lunes, 29 de junio de 2015

TODO VENDRÁ A SU SITIO

¿Cuántas veces nos preocupamos en exceso? ¿Cuántas veces no pensamos como nos irá en nuestro nuevo trabajo, como le irá a nuestro hijo en el cole cuando le llegue el momento, o en nuestro matrimonio? ¿Cuántas veces no nos adelantamos a los acontecimientos con conclusiones propias y catastrofistas para que al final todo vuelva a su sitio de una forma mucho más sencilla de lo que pensábamos?

Y es que las personas somos así, nuestra mente va a veces a un ritmo mucho más rápido de lo que quisiéramos y eso del estilo de vida lento deberíamos incorporarlo a nuestra cabeza más a menudo y tenerlo mucho más presente en nuestras ajetreadas y estresantes vidas, llenas de preocupaciones.

¡Dejemos de pensar tanto! Al final todo se soluciona, todo vuelve a su sitio… porque como reza un viejo dicho “Todo tiene arreglo menos la muerte”. Así es que dejemos descansar un poquito la cabeza y no intentemos empujar mentalmente al tiempo cuando solamente queda que este haga su trabajo. Y es que si nos proponemos ver las cosas de otra manera seguro que al final lo conseguimos.

No tengo trabajo, no tengo pareja o he roto con ella, las cosas no van bien en casa… si has perdido el trabajo, el amor, la estabilidad… en definitiva, el Norte no te preocupes porque la brújula de la vida te ayudará de nuevo a encontrar el camino. Porque todo volverá a su sitio. Después de una tormenta siempre sale el sol.

La vida es como un río, a veces estamos arriba empezando en las montañas, con fuerza e ilusión pero sin saber el camino que nos espera, otras veces tenemos que pasar por zonas llenas de piedras y obstáculos y otras tantas ya hemos hecho todo el recorrido hasta llegar al mar, para empezar de nuevo, con otro camino diferente e incierto.

Y es que siempre nos llenamos de preocupaciones muchas de ellas sin necesidad y que a lo único que nos llevan es situaciones de ansiedad y estrés, nada buenas ni para nuestro cuerpo ni nuestra mente. No nos preocupemos el río nos irá marcando poco a poco el camino, sin necesidad de buscarlo o pensar en él continuamente.

Os contaré una historia... Alguien que conozco y que realmente estuvo grave, muy grave, a punto de morir y todo le vino así, de pronto, una persona joven, sana y que por avatares de la vida lo que iba a ser el acontecimiento más feliz de su vida se convirtió por unos días para ella y para todos las que la queremos en una auténtica pesadilla, un parto que casi le busca la muerte...

Entonces en aquel momento entendí que si la hubiéramos perdido, eso sí que hubiera sido un auténtico drama, que aquellos eran los únicos momentos en los que realmente debemos preocuparnos y que el resto de cosas, de preocupaciones cotidianas se irán colocando en su sitio… como un rompecabezas al que poco a poco le vamos encontrando el diseño.

Porque todos tenemos un puzzle personal pero debemos enfrentarnos a él con calma y tiempo, o es que ¿Alguna vez has hecho un gran puzzle en tan sólo unos minutos? Es cierto que alcanzamos la solución de algunos de nuestros problemas por insight o por inspiración repentina, pero antes de que esta se diera probablemente hemos tenido que realizar un trabajo previo que ante lo sorprendente de la solución, queda opacado.

Por eso y desde aquí animo a que todos nos relajemos un poco más en nuestra vida cotidiana, que si hemos perdido el autobús y vamos a llegar más tarde, pues llegaremos más tarde; que si el almuerzo no va a poder estar listo a las 2 en punto pues estará a las 2 y media; que si nos hemos encontrado el Banco cerrado pues mañana volveremos; que si hemos cometido un error en el trabajo, mañana lo subsanaremos o que si hemos tenido un desencuentro con alguien quizás mañana podamos vernos de otra manera o al menos respetarnos…

Pero no dejemos que la almohada sea nuestra compañera de preocupaciones, educada para recordarnos en sueños las que de por sí ya nos agobian durante el día… porque todo vendrá a su sitio.



domingo, 28 de junio de 2015

El limón, interesante información.


Algunos escenarios en Fuerteventura de la película "Exodus: dioses y reyes". Una isla de "película".









LA TRISTEZA SIN ALIVIO Y LA HERIDA ETERNA: DISTIMIA


En el caso de la distimia, uno no siente el vacío insondable de la depresión, ahí donde el dolor se expresa en toda su magnitud. No obstante, son muchas las personas que habitan en la realidad de este trastorno anudadas a una pena que no entienden, a una tristeza que abraza y ahoga día a día sin que se entienda muy bien la razón.

