condiciona la percepción
del mundo en el que vivimos y es la causa última de nuestro estado
desequilibrado de salud.
Es por ello que la psicología, y las emociones, tienen una
influencia decisiva para lograr una vida sana. Se debe ser consciente, estar
atento para lograr que el estado de salud, el equilibrio de las energías.
Las alteraciones en los estados emocionales o psicológicos
tienen una repercusión directa en los procesos fisiológicos. La mente es el
factor desequilibrante cuando pierde la atención, y el cuerpo somatiza el
efecto.
El apego al yo, la medida de la vida en base a uno mismo,
genera expectativas, creencias imposibles que no se pueden ver cumplidas, y que
traen como resultado la decepción, el enfado, procesos de oscurecimiento mental
que impiden que el equilibrio mental se mantenga. Y a mayor oscurecimiento,
mayor desequilibrio, y menor capacidad de control. En ese estado de mente los
venenos se manifiestan y generan las causas de la enfermedad, desequilibrando
las energías de viento, bilis y flema. Esas energías, al perder su equilibrio
fomentan que los proceso fisiológicos de los que son responsables no se den con
regularidad y con ello manifiestan síntomas que deben ser tratados para evitar
el perjuicio físico.
Si bien la mente, y sus venenos son la causa, la enfermedad
se manifiesta cuando las condiciones se reúnen, estas condiciones son las
causas secundarias de la enfermedad, la alimentación, el comportamiento, los
accidentes e incidentes desafortunados y las influencias negativas externas.
Esas causas dan lugar a un escenario que el doctor tibetano debe interpretar.
Los métodos diagnósticos de pulso, orina, lengua, orejas y
ojos, permiten al doctor tibetano conocer la causa origen del problema,
reconocer los síntomas, identificar la constitución del paciente y proponer un
tratamiento. Los tratamientos se basen fundamentalmente en una dieta adaptada a
las necesidades del individuo, unos patrones de comportamiento que permitan
cambiar los hábitos perjudiciales y un tratamiento herbal mediante píldoras
naturales.
En muchas ocasiones, se acompaña de terapias externas para
ayudar en el proceso de curación.
Los elementos de curación forman toda una terapia que
permite lograr el éxito del tratamiento sin que haya efectos secundarios, es
decir, sin desequilibrar ningún otro elemento del cuerpo, o a la propia mente.
En definitiva, debemos aplicar una atención consciente en
nuestra vida, y para ello podemos basarnos en estos pequeños consejos:
1. Aceptemos siempre la realidad: no podemos tener todo lo
que deseamos, pero sí podemos ser felices con lo que tenemos. Generemos
autoconfianza.
2. La mente ignorante se concentra en los problemas: no
debemos darle vueltas a los problemas, sino centrarnos en lo positivo.
3. Apreciemos nuestra fortuna: debemos dar gracias por la
vida, la salud, la familia, el trabajo.
4. Llevemos una vida ordenada en alimentación y hábitos.
5. Disfrutemos del presente, seamos conscientes del momento.
En Madrid, en el centro budista Thubten Dhargye Ling la
oportunidad de acceder a esta disciplina es una realidad, de la mano del Dr.
Lobsang Shresta, cuya dedicación a esta ciencia le ha convertido en verdadero
maestro. Desde hace más de 6 años sus enseñanzas en alimentación, masaje,
psicología y medicina han aportado a muchas personas un camino de salud.
Nuevamente contaremos con su inestimable conocimiento desde
septiembre de este año para un nuevo ciclo formativo en Medicina, y
adicionalmente un curso online del primer ciclo para las personas que en la
ocasión anterior no llegaron a tiempo.
Para más información ponte en contacto con:
THUBTEN
DHARGYE LINGComunidad Budista Tibetana
C/ Canillas nº 22 - 28002 Madrid – España
www.budismotibetanomadrid.org
Teléfono: 915 632 959
Sergio Iniesta
Medicina Tibetana y Salud
miércoles, 16 de julio de 2014
Mariela Vidal, ex Guía de Pilates
LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA POSTURA
Si desconocemos que una postura no es adecuada,
continuaremos adoptándola hasta que se convierta en un hábito.
Mantener una buena postura es esencial en nuestro día a día.
Una mala postura corporal puede afectar nuestra salud y funcionamiento así como
nuestra estatura, equilibrio y movilidad o simplemente la imagen que damos a
los demás.
Esta imagen contrasta una columna normal con una que
presenta Lordosis.
A lo largo de nuestras vidas adquirimos ciertas posturas con
preferencia a otras. Si desconocemos que una postura no es adecuada,
continuaremos adoptándola hasta que se convierta en un hábito.
Con el tiempo la forma de nuestro cuerpo va amoldándose a la
postura adaptada e intentará compensar el estrés que se provoca en esas partes,
exagerando la forma en otras zonas del mismo.
Cuando esto sucede, cualquier intento de adquirir una
postura correcta nos parecerá incómodo,
ya que nuestro cuerpo ha comenzado a adoptar una postura incorrecta.
La mayoría de la gente no presta mayor importancia a los
hábitos posturales, hasta que empiezan a tener dolores de espalda, u otros
problemas de salud. Esto se da generalmente en la etapa adulta donde nuestros
cuerpos ya han adoptado una mala postura, en particular los relacionados con la
columna vertebral, zona lumbar, dorsal y cervical.
Sin embargo, no todo está perdido. Reconocer una mala
postura es el primer paso para una posible corrección. Con la práctica del
método Pilates podrás disminuir la tensión en los músculos y en el resto del
cuerpo, te sentirás más ágil y te será más fácil desplazarte y mover tu cuerpo.
Sólo necesitas una práctica regular conciente para convertir una postura
adecuada en algo natural y cómodo.
Cifosis
Los diagramas comparan una columna sana y otra con cifosis.
A continuación algunos ejemplos de problemas posturales de
columna:
Lordosis lumbar: La parte inferior de la espalda se curva
pronunciadamente hacia dentro, lo que provoca deformaciones en la parte
superior de la espalda y el cuello.
Cifosis dorsal: La parte superior de la espalda se joroba,
ésta empuja el cuerpo hacia delante comprimiendo el pecho y el estómago.
Postura correcta, columna sana: Tiene curvas suaves, hacia
dentro en la parte inferior, hacia afuera en la parte superior y otra vez hacia
dentro en la zona cervical.
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