jueves, 8 de junio de 2017

NI AVANZAS, NI RETROCEDES: ESTÁS ATASCADO

Hay momentos de la vida en donde el sello está en el desconcierto. No es que sean “momentos malos”, en el estricto sentido. No es que pases por grandes sufrimientos o graves problemas, sino que simplemente ves pasar los días y sientes, muy en el fondo de ti, que no estás evolucionando, que no creces.

La nota predominante es la rutina. Cada día es muy parecido al anterior y aunque no tienes que pasar por grandes sobresaltos, tampoco logras entusiasmarte realmente con nada. No consigues activar tu fuerza vital y tampoco tienes ganas de intentarlo.

“La vida nunca es estancamiento. Es movimiento constante, movimiento sin ritmo, pues nosotros cambiamos constantemente. Las cosas viven moviéndose y ganan fuerza mientras lo hacen.”
-Bruce Lee-

Has llegado incluso a acostumbrarte a los problemas que antes te inquietaban. Si tienes una relación mediocre o nociva, dejas de pretender que sea mejor. Si tu trabajo no te satisface, te resignas y sobrellevas lo que hay. Ni avanzas, ni retrocedes: estás atascado.

¿Estás atascado? ¿No avanzas?

El estancamiento es un estado en el que no logras ponerte en contacto con tus sentimientos y emociones más genuinas. De ahí que tampoco sientas un verdadero impulso hacia la acción, hacia propiciar algún cambio que te enriquezca y haga más significativo el hecho de vivir. Éstas son las señales que indican que te encuentras atascado:

● No sientes entusiasmo. Haces todo como mecánicamente y procuras no pensar mucho en ello.
● No quieres complicarte.
● No quieres comprometerte con nada. Te limitas a cumplir con lo que se te pide, tanto en el plano laboral, como en el plano personal. Pero no quieres implicarte demasiado.
● Eludes los desafíos. Frente a un posible reto, o a una novedad, te haces a un lado. No te interesa ponerte a prueba, ni le ves sentido a ello.
● Sientes fatiga casi todo el tiempo. Una de tus frases favoritas es “estoy cansado”. Y es verdad, físicamente te sientes sin energía. Te parece que tu cuerpo es pesado y fácilmente caes en la somnolencia.
● Tu rutina es demasiado estructurada. Haces casi todo, cada día, de la misma manera. Los mismos horarios, el mismo recorrido, las mismas conversaciones.
● Rechazas todo lo nuevo. Cualquier novedad te parece una incomodidad innecesaria. No quieres invertir tu esfuerzo en adaptarte a algo que desconoces.
● Sientes pereza y aburrimiento, de manera constante. Bostezas mucho y anhelas que “te dejen quieto”, que nada te invite a movilizarte. Casi todo te aburre, pero más te aburre pensar en un cambio.
● Justificas tu actitud, incluso con mentiras. Construyes una serie de “razones” falsas para sustentar tu inactividad y miedo al cambio. Inventas excusas para justificar tu estancamiento.

Si no avanzas, devuélvete

Cuando pasas por una de esas etapas de estancamiento, seguramente hay un dejo de tristeza, o de ira, o de ambas, en el trasfondo de la situación. El hecho de que estés atascado significa que, aunque no te des cuenta, hay algún asunto por resolver en tu vida.

La depresión encubierta es como un pequeño animal que roe constantemente y te roba energía vital. Se trata de un rumor sordo que ejerce un gran peso sobre la percepción del día a día. Como si le pusieras un velo gris a la realidad y contemplaras todo a través de esa distorsión de color. Nada te parecerá suficientemente interesante, porque no lo estás mirando directamente.

La ira, a su vez, es una de las emociones más paralizantes. Cuando se queda enquistada en tu interior, opera corroyendo las demás emociones. La ira reprimida te vuelve rígido, sarcástico y negativo. Te lleva a sentir una especie de desprecio por todo lo que te rodea y contribuye a que nada te despierte interés. Mina tus relaciones con las demás personas y, a largo plazo, afecta tu salud.