Mal humor, cansancio, malestar, apatía... ¿Qué nos ocurre? Vamos al médico y nos recetan algún complemento vitamínico; no se puede hacer más, puesto que en las consultas de atención primaria raras veces se puede diagnosticar la distimia acertadamente y a la primera. No cumple todos los patrones fácilmente identificables de una depresión, ya que esto, es muy diferente, se trata de un trastorno sibilino que carcome a base de melancolía y desafecto. Nos desconecta y nos aísla.

El DSM-V, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, ya ha sustituido el término “distimia” por una etiqueta algo más compleja y definitoria como es “Trastorno Depresivo Persistente”, y aunque ya nos da una pista de toda su dimensionalidad, cabe decir que a día de hoy, todavía no quedan del todo claros los factores que la desencadenan, aunque podría tener sin duda un patrón genético y bioquímico.

La vida con distimia, ese enemigo invisible

Nos llama la atención el dato de que pueden ser muchas las personas que a día de hoy, padezcan este trastorno depresivo permanente, o la antigua distimia, sin saberlo. La razón de que esto sea así, es porque su sintomatología, no suele ser por lo general tan incapacitante como una depresión, por ejemplo.

Uno puede llegar a ser “funcional” mientras esta tristeza se amarra a nuestra espalda y nos oprime el corazón y la mente. Podemos ir a trabajar y establecer unas relaciones más o menos aceptables, sin embargo, algo falla, sabemos que hay piezas en nuestro interior que no encajan como deberían. Que la vida nos duele como si alguien se ensañara con nosotros de un modo invisible.

¿De dónde viene esa apatía, esa desesperación, ese cansancio insoportable? Hay días en que sentimos una rabia indefinible sin conocer qué la origina, semanas en que solo deseamos dormir y escapar de la gente. En otros momentos, somos tan críticos con nosotros mismos que no podemos ni soportar ver la imagen propia reflejada en un espejo.

Nos cuesta tomar decisiones, somos esos amigos melancólicos a los que todos se han acostumbrado ya, porque en esencia, llevamos mucho tiempo siendo así, sintiendo estos dolores del alma. De hecho, se sabe que es frecuente que la distimia afecte más a mujeres que a hombres, y que por lo general, estos sentimientos suelen ser más evidentes a partir de los 21 años.

Como dato a tener en cuenta, debes saber que una distimia no diagnosticada y no tratada, corre el riesgo de derivar en una depresión severa si en algún momento de nuestra vida, sufrimos episodios de gran estrés o ansiedad. La carga emocional puede ser un detonante realmente peligroso, ahí donde pueden aparecer ya las tentativas de suicidio. No es pues cualquier cosa.

¿Cómo hacer frente a la distimia?

La distimia, es un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, por tanto vamos a necesitar un tratamiento farmacológico combinado a su vez con terapia psicológica. ¿Se puede superar?

Son muchas las personas que lo consiguen, no obstante, y dado que generalmente es algo crónico como te hemos señalado, la finalidad está en “controlar” las emociones negativas para poder tener una buena calidad de vida. Y como tal, puede lograrse.

Ten en cuenta estos aspectos:

1. Si en tu familia cuentas con un pariente cercano afectado de distimia, existe una alta probabilidad de que también tú lo sufras. Si bien suele manifestarse a partir de los 21 años, es importante que toda la familia esté atenta a su sintamatología, al posible aislamiento de los jóvenes, en cuidar de su autoestima, de su motivación…

2. Sé consciente de que las emociones negativas van a ser esos visitantes persistentes que van a querer adueñarse de tu voluntad. Hazles frente, sabes que en este caso la bioquímica de tu cerebro va a ser el detonante de tu tristeza, así que mira a tu alrededor y comprende que, realmente, no hay motivo para desesperarse, para enfadarse, para tener miedo.

3. Ilusiónate por la vida y por ti mismo. Las aficiones son siempre muy importantes, nos dan pasión y nos marcan rutinas. El tener hábitos en nuestro día a día que nos obliguen a relacionarnos, a salir de casa, es algo muy importante. Relaciónate, camina, pasea, atiende, respira, ríe, escribe, envuélvete de sensaciones positivas y cauteriza esa pena que la distimia suele “inflamar” en sus víctimas. No te permitas ser una de ellas.




REFRESCOS



5 HÁBITOS DE LAS PERSONAS EMOCIONALMENTE EQUILIBRADAS


Hay personas de las que sorprende su serenidad ante cualquier acontecimiento mientras que otras se caracterizan porque sienten que son incapaces de hacer frente a sus emociones. Estas últimas se encuentran desbordadas y  consideran que estén preparadas para responder ante los acontecimientos que se les presentan.

