KINTSUGI, ORO PARA LOS ERRORES
Hoy quiero hablaros del Kintsugi, una valorada técnica
japonesa que consiste en reparar objetos dañados con oro. ¡Sí!, con la resina
del árbol de la laca y con polvo de oro. Después de que un objeto es sometido a
esta técnica se transforma en una auténtica obra de arte. La historia de esta
‘carpintería en oro’ se remonta a finales del siglo XV. Cuentan que fue un
general quien envió a reparar a China uno de sus tazones de té favoritos. Se lo
devolvieron reparado, pero a base de grapas de metal, lo que dejaba inservible
el tazón. El general buscó artesanos japoneses que dieran con una mejor
solución. Fue entonces cuando surgió el Kintusgi, una nueva forma de reparar
cerámicas que les daba un valor añadido.
La historia del Kintsugi me ha parecido fantástica. No sólo
se consigue reparar un objeto que, de otra forma, quedaría inservible sino que
se mejora, se le otorga más valor, se le da prestancia… Y me ha parecido
fantástica por cuanto tiene que ver con la posibilidad que tenemos, que está en
nuestras manos hacer cosas maravillosas a partir de nuestras equivocaciones
o de una mala experiencia… No sólo
aprender de ellas, sino salir fortalecidos, enriquecidos…como el tazón de té
del militar japonés.
Ahora es el momento de ponernos a trabajar, de apartar el
‘es que’, de dejar atrás las excusas que nos paralizan y nos impiden vivir. Me
gustaría que respondieras a estas preguntas y que lo hicieras con sinceridad:
¿Cuántas veces no te has atrevido a hacer algo por miedo a equivocarte? ¿A
cuántas cosas has renunciado por temor a no lograrlo? Ahora piensa un poco y si
puedes contéstame: ¿Qué pasa si te equivocas? Al menos, lo has intentado, has
dado el paso, te has arriesgado, y seguro que has aprendido algo. Y qué tal sin
con lo aprendido perfeccionamos nuestra acción. ¿Qué tal si con nuestros
conocimientos transformamos ese error en una obra maestra?
El general podría haber decidido no volver a beber té en
esos fantásticos tazones porque podían romperse. De haberlo hecho, habría renunciado a dos placeres: beber el té
en su tazón preferido y descubrir lo que los artesanos japoneses eran capaces
de hacer con una simple taza. Y tú, ¿a qué vas a renunciar por no intentarlo?
No se trata de que hagamos cosas a tontas y a locas, sin
pensar, sin prepararnos, pero si nos esperamos a tener la certeza absoluta de
acertar, de tenerlo todo bajo control… nunca tomaremos decisiones. Porque
siempre hay un margen de error, pero en lugar de pensar en que el tazón puede
romperse es mejor que nos centremos en buscar los beneficios que obtendremos de
la acción que vamos a realizar. Sólo con dar el primer paso ya obtenemos un
beneficio, el placer de haber tomado la decisión de intentarlo, de sentirnos
valientes, útiles. Sólo esa decisión ya nos hace crecer como personas, nos
produce una intensa satisfacción. ¿Recuerdas cómo te sentiste cuando dejaste tu trabajo monótono y aburrido por
ese otro que surgió en las largas conversaciones con tus compañeros de
estudios? ¿Recuerdas cuando dejaste la carrera que habías elegido porque lo
hacía el resto y la cambiaste por esos estudios que nadie quería que hicieras,
pero que tú adorabas? En algunas ocasiones, en la mayoría, la decisión habrá
sido para bien. En otras, tal vez, sientas que te has equivocado, que tu tazón
se ha roto… Pues cuando sea así piensa en el Kintsugi y busca la manera de
hacer de esa equivocación un acierto, una obra de arte. Y tú, ¿te atreves a reparar con oro tus
errores?
Luis Galindo
Acerca de Luis Galindo
Luis Galindo cuenta con más de 30 años de experiencia en
puesto Directivos en diferentes empresas de carácter nacional e internacional
de diversos sectores siempre al servicio de numerosos Equipos Humanos. Tiene un
estilo propio de transmitir “en directo” enérgico e inspirador, muy personal,
que le hace único en la conexión conferenciante-auditorio y que le lleva a ser
reiteradamente solicitado por los directivos que han asistido a sus
intervenciones.
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