¿POR QUÉ CAMINAR ES MÁS SANO QUE CORRER?
Caminando las articulaciones sufren menos, realizas un menor
esfuerzo y corres menos riesgo de sufrir una lesión, desmayo o fractura… En
definitiva, caminar es una actividad normal del cuerpo que nos ayuda a mantener
un tono físico más saludable. Además, al caminar ejecutamos una mejor pisada,
mejor distribución del peso soportado por el cuerpo y el desgaste es inferior
que corriendo. Así que parece que todo son ventajas.
Un ejercicio tan sencillo
como caminar contribuye a controlar tu presión arterial, colesterol y riesgo de
diabetes, incrementando además tu esperanza de vida. Es el método más económico
en el que solo hay que ponerse a andar. Además, mejora tu oxigenación, previene
la osteoporosis y fortalece los huesos sin dañar las articulaciones. Ejercitar
tu corazón, te ayuda a relajarte y sobre todo, a liberar tensiones del día a
día. Es un ejercicio aeróbico de intensidad moderada que mejora tu fuerza y
resistencia. Si tu objetivo es quemar grasa, caminar es la mejor opción para
ti.
Al caminar acompañado puedes ir manteniendo una amena
conversación, puedes disfrutar del entorno, del momento o hablar con tu yo
interior.
Si queremos mantenernos en forma, mejorar nuestra salud,
disfrutar y estar motivados, la idea principal que hay que recordar es que hay
que moverse. Tenemos que ser capaces de levantarnos del sofá y realizar alguna
actividad que active nuestros músculos, nuestra mente y haga que liberemos
endorfinas mejorando así nuestra autoestima y estado de salud. Una actividad
física moderada como caminar repercute en un beneficio psicológico, fomenta la
sociabilidad y ayuda a reducir la ansiedad o depresión.
Miremos algunos de los beneficios de caminar:
Quema mucha grasa. Caminando 30 a 60 minutos a una velocidad
que lleve tu ritmo cardíaco a un 60% o 70% de su capacidad quema un 85% de
calorías en forma de grasa.
Caminando a un paso moderado por 30 – 60 minutos no solo quema grasas
acumuladas sino que construye músculos que aumentan tu metabolismo.
Estudios médicos muestran que una caminata regular reduce el
riesgo de infartos cardiacos, cáncer, diabetes y problemas de vejiga.
El caminar también promueve la longevidad y reduce el riesgo
de fracturas de cadera en personas mayores.
Aumenta tus niveles de energía.
Te permite ejercitarte a un paso constante y consistente,
quemando grasas en el proceso.
Cómo empezar
Hay algunas consideraciones que debes tomar antes de empezar
un programa de ejercicios:
Primero, si posees algún problema de salud, consulta con un
medico.
Cómprate un buen par de zapatillas para caminar, que se
sientan cómodas y que se ajusten bien a tus pies.
Consigue una buena ruta para seguir, que sea interesante y
que te entretenga mientras caminas.
Convierte el caminar en una prioridad. Haz espacio en tu
agenda para tus caminatas y cúmplelas. Empieza despacio, y con caminatas cortas, y a medida que
desarrolles fuerza ve agregando intervalos de 5 minutos.
Por otra parte, tampoco hace falta recorrer KILÓMETROS.
Una de las equivocaciones más extendidas es que el ejercicio
ha de ser duro y extenuante. Esto no es cierto y desmotiva a mucha gente.
Si caminas, tu cuerpo registra el movimiento y la salud
mejora gracias a todo tipo de cambios fisiológicos.
Andar también es eficaz contra el insomnio, de acuerdo con
un estudio que recomienda caminar a paso ligero durante 45 minutos por la
mañana (caminar por la tarde puede tener el efecto contrario). En el caso de
las mujeres post-menopáusicas, mejora la salud de los huesos. Ayuda a perder
peso (aunque si este es el objetivo principal correr es más efectivo) y, lo que
es igualmente importante en estos tiempos que corren, mejora el estado de
ánimo.








