martes, 3 de marzo de 2015



PARA EL GUERRERO DE LA LUZ, NO EXISTE AMOR IMPOSIBLE

Él no se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo. Sabe que, tras la máscara de hielo que usan las personas, existe un corazón de fuego.

 Por eso el guerrero arriesga más que los otros. Busca incesantemente el amor de alguien, aun cuando esto signifique escuchar muchas veces la palabra "no", regresar a casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma.

Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.


Manual del guerrero de la luz
Paulo Coelho


lunes, 2 de marzo de 2015



"El cuerpo grita lo que la boca calla"

"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma"

Dr. Richard Bach




Risco del Paso, un paraíso cercano.





CORAJE PARA DEJAR DE AMAR



Si la relación nos hace sufrir, no hay que esperar a desenamorarse. La salida es romper el vínculo con fuerza de voluntad.


Utopía del corazón agobiado, ingenuidad de quien pretende dejar de sufrir, de quien ya no aguanta más: apretar el botón del desafecto y listo. Un opiáceo que no ha existido nunca. 


¿Anestesiar el corazón? No es posible. ¿Eludir el amor cuando la flecha está clavada? Ya es tarde, diría Buda. ¿Eliminar el sentimiento por decreto, con sólo proponérselo? Pura ilusión. Casi nadie puede anular la emoción de golpe y sin dolor.


¿Qué hacer entonces cuando el amor se hace irracional y nos apega a una relación enfermiza? Arrojo, audacia en grado extremo. Hacer a un lado el amado. Dejarle aunque nos duela. Cambiar el dolor de su presencia por el dolor saludable de su ausencia definitiva. Justo como haría un adicto que quiere liberarse de la droga o un alcohólico con la bebida: autocontrol, autorregulación limpia y ascética. ¿Cuál es el motor, la motivación? La pura supervivencia.


“Te dejo porque tengo que hacerlo. No porque no te quiera, sino porque no me convienes: no me viene bien tu amor, altera mi humanidad, me hunde, no crezco como persona, mi potencial se anula. Por eso no voy a esperar a desenamorarme para alejarme, voy a hacerlo ahora pese al amor que siento”.


La apetencia, el deseo, el sentido de posesión, el apasionamiento que nos determina y nos despoja de toda lógica no nos abandonará en la travesía  de nuestra abstinencia.



En algunas culturas, el hombre puede separarse de la mujer con sólo golpearse el pecho y decir tres veces consecutivas: “Me separo de ti”. Así de sencillo. Pero no dicen: “Me desenamoro de ti, me desenamoro de ti, me desenamoro de ti”.


Nadie posee esa magia ni ese poder. ¿Qué hacer, entonces? Repito: autocontrol, tenacidad, disciplina, vade retro  Satanás y esperar luego a que el universo se encargue de los detalles.


Si el corazón no es sensato, hay que ayudarle con el cerebro. La pasión es una condición necesaria, pero no suficiente, ni justifica en ningún caso un amor que sufre.



“Te amo pero te dejo”: alejarse a golpe de fuerza de voluntad, cuando debe hacerse.






domingo, 1 de marzo de 2015



"Para lograr lo posible hay que intentar una y otra vez lo imposible"




Take 90 seconds to enjoy Fuerteventura.








EL RETORNO


Si realmente la vida te enseña algo útil, si de algo te vale la experiencia, es para saber que no existe el retorno. En términos científicos es algo obvio: al tiempo que ha pasado no se puede retornar, al menos en las dimensiones cartesianas en que nosotros nos movemos. En términos del alma, tan solo es un deseo, e igualmente imposible.


¿Cuántas veces hemos hecho intentos, vanos por otra parte, de retroceder, de intentar volver a colocarnos en algún punto del pasado que deseamos vivamente? El intento es inútil. Aquel lugar, aquel momento, son irrepetibles. La magia que recordamos (por otra parte, tal vez idealizada por el paso del tiempo), ya no existe. Tal vez existan otras magias, pero no aquélla.


Aferrarse al pasado es tal vez un síntoma de infelicidad, de falta de presente, de ideas, de objetivos. El pasado debe estar ahí para el recuerdo y, prosaicamente, para no cometer los mismos errores. Querer retornar, además de absurdo e imposible, conduce a la negación de tu actualidad, de que el presente tiene un sentido que hay que elaborar.


Y si no lo tiene, el retorno imposible hará más imposible buscarlo, conduciéndonos a una pérdida de la sensibilidad actual, haciendo actuales, más que nunca, aquellas palabras de Tagore: “Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Sin embargo, nos empeñamos muchas veces, en brazos de la nostalgia, en retornar al pasado. No es malo volver a ese lugar, recordar aquella melodía, siempre que sepamos que lo que sentimos antes ya nunca volverá a ser lo mismo.


Vivir en el pasado es triste, aunque el pasado sea maravilloso, porque además de ser incapaces de aceptar la realidad tampoco estamos preparados para construirla.


Si miramos al espejo, ¿qué imagen nos devuelve? Desde luego la actual, nos guste o no. El secreto es la aceptación de uno mismo en cada momento. Lo contrario es el desengaño, la vida artificial y la inadaptación, que lleva a la infelicidad.

  
Bendito presente, porque estoy en él. El mañana aún no ha llegado, y el pasado ya se fue. No pretendo que olvide, los recuerdos pueden ser preciosos, pero no intentemos retornar...


Aquello... ya no existe.