Lo mismo ocurre con la culpa, que a veces se instala en tu inconsciente. Cuando lo que no hiciste o no dijiste, o lo que hiciste y dijiste, te genera arrepentimiento y eludes esa realidad, es probable que el precio sea ese palidecer de tus emociones y de tus ganas de vivir.

Las etapas de estancamiento deben mirarse con cuidado. A veces exigen solamente un proceso de toma de conciencia y un replanteamiento de las condiciones en las que se vive. Otras veces, en cambio, son una señal de que se hay una crisis que comienza a desatarse.

Por eso, cuando sientas que no puedes avanzar, lo mejor es que te devuelvas. Estás atado a alguna situación del pasado que no ha sido superada del todo y que sigue incidiendo en tu presente. Es cierto que la vida no es un jardín de rosas, ni una fiesta de todos los días. Pero, por otro lado, es en realidad lo único y lo más valioso que tienes.

Vivir sin vivir no es una opción. El tiempo de existencia es muy corto como para desperdiciarlo en rutinas inútiles y relaciones insatisfactorias. Tu paz y tu felicidad son el único objetivo por el que en verdad debes jugarte a fondo. La quietud hay que dejársela a los muertos.


Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/avanzas-retrocedes-estas-atascado/


martes, 6 de junio de 2017

LOS OJOS SON EL REFLEJO DEL ALMA

Qué tendrán los ojos que dicen tanto de nosotros. Qué poder se ocultará bajo nuestros párpados que nos hace capaces de infundir confianza, de crear rechazo, de anunciar nuestro humor… Qué extraño mecanismo hará que mediante nuestra mirada seamos capaces de convencer, de seducir, de rechazar…

Y es que hay miradas que enamoran, que infunden confianza. Por contra, otras son capaces de matar, de provocar profundo desasosiego. Hay ojos que son feroces, cargados de odio. Estos siempre acompañan miradas que asustan, que auguran de reojo malas intenciones. Pero también los hay risueños, llenos de vida. Ojos chispeantes que anuncian a los cuatro vientos que están enamorados.

Así pues es lógico pensar que estos son pequeñas ventanas a través de las cuáles asoma nuestra alma y por dónde nuestros sentimientos se airean.

En ocasiones son pequeños ventanucos por los que tímidamente asoman buscando ser correspondidos. En otras, estos son grandes ventanales que proyectan tormenta; incluso a veces, en muy pocas ocasiones, estos no son más que huecos oscuros y profundos, vacíos. Pequeñas fosas que buscan alimentarse del brillo de los otros. Ojos depredadores que escrutan buscando calmar sus ansias.

Por suerte, si te fijas, el mundo está lleno de ojos rebosantes de vida. Ojos cargados de ganas de vivir, aunque a veces cansados, siempre esperanzados. Gracias a Dios el mundo está lleno de miradas llenas de ilusión y de ganas de ver. Ojos deseosos de descubrir magia.

Y ahora, antes de acabar, un consejo: Si alguna vez en tu vida te cruzas con estos últimos míralos fijamente, con fuerza. Míralos queriendo empaparte de su esencia. Míralos como si fuese lo último que fueses a hacer en esta vida. Hazlo porque esos serán los que salven este mundo.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/los-ojos-son-el-reflejo-del-alma/


domingo, 4 de junio de 2017

QUIEN HOY NO TE VALORA, MAÑANA TE EXTRAÑA

A veces, las personas huyen sin más explicación, dejándonos desolados por una ausencia cruel e inesperada que le da un vuelco a nuestra vida.

Cuando esto ocurre, no nos podemos imaginar nada peor, más rastrero y más egoísta que la ofensa que acaban de realizarnos.  Entonces, después de contener nuestro enfado y nuestra rabia, empezamos a pensar que no nos lo merecemos y que es injusto.

Al mismo tiempo una nube cargada de tristeza y de reproche se cierne sobre nosotros, generando una oscuridad con la que intuimos que tendremos que convivir una buena temporada.

