martes, 6 de septiembre de 2016

ENTREVISTA A DAN WINTER: “LAS EMOCIONES AFECTAN A NUESTRA GENÉTICA”

Dan Winter, físico, psicofisiólogo, músico, investigador poligráfico, analista de sistemas IBM.

56 años. Nací en Nueva York y vivo en el campo, en el sur de Francia. Tengo pareja. El éxtasis, la felicidad, las experiencias pico… son absolutamente necesarios para la salud y son pura física. Mis conocimientos como ingeniero eléctrico conforman mi idea religiosa.

¿Sabe esa aureola  que les ponen a los santos? Es pura ciencia.

¿Se puede ver y medir?

Uno de mis colegas, el profesor Konstantin Korotkov, catedrático de la Universidad de San Petersburgo, ha creado un aparato, el GDV (visualización por descarga de gas), que conectado a la punta de los dedos y a un ordenador muestra el aura de todo el cuerpo; es decir, el campo energético.

¿…?

Están utilizándolo ya más de 10.000 médicos, incluida la asociación médica estadounidense. Con el GDV obtenemos información sobre el estado físico y psicológico del paciente. Nos permite abordar un nuevo nivel del ser humano, el energético.

Póngame un ejemplo concreto de lo que puede medir el GDV.

La empatía entre las personas: vemos cómo el aura de las parejas bien avenidas se mueve entre los dos cuerpos; y también cómo la gente que toma drogas, legales o ilegales, tiene agujeros en su aura.

¿Y usted investiga con eso?

Sí. Entre otras cosas, con lo que ocurre con el aura tras la muerte.

Creo que tendremos que ir despacio.

Cuando morimos, el campo eléctrico, o lo que llamamos vida, sale del cuerpo. Las constantes de Kluver (un científico que se dedicó a investigar las experiencias cercanas a la muerte) es lo que la gente suele ver cuando muere. Se trata de un patrón de simetrías.

¿Todos ven lo mismo?

Sí, primero ven una rejilla, luego una especie de telaraña, un túnel y finalmente una espiral. Lo que hemos descubierto es que esos cuatro pasos  se corresponden con la geometría de pliegues de nuestro ADN.

¿Y?

Nosotros somos un colectivo de 3 billones de células, y probablemente cuando morimos nuestro campo electromagnético se va hacia el centro de cada una de esas células, nuestro ADN, para luego salir de nuestro cuerpo. Adónde llegue después depende del grado de fractalidad del entorno en que morimos y de nuestra preparación; puede llegar a cualquier punto del universo.

Defíname fractalidad.

Una rosa, un helecho, una piña, las muñecas rusas…, es decir: el interior tiene exactamente la misma forma que el exterior, y eso es lo que produce la fuerza centrante, la implosión, lo que provoca que todo se mantenga alrededor de un centro, incluido  nuestro campo electromagnético. En realidad, la fractalidad es lo que genera la gravedad.

¿Todo se pliega sobre sí mismo?

Si, sólo existe una forma que se comprime infinitamente. Imagine un pequeño chip en el que cabe toda la información del cosmos; eso es lo que llamamos vacío, que en realidad alberga toda la energía del universo.

Nuestro campo magnético va variando… ¿en función de qué?

Lo que comemos, dónde nos encontramos y cómo nos movemos. Un edificio metálico y cuadrado  es lo opuesto a fractalidad. Pero durante una experiencia cumbre, las ondas cerebrales generan la proporción aurea.

Que obedece toda la naturaleza

Sí,  desde una caracola hasta las galaxias, desde nuestro propio cuerpo hasta los átomos; todo tiene la misma proporción: es el punto de unión de nuestro universo, el camino de la unidad, el número phi.

¿Phi o Pi?

Pi es la constante que permite pasar de la línea al círculo, y phi nos permite pasar del círculo a la espiral, reentrando en ella misma. Es lo que llamamos autoconsciencia.

El personaje Max Cohen, de la película “Pi, fe en el caos”, ¿se inspira en usted?

Sí, pero debería haberse llamado phi y no pi, el productor le cambió el título en el último momento. La película describe cómo todo está compuesto de espirales y expone paralelismos directos de mi vida.

¿Y ahora qué le ocupa?