Encontrar el equilibrio emocional no tiene porqué ser un trabajo duro, simplemente necesitamos hacer pequeños cambios internos que nos ayudarán a aceptar y controlar nuestras emociones de una forma más eficaz. Veamos a continuación cuáles son los 5 hábitos que las personas emocionalmente equilibradas mantienen y nos pueden ayudar manejar nuestras emociones:

1-En lugar de reaccionar, ellos responden.

Las personas equilibradas se paran un momento a pensar y a controlar el torbellino de emociones que se ha desencadenado en su interior. De esta forma, consiguen desconectarse y tomar perspectiva de la situación, lo que favorece una respuesta adecuada que es menos intensa y acertada que el impulso de una reacción emocional inicial.

Debes tener siempre la cabeza fría, caliente el corazón y larga la mano, dijo Confucio. Una reacción en caliente hace que nos controlen nuestras emociones y estallen nuestros impulsos, por lo que no seremos nosotros mismos si actuamos en ese momento.

Si tras haberte enfrentado a una situación o una persona te sientes mal, significa que has reaccionado a tus emociones, lo que es radicalmente diferente a responder a ellas. Responder a tus emociones te hará sentir que manejaste la situación desde la integridad y el respeto.

2-Ellos honran la realidad de sus emociones

Imagínate que te enfrentas a un divorcio o separación, que te han echado del trabajo o que alguien cercano a ti se ha marchado para no volver. ¿Cómo te sentirías?  Naturalmente te sentirías muy triste, muy nervioso o con miedo ante la incertidumbre. ¿Por qué pelear contra esto?

Precisamente las personas equilibradas no luchan contra sus emociones, sino se mantienen a su lado escuchándolas. Es decir, comprenden que cómo se sienten forma parte de los acontecimientos y que la tristeza cumple su función. Por esto, dejan de sus pensamientos fluyan y desanuden sus emociones.

Esta forma de manejar el interior de uno mismo facilita que una persona no se vea atrapada por sus emociones y que estas no frenen su futuro o destrocen su pasado. No aceptar nuestras emociones con normalidad genera que éstas tomen significados negativos y que estos se apeguen a nuestras historias.

3-Miran hacia adentro y se compadecen por “su auténtico yo” de una forma sincera

Las personas equilibradas hacen algo que la mayor parte de los seres humanos no nos tomamos en serio: reflexionan sobre lo que en verdad les hace sentir bien y sobre cómo pueden generar pequeños placeres de forma constante.

Pues sí, hacer una gran lista de todas las cosas que nos hacen sentir bien es un gran acto de amor hacia uno mismo. Por supuesto, no sirve de nada hacer esta lista para luego no ponerla en práctica, por lo que al menos debemos de llevar a cabo una de esas acciones al día.

Practicar el amor propio nos otorga un gran poder, pues no depender de los demás para sentirnos bien hace que sintamos lo que queramos sentir todo el tiempo.

4-Se mueven para despejar la mente

Cuando nos sentimos tristes, estresados o ansiosos no conseguimos salir de nuestra cabeza y la vorágine de sentimientos que se nos viene encima. Una forma de volver a conectar con nosotros mismo es el movimiento.

Movernos y estar activos facilita la toma de perspectiva, agita nuestros nervios y nos hace sentir vivos. Es algo a lo que no estamos acostumbrados y que probablemente nos haga sentir raros, pero bailar al son de nuestra música favorita es una gran forma de cuidar nuestro bienestar emocional.

5-La gratitud es siempre un requisito indispensable en el día a día

Practicar la gratitud y el agradecimiento es tremendamente beneficioso para nuestro equilibrio emocional, ya que nos entrena a buscar lo positivo y el aprendizaje en cada situación.

Para cultivar la gratitud, podemos tratar de compartir con las personas que nos rodean tres cosas de las que estemos agradecidos cada día. Simplemente consiste en traer a nuestra mente aspectos positivos de nuestro día a día para darnos cuenta de que hay cosas que nos hacen sentir verdaderamente bien.

Cuidar nuestro bienestar emocional nos hace sentir verdaderamente bien y aprovechar al máximo nuestra vida. Al sentirnos equilibrados emocionalmente, podemos centrarnos en nuestros sueños, trabajar nuestras expectativas y sentirnos conectados con nosotros mismos. De esta forma, seremos mucho más productivos y tomaremos más y mejores decisiones, lo que redundará en una mejor salud psicológica y física.