En esa oscuridad conoceremos la decepción, el desencanto, el engaño y la incredulidad.  Sin embargo, cuando caemos en ese abismo, significa que está cerca la libertad pues si alguien nos ha dejado de esa manera, no merece nuestra compañía.

Vale más un desengaño que vivir en una mentira

Cuando alguien se marcha sin más hay algo dentro de uno mismo que se rompe. Es probable que no acertemos a saber qué es lo que se ha quebrado pero, sin embargo, nos duela muchísimo.

No obstante, los desengaños son menos dolorosos si conseguimos salvaguardar nuestra integridad. Por esta razón, aunque sustituir el amor a los demás por el amor propio es un proceso duro, la verdad es que estaremos cambiando a un insufrible tirano por un buen amigo.

Asimismo, cuando una persona nos abandona injustamente, cuando nos dejan sin explicación ni mediación, podemos estar seguros de que el día de mañana le penará habernos perdido

Como dicen, el que nada no se ahoga, y si alguien se ha ahogado es porque no quiso nadar, porque no estaba a nuestra altura o porque su grado de madurez emocional le impedía ver que hay millones de maneras mejores de decir adiós o de arreglar las cosas. En definitiva, huir vilmente no es la solución valiente, sino la cobarde, la amarga, la desagradecida.

¿Qué hacer cuando alguien desaparece de nuestra vida?

Cuando alguien desaparece de tu vida, puede que no vayas a volver a ver a esa persona nunca más, o si podrás decirle todas las cosas que te quedan, que te gustaría decirle. Coges papel y lápiz y escribes una carta. Que puede ser eterna o puede ser una palabra. Se la escribes a esa persona que se fue, pero no, no la mandas, la doblas y la acercas a una llama y la quemas. Se la lleva el viento y así el dolor no se te queda tan dentro.
Federico Moccia

Cuando alguien nos deja de esta manera, iniciamos una pelea interna en la que nos debatimos entre “esperar a que vuelva con el rabo entre las piernas” o “reiniciar nuestra vida y reaprender a convivir con nosotros mismos”. Esto último entraña un sinfín de dificultades que tenemos que superar, ya que no sabemos hacerlo.

Es probable que, en estos casos, se nos queden muchísimas cosas por decir. El dolor, los reproches y todas nuestras emociones no pueden quedarse dentro de nosotros mismos, debemos de sacarlas de alguna manera, aunque sea imaginándonos que tenemos a esa persona de frente, aunque sea rasgando papeles o golpeando cojines.

Una de las mejores opciones es escribir una carta a quien te lastimó en la que le explicas cómo te ha hecho sentir antes y después de su partida. Tras hacer esto, lo mejor es deshacernos de ella, pues hacerlo será la mejor manera de liberación.

¿Cuál es el último paso para liberar el dolor?

Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad
Catherine Ponder

Después de escribir nuestra carta y de liberar nuestros sentimientos y emociones, le llega el turno a perdonar. Darle alas a nuestro sufrimiento será la única forma de no hacer de nuestro cuerpo la tumba de nuestra alma.

Porque detrás de nuestro coraje, nuestra rabia y nuestra ira ante la huída de alguien sin escrúpulos, se esconde una gran tristeza, una infinita humillación y la más dolorosa decepción. Por eso, liberarnos de estos sentimientos supondrá para nosotros dejar de caminar por el borde de un volcán en activo.

Pase lo que pase, de lo que no nos tenemos que olvidar nunca es de que toda experiencia dolorosa encierra dentro un gran semilla de crecimiento y de liberación.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/quien-hoy-no-te-valora-manana-te-extrana/


jueves, 1 de junio de 2017

“DESACTIVAR” EL EGO PARA AMAR EN PLENITUD Y SIN APEGOS

El ego suele tener una visión muy limitada de la realidad, y sólo acepta su punto de vista, su modo de entender el mundo, e incluso de amar. Pocas dimensiones pueden ser más dañinas y destructivas como el egoísmo en cualquiera de sus ámbitos, ya sea a nivel de amistad, a nivel laboral o en el seno de una pareja.

