domingo, 10 de febrero de 2019

Cuanto más te identificas con el pensamiento, con lo que te gusta o disgusta, con tus juicios o interpretaciones, es decir, cuanto menos presente estás como conciencia observante, más fuerte es la carga de energía emocional, seas consciente de ella o no. Si no puedes sentir tus emociones, si estás desconectado de ellas, acabarás sintiéndolas a un nivel puramente físico, como un problema o síntoma físico.

Observar una emoción es básicamente igual que escuchar u observar un pensamiento. La única diferencia es que, mientras el pensamiento está en tu cabeza, la emoción tiene un fuerte componente físico, de modo que se siente principalmente en el cuerpo. Puedes dejar que la emoción esté ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción; eres el observador, la presencia que mira.

"El poder del ahora", Eckhart Tolle



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