La bioretroalimentación, que nos ha permitido discriminar las emociones en términos eléctricos, de ahí mi expresión emoción coherente. Eso ha inspirado notables investigaciones.

¿Con algún resultado revelador?

Se midió, de un modo totalmente replicable, que el efecto de la ordenación coherente de los armónicos del corazón en los momentos de compasión o amor causaba una repercusión en el trenzado del ADN.

¿Qué significa eso?

Que las emociones afectan directamente a nuestra genética. Y tiene diversas aplicaciones: en estos momentos, con mi equipo de Inglaterra estamos buscando campos eléctricos bioactivos.

¿Qué es eso?

Sabemos que una pirámide o un dolmen pueden afectar a la germinación de semillas, e investigamos cómo crear un campo eléctrico que prevenga el envejecimiento…, lo opuesto  a vivir en edificios y ciudades como los nuestros. Todos los edificios sagrados están construidos siguiendo la proporción áurea, de manera que generan un campo eléctrico que facilita el crecimiento, y eso hoy podemos medirlo.

¿Tenemos que cambiar de vida?

Las enseñanzas espirituales son, en el fondo, enseñanzas  eléctricas. Sólo tenemos que crear entornos más fractales, comer comida fractal y hacer ejercicios que nos armonicen con el exterior, así nos llenaremos de vida y consciencia.

Ima Sanchís
Foto: Ana Jiménez
Fuente: La Vanguardia (entrevista publicada el 27 de febrero de 2009)

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2009/02/27/pagina-76/76916231/pdf.html


domingo, 4 de septiembre de 2016

OFICIALMENTE LA CIENCIA ADMITE QUE NUESTROS PENSAMIENTOS CREAN NUESTRA REALIDAD

Lo que sigue no viene de un texto religioso ni nueva era: es rigurosamente científico. Se apoya en la física cuántica.

Todo este fascinante mundo cuántico abre una enorme y misteriosa puerta al mundo espiritual. Somos como grandes antenas electromagnéticas. Dependiendo de nuestra energía vamos a atraer a unas posibilidades o a otras, de las infinitas que nos ofrece el universo.

Y la pregunta es: ¿qué señal estás tu transmitiendo al universo? Porque puede depender de ella lo que recibas. Siendo conscientes de esto tenemos la capacidad de cambiar nuestra energía,  para ello primero tenemos que cambiar el pensamiento, salir de nuestra rutina, de nuestro tiempo y de nuestro cuerpo. Imaginar situaciones deseadas es una forma muy sencilla de hacerlo ya que al imaginar nuevas situaciones, como el cerebro no tiene ojos, no sabe si lo que pensamos, soñamos o imaginamos, está pasando de verdad o no.

De esa forma nos adelantamos a lo que queremos,  las funciones celulares de la felicidad se ponen en marcha: serotonina, endorfinas, dopamina…  Y co-creamos con el universo. Puedes crear tu propio mundo. Si el pensamiento que transmites sobre lo que quieres es bien claro y definido, lo atraerás. Podemos relajarnos, confiar en la vida, co-crear con el universo y disfrutar de nuestra existencia.

Compartir e interactuar con las personas es lo que de verdad nos va a hacer felices. Somos seres espirituales y además de necesitar cosas necesitamos nutrirnos de amor, compartir y sentir paz y serenidad.

Así de fuerte, es urgente tomar consciencia y comenzar a vivir con una actitud más responsable, a dejar de ser horrorosamente reactivos sino proactivos. Para que ante la conflictividad que vivimos, seamos más adultos y reflexionemos, para elegir de nuestros pensamientos, los más positivos, los más constructivos para solucionar las problemáticas y no para atizarlos.

Les informo con base científica a los que tienen un pensamiento tóxico constante de rabia desasosiego, desesperación: no importa a quién están culpando de sus desgracias, a los únicos que les están haciendo daño, es a ustedes mismos. 

Nada justifica quedarte en la lamentación, lapidando a otros para justificar tu desgracia, ya basta. Se valiente, levántate, piensa y hazte cargo de un mundo mejor para ti y los tuyos.

El momento es ahora.