Al ego le gusta que las cosas sean como uno desea, que el mundo se ordene milimétricamente de acuerdo a sus perspectivas, a su concepción personal de lo que está bien y lo que está mal. No le gusta lo imprevisto, ni lo espontáneo, las reacciones que escapan a su control y que expresan voluntad propia.

Para amar en plenitud, debemos “desactivar el ego”, permitiendo así que la pareja nos ame en libertad, siendo una persona con voluntad propia, y no como “nosotros deseamos”. El amor que se ofrece con espontaneidad y de modo íntegro, es sin duda el amor más pleno y auténtico.

Lo que esconde la máscara del ego

Es muy frecuente que iniciemos relaciones de pareja con personas que muestran virtudes en un principio admirables. Resplandecientes casi. Aspectos como la seguridad personal, el aplomo, la firme confianza en uno mismo e incluso esa inclinación a la protección, puede “deslumbrarnos” en un inicio.

Sin embargo, al cabo del tiempo a esa seguridad inicial se le añade la necesidad de control y la obsesión en que las cosas, deben ajustarse a los esquemas propios. Es decir, lo que en un principio confundíamos con “seguridad” es en realidad un miedo muy claro a que “escapemos de su control”, y a que evidenciemos sus vulnerabilidades.

Las personas con un ego marcado buscan ante todo el ser reconocidos por los demás, y en especial, por sus parejas, porque ellos no son capaces de reconocerse a sí mismos. Y la razón de ello está en el miedo, el cual cubren con la máscara del ego para sobrevivir.

En realidad, no es nada fácil desactivar el ego de la persona que amamos. Una vez descubrimos esta dimensión, es decir, una vez nos damos cuenta de que sus virtudes son en realidad armas de doble filo, y que utiliza su ego para crear expectativas en ti y someterte, ten claro que lo único que pretende es llenar sus propios vacíos mediante la dominación, mediante un apego poco saludable con el que cubrir su inmadurez.

El ego suele tener muchas máscaras, y estamos seguros de que ya conoces algunas:

-Utilizar la victimización.

-Buscar ser reconocidos en cada cosa que hacen, dicen y expresan, sin tener nunca en cuenta a los demás.

-Poner cargas sobre ti para descargar “su ego”.

-Busca siempre culpables ante cualquier problema o situación que él o ella misma genera.

-No admite la espontaneidad, las cosas nuevas, el salir de la rutina y aún menos, que tú disfrutes de tus propias aficiones. de tus espacios… Ponen muros a tu crecimiento personal.

Aprender a desactivar el ego

Es necesario que entendamos que el ego es un modo de “desconectar” por completo de los ejes que mueven el amor consciente, el amor maduro que se ofrece en libertad y plenitud al otro para formar pareja, para tener un proyecto en común respetando siempre el crecimiento personal de cada uno.

Si tu pareja es un hábil artífice del “egoísmo” pon límites desde el principio y deja muy claro que amar no es juzgar, ni controlar, ni aún menos llenar los vacíos e inseguridades propias mediante la manipulación. Querer no es ofrecer cargas, sino crecimiento interior. Plenitud.

Es preciso que empecemos a renunciar a hacer las cosas como nuestro ego quiere sino a disfrutarlas como suceden. Es entonces cuando despertará nuestra verdadera conciencia del amor, esa que deja de luchar para dar paso a la espontaneidad del día a día, a una libertad donde no hay apegos y donde cada uno es dueño de sí mismo, y a su vez, parte de un proyecto en común.

No podemos olvidar que muchos de nosotros, de algún modo, somos un poco egoístas en materia afectiva. No obstante, cada cosa tiene su  justo equilibrio, pero si nos dejamos llevar por el ego en toda su intensidad, nunca veremos la realidad de las cosas, sino nuestras propias necesidades y las sensaciones negativas que ello genera.

Hay que tenerlo en cuenta.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/desactivar-el-ego-para-amar-en-plenitud-y-sin-apegos/