ME SIENTO, ME CUIDO Y ME VIVO
¿Cuándo fue
la última vez que te preguntaste "cómo me siento"?, ¿cuándo fue la última vez
que te permitiste respirar hondo y disfrutar de todo aquello que te rodea?,
¿cuándo fue la última vez en la que tu bienestar no fue una opción sino una
prioridad?
En los tiempos que
corren, donde el estrés es una forma de vida, vivimos tan preocupados por lo
que ocurrirá en el futuro que dejamos de lado el disfrutar del presente. Pero
no nos damos cuenta que el presente es lo único que realmente tenemos porque el
futuro aún no es algo real.
Actualmente,
los me cuido se han convertido en “si tengo tiempo me tomo un respiro”, los me
siento en “no es nada solo estoy algo cansada” y los me vivo en “sobrevivo al
día a día”. Esto hace que nuestra salud mental y física se vean afectadas por
multitud de estresores perjudiciales que nos hacen mucho daño.
Para
sentirte bien tienes que cuidarte y el ritmo de vida actual hace que cuidarte
sea muy difícil. Pero para ello ha surgido el mindfulness, como una herramienta
para poder llevar el estrés a la vez que seguimos con las actividades de
nuestra vida cotidiana.
Mindfulness para la vida cotidiana
Para
iniciarte en el mindfulness sólo tienes que tener ganas de cuidarte y comenzar
a seguir los siguientes pasos, primero en un lugar silencioso, y luego una vez
dominados, utilizarlos en tu vida cotidiana mejorando así tu salud:
Concéntrate
en tu respiración: cuando estamos ansiosos o enfadados, nuestro ritmo
respiratorio es acelerado, lo que hace que nuestro corazón lata más deprisa
señalándonos que no estamos bien. No tenemos que tratar de dominar o cambiar
nuestra respiración, sólo con prestarle atención, con ser conscientes, su ritmo
cambia.
Explora tu
cuerpo: pregúntate ¿cómo me siento?, ¿qué es lo que dice mi cuerpo? El hacerte
consciente de tu propio cuerpo hace que esas sensaciones incómodas, que pueden
aparecer durante la meditación, empiecen a formar parte de ese momento único.
De esta forma ese dolor o incomodidad puede entrar en el campo de nuestra
consciencia y ser aceptado sin juzgarlo como algo indeseado. Recuerda que esas
sensaciones son enseñanzas sobre nosotros mismos.
Siente el
mundo que te rodea: escucha tu mundo, las hojas de los árboles o los coches, el
silencio o el bullicio de la gente. No es pasar de largo es formar parte de
algo, vivirlo. Siente el momento presente, siente, pero sin la necesidad de
moverte, porque si la mente está inquieta el cuerpo le sigue, ambos están
conectados.
No eres tus
pensamientos: cuando comenzamos la meditación ríos de pensamientos suelen
irrumpir en nuestra mente. Unos son más ansiógenos que otros, pero todos son
igualmente importantes, no hay que tener en cuenta el contenido. En este caso,
no se trata el prohibirnos pensar sino el concentrarnos de nuevo en la
respiración. Observamos los pensamientos y los dejamos pasar centrándonos en
nuestra forma de respirar.
Estos pasos
son una exposición preliminar de lo que es iniciarse en el arte del
mindfulness, en el arte de sentirte, vivirte y cuidarte. Al principio te
costará, pero si empiezas poco a poco en un lugar cómodo, sentado de manera
firme y sin cruzar las piernas, el dominio de la técnica llegará con la
práctica y tendrás tal control sobre ella que podrás aplicarla en cualquier
momento y lugar.
Me siento bien si busco tiempo para ser, no
para hacer
Me siento
bien si busco tiempo para ser, no para hacer. Me siento bien si me cuido, si me
vivo con toda intensidad, no si me limito a ver la vida pasar agobiada por las
tareas que definen un futuro que aún está por llegar.
Cuidarte y
ser consciente de ti misma y de tu bienestar hará que tu salud mejore, que tu
sistema inmunológico sea más fuerte y tu mente esté más despejada. Hará que
descanses mejor y tu rendimiento, por tanto, sea mayor. Cuidarte con el
mindfulness hará que tengas tiempo para ser y disfrutar de ti misma ¡a que
esperas!
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/me-siento-me-cuido-y-me-vivo/
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