Fuente: https://despierten.wordpress.com/2013/06/06/oficialmente-ciencia-admite-nuestros-pensamiento-crean-realidad/


viernes, 2 de septiembre de 2016

ME SIENTO, ME CUIDO Y ME VIVO

¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste "cómo me siento"?, ¿cuándo fue la última vez que te permitiste respirar hondo y disfrutar de todo aquello que te rodea?, ¿cuándo fue la última vez en la que tu bienestar no fue una opción sino una prioridad?

En los tiempos que corren, donde el estrés es una forma de vida, vivimos tan preocupados por lo que ocurrirá en el futuro que dejamos de lado el disfrutar del presente. Pero no nos damos cuenta que el presente es lo único que realmente tenemos porque el futuro aún no es algo real.

Actualmente, los me cuido se han convertido en “si tengo tiempo me tomo un respiro”, los me siento en “no es nada solo estoy algo cansada” y los me vivo en “sobrevivo al día a día”. Esto hace que nuestra salud mental y física se vean afectadas por multitud de estresores perjudiciales que nos hacen mucho daño.

Para sentirte bien tienes que cuidarte y el ritmo de vida actual hace que cuidarte sea muy difícil. Pero para ello ha surgido el mindfulness, como una herramienta para poder llevar el estrés a la vez que seguimos con las actividades de nuestra vida cotidiana.

Mindfulness para la vida cotidiana

Para iniciarte en el mindfulness sólo tienes que tener ganas de cuidarte y comenzar a seguir los siguientes pasos, primero en un lugar silencioso, y luego una vez dominados, utilizarlos en tu vida cotidiana mejorando así tu salud:

Concéntrate en tu respiración: cuando estamos ansiosos o enfadados, nuestro ritmo respiratorio es acelerado, lo que hace que nuestro corazón lata más deprisa señalándonos que no estamos bien. No tenemos que tratar de dominar o cambiar nuestra respiración, sólo con prestarle atención, con ser conscientes, su ritmo cambia.

Explora tu cuerpo: pregúntate ¿cómo me siento?, ¿qué es lo que dice mi cuerpo? El hacerte consciente de tu propio cuerpo hace que esas sensaciones incómodas, que pueden aparecer durante la meditación, empiecen a formar parte de ese momento único. De esta forma ese dolor o incomodidad puede entrar en el campo de nuestra consciencia y ser aceptado sin juzgarlo como algo indeseado. Recuerda que esas sensaciones son enseñanzas sobre nosotros mismos.

Siente el mundo que te rodea: escucha tu mundo, las hojas de los árboles o los coches, el silencio o el bullicio de la gente. No es pasar de largo es formar parte de algo, vivirlo. Siente el momento presente, siente, pero sin la necesidad de moverte, porque si la mente está inquieta el cuerpo le sigue, ambos están conectados.

No eres tus pensamientos: cuando comenzamos la meditación ríos de pensamientos suelen irrumpir en nuestra mente. Unos son más ansiógenos que otros, pero todos son igualmente importantes, no hay que tener en cuenta el contenido. En este caso, no se trata el prohibirnos pensar sino el concentrarnos de nuevo en la respiración. Observamos los pensamientos y los dejamos pasar centrándonos en nuestra forma de respirar.

Estos pasos son una exposición preliminar de lo que es iniciarse en el arte del mindfulness, en el arte de sentirte, vivirte y cuidarte. Al principio te costará, pero si empiezas poco a poco en un lugar cómodo, sentado de manera firme y sin cruzar las piernas, el dominio de la técnica llegará con la práctica y tendrás tal control sobre ella que podrás aplicarla en cualquier momento y lugar.

Me siento bien si busco tiempo para ser, no para hacer

Me siento bien si busco tiempo para ser, no para hacer. Me siento bien si me cuido, si me vivo con toda intensidad, no si me limito a ver la vida pasar agobiada por las tareas que definen un futuro que aún está por llegar.

Cuidarte y ser consciente de ti misma y de tu bienestar hará que tu salud mejore, que tu sistema inmunológico sea más fuerte y tu mente esté más despejada. Hará que descanses mejor y tu rendimiento, por tanto, sea mayor. Cuidarte con el mindfulness hará que tengas tiempo para ser y disfrutar de ti misma ¡a que esperas!


Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/me-siento-me-cuido-y-me-vivo/